El tricolor comía gustoso un par de Prianik junto con un vaso de jugo fresco de naranja amenizando su mañana gracias a los dulces de azúcar que también le sirvió el de parche como felicitación de haberse recuperado de sus quemaduras leves sin problema, estaban sentados lado a lado en la barra de la cocina por lo que el rubio aprovechó de apoyarse en su hombro dejando poco espacio entre ellos, cosa que el mayor permitió ya que no le molestaba que se mantuviera sereno.

Al oír a Rusia bajando la escalera el guardián de la unión apenas iba a abrir la boca para preguntarle qué quería desayunar pero el menor se regresó inmediatamente al segundo nivel cuando vio que el alemán lo miraba fríamente de soslayo.

URSS quedó extrañado pero tampoco iba a obligarlo a comer así que no dijo más y le dio un sorbo a su café, terminando de desayunar lavaron sus platos y el europeo tuvo que regresar momentáneamente a su habitación para ducharse ya que el agua del lago le malograría el cabello si la dejaba más tiempo, se tomó su tiempo hasta quedar pulcro para luego salir solo con una corta toalla rodeando su cadera a escoger ropa de acuerdo al nuevo clima más caluroso de la nueva estación entrante.

—Todo esto no me va a servir, cubre demasiado.. –Frunció los labios y tomó una tijera para cortar los shorts que había escogido, luego arreglando la costura para que no se viesen tan retocados y se los puso viendo satisfecho el resultado al espejo, tambien tendría que hacer un poco más estrechas las camisas para marcar su cintura–......Me siento como una prostituta..

Resopló pero no detuvo su plan de hacer ciertas prendas convenientemente más pequeñas, una hora después tuvo todo listo y separó lo retocado para guardarlo en otro cajón, en el tiempo que le sobró se acostó en la cama a pensar sobre sus próximos planes necesarios para dejar ese lugar.

—Tal vez con algo más didáctico.. –A su mente vino en enorme bosque que podía ver desde su ventana, pensando en la gran cantidad de arañas que podrían estarlo habitando, ciertamente no le gustaban los arácnidos artropodos de tierra pero tampoco les tenía miedo así que comenzaría a buscar los necesarios para esconder en su habitación y fingir que estaba infestada—.

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Para la hora del almuerzo todo estaba silencioso y ligeramente tenso entre los menores, mientras el azabache estaba distraído sirviendo la comida el tricolor empujó con el hombro a Rusia para así tomar el lugar junto a URSS en la barra, dejando a las niñas confundidas ya que su hermano solo se encogió y fue rápidamente al otro extremo.

En la semana todo continuó igual sin parecer que el de gabardina se diese cuenta de lo que hacía el foráneo en su casa, hasta que una tarde al borde de oscurecer "Alemania del Este" salió corriendo de su habitación y se le abalanzó encima mientras gritaba, traía puesto un pijama corto y se le aferró al cuello haciendo que el otro tuviese que tomarlo de los muslos para que no cayera.

—¡Arañas!, ¡Mi habitación está llena de arañas enormes! –Chilló el rubio como si hubiese visto el mismísimo infierno, a lo que el resto lo miró y quién lo tenía en brazos decidió subir a ver qué sucedía exactamente—.

Llevándose una gran sorpresa cuando vio la cantidad de arañas medianas y pequeñas que salían una tras otras de debajo de la cama destendida a lo que siguiendo su actuación el europeo volvió a gritar subiendo aún más en el cuerpo ajeno para que ninguna se le acercara ya que estaba descalzo y con sus largas piernas expuestas.

—Bueno... Eh, tendremos que cerrar la habitación en lo que resuelvo esto, las otras están cerradas por mis hijos con llave así que vas a tener que domrir conmigo otra vez, solo por un par de días ya que las arañas podrían ser peligrosas –Tragó en seco reconociendo que eran de tipo silvestre y pisando un par que se acercaban peligrosamente—.

—No había nada antes, ¿Cómo pudieron haber entrado tantas? –Se lamentó escondiéndose en el hombro ajeno, obviamente le iba a echar la culpa a Rusia por esto y lavarse las manos de lo extraña que era la situación además de aprovecharla—.

—Intentaré saber cómo lograron llegar hasta acá, solo dame un momento para matar algunas –Dicho esto bajó al "Hijo" del difunto fascista y le señaló que fuese a su habitación, entonces entró a la que tenía en frente y comenzó a matar a cuántas arañas pudo solo con sus botas para evitar que salieran por debajo de la puerta—.

Weimar caminó campante para acostarse en la cama del eslavo resaltando la curvatura de sus caderas fingiendo aún la expresión de angustia, atrayendo la mirada del ruso que justo pasó por el pasillo, su habitación era la que estaba en frente así que se quedó pasmado mirando al otro pensando que alucinaba pero este viró los ojos y le dio la espalda ya que le aburría verlo comportarse como un manojo de nervios ahora.

Rusia finalmente reaccionó y entró de prisa a su lugar seguro apoyándose en la puerta con el corazón latiendo algo rápido y una creciente sensación de calentura recordando lo delgado y suave que se veía el cuerpo del otro cuando lo vio en el lago, desde ese día no podía dejar de soñar con eso y cada mañana se levantaba directamente para ducharse con agua fría.