Quiz [Capitulo 16]

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OP

Los pequeños copos de nieve caían suavemente, sobre el cuerpo tendido en la congelada autopista, la sangre, el auto en llamas y las sirenas a lo lejos, hicieron que el pelinegro se sintiera más perdido de lo que ya estaba, su cuerpo temblaba mucho, no sabía si era por el shock, por el frío o por su llanto a punto de salir.

La primera lágrima que soltó vino acompañada de un grito desgarrador, desde lo más profundo de su ser. La falta de oxígeno y el dolor de pecho, lo hacían apretar los puños con rabia, con desesperación, con tristeza, la sensación era tan fuerte que aunque sus cortas uñas perforaban parte de sus palmas no sentía consuelo alguno.

Tomó sus negros cabellos y comenzó a jalar de ellos, su cuero pedía clemencia sin respuesta. Al contrario seguía con la tortura.

Su pierna y sus costillas rotas ya no dolían como antes, la nieve y la mezcolanza de emociones no le dejaban sentir ese pequeñito dolor. El dolor de su alma superaba cualquier dolor físico.

Las emociones abrumadoras, se volvieron tan sofocantes, tan lastimeras, tan perturbadoras, que sin esperarlo, con unos últimos espasmos en su cuerpo, su corta vida lo abandonaba, el frío se volvió más insoportable, su cuerpo no dejaba de temblar y se sentía demasiado cansado.

Antes de que sus ojos, rojos por el llanto, se cerraran, vió una última vez el coche siendo consumido por el feroz fuego, quiso gritar el nombre de su mejor amigo que se había quedado atrapado en aquella bestia de metal, pero ya era demasiado tarde, sus fuerzas lo abandonaron y su corazón, dejó de latir.

El equipo de bomberos, las patrullas y la ambulancia, llegaron al lugar donde aquel coche lujoso volcó tras resbalar por la congelada autopista. El cuadro era como sacado de una película de acción; el coche yacía con las llantas boca arriba, totalmente incinerado, a no muchos metros del incendio, casi cubierto por una capa de nieve estaba el cuerpo de un chico, sus ropas estaban salpicadas de sangre, y su rostro pálido daba a entender dos cosas.

Estaba muerto, o acabó inconsciente debido al shock.

El pulso, ya no había pulso en aquel joven de cabellos negros. Ante la negativa de su compañero quien lo dio por muerto, aquella paramédico, que se dirigió a él mientras los bomberos hacían su trabajo, no permitiría que esa vida joven terminara así como así. Menos en un día tan especial como lo era Navidad, acomodó con ayuda de su compañero el pesado cuerpo del chico, aspiró suficiente aire y posó sus pequeños labios con los de aquel joven, pasando todo el aire contenido hacía el pelinegro. Y con algunas maniobras de RCP, logró que aquel corazón volviera a latir. El latido era vago pero al menos estaba con vida.

Subieron a la ambulancia y aquel joven aún estando inconsciente y mal herido, no dejaba de ser hermoso a la vista de todos.

-Eres tan apuesto y joven- habló con pena la paramédico-. Así que, aférrate a la vida- continúo- aún te falta mucho por vivir, aún falta que encuentres una buena pareja, que tengas hijos, o no sé, cumplir tu plan de vida, tus sueños.- finalizó.

Aquel discurso motivacional. Hubiera servido si la hubiese escuchado. Pero no fue así.

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El sonido constante del monitor, que indicaba sus ya estables signos vitales, le causaba un piquete intenso en las sienes. La luz blanca e intensa no lo dejaban abrir los ojos totalmente, poco a poco su vista se acostumbraba, y pudo observar el cuarto blanco, su madre dormida en el sofá de al lado, y su molesta intravenosa en la mano, no sé explicó cómo había parado en un cuarto de hospital.

Hasta que los recuerdos llegaron a su mente en una ráfaga dolorosamente rápida. Las cosas con su novio, el alcohol que consumió, el llamado a su amigo, el viaje en auto, su necedad, el accidente, el fuego envolviendo el coche y a su amigo. Todo, todo llegó a su mente, y la culpa se instaló en cada poro de su piel.

Lloró en silencio, temiendo despertar a su madre. Con su mano temblorosa trataba de acallar su llanto lastimero.

"Fue tu maldita culpa", se repetía una y otra vez, le hubiera gustado no haberse levantado de la cama ese día. Le hubiera gustado repetir ese quiz por segunda vez, confirmar que su intento por ser mejor pareja y mejor persona dieron resultados positivos. Tener a su amigo a su lado, riendo porque los dos pese a su pasado nefasto, ahora eran mejores personas, festejar porque las cosas con sus lindos enamorados estaban de maravilla.

Pero el hubiera no existe. Por más que anhelara que existiera, no había posibilidad de eso.

Sus lágrimas empaparon sus mejillas, cada lágrima que recorría su piel, las sentía lejanas.

La calidez de los brazos de su madre, intensificaron su llanto, su cabeza fue acariciada y la suave voz de su mamá le repetían una y otra vez que no era su culpa.

Aquel joven aferró sus manos a las sábanas y asintió para darle paz a su madre y así de paso se mentía a si mismo haciéndose creer que no fue su culpa.

Y lloró toda esa mañana, rogando por el regreso a la vida de su preciado amigo. Implorando volver el tiempo y no hacer nada de lo que hizo el 24 de Diciembre de aquel año 2013.

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25 de Diciembre. Año 2020

La vísperas de navidad habían llegado, aquel chico peli castaño frente al osario, no dejaba de observar aquella fotografía, donde aparecía con una gran sonrisa, su amigo de toda la vida, no podía creer que ya habían pasado siete años de su partida,  aquellos años en los que, siempre con pesar, se levantaba de su cama y vivía la vida que el hubiese preferido perder, a cambio de la vida de su amigo .

Pese que todas las personas le decían y recalcaban una y otra vez que no fue su culpa, el seguía sintiendo que así era.

Dejó la flor blanca cerca de la foto y se despidió de su amigo. Se puso nuevamente las gafas negras que siempre lo acompañaban y dejó salir un suspiro, luego de tanto llanto, sus ojos dolían y su cuerpo estaba tan cansado. Salió de ahí después de hacer una reverencia y prometer que regresaría de visita.

La depresión después de la partida de su amigo, cada vez era más difícil de superar, era como si su cuerpo estuviera avanzando, pero al mismo tiempo, su mente estuviera dando gigantes pasos para atrás. Ya no sabía que hacer. Terminar con su vida parecía una buena opción pero, luego de muchas sesiones con el psicólogo Lee, esa idea se iba opacando cada vez más.

–Sabía que estarías aquí.

Esa voz profunda la reconoció de inmediato, su cuerpo se tensó y dió media vuelta para tratar de huir pero un tirón en su saco negro se lo impidió rotundamente.

–Hoy no vas a huir de mi–. Sentenció el pelinegro. –¿No creés que me debes una explicación?.

Al fin había llegado el día, después de siete años, había llegado el momento de enfrentar las cosas con aquel chico. Recordar el pasado le dolía y más cuando desapareció de la vida de aquel pelinegro, así como así, sin explicaciones, sin nada. Le había hecho daño en el pasado, después de siete años, no creía que las cosas cambiarían.

–¿Para qué?, Ya pasaron siete años, no creo que sea importante ahora. No lo fué en el pasado, ahora, menos–. Le contestó con cierta crudeza en sus palabras. El pelinegro solo atinó a asentir, dolido por las palabras de aquel hombre con quién una vez intercambió palabras de amor.

–Para mí si fue, es y será importante. Después del accidente simplemente desapareciste, te busqué por todas partes, en tu casa, en la empresa, incluso tengo una ficha roja ahí, tu manager o los empleados, siempre salían a decirme que me fuera porque el Idol, no quería y no podía verme. Fuí todos los días por casi medio año, solo para saber cómo estabas, pero nunca me quisiste ver, todas las llamadas y los mensajes que te hice fueron ignoradas, luego simplemente cambiaste de número. Ahora, aquí, justo aquí. ¡Dame una maldita explicación!.

Aquel chico sentía la frustración del pelinegro, la explicación, las dudas, las preguntas, todo, era demasiado asfixiante, pero sabía que aunque quisiera, ya no podía estar postergando esas palabras.

–Lo lamento–. Dijo en un susurro para el pelinegro, su garganta acunó un nuevo nudo y las ganas de llorar volvieron a él. –Es solo que, quería alejarme de todo y de todos, después de perderlo, yo, ya no sabía quién era. Todos los días me levantaba por las pesadillas, él siempre estaba ahí, viéndome con dureza y me repetía que era mi culpa. No sabes lo angustiante que era eso, me volvió loco.

»Aquella noche, de seguro pensaste que no me importó dejarte ir, no fue así, lloré mucho, sentí que el corazón se me partía en miles de pedazos, te lo juro. Simplemente las cosas pasaron y decidí que no podía ser más egoísta teniéndote a mi lado, haciéndote daño de alguna manera. No lo merecías. Yo no te merecía.
La decisión la tomé para los dos, puedes decir que fue egoísta pero, así estamos mejor, ¿no es así?.

Cada palabra que escupió sin detenerse, las sintió pesadas al salir de su boca, pero al final, su mete ya se sentía un poco más liviana que antes. El peligro soltó el saco de aquel hombre que bien, le ganaba en estatura pero que sin duda era un completo tonto a su lado.

–Mira que sí eres imbécil–. Soltó con furia el pequeño. –¡¿POR QUÉ CARAJOS NO LO DIJISTE?!. ¡¿Por qué me hiciste a un lado así como así?!, ¡Hubiéramos podido solucionar todo, pudimos haberlo hecho bien, hubiera podido estar a tu lado!.

–El hubiera no existe, pudimos haberlo intentado, pero no era lo mejor–. Le interrumpió el alto. –Solo éramos unos críos, no sabíamos manejar las cosas, incluso ahora, ni siquiera sé cómo manejar algunas otras–. Dió media vuelta y al fin lo vió, muy detrás de ellos estaba aquel otro chico, aquel que fue el primer y único amor de su querido amigo.
Lo miró pero él bajó la mirada, no podía y no debía verlo a la cara, se sentía miserable al pensar que aquel chico había perdido a una persona importante a causa suya.

Por suerte una llamada le llegó al móvil y entonces supo que era una oportunidad para salir de ahí, para seguir huyendo y seguir siendo miserable pero en completa soledad.

–Lo siento, tengo que irme, mi manager quiere que esté para un ensayo.

El pelinegro no le iba a dar tregua, no sé iría de ahí hasta haberle dicho todo lo que guardó por siete años. Nuevamente le tomó del saco y lo jaló con fuerza para evitar su huída.

–No. No te irás de aquí hasta que hablemos bien. Él también quiere hablar contigo–. Dijo en un susurro firme el pelinegro

–No hablaré con él. Es mi última palabra–. Le dijo tajante al pequeño, no podía, sentía tanto miedo, tanto que sabía, le sería imposible hablar sin soltar montones lágrimas.

–No me importa que seas un Idol, te voy a moler a golpes si no hablas con los dos. No me importa recibir una demanda por tu empresa, tenemos algo pendiente y es momento de enfrentarlo.

Suspiró y se rindió, aquel chico, sí que era persistente. Se dejó arrastrar por el pequeño y cuando se dió cuenta, ya estaba frente a frente con aquel otro chico, a pesar de los años, su rostro seguía siendo el mismo que conoció en su época escolar. Hizo una reverencia y se quedó viendo el piso, incapaz de darle frente a aquel hombre.

–Hola. Hace mucho que no nos vemos. Seré breve, nunca fuimos cercanos, nos conocimos gracias a él y nunca pudimos hablar alguna vez. Igual, él siempre me hablaba de tí, de lo grandioso que eras como amigo. Así que te vengo a decir algo, sé que después de el accidente, hiciste que me contactaran y me dijeran la verdad sobre aquella noche, sé también que te sientes culpable así que..  yo no te guardo rencor, tampoco pienso que tuviste la culpa. Fueron cosas que sucedieron y ya. Espero que con lo que dije, tengas un poco más de paz en tu alma.

Diciendo esas últimas palabras, suspiró aliviado, dió una reverencia y se marchó. El chico castaño se quedó inmóvil, las palabras de aquel chico dejaron una sensación suave en su cuerpo y en su mente. Sus lágrimas regresaron y luego de mucho tiempo, al fin lloró como un niño.

El bajito, lo abrazó y consoló hasta que su llanto calmó. Pero aún así, seguía esperando por su momento.

–Ahora que lo escuchaste, me toca hablar a mí–. Tomó aire y con las mejillas coloradas por una vergüenza espontánea habló. – Se qué éramos unos chicos inmaduros en aquel tiempo, pero yo tenía claro mis sentimientos. Sabía que quería estar contigo, sí, aquella noche me sentí traicionado, sentí que era solo un juego para tí pero no fue así. Me enteré gracias a alguien lo que ocurrió en verdad. Así que te pido una disculpa.

»Se que no será nada igual y que ahora eres una persona famosa, pero, ¿podrías al menos decirme cómo has estado?. Al menos, ¿podríamos seguir hablando como cuando éramos jóvenes?. Más aún, ¿podrías decirme si aún sientes algo por mí?.

Aquellos ojos brillantes, le causaron ternura, tenía cada respuesta de aquellas preguntas en la punta de la lengua pero, aún no era el tiempo correcto, aún no se sentía listo para decirlas. Aún le faltaba sanarse para poder contestar aquello. Así que simplemente pensó en lo que era correcto y lo que serían sus consecuencias, aún así, lo dijo.

Se acercó al pequeño y dió unas palmadas en la cabeza, su cabello negro, tan suave como lo recordaba.

–Aún no es tiempo.

Atinó a darle un beso en la frente y después se marchó dejando a un pelinegro con la duda y la esperanza en pie.
Entonces, aquellas pequeñas y frágiles personas se dieron su tiempo, esperando al otro, sanando sus corazones, el tiempo pasó y no había algo claro, quién sabe, a lo mejor aquellas almas estaban destinadas a no estar juntas, a vivir separadas pero con un recuerdo latente de lo que fue y lo que pudo haber sido.

Igual, aquel mensaje que llegó tiempo después, les daría una respuesta.

Fin

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Aahhh el final. Ya casi tiene 4 meses que publiqué ésta historia, puede ser poco para otras personas pero para mí es un montón jajajja. Hubieron ocasiones en las que quería tirar la toalla y dejar la historia, pero todas esas veces, no sé de dónde encontraba inspiración pero me hacía retomar la historia y volver al ruedo jajaja.. no voy a mentir al decir que no me da tristeza terminar una obra, (cada cosa que escribo la escribo con sentimientos), y ésta obra fue muy especial, porque es la primera en ser una historia un poco larga, a decir verdad soy más de hacer one shots pero, después de empezar a escribir QUIZ, no quería dejarla así como así; yo sé que aún no soy buena escribiendo, aún me falta mucho por recorrer, pero me emocioné muchísimo al escribir cada capítulo del mini fanfic.

Aún así, sé muy bien que ante todo lo que pude hacer, las personitas que leyeron mi historia, fueron las que más hicieron aquí, pues me dieron la oportunidad, leyeron y leyeron a pesar de que no soy tan buena y salían muchos errores. Aún así me dieron su tiempo y apoyo, así que les agradezco profundamente por todo, sin los lectores no habría podido terminar la obra, así que muchísimas gracias ❤️. No olvidaré ésta experiencia que gracias a ustedes pude vivir :3 y espero que sigan apoyándome en otras obras que vienen en camino ✧。⁠•⁠ ⊹(⁠◠⁠‿⁠◕⁠).

Aún falta el epílogo y algunos extra(?. Todavía no sé si serán muchos o solo uno, igual espero que les haya gustado la historia ^^.. ( cabe mencionar que, mandaré a borradores y editaré la historia, eliminaré cada error y probablemente haga modificaciones, no será pronto, pero de que habrá modificaciones las habrá jjsjsjjs).

Sin más que decir, nos vemos en otra obra y gracias por todo <3

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