Quiz [Capitulo 8]
.
.
.
Noviembre del 2013.
JongIn
La alarma en mi celular no había dejado de sonar durante varios minutos, minutos en los que yo permanecí mirando el suelo con dolor en la cabeza y una sed tremenda. El sonido que emitía el aparato incrementaba el dolor en mis sienes así que sin pensarlo, lo voté a alguna esquina de mi habitación, si se rompía podía comprar otro.
Con esos malestares, me inundó el arrepentimiento, no debí tomar la noche anterior, pero el equipo de beisbol había ganado las finales de campeonato juvenil del estado, era lógico que se iba a festejar. Tuvimos suerte de que los padres de Sehun estuvieran de viaje y los profesores no nos iban a supervisar ese día, la fiesta fue buenísima, pero con él dolor en mi cabeza no podía dejar de pensar que había sido un error, también porque yo ni siquiera estaba en el equipo.
El timbre de mi casa sonó y al ver que nadie salió a atender, de malas ganas salí yo, no podía creer que los domingos mis papás ni siquiera podían dejar de trabajar, olvidé también que la señora Wu no vendría durante un tiempo, ya sentía que la extrañaba, aquella viejita era la única compañía que tenía en casa, pero por un accidente en su hogar, debía tener reposo absoluto. Tenía que verla algún día.
Antes de abrir, sin poderlo evitar un eructo salió de mi boca y el olor a alcohol se intensificó a mí alrededor. El timbre tocó de nuevo, al mismo tiempo que yo intentaba con una mano alejar aquel aroma.
Abrí de mala gana, con deseos que aquella persona me dejara en paz, mi cabeza dolía para lidiar con alguien equis. Pero al verlo frente a mi, con esa cara malumorada y con los labios formando un puchero, esos deseos que tuve momentos antes se esfumaron rápidamente.
—¿Acaso me quieres matar de la preocupación?. Estuve mandando miles de mensajes y llamando otras tantas. No respondiste y decidí venir a ver si estabas aquí.
Su preocupación era genuina y me encantó, nadie a parte de la señora Wu se preocupaba por mi, la calidez que sentí en mi cuerpo y corazón me hizo reír como un tonto. No podía creer que ese chico era mi novio, preocuparse porque no dí señales de vida luego de la escuela y venir hasta mi casa era simplemente, hermoso. Me sentí tan afortunado de tener un novio como Soo.
Aunque ya que lo pensaba bien, jamás le había dicho a Soo dónde vivía. Y no me quedé con la duda así que pregunte mientras que el entraba a la casa como si fuera de él.
—¿Qué cómo supe dónde vives?, Por Dios JongIn, no fue difícil dar contigo cuando en instagram subes absolutamente todo lo que haces, lo que comes y dónde estás. Además eres una persona muy conocida en el instituto. No fue nada dar con tu dirección.
Asentí y tomé nota en mi mente sobre lo que dijo, tal vez debía dejar de postear de esa manera, un loco podría rastrearme fácilmente y hacerme daño, un escalofrío me recorrió completo al pensar eso.
Cerré la puerta y despejé los malos pensamientos en cuanto la voz de Soo llegó a mis oídos.
—Tu casa si que es grande. Perece una casa como las que salen en los dramas.
—De hecho, un drama se filmó en mi casa hace unos años.
Me miró sorprendido y fascinado, odiaba recordar como mis padres le prestaron la casa a un amigo para hacer ese tonto drama, estuve fuera durante dos meses viviendo en un hotel, yo solo. Suspiré recordando lo abandonado que me sentí aquella vez, pero ya era parte de mi vida sentirme así.
—Bien, ¿Me dirás dónde estuviste anoche?.
Espabilé cuando Soo volvió a hablar y lo miré apenado por mi respuesta pero al parecer no le importó tanto, solo me pidió ser más responsable y contestar a los llamados, porque las personas se pueden preocupar y suponer cosas desagradables, acepté como niño pequeño que es regañado luego de hacer una travesura.
—Bien, era todo, ya ví que estás bien, me iré.
Detuve a Soo porque no se podía ir así como así, ya que estaba en mi casa era un buen momento para pasarlo juntos, se lo dije y no le pareció mala idea. Subimos a mi habitación, le pedí buscar una película en Netflix para ver mientras me daba una ducha rápida, antes de hacerlo, pedí una pizza, refrescos, ramyon y dulces en una app y entonces me metí a la ducha.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Kyungsoo
La habitación de mi novio, era el doble de grande que mi anterior habitación en la casa de mi padre y en la de Lim-noona. Todo estaba acomodando pulcramente, pensé que tendría un desorden como el que me cargaba yo, pero me equivoqué.
En la mesita de noche estaba un portaretratos con una foto muy curiosa a mi parecer, aparecía JongIn en su infancia junto a sus padres, ninguno sonreía, estaban serios, no parecía una típica foto familiar donde se ve lo felices que son.
Miré otras cosas más, su colección de cómics, sus pequeños juguetes en su repisa y su escritorio con algunos lápices regados y una hoja con título. Mi futuro, lo raro es que solo tenía eso, no había más, entonces me pregunté, qué sería en el futuro, ¿JongIn y yo seguiríamos juntos?, ¿Qué haríamos los dos?.
La voz de mi novio me sacó de mi burbuja de preguntas y al voltear a verlo, casi se me sale la baba y un quejido por el tremendo cuerpo que estaba viendo. Sus pectorales, sus bíceps, sus hombros grandes y anchos, relucían mucho mejor por esa piel canela mojada. Miré más abajo teniendo una toalla blanca como panorama, si tan solo no estuviera, hubiera podido ver más.
Parecía un pervertido y estaba consiente de ello, por eso cuando ví esa sonrisa fanfarrona en su rostro, mis mejillas ardieron por la vergüenza. Le dije que se cambiara trabandome en el proceso y me dí medía vuelta para darle más privacidad.
Escuché como abrió cajones, puertas y demás, mordí mi labio inferior con ganas de darme vuelta otra vez, pero no podía, no debía. Las cosas habían ido bien entre nosotros, nos habíamos llegado a conocer mejor, sabíamos lo básico del otro y eso era lo mejor, ya existía mejor conexión y confianza entre los dos, tanto que sin darnos cuenta comenzamos a coquetar entre los dos, de una manera mucho más descarada, los besos y uno que otro toque comenzaron a ser normal entre nosotros. Pero, ¿estábamos listos para dar el siguiente paso?. No lo sabía, tampoco sabía si debíamos pensar en eso todavía.
Unas manos en mi cintura me pegaron el susto de mi vida, me revolví cómo gusano tratando de zafarme de las manos de mi novio y lo conseguí en minutos, lo miré enojado, pero a él no le importó, se rió en mis narices y luego me trató de abrazar. Yo haciéndome el enojado me resistí un poco, haciéndome el difícil, pero poco después dejé de actuar, lo abracé y comencé a reír con él.
.
.
Miré mi teléfono por cuarta vez en el día, eran las seis con cuarenta y tres, tenía mensajes de Hyolim diciéndome que usará protección si había una noche movida, ignoré sus mensajes como siempre. Había pasado casi todo un día con mi chico, no me molestaba, la estaba pasando de lo mejor, la pizza y los dulces se habían acabado, el ramyon y los refrescos estaban casi vacíos, pero en trascurso del día, no encontré señales de los padres de JongIn, en todo el día nadie había venido a verlo, entonces me pregunté si sus papás llegarían a dormir.
—¿Qué pasa?, Estás muy callado desde hace rato.
Miré a mi novio, dudando si decirle o no mi inquietud, pero al final decidí decirlo con sutileza.
—JongIn-ah. Me dí cuenta que en todo el día, ninguno de tus padres ha venido. ¿Trabajan hasta tarde?
—No, solo mi madre trabaja hasta tarde, creo que llega a las once, mi padre solo trabaja hasta las cinco, pero el tiene diferentes actividades durante la tarde, tiene un club de música y enseña ahí hasta las diez de la noche.
La ligereza e indiferencia con la que me explicó me dejó en claro que no tenía buena relación con sus padres, así que no pregunté más.
Asentí sin poder decir nada y volví a ver el televisor, la película iba por la mitad, cuando de pronto una escena subida de tono apareció, miles de clips aparecieron en la cinta, dónde los protagonistas tenían sexo a escondidas, en el edificio empresarial del padre de el protagonista, en el coche, en las duchas, sexo oral por aquí y por allá.
Me removí algo incómodo esperando que esas escenas terminaran pronto, el calor en mi cuerpo subió dos decibeles más y me sentí abochornado, comencé a abanicarme con una mano y a soltar aire por la boca. Miré el estado de mi novio y lo encontré mirando mis labios con vehemencia. Y por instinto yo también comencé a verlo de la misma forma.
•••
Hola, aquí otro capítulo más de esta historia que me está costando mucho escribir, mi fuerte son los one shots pero igual es una buena manera de ponerme retos para superarlos :))..
En fin, el próximo capítulo viene fuerte, avisadxs están jdjjd.
Nos leemos en el siguiente capítulo. Les quiero <3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top