Capitulo VI

La noche paso muy rápido y mi reloj ya marcaba las once, estaba hipnotizada ante las palabras de Ragga, sus grandes ojos blancos me atrapaban en una parálisis de atención absoluta, pero ya era tiempo de irme, no quería preocupar a mis padres.

—Ha sido bastante entretenido —Le dije sonriendo —, pero ya debo irme.

Me levante del suelo y me sacudí pantalón, Ragga solo se quedó en silencio observándome fijamente, fue entonces cuando me di cuenta que nunca parpadeo en todo el tiempo en el que hablo, pero le di poca importancia. Una vez que acomode mis cosas le di la espalda y me encamine a la salida

De pronto se escucharon unas especies de cadenas chochando entre sí, me quede inmóvil por un momento sin mirar atrás, cuando de la nada algo gigantesco se acerca a gran velocidad hacia mí, al darme cuenta me lance al suelo de pecho me cubrí la cabeza, esa cosa paso rosando mi cabello y golpeo el marco de la destruida puerta.

La salida se comenzó desmoronar al instante, hasta que al final se redujo a una pila de escombros, levantando y cubriendo de polvo todo el almacén. Mientras me encontraba en el suelo con la vista borrosa y tosiendo, admire lo que parecía ser una enorme cola que tenía miles y filosas espinas en forma de cuchillas a su alrededor, quede muda antes de poder asimilar lo que estaba pasando, la cola se retrajo de nuevo a la oscuridad hasta desaparecer.

—Disculpa mi descortesía Violet, pero tenemos un trato y soy una per- no, una criatura que cumple sus promesas —Me dijo mientras posaba sus enormes y brillantes ojos enfrente de mi rostro.

Mi miedo a él había regresado, sentí pánico en el momento en el que sus intenciones de herirme o peor aún matarme eran obvias. Me levante con dificultad, pues mis piernas temblaban sin parar.

—Nunca... rompería nuestro trato Sr.Ragga —Le dije titubeando.

—Bien Violet se llaman principios y acuerdos, siempre ha de cumplirlos —Me dijo — ¿En dónde nos quedamos?

Hundida en el pánico obedecí sus órdenes sin disgusto, saque una vez más mi cuaderno y el bolígrafo, mirando mi reloj con preocupación.

— ¡Ah! ya se, mi nuevo hogar.

Cuando Ragga despertó en la tarde, se trató de levantar para mirar a su alrededor pero Lisa se había quedado dormida sobre su pecho, se le veía en el rostro que estaba agotada, Ragga la miro y noto como sus ojos aún estaban hinchados de tanto llorar.

Así que tomo su chaqueta y formo un bulto con ella, posando la cabeza de Lisa justo encima de la misma, para luego salir de la posada y observar el lugar, por esa carretera pasaban muy pocos coches, pero era buena idea esconder el auto de Richard para casos de emergencias, se subió en él y comenzó a unir los cables.

Después de un rato de solo obtener chispazos Ragga se irrito y golpeo con furia el volante del auto con ambas manos, tan fuerte que abrió el compartimiento del copiloto, del cual cayeron varios documentos y un sobre de color naranja, Ragga al notarlo lo recogió y empezó a darle vueltas tratando de buscar algún título o firma, era muy extraño, no sabía si debía abrirlo.

Pero la intriga lo mataba y al final decidió abrirla, noto la letra de Lisa al instante y empezó a leer de qué se trataba. Quedo perplejo con el contenido del papel, pues eran las formulas y cálculos sobre medicamentos de precisión modificados y mejorados por ella, era sorprendente, había dado un paso muy importante en la historia al plantear uno de los posibles y seguramente más efectivos tratamientos al cáncer.

Ragga volteo la mirada al espejo retrovisor y se miró fijamente, comenzó a recordar todo el tiempo que había perdido hasta ahora, Lisa ya se le había adelantado bastante sin siquiera darse cuenta. Coloco el sobre en la guantera y volvió a intentar arrancar el auto, después de unir los cables fuertemente este arranco, Lisa estaba completamente dormida, su sueño no pudo ser perturbado por el fuerte ruido del motor, retrocedió hasta la carretera y se alejó de la posada, con rumbo a la ciudad.

Pasaron las horas y empezó ponerse el sol, Lisa apenas estaba despertando de su siesta cuando Ragga abrió la puerta con una caja enorme las manos.

— ¿Fuiste alguna parte? —Intrigada mira la caja — ¿Que traes hay?

No le contesto solo paso por un lado y entro a la posada, ella estaba acostumbrada a recibir respuestas frías, pero su cara no expresaba indiferencia esta vez.

Al entrar Ragga comenzó acomodar en el suelo brebajes y medicamentos, mas algunos tubos de ensayo y embudos.

— ¿Esto será suficiente? —Pregunto él. Mientras se levantaba y se sacudía las manos — ¿Es todo no falta nada más?

—Eso es —Dice atónita —. Son todos los materiales de mi teoría, pero ¿cómo?

—En este lugar funciona la electricidad, hable con el encargado al levantarme y le pedí una habitación a cambio del repuesto del auto —Respondió mientras seguía sacando fármacos de la caja —. Es poco lo que pude conseguir, pero será suficiente para dos o tres pruebas.

—Pero... ¿de dónde sacaste todo esto? —Pregunto juzgándolo con la mirada.

—Solo los obtuve —La mira fijamente a los ojos —. Y si te preocupa, fue de forma legal, no soy un delincuente.

Lisa nunca dudaba de su palabra y seguir preguntando solo era una pérdida de tiempo.

—Bien... ahora que hacemos primero —Mira el suelo y observa todos los fármacos.

—Dime tú —Respondió Ragga —. Solo por esta vez puedes decidir lo que vamos hacer.

Lisa asintió contenta con la cabeza, por fin podrían proseguir con el experimento, así que tomaron todo y se dirigieron a la habitación para comenzar a trabajar. Las horas pasaban lentamente mientras acomodaban todo, se podían escuchar pasar camiones y autos por la carretera, al igual que algunas aves posadas en la ventana de la habitación.

Ragga limpiaba un poco el lugar mientras ella seguía experimentando en un pequeño y maltratado escritorio de madera, escribiendo todas las reacciones y avances en su libreta, Ragga solo la miraba de reojo mientras limpiaba. Al terminar de ordenar todo salió de la habitación, Lisa estaba tan centrada en su trabajo que ni siquiera se percató de su ausencia, era frustrante para el no poder hacer nada, pues se había centrado más en su propuesta que en la de Lisa, aun así no pensaba dejarla.

Después de muchos intentos fallidos Lisa se agota y se tira estresada al suelo, se quejó en voz alta una y otra vez, hasta quedarse dormida.

Soñaba con su madre y los preciosos días que pasaba con ella, la ayudaba a cocinar y limpiar la casa, hasta que llego el fatídico día en el que su padre le diagnosticó cáncer de corazón, ella observaba a su madre feliz aunque llevara el peso de una familia en sus hombros, además de su propia vida, de un momento a otro su dulce sueño se convirtió en una agria pesadilla.

Comenzó a despertar lentamente por el sonido de un martillo y un serrucho, su vista estaba humedecida y no veía con claridad, estaba llorando medio dormida con los ojos entreabiertos, luego los cerró completamente y se volvió a dormir.

Una sensación cálida recorrió su cuerpo, la compañía de Ragga le daba una imagen de tranquilidad en su mente, pues pensaba que resolverían sus problemas junto a él.

Despertó de repente y noto que Ragga estaba acostado y arropado junto a ella en el suelo.

— ¡Pero que! —Grito. Levantándose sorprendida —. Q-que haces.

—Sabes que hablas dormida —Estaba acostado en el suelo mirando el techo con nostalgia —. No parabas de repetir cosas sobre tu madre y de decir mi nombre.

Ella comenzó a sonrojarse y a mirar con enfado a Ragga, arremetió otro fuerte golpe en su estómago dejándolo sin aire, adolorido y rodando de un lado a otro en el suelo sin parar.

Cuando todo se tranquilizó, ella mira la habitación y vio encima de una cómoda, bolsas de comida rápida, con hamburguesas, papas y refrescos, la radio estaba encendida y la habitación impecable, Ragga había recordado que ninguno de los dos pudo desayunar a gusto, así que fue a la gasolinera y vendió un par de partes innecesarias del auto para comprar comida.

Ya había oscurecido, la carretera se encontraba en silencio y solo se escuchaba el tranquilizante sonido de los grillos a la afueras de la posada, las ventanas antes tapadas y dañadas, se veían prácticamente nuevas, era sorprenderte como se veía el lugar de acogedor.

—No puedo creerlo —Dijo ella mientras daba vueltas admirando el lugar — ¿Vinieron a arreglar el lugar?

—Clases de carpintería —Él se levantó del suelo y encendió la lámpara —. Las tome porque era obligatorio en la escuela, pero supongo que me sirvió de algo.

Tenía las manos rasgadas y astilladas, llenas de cicatrices y cortaduras, había arreglado las horribles ventanas de madera podrida del lugar, solo para estar más cómodos y para que el ambiente no los deprimiera. Lisa noto su cara de dolor, al darse cuenta de las heridas en sus manos lo tomo del brazo y lo sentó en una de las sillas.

— ¿Qué haces?

—Gracias por hacer las cosas más fáciles —Respondió ella. Tomo un trozo de seda que se encontraba en una de las cajas —. Te aseguro que si seguimos así tendremos listo el proyecto en unos días.

Ragga solo reflexiono al momento de escuchar esas palabras y su rostro de dolor cambio a una mirada más sombría, aparto la vista y miro por la ventana mientras ella curaba sus manos.

Se adentró en lo más profundo de su mente, buscando la manera de hacer funcionar su proyecto y mejorar su situación, reflexionando cada posible futuro cercano que podría acontecer y fallar para buscar una rápida solución.

Reacciono de repente cuando sintió la suave caricia de una mano en su mejilla, Lisa termino de asistirlo y comenzó a guardar las cosas en las cajas.

Al salir de ese estado de reflexión y ver a Lisa, vio con claridad que debía hacer para lograr su cometido, solo necesitaba tiempo, un poco de ayuda y más información, así que se propuso a terminar su propia investigación, aunque tuviera que pedirle ayuda a "el".








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