Capítulo único
Semi-AU
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Colocó la caja repleta de bolsas de semillas de girasol arriba en el estante en la tras tienda y se bajo del pequeño banco de madera. Sacudió sus manos y pensó que era suficiente trabajo por ese día en la Pet Shop.
Camino hacia el recibidor de la tienda y cerro la caja del mostrador. Por el rabillo del ojo miro hacia el reloj en forma de gato de la tienda.
11:30 pm
Se quito el delantal para dejarlo en una percha junto a otra y salio del lugar, no si antes colocar el cartel de cerrado a la vista, e introducir la llave en el cerrojo y cerrar con candado.
En silencio, tomo el camino hacia un extremo de la tienda, donde habían una solitaria y fría escalera esperándolo para subir hasta su apartamento. O eso pensó. Cuando llegó al rellano, se quedó inmóvil observando el humo del cigarrillo y la mirada de Kazutora en dirección hacia la luna.
Y Chifuyu sabía que hacia Kazutora ahí, tan tarde aquella noche.
En el medio año que llevaban conviviendo juntos, Chifuyu entendió que la vida le hizo a Kazutora aprender amar los silencios y la intimidad que le otorgaba la noche para meditar.
En medio de eso, Chifuyu siempre se sorprendía preguntándose sobre lo que estaría pensando.
¿En el sacrificio de Baji?
¿En todo lo que vivió con Baji en su infancia?
¿En que hubiera pasado si no hubiera tomado tan malas decisiones?
En silencio se coloco a su lado en la baranda y aprecio el sonido de la noche acompañándolos.
—¿Quieres uno? — la pregunta no lo tomo por sorpresa.
Antes que pudiera responder con una afirmativa, Kazutora ya le estaba extendiendo un cigarrillo sin dejar de mirar hacia la luna llena.
Aquello de compartir un cigarro cuando se encontraban tan tarde en el rellano de la escalera se había convertido en un pequeño ritual entre ambos desde hace unas semanas.
Chifuyu lo tomó y lo llevó a sus labios, del bolsillo de su pantalón sacó un encendedor y pronto el humo de su cigarrillo acompañó al de su ahora compañero de piso.
—¿Sabes que día es mañana? — volvió hablar Kazutora.
La voz de Hanemiya también se había vuelto mas suave con el tiempo, como si temiera alzar la voz.
Chifuyu mojo sus labios antes de tragar con dificultad.
—Si... —su respuesta apenas y se escuchó, con la brisa pasando en ese momento y acariciando sus cabellos.
La campanilla que había colocado en la puerta de su pieza tintineo.
—Quise odiarte. — soltó de pronto Matsuno, luego de darle una calada a su cigarro.
Kazutora no se inmutó.
O quizás fingió , el no sentir algo tras aquellas palabras.
—¡Demonios, enserio, cuanto quise odiarte! — La voz de Chifuyu sonó como si fuera un pequeño niño berrinchudo a que le había privado de algo que tanto deseaba y no podía obtener.
Kazutora soltó una pequeña risa seca.
—Si te hace sentir mejor, me quedaría mas tranquilo si me odiaras.
Chifuyu suspiró.
—No me has entendido Kazutora.
Aquella replica tomo de sorpresa al chico de mechas oxigenadas. Miro hacia Chifuyu por primera vez desde que había subido. El chico de corto cabello azabache seguía mirando hacia la luna.
—Dije que intente odiarte —Prosiguió Chifuyu. Tomo una gran bocanada de aire y soltó la colilla de su cigarro, la cual aplastó con su zapato. —Lo intente Kazutora, pero al final, simplemente, no pude.
Y Chifuyu realmente se preguntó mucho el por qué.
Quizás fueron las enseñanzas de Baji que se sumaron en los días que convivieron.
Quizás al final era por si mismo. Por que odiar no te llevaba a nada.
Quizás una mezcla de ambas.
Cuando vio a Kazutora un día que se animó a visitarlo con Takemichi al correccional, aunque él no habló, y se quedó todo el tiempo detrás de de su amigo, Chifuyu pudo notar por si mismo la soledad —pero también las ganas de salir adelante— en los ojos ambarinos de aquel chico que Baji tanto busco proteger.
De cierta forma, se vio reflejado el ciclo de resentimiento en que vivió Kazutora desde muy pequeño y ver como eso mato una parte de su vida, hizo comprender a Chifuyu que ese modo de vida no iba a funcionar para él.
Perdonar para él mismo y no odiar a Kazutora fue entonces mas fácil.
Al final quien se haría daño sería así mismo con tanto rencor.
Y lo comprobó aquel día en que fue a buscarlo en su salida de la correccional, queriendo brindarle un apoyó sincero.
Miró hacia su compañero, quien le sorprendió mirándolo.
Luego él mismo chico del tatuaje en el cuello rompió el contacto visual.
Otra cosa que Chifuyu había notado de Kazutora ese tiempo viviendo juntos, que él no lograba mirar por mucho tiempo a otra persona a los ojos. Quizás... por vergüenza.
La campanilla atrás de ellos volvió a sonar cuando la fresca brisa de otoño volvió a pasar.
Chifuyu escucho la exhalación de Kazutora.
—Antes de salir del correccional, pensé en que si realmente iba a ser tan fácil — su voz tembló. Chifuyu esperó. Era posiblemente la primera vez que el se abriría con él — Kazutora Hanemiya volvería a integrarse a sociedad luego de muchos años. Una parte de mi estaba emocionado ante la nueva oportunidad. Pero la otra parte — inspiró— me hacia sentir todavía perdido ¿que me esperaría ahora afuera? No tenía nada, ni dinero ni estudios... ni familia.
Los ojos Kazutora de cristalizaron, la colilla del cigarro cayó y apretó sus manos.
—Y Baji, ya no estaba. —Sonrío en medio de la tristeza. — Baji, ese loco impulsivo.
Y Chifuyu también se encontró sonriendo con melancolía.
—Baji, mi buen amigo Baji.
Kazturoa agarro su cabeza entre sus manos.
—Estando ahí adentro, en todo momento pensé en Baji. —La voz de Kazutora de quebró.— Me decía una y otra vez en el tratamiento; ¿como podría rendirme? Esta oportunidad me la dio Baji, si me rindo, la muerte de Baji será en vano.
Sin poder soportarlo más, Kazutora cayó el piso de rodillas.
—Quien no estará nunca más y de quien yo me hubiera gustado tanto disculparme y agradecerle por todo lo que hizo por mi. Pero sobre todo, el preguntarle ¿por qué Baji? ¿por qué tal sacrificio por mi? ¿Valía totalmente la pena?
Chifuyu se arrodillo también frente a él y, para sorpresa de ambos, lo rodeo con un brazo, atraiéndolo hacia él.
Así que en todo eso piensas, Kazutora.
—Baji siempre estará con nosotros. —le susurró. — En los corazones de toda las personajes que lo aprecian y aman de verdad. Así que, no te preocupes Kazutora, estoy seguro que él estará orgulloso en ver, desde donde que quiera que este, lo mucho que has salido adelante.
Kazutora coloco una mano en el pecho de Chifuyu y enterró su rostro en su hombro.
Y como si en todo ese tiempo lo que necesito fue un abrazo, se entregó a esa protección, con el corazón latiendo con dolor y de alivio por igual.
Y ahí, en medio de la noche, Chifuyu no se separó de Kazutora, no hasta que él chico logro drenar la tristeza y el dolor de tantos años en lágrimas.
Y cuando se hubo calmado y decidieron irse a dormir.
Cuando Kazutora ingreso a su cuarto y se recostó en su cama y miro hacia el cielo estrellado.
Lo que pasó por su mente con cierto grado de alivio fue.
En realidad Chifuyu, lo que también quería decir es que...
Gracias. Por no odiarme.
Y por buscarme ese día y darme una oportunidad de ser alguien.
Y cerró sus ojos. Con el pensamiento en que otra noche en que compartirían un cigarrillo en lo mas intimo del rellano, junto al barandal y la luna, se lo diría.
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Necesitaba escribir algo de mi KazuFuyu, sino no iba a estar nunca tranquila. No es mucho, pero es trabajo honesto 🤧
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