El primer templo
Era agradable la sensación de reposar su cabeza sobre los rizos definidos y alborotados de Anne, es olor a relajante pantano le llegaba a la nariz y sus mechones rebeldes le rozaban y cosquilleaban los oídos.
Amaba tanto el sentimiento, como si nunca quisiera despertar de aquella irreprochable ensoñación.
-¡Chicas, chicas, chicas!
Y su burbuja estalló.
Ella y Anne casi caen del susto ante la repentina interrupción de Marcy, se miraron entre sí con un bochornoso sonrojo y se evitaron visualmente. La asiático se dio cuenta de su error y se disculpó avergonzada.
-Ups, perdón, chicas -murmuró apenada. La americana y la tailandesa la miraron con cara de pocos amigos. -pero veamos el lado bueno ¡Finalmente hemos llegado!
La primer vista de Sasha se centró la sucia letrina y con disgusto torció la boca.
-Puaj -expresó asqueada. -¿Consideran eso un templo?
Anne soltó una risita burlona.
-Creo que en realidad se refería a ese -apuntó al gigantesco templo, la rubia casi se le cae la barbilla al suelo al verlo.
-Wow -musitó asombrada Sasha.
-Sí. Wow -confirmó con risita Anne.
Las chicas contemplaron unos cómodos segundos más el suntuoso sitio.
-Imagino que Marcy ya se nos adelantó ¿No es así? -dedujo nada sorprendida Sasha. La morena infló las mejillas y asintió.
-Absolutamente -afirmó.
-Vamos por ella antes de que se caiga por las escaleras o active una extraña trampa secreta -habló la rubia.
-Por favor -rogó maternal Anne.
🌟
La asiática veía con estupor y efusividad el interior del sitio, había balbuceado algo sobre saber un antiguo y olvidado lenguaje de cifrados que sus amigas no se molestaron en entender.
"Busquemos pistas".
Había sido su primera orden. Así que cada adolescente se había separado a lados diferentes.
Anne pateó una extraña caja que le recordaba al cubo Rubik, sin dudarlo lo tomó.
-Hey, Mar Mar -llamó a su amiga. -Mira esto, parece rubi…
Pero su discurso quedó en el aire cuando una esfera esmeralda la cubrió y elevó sin permiso.
-¡¿Anne?! -preguntó alarmada Sasha mirando a su actual amor flotando en la nada. Marcy a comparación le brillaron los ojitos.
-¡Encontraste la pista! -chilló eufórica. -¡Lánzala, Anne!
-¡Aquí va! -anunció y arrojó el objeto a la pelinegra, la burbuja se deshizo de inmediato.
Sasha llegó hacia ella justo a tiempo para atraparla exitosamente. Anne vio la posición en la que estaban y sus mejillas se tiñeron levemente, el sonrojo fue compartido por Sasha quien se sonrojó más notoriamente y la bajó con cuidado.
-Hey -soltó en un suspiró Anne. -Gracias.
-No es nada, Anna banana -respondió tratando de no trabarse Sasha. El sentimiento bochornoso se fue al carajo cuando el piso vibró injustamente y cambió su posición, para su suerte ambas reaccionaron. -¡Marcy! Si no es mucho favor, te pediría que no trates de matarnos ¿Si?
La asiática hizo un ademán de desinterés y prosiguió con su trabajo.
-Esto podría hacerlo incluso en renacuajo, lo resolveré cuanto antes -avisó contenta. -Por mientras no mueran.
Y el piso vibró una vez más.
🌟
La segunda prueba parecía una pista de baile, incluso le pareció encantadora a la tailandesa, una total amante del movimiento rítmico.
Anne y Sasha soltaron un suspiro de alivio cuando Marcy saltó directo a la pista y calló en el cuadro verde, seguía viva.
-Alguna de ustedes pise la otra pieza -pidió. Las amigas se miraron entre sí.
-Yo lo haré -se ofreció de inmediato Sasha. Anne negó educada.
-Para nada, yo voy -le siguió poniendo un pie al frente pero la rubia se lo impidió.
-¡Salten de una vez! -gritó Marcy empezando a enfadarse.
Al final, después de un atrabancado y repentino salto, Sasha fue la que pisó el susodicho cubo. Casi se quemó el cabello por segundos cuando pisó accidentalmente el de al lado.
🌟
-Creo que ésta es la última prueba -musitó confiada Marcy. Sus amigas detrás de ellas sudorosas y agitadas emitieron un desganado hurra. -¿No es emocionante?
-No -respondió de inmediato Sasha con la cara hecha un lío de sudor. Incluso su flequillo estaba caído y pegado a su frente.
Anne ni siquiera respondió, pero por la temblorina en sus piernas sabía que realmente estaba cansada.
-Tranquilas, chicas. Estoy segura que puedo resolver esto por mi cuenta, descansen si quieren, yo sigo la prueba -ofreció agradable Marcy. El alma le regresó al cuerpo a Anne, quien asustada y maternal negó de inmediato.
-¡No! -chilló. -Te acompañamos.
¿Cierto, Sash?
La rubia soltó un bufido berrinchudo y asintió.
Entraron al último salón, Marcy se acercó de inmediato a un tablero de juego y los ojitos se el volvieron estrellas en segundos.
-¡Acabatracio! -chilló emocionada.
-¿Acaba-qué? -preguntó aburrida Sasha.
-Es como ajedrez -explicó rápida la asiática. -pero ¡Extremo! Y quizá mortal.
-Absolutamente aburrido -soltó en un suspiro pesado Sasha doblando su nuca hacia atrás. -Pero puedes encargarte de esto tu sola ¿Verdad, Marbbles?
La chica asintió frenéticamente.
-Perfecto, Anne y yo vamos a descansar por allá -informó dándose la vuelta para tomar la mano de la rizada, pero la misma se notaba insegura.
-No lo sé, Sash -respondió tímida. -¿Estás segura de que no necesitas ayuda, Marcy?
La pelinegra asintió de nuevo mientras cargaba entre sus brazos las fichas del tablero.
-Absolutamente -aseguró confiada. -Me volví tan buena en esto que incluso superé al rey Andrias.
-¿Ves, Anne? Nada que temer -prometió dulce Sasha encaminando a la chica de los hombros hacia los lugares de reposo. -Marcy sabe lo que hace. Además ¿Qué tan conflictivo puede ser un tonto juego de ajedrez?
Pero en cuanto Marcy acomodó la primer pieza, un agujero se hizo en el suelo y se tragó a la tailandesa.
-¿Anne? ¡Anne! -chilló horrorizada Sasha. La morena apareció en el tablero gigante como reina. -¡Marcy, haz que la regreso ahora! -ordenó. La chica se mordió los labios nerviosa.
-Creo que será imposible, Sash. Debemos terminar el juego o no podremos recargar la gema -explicó nerviosa ante la insistente y perturbadora mirada de la rubia. -¡Pero prometo ganar lo más pronto posible ¿Si?!
-Por favor -rogó aun con la vista en su compañera en el juego.
-Prepárate, creo que podrías ser la próxima -advirtió temerosa Marcy. Sasha elevó los hombros con desinterés.
-Sólo hazlo.
Marcy acomodó todas las fichas, y el mismo cuadro absorbió a la americana quien apareció en el juego como…
-¿La reina? -preguntó consternada observando su traje blanco, contrario al de Anne. -Y del equipo contrario ¡¿En serio?!
¡Agh! Estúpido acabatracio.
Marcy continuó jugando, Sasha y Anne vieron su excesiva confianza en el juego y temieron por lo mismo. Para su suerte, eran de las últimas piezas en dar su ataque.
-Anne, voy a moverte -avisó nerviosa Marcy. La chica tragó saliva y asintió.
La tailandesa avanzó derecho hasta el fondo, dónde Marcy contaba que el rey -que sólo podía hacer un movimiento- no tuviera posibilidad de moverse por otra pieza que estaba adelante y le obtruía, Anne como reina lo aplastara y ganara en un deslizamiento.
Pero el rey dio un movimiento inválido y se rió.
-¡¿Qué?! -preguntó más enfada que consternada Marcy. -¡Ni siquiera se vale hacer eso, sapo tramposo!
Había un detalle, una pieza separaba a Sasha de Anne.
-Marcy… -llamó la rubia nerviosa.
-Yo puedo ganar todavía -aseguró mordiéndose el labio. -¿V-verdad?
Marcy movió la pieza de Anne hacia atrás para evitar la peligrosa cercanía y riesgo de que sus amigas se mataran entre sí.
Sasha avanzó y rompió la ficha que las separaba. Un movimiento más podía herir a la castaña.
-¡Marcy, cancela el juego! -exigió nerviosa. Marcy mordiéndose la uña movió la ficha de Anne a un lugar seguro. -¡Marcy!
-¡Puedo ganar! -chilló estresada. -Si pierdo no podremos entrar al templo de nuevo, necesito ganar.
-¡Da igual, cancela la partida! -gruñó Sasha. -Alguna de nosotras dos va a salir lastimada ¿Quieres eso?
Marcy abucheó la boquita con los ojos cristalinos apunto de llorar. Tocó una pieza y la tumbó. Hizo el resto con las mismas.
-Tienes razón -musitó triste. -No puedo ganar.
Tomó el tablero y lo dejó caer, el mismo se hizo trizas en el suelo y los trajes de piezas se hicieron polvo dejando caer a las jóvenes. Marcy sin pensárselo corrió hasta ellas y las envolvió en un abrazo.
-No logré hacerlo -lloró en el hombro de Anne, la misma en una postura maternal había sido la primera en abrazarla fuertemente. -De verdad creí que ganaría.
Y ahora no podremos recargar la gema, nosotras no podemos volver a casa.
Sasha sintiéndose culpable por haberle insistido demasiado también la abrazó.
-Tendremos otra oportunidad, Mar Mar -alentó optimista. -Y te aseguro que una copia chafa de ajedrez no podrá contigo. Estaremos ahí cuando eso pase.
-Ustedes son más importantes que el acabatracio -mencionó componiendo su postura Marcy. -Supongo que es hora de volver a casa y anunciar nuestra derrota. Andrias no estará muy contento con esto.
-Chicas -llamó Anne apuntando las flechas azules. -Creo que el juego nos está corriendo.
-Vámonos de aquí -rechistó ofendida Marcy.
Aunque cuando pasaron de largo, descubrieron que la horrible letrina era el lugar sagrado de recarga. Aun con la suerte de milagro, Sasha se siguió asqueando con el sitio.
Marcy recargó su gema, y el verde de sus ojos se redució en un instante hasta perder todo su valor.
-¡Lo hicimos! -chilló eufórica dando saltitos hasta donde estaba Joe Sparrow. -¡Lo hicimos, lo hicimos, lo hicimos!
¡Toma eso, templo! -fingió dar puñetazos al aire.
-Parece una niña -comentó enternecida Anne juntando sus manitas al lado de su rostro con un gesto de adoración. Sasha soltó una sonrisa boba incómodamente.
-De eso no cabe duda -afirmó.
Marcy preparó algunas cosas antes de levantar vuelo mientras las chicas hablaban en un lugar apartado antes de irse.
-Oye, Sash -llamó tímida Anne. La rubia la miró por unos segundos y los ojitos le brillaron cuando vio el mediano sonrojo en el rostro moreno. En verdad moría por atraerla del rostro y besarla en ese instante.
Apartó al vista violentamente sintiendo sus mejillas comenzar a arder.
-¿Sip? -preguntó en un tono chillón e indiscreto.
-Gracias por atraparme hace rato -murmuró hecha un lío de nervios la tailandesa. -Fue agradable no romperme el trasero.
Sasha casi bailó de triunfo sintiendo el ego escalarle hasta la cabeza.
-No es nada, Anna banana -aseguró abochornada la rubia. -Te atraparé siempre que lo necesites.
Anne sonrió aliviada y tomó el guante carmesí.
-¿Nos vamos?
Apretó la manita morena y sonrió decidida.
-Vámonos.
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Perdonen la demora~
No tenía ideas :'ccc
Próximo cap: continuamos con el segundo templo~
¿Posible estadía temporal en Newtopia?~
La vida desde la perspectiva de nuestros anfibios favoritos?~
¡Nos vemos la próxima!
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