Capítulo 26
Recomendación de canción: Say Don't Go - Taylor Swift
Aquella fue la primera noche que me sentí completamente segura en los brazos de Meza.
Tal vez es que siempre había esperado muy poco de él, y por ello sentía que era impresionante el hecho de que por una vez; Estuvo para mi.
Tenía una mezcla de alivio y extrañeza en el cuerpo. No me pidió que parara de llorar -como acostumbraba.- mientras íbamos de camino a mi departamento. Solo me sostuvo, con la barbilla a la par de mi cabeza, depositando besos en la coronilla de la frente.
-Todo estará bien. -Repetía.
Le creía, lo hacía.
E incluso una vez en casa, cuando me ayudó a salir de mi ropa y entrar en el baño, únicamente trató de cuidarme.
¿Lo habrían asesinado? Me aterrorizaba preguntar.
No quería que mi mente fuera hasta esos pensamientos, como siempre, quería bloquear cualquier cosa dañina que haya ocurrido, ignorarlo para no tener que sentirlo.
La idea de Gabriel muerto me provocaba alivio, incluso felicidad, y eso me hacía sentir culpable. Pero...¿No se lo había buscado? No podías tentar a la muerte tantas veces, no podías lastimar a alguien sin pensar que aquello traería un karma.
El agua corrió por mi cuerpo de forma lenta, mientras Meza usaba la esponja para enjabonarme en la bañera. No hablamos, de alguna forma el silencio era justo lo que necesitaba, y cuando me miraba, podía entender perfectamente lo que quería decirme.
No necesitábamos muchas explicaciones, algo ocurría cuando estábamos separados y volvíamos a encontrar el camino juntos. Como dos imanes, sabías que se habían distanciado, pero una vez aquello acababa, es como si el tiempo no importara.
El pasado podía interferir mil veces y aún así solo estábamos en el ahora. En una línea de tiempo diseñada para ambos. Para Meza y Ronnie.
El moreno me entregó la toalla que reposaba doblada en la canastilla, saliendo del cuarto de baño para que pudiera secarme. Me tomé el tiempo de verme en el espejo, tenía mis ojeras de siempre, la piel más pálida luego del baño y el cabello oscuro pegado a los pómulos. Parecía cansada, drenada, con la cortada en la mejilla. El alcohol se había disipado pero no el malestar que traía consigo, el dolor estomacal y los mareos.
Meza apareció en el marco de la puerta carraspeando, en su mano llevaba lo que era un rectángulo de plástico con un montón de adhesivos y medicinas en gel. El botiquín de primeros auxilios. Parecía cómodo curioseando y buscando cada cosa dentro de mi casa.
-Hay que curarte. -Dijo, acercándose y colocando las cosas en la esquina del lavado.
Asentí. Sentándome en el inodoro cerrado.
Tenía especial cuidado con la herida, colocando una de las medicinas en la cortada, el líquido ardió en mi piel, Meza sopló sobre la herida de forma lenta. Contuve la respiración apenas, viéndole fijo.
Se veía como él, pero había cambiado, el cabello largo rebelde ahora estaba corto, en degradado, parecía casi el look típico de los jugadores de fútbol. Se veía inclusive más bronceado, como si hubiese pasado demasiado tiempo expuesto al sol, la piel siendo caramelo, nuez tostada.
Alargó su mano por mi pómulo al terminar, besando la comisura de mis labios. Enredando un mechón de cabello en su dedo índice.
-Me gustaba el rubio.
Le miré en reproche. -Solo tú escoges justamente eso para decir.
Se encoge de hombros. -Me encantas como sea, perooo te veías preciosa de rubia.
Ruedo los ojos, riendo. Eso lograba, que riera en los momentos más difíciles. -Así que..."Te encanto como sea"
-¡Ah! Ya vas a usar eso en mi contra.
-Bueno-
Pero no me deja terminar, no esperando más para besarme, me acerca a él de un tirón. No es un simple beso, se trata de un intercambio de labios desesperados y necesitados, un te extrañé oculto en el proceso.
Me levanta para hacer que entrelace mis piernas en su cintura, dejando un rastro húmedo de besos por mi cuello, la toalla cayendo al suelo. Soy consiente del cambio en la temperatura, del deseo, del calor que se expande por nuestra anatomía. Noto su respiración alterada y sus manos calientes en mis muslos.
-¿Estás bien como para hacer esto? -Pregunta antes de tumbarme en la cama.
No pienso, asiento.
Había pasado tanto, flotaba encima de nuestras cabezas todas las cosas que faltaban por decir, todo lo que omitíamos. La distancia, el cambio, inclusive el intento de desprestigio de Iván y el hecho "diminuto" de que recientemente había ordenado la muerte de una persona.
No, no estábamos cuerdos. No estábamos ni remotamente conscientes. Lo único que nos unía en este momento era el ansia que teníamos por el otro. Así que cuando retomó su labor, no me negué. ¿Para qué hacerlo? El moreno burlaba todas mis defensas con una facilidad increíble. Y ni el alcohol en mi organismo había perdurado como para culparlo, yo quería esto incluso tanto como él.
Se despojó de su ropa en un instante y estuvimos unidos. Tanto como la superficie de la cama nos lo permitió. Entre jadeos le vi sonreír, cada centímetro de su piel rozando la mía, nervios, escalofríos, un sin fin de sensaciones y choques de electricidad, minutos de horas donde múltiples veces caímos en extasía.
Conocíamos bien el camino en el cuerpo del otro.
Y luego cuando el cansancio pudo con nosotros, me mantuvo abrazada, sin moverse ni un centímetro, mientras besada todo mi rostro. Encima de mi.
-Te amo. -Dijo, casi como si no pensara en lo que acababa de decir.
Fruncí el ceño, viéndole bien. A duras penas retomaba el aliento. Aún podía sentirlo, y se me dificultaba pensar con claridad.
No se ni cuánto tiempo había pasado
desde que decidimos venir a mi departamento, él estaba seguro de que nadie lo buscaría aquí, también quería cuidarme. Y aunque habíamos llegado sin su seguridad, estaba convencida que en el transcurso de la noche aparecerían.
Me había ocultado tanto...pero había cosas que podía descifrar sin necesidad de que las dijera.
-¿Has venido por eso? ¿Porque me amas..?
-Si... y porque tú me llamaste.
No aparta la mirada.
-Pensé que estabas fuera de Elavec...
-Y lo estaba, pero llamaste. Tomé un vuelo de inmediato, apenas estuve aquí te contacté, gracias al cielo estaba cerca del evento de Diana.
-¿Viniste solo por eso? Inclusive luego de lo que hizo Iván....
Él frunce el ceño. -Sabía que tu hermano estaba detrás de mí, pero no pensé que había conseguido informantes. Supongo que es lo que tratabas de decirme.
Asentí, algo cabizbaja. En realidad no se que pensar, no estoy en la capacidad de usar mi mente correctamente. Casi nunca lo estaba cuando le tenía cerca. Llevo la sabana a mi pecho mientras Meza se apartaba en la cama, al menos estaba cubierto y así no me distraería con nada más.
-Ronnie, no te he dejado de amar solo porque hayan pasado seis meses y hayas querido olvidarme con un imbécil.
....-Se que he hecho cosas mal. Estos meses pasaron millones de cosas. No te mentiré diciendo que no traté de olvidarte estando en otra relación, pero fallé épicamente, solo podía pensar en ti.
Apenas sus palabras se asientan, tengo un retorcijón de amargura en el estómago. Trató de estar con alguien más.
Incluso cuando fue él quien arruinó todo. ¿Por qué aquello no me sorprendía?
-Tal vez si hubieses puesto el mismo empeño que pones en buscar pareja, en solucionar los problemas, no fracasaras en todas tus relaciones. -Mi respuesta es cortante, y él me toma de la barbilla para obligarme a verle.
Me arden los ojos pero es que ya no se que sentir ni cómo hacerlo, hace segundos estábamos teniendo sexo como desesperados. Ahora lo quería lejos.
-Solo traté porque tú me echaste de tu vida.
-Tu no trataste de arreglarlo, te fuiste, dejaste que te alejara.
-No iba a ir en contra de lo que tú querías. Estabas con alguien más, y aunque fallé, no iba a perseguirte más de lo que lo hice.
-No te esforzaste, yo siempre luché por los dos. -No quería llorar, estaba cansada de llorar, pero me picaban los ojos.
Estábamos discutiendo, nuevamente encontrábamos la forma de terminar en una discusión.
-Ronnie...no quiero pelear. -Hace una pausa, tomando mi mano. -De todas las personas que la vida ha puesto en mi camino yo creo que tú eres la única que realmente me ha entendido, así insista en que no...A pesar de que te diga mil cosas estando molesto, a pesar de todo obviamente solo digo esas cosas para herirte, todo es mentira. -Me mira, con cejas fruncidas, con un visible dolor en su rostro pero con el deje de sinceridad más que palpable. -Tu, eres una mujer maravillosa, eres una mujer que me ha enseñado muchas cosas que tal vez no sabía de mí o no encontraba en mi mismo y que tal vez tú encontraste.
...-Gracias por estar, y no solo estar a la ligera, sino, estar.Porque estoy consiente de que siempre has querido lo mejor para mí. -Suelta lo que parece una risa pequeña. -Excepto cuando te hago sentir mal.
-Meza. -Interrumpo, la molestia en mi ya no estaba, era reemplazada por adoración. Todo lo que decía... ¿Podría creerle? ¿Podía confiar en él?
Niega, en un petición silenciosa de que le deje continuar. -No quiero que estas sean solo palabras y sé que no se expresarme muy bien, pero... quiero que sepas que si me lo permites, trataré de hacer las cosas bien, quiero cuidarte y cuidar de mi también.
...-Nada ha sido fácil y nada lo será, sé que hemos esperado demasiado para estar juntos como se debe y mi vida no es la mejor del mundo, y lo siento, siento ocultarte tantas cosas. Pero apuesto todo por ti, pongo cada cosa por ti, doy mi vida por ti y para ti. Por nuestro futuro...que se que lo tenemos, el de nuestra familia...porque quiero que tengamos una familia juntos, quiero despertarme por la mañana y lo primero que quiero ver eres tú y saber que finalmente estoy con la mujer que amo.
Entonces quedó en silencio, con la mirada suplicante en sus ojos, el castaño verdoso del iris brillante aún con la poca luz del exterior. En ese momento supe que no importaba lo que había pasado antes, ni todo lo que había costado llegar aquí, amaba a Meza, ningún intento de avanzar, ninguna otra persona, nada eliminaba aquello.
-Te amo. -Le dije.
Esta vez no solo se sentía como estar juntos en físico, sino en alma.
Por la mañana me sentía en un sueño, flotando en una nube de algodón, aún cuando sabía que estaba en mi habitación, se sentía como un lugar completamente nuevo. Porque había una promesa no dicha entre él y yo.
Estaba demasiado feliz de solo creer que Meza...que ambos tendríamos ese camino que tanto ansiaba.
Cuando giré en el colchón, pude notar que no estaba en la cama, aunque no podía estar lejos, el lado donde dormía seguía caliente, y mi cuerpo desnudo entre las sábanas solo pedía abrazarle. Tomé la bata de baño y fue que me percaté del portátil a la orilla de mi mesa de noche.
Nunca lo revisaba en la mañana, pero como mi teléfono fue completamente destruido, quería cerciorarme de que al menos podía recibir mis recados en la aplicación de mensajería.
Abrí la bandeja para dar con varios mensajes de Diana, muchas quejas sobre mi comportamiento y preguntas acerca de mi bienestar. Algunas dudas de Leah, pero lo que llamó mi atención fueron las notificaciones de portales de noticias.
El emporio turístico perteneciente a la Familia Meza en crisis.
Nuevas pruebas han salido a la luz dejando en evidencia la serie de tratados ilegales que involucran a la familia prestigiosa de Elavec.
Órdenes de captura se han oficializado en contra de la familia, con especial hincapié en el menor de los hermanos.
Él.
Mis manos empiezan a temblar, cojo el teléfono fijo del departamento, marcando el número de Iván en forma frenética. No tarda ni dos intentos en atender.
-Ronnie. -Dice al otro lado de la línea de forma cortante.
-¿¡Qué hiciste!?
Suelta una risa. -¿Asumo que ya viste las noticias? No me voy a dejar someter por esos criminales. Con la primera ola de alegaciones, salieron más pruebas, están hundidos. Y espero que se pudran en la cárcel.
-¡Iván, maldita sea! Jean solo te utiliza, y tú eres increíblemente idiota para notarlo.
-¿De verdad tú me vas a decir quien me utiliza?
Auch.
-¿Estás bien? -La voz de Meza me desconcierta por un momento, finalizo la llamada de inmediato.
Entra a la recámara con expresión con cejas fruncidas, lleva los jeans de ayer junto a la sudadera. Tal vez hasta se había dado una ducha.
-¿Estás bien? -Repite. Asiento apenas, arrojando el móvil a la cama.
-¿Viste...? ¿Viste las noticias?
Él se rasca la parte trasera de la cabeza, visiblemente incómodo. -Si, estaba esperando que despertaras para avisarte.
-¿Avisarme?
-Tengo que irme, Ronnie.
-¿Qué? Pero te están buscando, no puedes salir del país así.
-No puedo quedarme aquí con esa orden de captura tampoco, no iré a la cárcel y tu hermano está determinado en arruinarme a mí y a mi familia entera.
No se ni que decir. -¿Te irás como hace meses?
-Si. Y sé que debo irme antes de que le venga la represalia a Rivardi.
-¿Lastimaran a mi hermano?
-No lo sé...pero no me sorprendería. No quiero que me adjudique eso igual.
-¿Cómo que no lo sabes?
-Solo hablo con uno de mis hermanos en este momento, y él tampoco me informa, como todo esta dirigido a mi, debo ser el primero en no mostrar la cara, más cuando soy una figura pública.
Me abrazo a mi misma dejando que las palabras se asienten. -¿Qué pasará con nosotros?
Meza se acerca, colocando su mano en mi mejilla sana. -Apenas salgamos de esto, estaremos juntos. Mis abogados me sacarán de la orden de captura y veré que podemos hacer con las demandas, apenas lo solucione empezaremos de cero.
-¿Es cierto todo? Las cosas que dicen que has hecho. -No puedo evitar preguntar.
No solo es estafa, corrupción. Arruinó la vida de muchos. Violencia. ¿De verdad lo conocía? ¿En realidad podía decir que sabía realmente quien era Meza?
Trato de no pensar en lo de antes, trato de no pensar en cómo ordenó que asesinaran a Gabriel. Lo hizo por mi. Él no haría nada malo sin razón.
A menos de que tal vez la razón le diera dinero...
Toda la apariencia de hombre de negocios, de persona naturalista, interesado por el arte, la actuación, la vida saludable; Esa persona que vendía al público en general como si viviera de como los demás lo veían.
¿Acaso algo de eso era real?
-Algunas cosas si...-Respondió. -Por eso también me marché, estuve todo este tiempo viajando. Yendo a lugares para escapar de todo, para solucionar las cosas, y aún así pensando en ti. Sin importar en qué rincón del planeta estaba, igual todo me recordaba a ti.
Trago saliva, algunas.
...-Separarnos es de las cosas más estúpidas que hacemos.
Hago una mueca en desagrado. -¿Y aún así es lo que haremos ahora no?
-Si. -Sentencia.
Creo que dirá algo más pero los toques en la puerta me sacan de la burbuja entre ambos, frunzo el ceño.
-Deben ser los muchachos. -Dice refiriéndose a su seguridad. -Enserio debo irme.
Asiento, acompañándolo a la salita. Mi casa parecía otro lugar con su presencia ahí, sin nosotros peleando. Quería capturar este momento en mi mente como una foto en mi memoria.
Mi pecho se sentía oprimido, como si mi corazón fuese consiente de algo que mi mente no.
Apenas doy de lleno con el ramo de girasoles en la mesa de estar. -¡¿Y esto?! -Digo, tomando las flores en brazos.
Sonríe. -Había olvidado con todo lo que pasó, que te tenía esta sorpresa para ti.
-Meza...las amo, son mis flores favoritas.
-Quería tomar la iniciativa, que me naciera tener un detalle contigo, es lo menos que mereces.
No puedo procesar. ¿En qué momento fue por ellas?
Los llamados se hacen más insistentes en la puerta, y es que escucho los ladridos de Rodrigo en la habitación conjunta. Casi me había olvidado del cachorro.
Meza abre la puerta, pero las personas detrás no son sus acompañantes, sino mi hermano, seguido de dos policías uniformados.
El corazón se me acelera en sobre manera. Iván quería que reaccionara, seguramente lo escuchó en la llamada. Mi hermano solo quería una respuesta, él sabría que protegería a Meza.
-Gracias por darme la ubicación hermanita.
Le miro con ojos muy abiertos, los policías entran buscando esposarle, no puedo contener el desprecio que siento hacia mi propia sangre. No puedo contener el shock, como mis manos sueltan las flores para buscar interponerme. Iván me sujeta de los hombros apartándome de los oficiales.
-Tiene derecho a permanecer en silencio, todo lo que diga, puede y será usado en su contra en las cortes legales. Tiene derecho a un abogado. ...Si no puede costear un abogado, se le asignará uno.
Meza permanece inmóvil mientras es esposado. Solo me mira, como nunca pensé que me vería, con odio. -¿Tu hiciste esto?
-¡No! Claro que no, Meza te lo juro. -Sabía que le suplicaba con la mirada. Créeme.
Todo estaba ocurriendo muy rápido.
Pero el moreno solo reflejaba decepción, tristeza. Me partía el corazón. Quería volver en el tiempo a segundos atrás, donde teníamos un plan, donde no había llamado al imbécil de Iván.
-Confíe en ti. -Fue todo lo que dijo, mi corazón se partió.
Iván le miró de reojo mientras los policías se lo llevaban. Ya no pude verle, sollozaba, no sé en qué momento me soltó, a mis pies los pétalos estaban destruidos y esparcidos por la estancia.
-Me decepcionas, Ronnie. Solo por nuestro padre y porque aun así eres mi sangre no dejé que te arrestaran por obstrucción a la justicia. -Niega. -Tal vez así aprendas a elegir mejor con quien te relacionas.
No le respondí. Solo permanecí en el suelo, mientras se iba, mientras se llevaba todo lo que alguna vez había querido.
Mi vista cayó en la nota escrita en el cartoncito blanco, de la que no me había percatado cuando tomé las flores.
Leía: Te amo 18/01/20
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