V i e r z e h n. 🔞

Rusia con sorpresa sin poder apartar la vista siguió cada movimiento ajeno hasta ver cómo su pene de ligeros tonos rosas en la punta y base se asomaba duro, por consiguiente también provocándole una rápida erección que se notó incluso más que en la primera vez.

—Al parecer si puedes servir para algo, mocoso calenturiento.. –Las manos del alemán fueron al pantalón ajeno para liberarlo de su prisión de tela, relamiéndose cuando finalmente lo vio, ciertamente cuando crezca iba a ser seguramente como el padre– Bien ahora que me siento generoso tienes dos opciones; Puedes hacerte el perro y frotarte otra vez como uno contra mi.. o también puedes venir a usar tu boca y luego yo te recompenzaré, aunque no de la misma manera.

—Yo.. yo quiero... –Bastante nervioso se relamió los labios y miró hacia el palpitante miembro del de piel amarilla que entendió el mensaje y sonrió de lado bajándose mejor los shorts para evitar mancharse—.

—Entonces ven, ten cuidado con los dientes y seré amable también. –El descendiente de Kaiserreich tomó de las mejillas al menor regalándole una caricia previo a hacerlo descender hasta el suelo de hojas secas para que estuviese a la misma altura que su cadera– No es tan difícil, solo tienes que chupar como si fuese una paleta.

El de mirada lavanda asintió usando su mano izquierda para apoyarse y con la diestra tomó la longitud contraria, listo para llevarla a su boca como en uno de sus sueños aunque a simple vista se notaba su inexperiencia por lo que recibió algo de ayuda en marcar el ritmo una vez pudo engullirlo casi hasta la mitad causándole un suspiro al mayor.

Moviendo su cadera y sosteniendo el cabello ajeno, Weimar comenzó a entrar como si estuviese embistiendo algo sin mucha fuerza para no dañar la garganta del jovencito de mejillas enrojecidas, a pesar de ser su primera vez haciendo aquello no estaba nada mal y eso lo reconoció el tricolor, incluso permitiéndose soltar gemidos muy suaves que solo excitaban más al eslavo de manera algo tortuosa ya que con ambas manos ocupadas no se podía atender la dura erección que tenía solo marcando más sus venas alrededor.

Para su alivio solo un rato después el más bajo lo dejó ir para así masturbarse un poco y correrse únicamente manchando las hojas secas, no iba a ser tan grosero como para hacerlo tragar o ensuciar su rostro. Entonces recordando su parte del trato al recuperase empujó al rojiazul sentándolo contra el árbol para acomodarse sobre sus piernas y tomando su muy duro pene que tembló ante el tacto frío que tenían sus manos, vio al jovencito soltar un suspiro a la par en que movió un poco la cadera.

—Puedes moverte si quieres, te toca este momento. –Habló con desinterés apoyándose de lado en su pecho hasta llegar a su cuello y lamer un poco, le divertía cómo temblaba, de igualmanera no le sorprendió como apenas le dio permiso el otro comenzó a subir y bajar la cadera jadeando como un perro– Veo que te gustan las cosas rudas.. ¿También te gusta rápido?

Movió su mano masturbándolo a la par en que este se movía así aumentando el disfrute de quién respondió con un gemido entre dulce y ronco, haciéndolo olvidarse un rato de lo mal que le caía para llenarle de besos el cuello, dejándolo frotarse contra su mano y pierna izquierda tal como se le antojara hasta que lo sintió detenerse y entonces un conocido fluido tibio comenzó a bajar por su muslo mientras Rusia respiraba agitado.

—..Buen chico, lo hiciste muy bien. –Acarició su lacio cabello castaño y tras mirarlo a los ojos un momento se inclinó para darle un beso en los labios, sabía que seguramente también sería su primer beso pero no le importó, además de que el de lavandas intentó corresponder lo mejor que pudo– Límpiate este desastre y vuelve a casa, tengo cosas que hacer aún.

Sin dejarle opción a responder se limpió la pierna con algunas hojas y se levantó acomodándose la ropa como si no hubiese sucedido nada, alejándose más hacia el interior del bosque para reflexionar un poco sobre sus planes y los contra tiempos que estaba teniendo hasta ahora.

•   •   •

En la cena URSS estaba incómodo, las niñas comían absortas del ambiente, el tricolor disfrutaba del pollo asado y el ruso tenía una leve sonrisa indeleble comiendo igual de tranquilo, actitudes bastante distintas entre todos.

El eslavo mayor ni siquiera podía mirar en dirección del germano por recordar cómo se había calentado su primo cuerpo al sentir su entrepierna despierta, pero "Solo era un niño" así que estaba muy mal para un hombre con hijos casi de la "Misma edad" y debía quitar esos pensamientos pecaminosos de su cabeza para seguir cuidando de él en casa.

—¿Me pasa la crema? –Rompiendo el silencio de la mesa el europeo se relamió el aderezo de los labios de cierta manera sutilmente provocadora mientras señalaba a la crema agria que pondría sobre las patatas gratinadas en su plato—.

—..Ten –El de hoz y martillo tardó unos segundos pero finalmente le tendió el cuando de porcelana, sin poder evitar quedársele observando cómo colocaba la crema en el plato y luego pasaba el índice por el borde excedente en el cuenco para terminar lamiéndolo en lo que su otra mano regresaba la crema a la mesa—.

Tragó en seco ante lo repentinamente sugerente que comenzaba a verse cada simple acción ajena y optó por darle un sorbo largo a su copa de vino.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top