Capítulo 3

Recomendación de canción: All I Want - Kodaline

La ciudad de Elavec tenía un clima de ensueño -la mayoría de los días- pero esta noche parecía escenario de película de terror.

Hacia demasiado viento y principios de lluvia. No me agradaba la idea de esperar en el lobby porque ya sentía el hotel Vienna como sinónimo de una mala experiencia, así que me encontraba en la puerta trasera, ya que la principal estaba atestada de reporteros.

Tenía este retorcijón en el estómago y el dolor en el pecho, sabía que era ansiedad, todo povocado por la sorpresa de encontrarle.

Por lo que los minutos esperando se sintieron como una eternidad antes de que llegara el taxi. Laura se despidió con un semi abrazo, mirándome a los ojos cristalinos, le adjudicaba aquello al viento, ya que no quería que pensara que estaba llorando.

-Me avisas cuando llegues. ¿Ok?

-Claro.

Ella entró de nuevo y yo subí al auto.

En el camino a mi departamento las gotitas de lluvia crecieron lo suficiente como para formar un diluvio, veía caer el agua afuera de la ventana y sonreía con nostalgia. Este es el tipo de situaciones de las que me burlaría, alegando que parecían de video musical, con toda la estética deprimente de tal vez esa canción de kodaline que es perfecta para las rupturas.

Las noches en especial lluviosas me transportaban a la de mi graduación, cuando luego de calmar mi nerviosismo una noche de tormenta, Él me dijo por primera vez "Licenciada" en broma. Dándole un nuevo significado a aquel título, y a su vez besando mi frente y haciéndome sentir en extremo querida. Como una niña, una niña que lo enorgullecía.

Pocas veces estaba presente en momentos especiales, pero mi graduación de la universidad fue una excepción, el pequeño gesto se sintió como una señal de apoyo gigante, aún más cuándo me miró de esa forma que sólo él sabía, enunciando las palabras con ese tono de voz que provocaba escalofríos.

-Estoy orgulloso de ti. -La frase me había inflado el pecho.

Era extraño pero siempre me encontraba a mi misma buscando su aprobación, tratando de encajar en todas sus expectativas, de esa forma sentía que iba a quererme un poco más...

-Se que serás una increíble escritora, ya eres una maravillosa periodista...

Sonreí cuando lo escuché, una sonrisa tan sincera que me obligó a abrazarle, nunca estuve tan feliz como en ese momento. Creyendo que mi éxito le alegraba y que en realidad creía en mis sueños de la misma forma en la que yo creía ciegamente en todos sus múltiples proyectos, esos que al final nunca culminaba.

Mi mayor meta había sido ser escritora, utilizar lo que había vívido como una enseñanza, una forma de inmortalizar mis sentimientos de tal manera que solo tendría que leerlos.

Tenía muchos escritos, muchas obras e inspiración, pero desde que Meza llegó a mi vida, mis escrituras eran desordenadas y poco consecuentes, tal vez porque se transformaban en un reflejo de mi...

A duras penas conseguí no mojarme tanto en la lluvia, entrando rapidamente al departamento con Rodrigo ladrando como desquiciado y saltando hasta llegar en sus dos patitas delanteras a la mitad de mi pantorrilla. Me causaba adoración poder ver al perrito emocionado como si yo fuera lo mejor del mundo. Deje las llaves en la cómoda de la sala y me vi en el espejo.

Bien, tienes dos opciones, Ronnie:

Opción 1: Te dejas caer en la depresión y te levantas mañana.

Opción 2: Pretendes que no paso nada e internalizas todo lo que sientes.

Suspiro y camino hasta mi habitación. No hay nada más liberador que tomar una almohada y gritar en ella.

Como quisiera que fueran ciertas todas esas películas que romantizan estas situaciones.

No hay nada encantador en dejar que tu vida dependa de alguien, no hay nada hermoso en ser drenada mental y físicamente.

Obtener un corazón roto en el proceso de ayudar a que otra persona salga adelante. No hay nada romántico en la manipulación, en la traición.

Estaba harta del término 'tóxico' en la sociedad actual...Pero Dios, que real era.

Hice el conteo en mi mente de cuál de mis tres mejores amigas podría llamar para decirles lo qué ocurrió, Bayolet me reprocharía siquiera haberme quedado en la misma habitación en la que él estaba, Patricia me arrancaría la cabeza apenas dijera "Me", estoy segura que Diana me escucharía pero me daría demasiada pena admitir lo débil que fui.

Estaba tan avergonzada que no podía pensar en que hacer correctamente.

Decidí quitarme el vestido y darme una ducha, se me había corrido el maquillaje y parecía un mapache, no se en que momento empecé a llorar pero ahí estaba, la decepción que viene con la realización de que no has olvidado a la persona que amas, la misma persona que te hace daño. Un sentimiento con el que estoy demasiado familiarizada.

-Te sigo queriendo pedazo de imbécil...

Sabía su número de memoria, sabía también que si le llamaba la línea podría estar ocupada, pero ¿por qué lo haría?, ¿por qué le dejaría un canal de acceso a mi?

No podía volver a lo mismo, por más que extrañara los momentos buenos, tenía que entender que él era mi pasado. Tiré el teléfono en la cama.

Tuve un baño terapéutico, pero sin importar la cantidad de espuma y la música relajante, no sacaba de mi mente lo ocurrido. Di con la conclusión: Estaba segura de muchas cosas, entre ellas que amaba a Meza y sin importar lo mucho que me lastimó, no creía que lo dejaría de amar en algún punto.

¿Otra cosa de la que estaba segura? Él no se merecia ese amor.

Amaba las salidas a desayunar.

Era tradición para mis mejores amigas y yo, reunirnos en el café a dos cuadras de la editorial donde trabajaba: R&S Books.

Tratábamos de juntarnos un día a la semana para tener actualizaciones de nuestras vidas. Como cosa rara ordenaba algo que fuera dulce en el menú, junto con jugo de naranja, adoraba ser la chica básica que siempre pedía lo mismo en su restaurante favorito.

Mis amigas eran tan distintas entre sí que a primera vista parecíamos todas personajes sin relación alguna. Diana hablaba de su actual proyecto de remodelación; Un estudio de un programa de televisión, era apasionada por lo que hacía, así que cuando mostraba sus bocetos me quedaba embobada por su talento. La diseñadora de interiores del grupo.

Bayolet y Patricia llegaban tarde, tal vez porque la primera no era un ser humano decente antes de la una de la tarde y la última no salía de su casa en la mañana sin antes de culiminar su rutina de ejercicio.

Por lo que Diana y yo hablabamos tranquilamente, mientra le daba mis opiniones acerca de una de las paredes alumbradas.

-¿Y cómo estuvo el evento? Según pude ver en los artículos fue un exito.

Mi sonrisa automáticamente abandona mi cara. Ni para disimular sirvo.

-¿Pasó algo?

Si leyó los artículos del evento significa que sabe que Meza estuvo allí, ni hay manera de que la prensa no haya nombrando al actor en sus resúmenes.

Suelto un bufido restándole importancia, podría pretender que no le ví, que me fui antes. Contarle sería admitir en voz alta que tuve sexo con él, sería dejarle saber que caí de nuevo luego de meses superándolo.

Niego con la cabeza. -No, no paso nada, solo que Iván estuvo de cansón y me fui antes porque me dolía la cabeza, al menos obtuve buenas fotos.

Di no dijo nada, se notaba que no me creía del todo pero no cuestionó nada en absoluto. Sobretodo porque cuando hablaba muy rápido y contaba demasiados detalles es porque estaba ocultando algo en específico y ella lo sabía.

La verdad es que Laura y Diana son el epítome de la no-presión y merecen un premio al ser humano del año.

Gracias al cielo cambia el tema y puedo dejar de masticar los panqueques con una lentitud agobiante.

-¡Casi lo olvidaba! Deberías acompañarme esta semana, es la primera vez que filman en el estudio de televisión y quiero ver como se ve el proyecto todo finalizado.

-¿Enserio?-Ella asiente entusiasmada.

-Me dijeron que podía llevar a alguien y automáticamente pensé en ti, así me ayudas a tomar fotos y algunos videos para la página.

Su emoción me hizo sonreír de nuevo, amaba el entusiasmo y dedicación con la que hacia las cosas. Y siempre que pudiera ayudarla, me sentía bien. -¡Claro que voy!

Mis amigas eran medicina.

Jonathan intercedió en el pasillo mientras iba a mi oficina, el pelinegro me miró con una sonrisa de comercial que correspondí a penas.

-Tenía que traerte esto. -Dice.

Ambos entramos y deja en el escritorio un pesado ejemplar. Varias hojas de papel con enunciado. Otro manuscrito. -Es bastante bueno, quería asegurarme que le dieras un vistazo completo.

Levanto una ceja. -Todos los manuscritos los reviso perfectamente.

Él asiente. -Sí, lo sé. Solo...quería que en verdad le prestaras atención a este.

-Basta de rodeos, ¿Por que estás aquí, en realidad?

Ay Ronnie, siempre tan directa.

Doy la vuelta y me coloco detrás del escritorio, donde en la pila de pendientes, posiciono el manuscrito al final.

-¡Eres en realidad imposible, Ro!

Suelto una carcajada haciendo una ademán con la mano para que continúe.

-Ok está bien, me ganaste.

Jonathan sube ambas manos en una señal de paz y deposita encima de la mesa dos pedazos de cartón que saca de su bolsillo. Los tomo para darme cuenta que son tickets.

Oh no.

-Quería invitarte a la premiere de esta película, se que ya me has dicho que no quieres tener citas y lo respeto, iríamos como amigos, enserio no tengo a nadie con quien ir, puramente platónico.

Suelta todo con rapidez, nervioso. Se me hace adorable, como un perrito.
Jonathan tiene los ojos más azules que he visto en mi vida y la capacidad de soltar cien palabras en un segundo.

Es lindo sí, pero no es...él.

Por supuesto, son tickets para la película. "La mentira entre nosotros" Protagonizada por ...Meza.

Niego. Pocas personas saben de mi relación con él, puesto a que ambos mantuvimos la situación privada, aún así eso me dificulta el hecho de pedir que no le nombren, como ahora.

Lo que menos necesito es verle de nuevo, así sea por una pantalla.

No me lo pienso mucho, también porque estoy cansada de que todo gire entorno a él. -Acepto si podemos cambiar de película.

Enseguida Jonathan asiente feliz, recordándome a in Golden Retriever. Me hace saber que enviará los detalles por texto y cuando se marcha, trato de eliminar de la mente el trailer que vi de aquella película.

Recuerdo que cuando me enteré había quedado pasmada. Pues nunca me contó que había estado trabajado en ella. Dos meses después. Se había editado y estaba en estreno.

Meza no compartía casi nada conmigo.

Aborrecí el trailer. Verle en escenas que no podía soportar, me hicieron querer tirar mi laptop por los cielos.

Habían momentos fuertes al menos para mí, escenas sexuales. Y no necesitaba rememorar lo que había vivido.

Ahí estaba mi ex novio, el actor, investor, contador, diseñador -Y mil y un otras carreras en las que le ayudé. -El moreno con músculos y mala actitud, inteligente, llamativo y reservado, el que no soportaba tomarse selfies porque nunca estaba seguro de que se veía bien.

Ahí estaba de la noche a la mañana siendo una sensación.

Masajee mis sienes. Yo nunca le había visto así, siempre me había llamado la atención quien era, lo que había dentro. No como se veía y lo que tenía.

Por impulso, abrí uno de los cajones de la cómoda del escritorio, un manuscrito en específico reposaba pacíficamente en el fondo del cajón, con el nombre en negrita que me perseguía en toda ocasión, un libro entero que resumía dos años de relación caótica y encantadora al mismo tiempo.

Meza

¿Cuándo dejaría de repetir tu nombre?

El título se marcaba en el medio de la hoja, seguido de dos líneas que tuvimos, una conversación que se dió de forma tan espontánea uno de esos días en donde decirle que lo amaba no era suficiente.

-Te amo sin intereses. -Le había dicho, convencida de que sin importar que tuviera o quién fuera, lo amaría toda mi vida.

-Y yo sin limitaciones. -Respondió.

Cerré los ojos. ¿Qué proponía salir de los límites? ¿Arriesgar todo? ¿Quererme en silencio? Nunca supe el significado, pero quería creer que se traducía a más allá de los límites conocidos.

Te amo más allá de los límites conocidos...

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