F ü n f U n d Z w a n z i g.
Apenas el avión aterrizó y la puerta fue abierta el de ojos cielo se levantó como pudo casi cayendo al tambalear tanto en la escalera y vomitó cayendo de rodillas comenzando a toser tras eso, se sentía como una bolsa de basura en ese momento y de no ser por los brazos de Rusia seguro se habría caído de cara sobre su porquería cuando la adrenalina se le acabó impidiéndole mantener la fuerza en sus codos.
—Carajo.... ¿Ya me.. vino a recoger Dios?... –La mandíbula le tembló y de inmediato fue tomado en brazos por el de ushanka marrón que caminó con prisa hacia el otro auto que esperaba para llevarlos a la propiedad—.
—¿Puedes respirar?, ¿Necesitas que pasemos al hospital por algo? –El azabache lo envolvió en la manta que había tomado antes de los asientos, el menor estaba realmente desencajado y parecía que en cualquier momento se iba a desmayar—.
—Quiero mi cama.. –Weimar suspiró profundamente cerrando los ojos para no gastar energía extra en intentar enfocar su vista borrosa pues ya casi no sentía el cerebro—.
El soldado chofer recibió la orden de ir más rápido hacia la mansión del bosque y se pasaron por alto las señalizaciones sin problema alguno al tener el auto emblemas del gobierno, llegaron en poco más de media hora e inmediatamente el más alto bajó cargando al de ojos cielo que se había quedado dormido del cansancio, subió rápidamente hasta la habitación de este y lo despojó de sus prendas superiores antes de ir a su oficina por el maletín con indumentaria médica que tenía por emergencias como esas.
Rusia se atrevió a entrar también y se sentó a un lado de la cama para observar en silencio como su padre se colocaba el estetoscopio y comenzaba a intentar oír la frecuencia cardíaca del de rizos que respiraba con dificultad al borde de volver a toser.
—Frío... está frío.. –Se quejó este sintiendo el metal sobre su pecho, era bastante incómodo y le erizaba la piel—.
—Solo será un momento, por favor no hables y quédate quieto –URSS siguió oyendo la frecuencia de su ritmo cardíaco, era desnivelado y había un temblor en el pecho ajeno al respirar que era preocupante– Te vas a quedar en cama hasta nuevo aviso, debo averiguar unas cosas, Rusia vigilalo.
Tras ello el carmesí pasó un par de semanas leyendo libro tras libro para intentar saber qué sucedía con el menor que continuaba en cama entre la inconsciencia y el delirio, por su parte el otro joven se colaba durante las noches a dormir abrazando al rubio sin querer apartarse de su lado.
El de ojo dorado comenzó a salir más seguido hacia el territorio germano, dejándolos solos en la casa rodeada de guardias, durante una de las tardes Rusia terminó de cumplir con sus deberes y regresó a la habitación del tricolor encontrándoselo sudoroso y con la respiración agitada, removiéndose y murmurando algo entre labios.
—Ka...Ame.. –La voz entrecortada de este no dejaba en claro qué estaba intentando decir, pero aún así haciendo que el de piel roja se acercara sentándose a su lado para prestar atención—.
—¿Necesitas agua? –Con preocupación el ruso tocó su frente sintiendo que su temperatura era elevada, pero desde días atrás las compresas húmedas no funcionaban—.
—Me..rika... –Weimar balbuceó con lágrimas naciéndole de los ojos que permanecían cerrados, pero sentía una energía a su lado y su mente agotada lo llevaba a rememorar– No me... dejes, Bitte..
—..¿Ah?, No voy.. –Las palabras del más alto se vieron interrumpidas por más frases cortas ajenas, llevándolo a callar para intentar entender—.
—Amerika....por favor.. guerra... –El germano se aferró a la mano del castaño con la que logró dar a ciegas, soltando más palabras desordenadas como todo en su mente en ese momento– Deuda... mi Dritte.. hermano....
Quedando desconcertado por la mención del estadounidense, el de ushanka hizo una mueca mirando fijamente al convaleciente que parecía estar en un drama interno, sin embrago dejó que siguiese hablando.
—...Vater.. murió, Dritte... solo nosotros ya –Sus dientes castañearon y comenzó a toser algunas veces volviendo a quedar inconsciente debido a su delicado estado– Mis sobrinos.. proteger...
Los ojos lavanda se afilaron uniendo los trozos de palabras hasta dar con algo que se la hacía inverosímil, ¿Por qué le decía hermano al fascista y estaba tan empecinado en llamar al capitalista entrometido?, no parecía ser únicamente por ese escándalo anterior donde oyó con disgusto que se habían acostado en el edificio de juntas en Berlín por lo cual su padre casi le rompe el cuello al anglosajón, pero no entendió lo de los sobrinos y lo de proteger..... hasta que haciendo memoria sobre lo que oyó durante la guerra, se decía el que nazi tenía solo dos hijos y un hermano mayor al que mató debido al pésimo manejo financiero.
Aquellas ataduras lo dejaron frío durante un rato perdiéndose en demasiados pensamientos acerca de si debía averiguar al respecto, decirle a su padre o simplemente esperar a que el tricolor despertara para pedir una explicación. Aunque al rato las dos primeras opciones resultaron malas, si investigaba comenzarían a sospechar sobre su interés repentino al igual de que si le decía a su padre este podría matar al rubio por su engaño, a lo que comenzó a morderse el labio pensando hasta que se rindió, no diría absolutamente nada.
Ni una sola palabra respecto a lo que escuchó, fingiría que jamás ocurrió y seguiría a lo suyo como si nada, así podría continuar recibiendo los tratos del alemán..... Incluso si tenía que ocultarle algo así a su padre.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top