•Lost•
Un año, cinco meses, dos semanas y cuatro días.
Todo ese tiempo sin su Shoto lo había vuelto loco, no podía pasar ni un par de minutos en su hogar sin llorar sin consuelo y parecía que lo único que lograba calmarlo era patrullar e investigar hasta que colapsara.
Deku, el héroe número 1 pronto pasó a ser el número 5, siendo superado por muchos de sus amigos que cada vez estaban más preocupados por su situación.
Katsuki era el único en esa lista que apenas y le dirigía la palabra si es que se encontraban y aunque sonara cruel quería recibir un trato así.
Necesitaba estar lejos, necesitaba que no preguntaran por su estado. Debía recuperar la esperanza antes de volverse la de otras personas.
-Oye, idiota.- La voz de su "amigo de la infancia" le sacó de su momento de auto odio de la madrugada.- Lárgate de aquí a dormir.-
Negó en un suspiro.
-No aún.-
Luego total silencio, se separaron poco después, probablemente Kacchan estaría del otro lado de la ciudad evitando problemas o deteniendo algún robo.
Era el héroe número 1 ahora, debía disfrutar de serlo y claro que se encargaría de todo acto criminal en su provincia. Sabía que quería demostrar que era el mejor.
Caminó por las calles con su semblante siempre decaído y su sonrisa rota. Nunca había dejado de sonreír aunque fuera una sonrisa falsa solo para no romper su promesa a su maestro.
Pasó un parque a su izquierda, una de sus primeras citas fue en un parque y recordaba bien lo mucho que lo habían disfrutado. Risas casi escandalosas al verlo totalmente maravillado con el algodón de azúcar que jamás había probado antes, una charla cómoda y un pequeño gatito que habían bajando de un árbol.
-Aún pienso en las flores.- susurró mirando a su alrededor.- en el traje que usaría y el lugar de la fiesta.-
Hablar consigo mismo ya era más normal que nunca, siempre imaginando que él podía escuchar su voz en una respuesta.
-En la corbata que combinaría con tus ojos y... la niña que adoptaríamos, ¿Te dije que quería una niña?- continuó casi balbuceando para sacar todo lo que pudiera de su interior.
Un extraño sonido en la alcantarilla que recién había pasado le alertó.
Esperanzado de... vamos ¿Qué esperanzas tenía? En ese momento nada pero aún así la curiosidad le ganó.
Al acercarse esta y prestar total atención a los sonidos y lo que sea que hiciera no captó nada. Pese a esta respuesta se mantuvo por al menos quince minutos mirándola fijamente consiguiendo absolutamente nada. Ni un solo movimiento, ni un sonido.
Unas horas después escuchó que las alcantarillas de toda la ciudad habían reaccionado así por la presión y que ya estaban reparándolas.
Uravity lo invitó a su casa a dormir esa semana y aunque jamás dejaría de agradecer su hospitalidad sentía que la molestaba demasiado.
Ella, Froppy y Ingenium parecían turnarse para invitarlo a comidas y demás cosas que tomaban a veces días enteros.
Llegó a su casa a dormir poco antes del amanecer, cayendo casi desfallecido del cansancio en el sofá.
Un año, seis meses, tres días.
-Eres lo suficientemente fuerte para pasar por esto, ¡Tu puedes!- Sus amigos continuaron animándole para superarlo y comenzaba a pensar que hacerlo era lo mejor.
Había pasado demasiado tiempo sumido en su tristeza y auto odio, comenzaba a hartarse de ello.
Superarlo. Sonaba fácil y cada mañana se mentalizaba con un "Hoy todo funcionará y será un buen día." O un "Puedes hacerlo".
Su primera prueba y la más complicada fue sin duda el aniversario de compromiso, cinco de abril. Recordaba a la perfección que había sido un día lluvioso en el que la pasaron en casa por las inundaciones, abrazados y viendo películas o jugando cualquier juego de mesa que tuvieran.
Ese año no llovió ni una sola gota, haciendo parecer que el universo quería tratarlo distinto y no arruinar su vida como siempre.
Un año, seis meses y una semana.
Un patrullaje nocturno como ya le era costumbre, solo a mitad de la noche y vagando por las calles menos queridas de la provincia. Era lugar de muchos robos y asesinatos y pensaba que era un área perfecta para él. Mucha acción para poder distraerse bien de su odiosa mente.
-Ochako piensa comprometerse con Iida, ya le dije que ella debería dar el paso por que él no lo haría pero no me hace caso.- Contó a la luna y estrellas.
Solían escuchar muy atentamente lo que decía y eso le aliviaba demasiado.
Un sonido de goteo cuando recientemente no había llovido le hizo girar a un par de callejones sin salida. ¿Alguna fuga de agua? Era lo más probable en ese lugar.
Sus ojos se acostumbraron lentamente a la oscuridad del lugar, notando primero una mano cubierta de sangre. Su primera reacción fue acercarse a ayudar a quien estuviera en peligro, tocando debajo de su muñeca en búsqueda de pulso.
Afortunadamente la persona seguía viva, al iluminar un poco con la linterna esta cayó al suelo de inmediato.
Un botón en su cinturón fue presionado, llamando de forma inmediata una ambulancia.
-Sho...- Susurró con lágrimas en los ojos. ¿Ese era su Shoto? Se veía delgado, herido y respiraba con dificultad.
Tenía una hemorragia del costado izquierdo, haciendo presión inmediata para detenerla. Debía ser una alucinación, una visión de su ya dañada mente para hacerle sentir mejor.
El hospital estaba afortunadamente vacío, solo con un par de personas en la sala de espera.
Su mente se hacía millones de preguntas al mismo tiempo, abrumándolo con tantos pensamientos intensos que solo causaban quisiera salir corriendo a llorar.
Fue llevado a una zona especial en donde trataban héroes, quedándose fuera y caminando aterrado dando vueltas fuera de la sala donde le habían encargado.
Iba a llorar, iba a tirarse al piso y gritar y cuando menos esperaba ya estaba derramando lágrimas de desespero.
¿Si había visto bien? Notó en la oscuridad de la noche su cabello bicolor y su cicatriz, notó sus labios delgados y su ropa desgastada y rota.
Todo apuntaba a que si era él, debía de ser él.
Rogaba haber llegado a tiempo.
Los noticieros no tardaron en llegar, haciendo todo lo posible por acceder al área en la que estaba esperando cualquier cosa de los médicos.
Sus amigos no tardarían en enterarse y tratar de alejarlo del lugar para evitar más pensamientos abrumadores pero no dejaría que los separaran.
El amanecer llegó, moría de cansancio pero no podía cerrar los ojos para descansar.
-Deku.- Habló un joven médico de cabello rubio oscuro.- Vivirá, está bien.-
Se acercó a él con un vaso de café para entregárselo, agradeció con una sonrisa cansada mientras daba el primer sorbo.
-Gracias.- ni una palabra más salió de sus labios aunque era bien conocido por hablar de más siempre. Su ansiedad aumentaba a cada sorbo, su miedo se volvía imposible de contener al igual que su dolor.
El joven médico se fue con una sonrisa, dejándolo con su tembloroso cuerpo ansioso y desesperado.
Se había vuelto medio día hasta que le dejaron saber lo que pasaba.
En pocas palabras tenía quemaduras de tercer grado en la espalda, algunos trozos de piel casi como ceniza en los brazos y manos y cortes por todo el cuerpo aunque más que cortes eran puñaladas.
Cuando le permitieron verlo entró casi corriendo a la habitación donde lo tenían, quedándose paralizado apenas abrió la puerta.
Ahí estaba su chico de dos colores, una gasa sobre su mejilla y una venda en la cabeza, algunos tubos que conectaban a su nariz y jeringas en las manos que le inyectaban sangre. Lo que más le dolía era escuchar el electrocardiograma en un lento y suave "Bip".
No había podido contactar con la familia de su prometido aunque si veían los noticieros debieron haberlo visto y no debían tardar en llegar.
Sus facciones demostraban calma, una calma que solo se le veía al verlo dormir y que recordaba tan bien.
Se acercó lentamente para quedar a su lado en una silla cercana.
-Lo siento Sho- Susurró mirándolo. Inevitablemente tocó con suavidad su mano.- Te fallé, soy muy débil y no podía... no pude hacer nada bien.- Sollozó entre temblores.
No había sido fuerte, no había logrado nada y había descuidado demasiado su trabajo como héroe. Lo había dejado todo de lado.
-Perdóname, perdóname por no poder salir adelante, por rendirme tan fácil.- su piel en aquella mano siempre estaba tibia, cálida y cómoda. Esta vez no fue así, teniendo una temperatura promedio.
Antes de continuar lamentándose alguien tocó la puerta, permitiendo la entrada con la voz quebrada y tratando de recuperar la postura.
Era la hermana mayor de su pareja con la que había tenido bastantes conversaciones desde su noviazgo con Shoto.
Saludó con una sonrisa, levantándose para dejarle el lugar en el que estaba. Sus ojos celestes se llenaron de lágrimas al instante.
-¿De verdad es él?- Preguntó la mujer con voz temblrosa. Debía dolerle verlo así y la entendía. Asintió caminando a su lado contrario de donde estaban algunas de las máquinas conectadas a su prometido.- Oh Shoto, no sabes lo mucho que nos preocupamos por ti.-
Notó como reprimía sus lágrimas, saliendo de la habitación para dejarla sola con él un poco. Su familia lo había apoyado en la búsqueda pero ya habían perdido la esperanza y de vez en cuando le pedían que se detuviera.
Lloró fuera de la habitación en silencio hasta quedarse dormitando, escuchando las voces pero no siendo capaz de mover su cuerpo. El cansancio al parecer le había ganado esa vez.
-Dejalo dormir Uraraka, sabes lo mucho que se esforzó para encontrarlo.- Escuchó la voz baja de su amigo Ingenium.
-Lo se pero ¿No debería descansar apropiadamente?- El susurro preocupado de su mejor amiga.
-Estará bien, es fuerte y sabes que no querrá separarse de él.- Continuó Iida.- Bakugo..
Escuché noticieros decir que venía en camino.-
-No se qué tan bueno sería eso para los tres.- Murmuró su amiga.
No podía negarle verlo a Kacchan, era su amigo y ex novio de Shoto. Aunque no le daba buena espina lo de las quemaduras de su pareja.
La piel ceniza debía de ser alguna peculiaridad como la del antes derrotado Shingaraki, recordaba bien las heridas que generaba y como prueba tenía una cicatriz en la mano izquierda. Todo comenzaba a tener sentido y aunque ya no contaran con quien creaba los portales sabía que All for One tenía algo que ver.
¿Por qué Shoto Todoroki? ¿Qué querían de él?
Fuese lo que fuese, juraba que lo descubriría y que los haría pagar.
Haha, capítulo corto, perdón, vienen actualizaciones grandes
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