E i n U n d Z w a n z i g.

No había manera de que el soviético ebrio lo soltara, incluso lo había casi arrastrado en brazos hasta su habitación arruinando sus planes de ducharse.

—Señor Sowjet suélteme, quiero ir a dormir –El de piel amarilla forcejeó un poco más pero lo único que hacía era que el semen en su interior saliese a causa de la presión que hacía y arruinase su ropa interior—.

—Vas a irte con él, no quiero.. –URSS se acostó en la cama junto con el más bajo, hundiendo el rostro en su cuello que no notaba lleno de marcas y mordidas debido a la oscuridad—.

—..¿De quién habla? –Ya más nervioso pensando en que había oído o visto lo que pasó con el de estrellas se quedó quieto dejando que lo acariciara mientras esperaba su respuesta con tensión—.

—No me gusta que sean tan cercanos.. Rusia tiene mucha confianza –Respondió en un susurro avergonzado, estaba celoso de que su propio hijo recibiese mejor trato del tricolor—.

El rubio cayó en cuenta de que ya lo tenía dónde lo necesitaba, ahora mendigando por su atención no había opción a que lo rechace nuevamente, así que le movió los brazos con cuidado y una vez libre se sentó sobre él, cortándole las palabras con un beso que fue torpemente correspondido por el mayor cuya boca tenía un fuerte sabor a vodka puro.

Quiso seguir moviéndose para provocarlo pero el azabache lo tomó de las mejillas para seguir besándolo, acabó por distraerse con eso y se dejó llevar entre los devoradores besos posesivos del eslavo hasta que en algún punto de la madrugada se quedaron dormidos con la ropa arrugada. Y para la mañana comenzó todo el espectáculo despertando de golpe a Weimar por el ruido de oír a alguien caerse, el cual se trataba del más alto tomándose la cabeza y balbuceando algo inentendible.

—¿Qué pasó?.. –Habló soñoliento y algo desorientado, no entendía porqué tanto barullo tan temprano—.

—Demo.. Demokraticheskiy por favor perdóname, no sé qué me pasó, juro que no quería lastimarte –El escarlata se puso de rodillas al borde de la cama para tomar las manos del menor, lleno de pánico y culpabilidad– Maldición no debí beber así, soy un monstruo.

—..¿Lastimarme?, Ah... –Finalmente entendió todo el alboroto cuando se vio en un reflejo cercano, tenía los labios hinchados, las marcas bastante notorias y sus shorts estaban manchados– Bueno, no fuiste tú..

—Pero si yo.. tú, te dejé lleno de marcas como si fuese un salvaje, ¿Necesitas que te lleve con un médico?, ¿Te duele algo? –Inmediatamente se levantó del suelo para revisarlo superficialmente, el germano era bastante delgado y de apariencia delicada por lo que le causaba terror la posibilidad de haberlo lastimado ya que era consciente de lo brusco que se ponía al intimar—.

—¡Oye comunista vago, llevamos media hora esperando a que tú y tu trasero se aparezcan en la reunión! –Unos toques bruscos en la puerta seguidos de la fastidiada voz del anglosajón interrumpieron el drama de la habitación para iniciar uno aún más grande—.

—Ahora no es momento de.... –URSS abrió parcialmente la puerta para pedir tiempo extra pero la piel albina del americano le dejó notar rápido que también tenía algunas marcas pequeñas y ató rápidamente los cabos de que el menor le dijese que no fue con él– ..¡Tú, bastardo capitalista!

—¿Yo qué? –Alcanzó a decir confundido antes de que el de parche lo tomara de la camisa con fuerza iniciando así un forcejeo brusco que llamó la atención del rojiazul que salió de su habitación– ¡Oye, suéltame salvaje de la tundra!

—¡Te atreviste a tocar a Demokraticheskiy! –Le ladró sujetándolo más fuerte, tenía una mezcla entre odio, enojo y un revoltijo de celos inexplicable porque su enemigo ideológico se atrevió a acostarse con el alemán—.

—¿A quién?, ¡¿De qué mierda hablas?!, sácame las manos de encima –El norteamericano lo tomó de las manos clavándole las uñas para que lo soltara, estaba en desventaja al haber ido solo ya que el otro ruso estaba expectante listo para saltar a la orden de su padre—.

—¡Eres un desgraciado por acostarte con un niño a mi cargo! –El soviético señaló por un segundo al de ropa entallada que estático en su lugar miraba a todos lados pensando en cómo librarse de esa—.

—¿Niño?, espera, ¿Acaso hablas de W.. –Afortunadamente para los otros dos el tricolor fue más rápido y se soltó a llorar de la manera más exagerada posible captando la atención del de parche que lo tomó en brazos cuando también fingió casi caer al suelo—.

—Que se vayan, haga que se vayan..  –Le lloriqueó el rubio al más alto, aferrándose a su pecho como si buscara esconderse de algo, realmente funcionó porque la puerta se cerró en la cara de los otros dos– Diacúlpeme.. yo, esto es mi culpa. Yo solo quería atraer su atención y he causado todos estos problemas..

Al notar que el de ojo dorado lo estaba escuchando atentamente siguió soltando todas las cosas que máquinaba su mente en ese mismo momento para salvarse el pellejo con más mentiras.

—Pensé que.. si le daba celos con el señor Amerika... Usted finalmente me haría caso, porque yo.. yo quiero hacer todo eso con usted... –Acto seguido bajó la cabeza, encogiendo los hombros para mostrar arrepentimiento en lo que su labio temblaba sin dejar de soltar lágrimas ya más calmadas– Usted me gusta mucho, pero solo me ve como a un niño... Déjeme demostrarle que no lo soy.

Sus delicadas manos amarillas desabotonaron su propia camisa arrugada aún arrodillados sobre el suelo, dejando ver su delgado pecho como si fuese una ofrenda, acercándose lentamente al escarlata que estaba aún analizando lo que le dijo en una obvia insinuación sexual.

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