ríndete, chico malo.
¿Qué tan malo podía ser un chico de 14 años, realmente?
No le encontraba lógica que alguien de esa corta edad fuera tan temido. Solo llevaba un par de semanas en esa escuela, quizá por ser nuevo no entendía. No conocía al chico, lo único que sabía de él era gracias a los rumores que se esparcían por la escuela.
"Escuché que encontraron armas en su mochila" "Dicen que encontraron una motosierra enterrada en las canchas con su nombre escrito en esa cosa" "Según sé se enojó tanto que rompió uno de los tubos del laboratorio en la cabeza de su compañero"
A su parecen, algunas cosas le parecían exageradas, incluso le causaban gracia. Podría creer algunas cosas, pero no todas. Nadie estaría tan loco como para llevar más armas que libros a la escuela.
Lo miraba por los pasillos y dudaba aún más de la veracidad de aquellas acusaciones. Tenía dos coletas, un suéter de rayas rosas y una mirada tranquila, y aunque sabía perfectamente que las apariencias engañaban, no podía creer que alguien así pudiera incluso romperle huesos a sus compañeros.
[...]
Sentía como una mirada estaba clavada en él. A pesar de estar considerablemente acostumbrado a que la gente lo mirara raro, nunca se había tan incómodo por tanto tiempo.
Giró su cabeza en busca de alguien que le estuviera viendo, y entonces lo encontró; era él, aquél chico malo del que todos temían.
Su mirada no era aterradora, como se lo hubiera esperado; sin embargo, el que le observara le causaba un sentimiento más intenso que la incomodidad. No era miedo, no creía en todos los chismes que se decían, así que no tenía porqué tenerle miedo.
Volvió a mirar la mesa en la que sus manos estaban recargadas. Algunos de los compañeros que estaban junto a él habían notado éso; Kedamono había visto a Popee, y Popee lo había observado tan fijamente que creían que lo asesinó en su mente.
Ambos miraron con preocupación a Kedamono. Él era muy callado, nisiquiera había tenido contacto con el rubio, entonces, ¿por qué entre tantas personas lo había visto a él?
Debían de admitir que destacaba gracias a su largo cabello y sus orejas y cola de lobo; no era tan común ver a un híbrido. Pero, ¿por qué lo había visto por tanto tiempo?
-- ¿No te da miedo? -- le murmuró una de las chicas al híbrido.
-- ¿Por qué me daría miedo? -- en su mirada se podía ver su confusión, pero sus compañeros no lo podían ver gracias al cabello que cubría los ojos ajenos.
-- Ya sabes, ese es un chico... problemático.
-- No creo que sea peligroso. -- comentó Kedamono.
Ella lo miró con una mueca de inconformidad; al parecer, era uno de esos chicos incrédulos.
[...]
Nunca habia entendido porqué todos le tenían miedo hasta ese día.
No lo había visto en primera fila, pero sí lo suficientemente cerca para entender la razón por la cuál nadie se le acercaba.
Solamente sabía que uno de los estudiantes mayores que el rubio e igual de incrédulo que Kedamono le había molestado durante el almuerzo, pero no tenía ni idea de qué le había dicho.
Popee estaba practicando un simple truco, en donde ponía su mano y separaba los dedos para encajar algo en medio de ellos, intentando evitar el clavarselo en alguno de sus dedos.
Estaba haciendo aquello con un lápiz bastante filoso, según los presentes; incluso varias veces había fallado, lastimandose.
El chico fue y lo intentó, saliendole mejor que a Popee. Le aplaudió con una cara de asombro, buscó en su mochila y sacó un cuchillo de cocina, dándoselo al chico.
Éste negó, y el rubio con molestía agarró su mano y empezó a practicar, mientras el chico intentaba retirar su mano, jalandola.
El cuchillo se encajó en los bordes de sus dedos, e inevitablemente soltó un gran grito llamando la atención de todos. Le soltó un puñetazo en la cara a Popee, logrando alejarlo, pero no esperaba que el rubio le diera un puñetazo en la mejilla izquierda.
"¡Si eres tan llorón no me hubieras retado!"
Logró escuchar Kedamono, quién se había acercado al lugar para saber mejor qué pasaba, pero quedando detrás de bastante gente, sin permitirle ver del todo bien.
Escuchó gritos y maniáticas risas, sin embargo ningún coro que les animara a seguir la pelea como solía ser costumbre.
Varios de los estudiantes fueron a detener aquello, sosteniendo a ambos para alejarlos unos de otros, y ahí el híbrido pudo ver la sangre que ambos tenían, manchados de ella, ya sea en sus rostros, puños o ropa.
Y a pesar del miedo que ahora Kedamono tenía, una curiosidad por aquél rubio surgió. No entendía el por qué de su comportamiento, pero esperaba que resolver sus dudas no fuera tan peligroso.
ésto parece una clase de prólogo, pero es un o. s, ya que si hubiera sido un fanfic seguramente nunca lo hubiera acabado. lo qué pasó despues pueden imaginarselo o incluso hacer un fanfic de ello, pq según yo no hay alguno basado en esta canción¿
les puse 14 y 16 por una historia q leí de sus versiones tipo en donde son estudiantes¿¿ no sé bro, sólo quise escribir esta weá
espero que les haya gustado, aunque a mí no me convenció del todo. espero que de tanto escribir o. s mi narración vaya mejorando hasta que mis escritos me agraden o algo-
si tienen alguna duda o yo un error no olviden decirme, yo con gustó les responderé 💞
hasta la próximAaa¿
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