S e c h s.
El de ojos cielo miró durante ese momento al contrario que muy concentrado le terminaba limpiar la sangre antes de abrir un cajón cercano y sacar lo que parecía ser el empaque de un bálsamo casero con olor a anís.
Ciertamente tuvo razón de pensar que el botiquín debía de estar allí ya que en caso de cualquier accidente cocinando era más rápido encontrarlo que correr hacia algún otro lado, solo duró unos minutos pero se sintió extrañamente más lento entre las grandes manos ajenas que finalmente lo soltaron para sin decir nada enjuagar el paño antes de desecharlo, así evitaba que algún animal salvaje se acercara por el olor de la sangre.
—Disculpa a Rusia, creció en la guerra, odiar a los alemanes es lo que conoce. –Se limitó a hablarle directamente por primera vez mientras se marchaba nuevamente a su oficina a continuar con su papeleo diario, dejando solo al otro que al final no parecía ser una amenaza realmente—.
—Lo que voy a hacer es cortarle los dedos. –Refunfuñó tan bajo el rubio que únicamente pareció que suspiraba, no tenía más que hacer allí ese día por lo que subió a su habitación y cambió su ropa para dejarse caer en la cama, siendo reclamado por el sueño al poco rato—.
Durmió cerca de tres horas hasta que su subconsciente lo hizo despertar con el tintineo de la campanilla en el primer nivel, a lo que soñoliento y con una sensación de pesadez en el rostro solo bajó tal como estaba a pasos lentos, no tenía ganas de hacer más que seguir descansando pero también tenía hambre. Al llegar a la cocina vio que únicamente habían dos platos servidos a relativa distancia no muy lejana, lo cual significaba que estaba solo en casa.. podría deshacerse del Soviético cuando esté fuese a dormir.
—..Estas son algunas cosas de Reich que pude recuperar, podrás tomar lo que quieras luego de terminar tu comida. –La voz del de ojo dorado dejó confundido al más bajo, pero solo se dedicó a comer el puré de patatas con carne marinada de cerdo al horno—.
Weimar apenas pudo comer mientras miraba una y otra vez las tres cajas pensando en qué podría haber dentro, estaban perfectamente limpias y cuidadas por lo que descartaba que por alguna razón hubiese un pedazo del cuerpo de su adorado hermano, mucho menos su uniforme por ser un símbolo de discordia, realmente no tenía idea de qué le esperaba. Pero terminó su plato unos minutos después de que el de parche se retirara de la mesa, lo oyó lavar su plato y luego salir de la casa a quién sabe dónde, pero ni siquiera pensó en irse porque no tenía a dónde y el interés por las cajas era más grande.
Entonces cuando ordenó lo que debía las subió una por una hasta el pasillo para después arrastrarlas a su habitación, no se molestó en cerrar la puerta e inmediatamente se arrodilló sobre el tapete junto a su cama para abrirlas, lo primero que encontró fueron libros viejos que pertenecieron tanto a su abuela cómo a su padre e incluso a él mismo.
En la segunda habían adornos de la mansión de Berlín, pero ninguno de los costosos, en la última también habían libros de pasta dura.. pero los reconoció inmediatamente como álbumes de fotografías familiares y efectivamente estaban todas las que recordaba e incluso varias agregadas por Dritte, mas en el fondo.. estaba algo aplastado su sombrero con la esvástica partida pero conservando el águila la cual estaba salpicada con pequeñas gotas de sangre seca.
Era el mismo que llevaba puesto cuando lo encontró muerto, se le hizo un nudo en la garganta y se permitió soltar un grito por el dolor de recordarlo, acabando hecho un mar de lágrimas mientras abrazaba la única prenda que tenía de recuerdo.
Lloró casi toda la noche hasta quedarse dormido en el mismo lugar aferrándose al sombrero negro y con algunos álbumes abiertos para no olvidar su apariencia, a media noche volvió URSS agotado con la seguridad de que el tricolor no había escapado ya que todo el terreno estaba rodeado de guardias que no reportaron a nadie saliendo de la casa, tampoco había ruido así que fue directamente a su habitación pero la puerta abierta al final del pasillo lo hizo sentir curioso, a lo que avanzó con cautela hasta llegar frente a esta captando al rubio dormido en el suelo hecho ovillo y con marcas de lagrimas sobre sus mejillas.
No dijo nada, no lo despertó y solo cerró la puerta dejándole su espacio para ir a su propia habitación a descansar pues como siempre debía levantarse muy temprano para mantener todo en orden además de vigilarlo ya que ningún otro de sus hijos estaría en casa durante un tiempo.
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—Mierda, pero es que no puedo creer que sea Weimar –La nación de la libertad le dio otro golpe a la mesa derramando el contenido de edu taza con café ya frío, se sentía destrozado por haberlo tenido tan cerca y no reconocerlo s tiempo– ¡Me dijeron que él había muerto cuando el NSDAP alcanzó el poder!
—Eso fue lo que transmitido Third a todo el mundo, los niños solo dijeron que "Su tío había ido a sacarlos del Reichtag y los cuidó hasta que nos encontraron" –Canadá mantuvo la calma ante la alteración de su hermano, sabía lo mucho que había sufrido antes con la noticia de que la República había perdido la vida—.
—Eso quiere decir que todo fue premeditado.. por eso insistía tanto en saber si podíamos cuidar de Federal –Finalmente el de franjas rojas se relajó pensando en todo lo que el aludido dijo en Bonn, sobre todo porque decidió irse él con el comunista dejándoles al niño y luego la sorpresa del otro por el que se hacía pasar– Tenemos que sacarlo de Moscú.
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