024


🌧️

Varias horas más tarde y luego de una noche de sueño reparadora entre los brazos de Jimin, Seokjin estaba listo para llevar al hombre hermoso a conocer a su familia. Había pasado un par de días ideando la mejor forma de pasar el fin de semana y que Jimin se divirtiera, pero luego de la noche anterior y de lo que su novio le había confesado él solo quería que Jimin tuviera un fin de semana tranquilo con su loca familia que estaba seguro lo atenderían e incluirían como uno más de ellos y él estaba ansiando aquello. 

Años habían pasado para que él quisiera mostrar su lado más íntimo, el lado que él más protegía, su familia, y todavía no entendía como Jimin había logrado en tan poco tiempo hacer que él bajara sus barreras y se entregara de la manera en que lo estaba haciendo. 

—Estoy listo. 

Seokjin alzó su cabeza y la taza de café que se había servido quedó a medio camino de su boca cuando escuchó la voz de su novio. Deslizó sus ojos por su cuerpo y se lamió los labios lentamente antes de llegar hasta el rostro de Jimin. 

—¿Quieres matar a mi familia? 

—¿No? —Jimin miró su ropa y luego volvió su mirada al hombre que lo estaba desnudando con sus ojos. —Solo a ti. 

—Logrado —Seokjin dejó el tazón sobre la encimera y dio los pasos necesarios para pararse justo frente al hombre y deslizar su mano por la tela de la camisa negra que se sentía suave bajo sus dedos —te ves increíble en negro. 

Jimin alzó una ceja y se rió cuando Seokjin lo atrajo a su cuerpo tomándolo por la cintura para luego besarlo deslizando su lengua dentro de su boca. 

—Despertaste contento —el rubio bajó su mano y apretó la dureza bajo el pantalón claro de Seokjin. 

—No tengo excusa, me pones malditamente duro —Seokjin sonrió —pero no tenemos tiempo —gimió cuando la mano que lo torturaba lo liberó. 

—Tienes razón, compórtate, ni siquiera sé si vamos a poder estar tres horas dentro de tu automóvil sin tocarnos. 

Seokjin mordió su labio y suspiró cuando su rostro fue tomado para un beso, él cerró sus ojos y se deleitó con el sabor de Jimin tomando todo lo que pudo mientras sus lenguas chocaban y se enredaban una y otra vez haciendo dificultosa la salida. 

Jimin gimió en el beso y se enredó un poco más en el cuerpo fuerte del más alto pero se detuvo enseguida cuando dos fuertes golpes en su puerta los hizo separarse. 

Ambos miraron hacia la puerta y luego se miraron sabiendo que no estaban esperando a nadie. 

Rápidamente Jimin caminó hasta la puerta y observó por la mirilla. Sintió a Seokjin a su lado y giró su cabeza para mirarlo. 

—No tengo idea quien es. —Susurró.

Jin también miró y no reconoció al hombre. Iba a hablar y el golpe fuerte en la puerta lo asustó saltando en su sitio haciendo reír de inmediato a Jimin. 

—Ya —susurró Seokjin medio avergonzado por siempre asustarse y mostrarse como un miedoso de primera delante del rubio. 

—Creo que voy a abrir, quizá quiere saber si hay alguien en casa… Dios —Jimin frotó su rostro con la palma de su mano —parezco un jodido paranoico.

—No, yo abriré, quédate atrás por si acaso. 

Jimin hizo caso y se quedó justo detrás de la puerta mientras esta se abría. 

Seokjin abrió solo un poco y miró al hombre frente a él. 

—¿Si? —Seokjin detalló al hombre frente a él por si era necesario en algún momento.

—Hola, disculpa que te moleste, hace unos días vine también pero nadie abrió la puerta, mi nombre es Jooheon. 

El hombre se quitó el gorro que tenía puesto dejando ver su cabello rubio. Seokjin no dijo nada y esperó a que el hombre volviera a hablar. 

—Siento venir a molestar, estoy buscando a alguien y me dijeron que vivía en este piso. 

—¿Si? 

—Su nombre es Daniel, he estado preguntando en cada departamento y en el único que no me contestaban es aquí… Daniel es mi primo pero él no vive aquí en Rain, pensé que ya había llegado pero creo que todavía no lo hace.

Seokjin arrugó su ceño y negó con su cabeza —lo siento, no conozco a nadie con ese nombre. 

—Está bien, seguiré buscando. Gracias. 

Seokjin cerró la puerta y tomó de la camisa a Jimin para que observara por la mirilla. 

—¿Es él a quien viste?

Jimin enfocó su mirada en el hombre y justo antes que se diera vuelta para volver por el pasillo lo reconoció. 

—Es él —anunció y luego observó exactamente a qué departamento entró. 

—¿Conoces a ese tal Daniel? 

—No —Jimin se giró y miró a su novio —esto es un poco raro ¿no crees? 

—Definitivamente, no le creí una mierda, eso de que anda buscando a alguien. Raro.

—Espero que la corredora de propiedades me llame hoy para que me diga si encontró un puto nuevo lugar para mi. Estoy harto de esta mierda, ya no me siento seguro aquí. 

—Es lo mejor. Vas a necesitar ayuda para mover tus muebles, ¿no? 

Jimin miró hacia cualquier lugar menos a Seokjin, él no le había dicho que había rentado ese departamento amoblado, tampoco le había dicho que se iría en unos meses más y a cada día que pasaba se daba cuenta que debía hacerlo, que tenía que contarle que su tiempo en Rain no era prolongado pero ¿cómo decirlo? ¿cómo le podría decir a Seokjin que él no quería vivir en Rain? 

Él quería volver a Atsy, a la vida que conocía y había aprendido a amar. Quería volver a ver a sus amigos que con los años se habían transformado en hermanos y la vez quería estar con Seokjin pero no ahí, no en Rain. 

—¿Jimin?

El rubio giró su cabeza de inmediato y le sonrió a su novio dejando de lado sus preocupaciones prematuras, todavía tenía tiempo para contarle a Seokjin sobre su contrato de seis meses.

Se lo diría después. No quería arruinar lo que estaban formando y que sin duda era lo mejor que él había tenido en años o quizá, lo mejor que había tenido nunca en su vida. 

—Creo que deberíamos irnos, la carretera nos espera. 

—Cierto —Jin pensó que luego de conocer más del pasado de su novio este se vería menos preocupado pero no era el caso y Seokjin se estaba preguntando que más escondía Park Jimin. 

—Tu mamá nos espera para el almuerzo.

—Si —Seokjin dejó la puerta y se obligó a no pensar en lo que fuera que hubiese puesto a Jimin tan inquieto. Ya llegarían a eso en algún momento. 

Jimin se alejó y cuando estaba revisando su habitación gritó hacia donde Seokjin se había quedado: —¡Compré dos tazones para el viaje, están en el mueble de abajo! 

Seokjin encendió el hervidor  para comenzar a preparar el café y poder salir de una buena vez de Rain. Se deslizó por la cocina y abrió la puerta de la que hablaba Jimin, tomó dos tazones térmicos y los miró superficialmente, luego buscó el café granulado que sabía estaba detrás de las puertas de vidrio. Cuando tuvo todos los elementos volvió a mirar los tazones y su corazón dio un salto en su pecho.

Uno era negro metalizado y tenía una elegante S de color blanco brillante. El otro tazón era blanco y tenía solo una letra J de color negro brillante. Seokjin no tenía idea de cuando Jimin los había mandado a hacer y casi le dio un infarto al verlos, era algo sencillo pero que tenía un enorme significado para él. 

Estaban haciendo cosas de pareja, no era casual, no era una cosa de un momento, ellos estaban avanzando y Seokjin no podía estar más feliz por ello y por muy ridículo que podía verse, él estaba contento de no ser el único que estaba pensando en esos pequeños detalles… Y en el futuro.

Llenó los tazones y los tapó de inmediato para atrapar el calor. Luego tomó el bolso que había hecho para el viaje y los metió dentro. 

—Ahora sí estoy listo. 

Jimin llegó su lado y Seokjin lo miró sin decir palabra alguna, solo se acercó y lo abrazó por la cintura. Habían tantas cosas pasando por su cabeza en ese momento pero la más importante era el daño que Jimin había recibido, no lo entendía, no lo hacía porque ¿quien traicionaría de esa manera un corazón tan noble como el de él? 

Cuando Jimin lo rodeó por la cintura Seokjin suspiró, se echó un poco para atrás y lo miró a los ojos. Sus dedos acariciaron las mejillas suaves y levemente sonrojadas, le dio un beso corto y luego un besó su cabello. Lo dejó ir para tomar el bolso que contenía los cafés y unas cuantas cosas para comer. Sintió a su novio detrás de él y que había quedado en silencio luego del abrazo. 

Él quería preguntar que había pasado o si todavía había algo más que hablar, pero cuando nuevamente lo miró solo vio una enorme sonrisa que hizo que los ojos de Jimin se achicaran viéndose tan irreal que Seokjin se preguntó si era verdad que había tenido tanta suerte de encontrarlo. 

—¿Vamos?

Seokjin asintió y se acercó a la puerta para abrirla, esperó a que Jimin pasara y como semanas antes se deleitó con lo bien que se veía su novio con ese pantalón negro ajustado y unas botas que afinaban aún más su esbelta figura. 

Jimin se giró y pilló a Seokjin mirándolo como si quisiera follarlo en ese lugar y su sangre comenzó a bajar hacia su entrepierna. 

—No me mires así. 

—¿Por qué no? Te ves jodidamente delicioso. 

Jimin mordió su labio y deslizó su mirada por el cuerpo de Seokjin haciendo incapié en la parte baja de su cuerpo. Luego subió hasta su rostro y le guiñó un ojo. 

—Quizá podamos escaparnos esta noche. 

—Cuenta con eso —Jin cerró la puerta del departamento y se paró justo al lado del rubio atractivo que lo miraba como si quisiera probarlo. 

Jimin suspiró y miró hacia las puertas del corredor y la incredulidad volvió a él. No creía ni por un segundo en la historia de ese tipo, pero como no quería arruinar el fin de semana que había estado esperando desde que Seokjin le había conversado sobre ir con su familia es que Jimin estiró su mano y buscó la ajena. Seokjin entrelazó sus dedos de inmediato y le regaló una sonrisa tranquilizadora mientras se encaminaban hasta el ascensor. 

 🌧️


—¿Crees que ese portero sabe algo? 

Jin miró hacia la carretera y ladeó su cabeza —Johnny me parece un tipo confiable, pero no lo conozco lo suficiente. 

—Es raro ¿no? Ese tipo tocando mi puerta y luego entrando a otro departamento —Jimin ajustó sus gafas oscuras y se encogió de hombros —todo muy raro. 

—Si —estuvo de acuerdo el azabache —odio que no puedas vivir tranquilo, ¿deberíamos ir a la policía? 

—No —Jimin negó —estoy agotado con todo ese asunto, si alguien quería intimidarme lo logró, me iré de puto departamento porque no puedo dormir solo en ese lugar. 

Seokjin sonrió de lado y giró su cabeza para mirar fugazmente al rubio. Luego volvió a mirar el camino sin dejar de sonreír. 

—Me ofrezco voluntario para hacerte dormir, ya sabes, además de tu chófer puedo ser quien te dé las buenas noches. 

Jimin lamió sus labios y abrió un poco sus piernas mostrando sus fuertes muslos enfundados en ese pantalón apretado que había querido ponerse desde que Seokjin lo había visto todo lloroso y patético al volver de la casa de sus padres. 

—Podríamos negociar. 

Seokjin odió el tener que estar pendiente de la carretera y no en la tentación que estaba a su lado haciendo gala de su maravilloso cuerpo. Mordió su labio fuerte y a la primera oportunidad que tuvo aparcó su Audi a un costado de la carretera, en un lugar seguro, se quitó el cinturón sin siquiera apagar el motor y tomó las mejillas de su novio y lo besó. 

Jimin no perdió tiempo y llevó sus manos hasta la cintura de Seokjin tirando de su cuerpo para sentirlo más cerca. 

—Quiero follarte Seokjin. 

Seokjin gimió en el beso ante las palabras apuradas y asintió de inmediato —yo también lo quiero —volvió a besar esos labios húmedos y gorditos sintiendo su pene duro y apretado bajo su pantalón. 

—Mierda —Jimin gimió y dejó la boca y la lengua que lo estaba torturando deliciosamente —hoy —sentenció con su respiración rápida. —Hoy en la noche. 

Jin volvió a su lugar y se llevó su mano hasta su erección que presionó echando su cabeza hacia atrás sobre el asiento cerrando sus ojos para poder calmarse. Sabía que tendría dificultades para continuar el camino luego de las palabras de Jimin. 

—Joder —Seokjin giró su cabeza y observó el rostro complacido de su novio, se había quitado las gafas y ahora tenía una mirada caliente y hambrienta que no hacía nada para calmar la furiosa erección de Seokjin. —Me vas a matar. 

—Te dije que no podríamos estar tantas horas sin tocarnos —Jimin bajó su mano hasta su entrepierna y masajeó tratando de aliviar en algo su carne dura.

Seokjin usó toda su fuerza de voluntad y se acomodó en su asiento, iba a poner en marcha el vehículo cuando la mano de Jimin tomó la suya que estaba sobre su muslo y entrelazó sus dedos. Giró su cabeza y su corazón delator comenzó a latir más rápido al ver el rostro feliz de su novio. 

—No te lo había dicho antes pero agradezco que quieras que conozca a tu familia. 

—Oh, si… —Jin pasó varios segundos en silencio solo viendo los ojos de Jimin. 

—¿Seokjin?

El azabache no habló, solo se estiró una vez más sobre la caja de cambios y tomó los labios ajenos, pero esta vez no fue un beso caliente que invitaba a hacer cosas traviesas en el asiento trasero, sino más bien uno dulce y lleno de sentimiento que esperaba Jimin pudiera descifrar. 

—¿Hay alguna cosa que debo saber antes de conocer a tus padres? —Jimin habló cuando se separaron —ya sabes, algún tema de conversación que pueda ponerte en aprietos… ¿religión, fútbol o política? —enumeró contando con sus dedos. 

Seokjin se derritió un poco más por Jimin al ver la preocupación sincera en sus ojos. Él negó con la cabeza y acarició sus cabellos rubios. 

—Nada de lo que digas podría ponerme en aprietos o avergonzarme, mis padres son relajados, un poco sobre protectores pero buenas personas —Seokjin apretó la mano de Jimin y luego se llevó esta hasta sus labios, besó el dorso haciendo que su novio se ruborizara. 

—Estoy nervioso. 

—No eres el único —Jin sonrió. 

Jimin también sonrió, soltó la mano de su novio para que pudiera poner en marcha el motor y volver al camino.

No mentía cuando decía que estaba nervioso, hace años que no hacía eso, muchos años en que había salido con hombres o mujeres pero jamás llegó a conocer a la familia de estos porque ninguna de esas personas habían sido importantes. 

Ahora era diferente.

Miró de reojo a Seokjin que se veía tan atractivo detrás del volante en completo control pero también relajado, habían salido dos horas antes de Rain y se acercaban a Jassel. 

—¿Tienes hambre? 

—Quiero café —Jin miró el espejo lateral y se cambió de pista. —Por favor. 

Jimin sonrió y estiró su brazo detrás del asiento del conductor y tomó el bolso con bocadillos y que también contenía los dos tazones de café. Sacó el de Seokjin y lo mantuvo en su mano mirando por todo el tablero buscando donde diablos dejar el tazón. 

—¿Hay donde poner esto?

—Si —el azabache pulsó un botón y en la parte de abajo en medio de los dos asientos apareció no uno, sino que dos posavasos. —Nunca lo he usado —Jin sonrió. 

—Que bueno que compré esta taza ¿no? 

—¿Me la puedo quedar? 

Jimin asintió dejando los dos tazones, se aseguró que las dos letras estuvieran viendo hacia ellos, luego tomó su teléfono y capturó la imagen. 

—Lo mandé a hacer para ti, ahora es tuyo. 

—Nunca nadie me había mandado a hacer algo personalizado, es un gesto lindo de tu parte ¿no crees? 

—Yo no soy lindo —se encogió de hombros —solo lo soy con algunas personas… Todavía no conoces mi lado oscuro Kim Seokjin. 

—Mhm, ¿me estás retando? 

—¿No?

Seokjin se rió entre dientes viendo la vegetación a los costados, estaba realmente feliz de poder volver a ver a su familia. 

—Suena a reto y déjame decirte que me gusta que no seas lindo con todo el mundo. 

—¿Posesivo? 

—¿No? 

Jimin se echó a reír disfrutando de la comodidad de estar con Seokjin, era ligero y sin preocupaciones, sin duda ellos se complementaban a la perfección. 

—Mira —Jin apuntó hacia el cartel en la carretera. Luego tomó su tazón térmico y tomó un sorbo.

El rubio lo leyó y su corazón comenzó a latir más rápido. 

Bienvenidos a Jassel. 

—Oh, llegamos rápido. 

—Si, justo al almuerzo —Seokjin siguió la curva y sus ojos se abrieron grandes al ver su ciudad de nacimiento desde lo alto, podía ver el agua al fondo, varios edificios y casas mientras bajaban por la carretera. 

—Es muy grande ahora, la última vez que vine no se veía así —Jimin observó desde su lugar curioso. 

—Supongo que ya no es el pueblo de antes.

—¿Hace cuanto no venías?

—Hace casi un año, prepárate para la lloradera que va a armar mi mamá cuando me vea. 

Jimin se rió y mientras entraban a la ciudad su sonrisa no lo abandonó cuando pasaron por la costa y observó a las personas correr por la calzada, niños en bicicletas gritando y riendo. De inmediato pensó en Seokjin y lo imaginó corriendo por esos lugares siendo un niño feliz. 

No se dio cuenta en qué momento entraron a una villa de casas muy bonitas y solo se percató de aquello cuando el auto paró fuera de una casa de madera de dos pisos.

—¿Es tu casa?

—Si —Jin miró hacia el antejardín. 

—Es muy bonita. 

—¿Todavía estás nervioso? Podemos ir a dar una vuelta al centro si quieres.

—Estoy bien, quiero conocer a las personas que te criaron así de maravilloso. 

Seokjin mordió su labio y se llevó una mano hasta su pecho para calmar a su corazón pero sabía que era innecesario hacerlo. 

—Tus ojos ahora parecen asustados —Jimin se quitó el cinturón de seguridad y se deslizó por sobre la caja de cambios, imitando la acción que había hecho Seokjin temprano. 

—No estoy asustado —Jin dijo antes de que sus labios fueran tomados. Sus manos se fueron a la cintura de Jimin y profundizó el contacto deslizando su lengua. Cerró sus ojos ante lo bien que se sentía tener a Jimin a su lado. 

Era afortunado y lo sabía. 

Jimin era todo lo que había deseado para él y estaría loco si lo dejaba ir. 

Se separaron lo suficiente para poder verse a los ojos y cuando lo hicieron ambos sonrieron. 

—Estoy listo para conocer a tu clan, Kim Seokjin. 

—Entonces bajemos, estoy seguro que te van a amar. 

Seokjin se frenó de decir algo más, algo que fuera demasiado pronto para decir pero que sin duda era lo que sentía. 

Había caído por Park Jimin y estaba seguro que no pasaría mucho tiempo antes de hacérselo saber no con hechos, sino que con palabras y quizás con uno que otro apodo cursi. 

Cuando bajaron del automóvil de Seokjin lo hicieron con sus manos unidas y caminaron por el sendero de cemento que Seokjin tres veranos antes había ayudado a poner. 

Pusieron un pie en el antejardín pero antes de siquiera poder entrar ambos se detuvieron de golpe al ver a quien salía de la casa de los Kim. 

—¿Que mierda haces aquí? 

Seokjin arrugó su ceño molesto mientras veía a su ex novio Kim Taehyung sonriendo hacia ellos.

🌧️

Hola! Espero que tengan un buen día y deseo que todxs podamos ver el Muster 🥺.

Con respecto a Taehyung deben saber que los padres de ambos son amigos, pero ya verán más de eso en el próximo capítulo 🤗.

Espero que les haya gustado 💛.



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