•28 de Septiembre•

-Completa esta misión.- Habló el actual poseedor de la catastrófica peculiaridad All For One, Tomura Shingaraki.- Y te entregaré la peculiaridad que desees.

-La que desee ¿Eh?.- Habló el chico de cicatrices en el rostro, cabello negro y helada mirada.

Este segundo sonrió mientras, con su peculiaridad quemaba un trozo de papel y lo dejaba caer.

No era cualquier trozo de papel.

Era una foto.

Era la foto de un niño de no mas de cuatro años. Un niño de cabello de dos colores y con mirada heterocromática.

El niño reía mientras mostraba a la cámara su curiosa peculiaridad. Detrás de él, una chica de cabello blanco de ojos grises y luego un niño de cabello blanco y ojos del mismo color grisáceo.

La imagen se carbonizó en cuestión de segundos.

-Cuenta conmigo.-

•  •  •

Deku, el símbolo de la paz y héroe número uno estaba comprometido con Shoto, el héroe número dos.

Su romance había brotado a finales de tercer grado en la preparatoria U.A. Un par de años mas tarde, ambos se enteraron de que sus sentimientos eran correspondidos y se volvieron pareja.
A los veintisiete años y después de siete años de noviazgo, Shoto le había pedido matrimonio a Izuku.
Este aceptó inmediatamente. Amaba al chico bicolor.

Ambos vivían en una casa que habían comprado juntos y fuera de los reflectores a la hora de batallar contra villanos eran una feliz pareja.

La boda estaba pensada para hacerse el 10 de Octubre para que pudieran tener el tiempo suficiente para planearla. Actualmente estaban en el mes de septiembre y casi todo estaba planificado, solo quedaban pequeños detalles que verificar y algunas decoraciones.

Ambos habían cambiado desde su adolecencia en la U.A.
Shoto mostraba más sus emociones y compartía momentos memorables y hermosos con sus hermanos, su madre y su prometido.

A diferencia de Shoto, Izuku seguía siendo un rayo de sol, amable y cariñoso con todo el que se cruzara con él.

Shoto era un novio maravilloso a los ojos del pecoso.
Muy poco celoso, romántico y detallista. Todo lo que una mujer buscaba en un hombre.
Izuku era la persona que mas envidia causaba entre héroes menores y chicas de todas las edades. Su relación era conocida y eran aceptados por la sociedad.

Su vida no podía ser mejor.

Pero desconocían que, tras la máscara de Ground Zero un héroe que debatía el segundo puesto junto con Shoto, había un hombre que los odiaba.

Bakugo Katsuki había sido pareja de Shoto Todoroki en su adolescencia y parte de su adultez.

Shoto lo terminó cuando llevaban ya cuatro años de relación cuando se enteró de sus sentimientos correspondidos hacia Izuku, desde entonces comenzó a sentir un rencor y odio tremendos cada que los veía juntos.
Al enterarse de su matrimonio comenzó a quemar todo en el campo de entrenamiento en su casa. Las cosas explotaban a su paso. La rabia lo cegaba, el odio lo envolvía.

Aún amaba a Shoto pero ese amor se convirtió en odio hacia el pecoso. Odio puro.

Red Riot había mantenido su amistad con Ground Zero igual que Thunder Bolt, Tape y Acid Touch mas este los rechazaba y se alejaba.

Solo tenía ojos para su Shoto.

Que ya no era suyo.

Miraba ese largo cabello bicolor por las calles y le daban ganas de besarlo y luego quemarlo por haberlo dejado.

Pero no había nada que pudiera hacer para recuperarlo.

-Bastardo bicolor.- Gruñía enfurecido mientras hacía explotar todo lo que le recordaba al de dos peculiaridades en su hogar.- Volverás a mi, hijo de puta.- Murmuró mientras golpeaba los muros de su habitación.

En apariencia, los tres habían cambiado. Izuku había optado por cortar su cabello de la parte trasera dando un aire de "militar", estaba mas alto y su cuerpo mas trabajado, Shoto había dejado que su cabello creciera hasta pasar su hombro, seguía siendo de mayor estatura que su prometido y se notaba que trabajaba bien su cuerpo y Katsuki vivía entrenando para ser mejor que los dos primeros, le había quitado bastante volumen a su cabello y era un poco más alto que Deku pero mas pequeño que Shoto.

Mientras Katsuki descargaba su rabia en su hogar, en una provincia cercana, la pareja de héroes del momento daba su rutina de vigilancia.

Juntos habían levantado la agencia de héroes que les pertenecía y se les había encargado un cuadrante de la prefectura de Akita ubicada al norte del país en la región de Tohoku.

-Shoto.- Su contrario le llamó la atención. Recibió un "¿mhm?" Como respuesta a su llamado.- Tras la boda...- A duras penas había dicho aquello sin tartamudear, no dejaba de apenarle que se fueran a casar.- Estaba pensando que podríamos a-adoptar un niño.

Aquel tema había salido contadas veces durante toda su relación por lo que el bicolor se detuvo abruptamente.
Lo miró con un poco de curiosidad y luego sonrió.

-Primero debemos estar bien económicamente para poder cuidar de un niño.- Esperó unos segundos y prosiguió.- Pero te prometo que lo haremos.

Izuku asintió con una sonrisa y un brillo en su mirar. En el fondo, seguía siendo un pequeño niño inocente y emocionado.

-¿Listo para la cita de hoy en la noche?- Preguntó sin previo aviso, Shoto.

-¡ShoChan!.- Exclamó su compañero avergonzado mientras bajaba la cabeza. Antes habían hablado sobre hablar de sus vidas privadas en público, alguien podía escucharlos y seguirlos, tanto camarógrafos y fans, hasta villanos.
Estos últimos habían bajado drásticamente su número desde el debut de Deku como héroe profesional. Pese a su sonrojo, verguenza y nerviosismo pudo contestar. - Si, lo estoy.-

El contrario sonrió y pellizcó con dulzura sus pecosas y ruborizadas mejillas.

Llegaron al borde sur de Akita dónde debían regresar.
Estaba anocheciendo y les tardaría un tiempo llegar de nuevo a la agencia para dejar el área al "turno nocturno", la agencia encargada de este turno era la de nadie más y nadie menos que de BrainWasher.

Izuku charlaba más en un monólogo que en una plática dual, hablaba sobre las flores que podían usarse en la recepción.

-Podríamos usar un ramo con jazmines, leí que simbolizan el cariño y amor, pero no podríamos usar jazmines solamente, también leí sobre las gardenias y hortencias azules... harían una combinación un poco extraña... o...- Shoto le miraba sonriente. Amaba cuando murmuraba, en especial cuando miraba al suelo sin darse cuenta de su exterior. Aveces le daba pequeños tirones para que este no chocara contra algún poste telefónico o alguna persona.-Me gustan los tulipanes pero no creo que sean una buena elección para la recepción, a menos de que le añadamos claveles rojos y blancos con los tulipanes rosados, rojos y blancos también... oh ¡Y los morados para la fortuna.

Antes de que pudiera continuar algo los alertó a ambos.
Un calor nada común ante la fresca noche de otoño.

-Shot...- Antes de que Izuku pudiera terminar de hablar los gritos alarmados de los civiles lo interrumpieron.

Con una simple mirada antes de partir ambos corrieron lo más rápido que les era posible. Izuku tomó firmemente la mano de su compañero, el cual hizo una alta rampa de cristal que, tras el toque de su mano izquierda se deshizo en un charco de agua.

Tras varios años trabajando juntos habían desarrollado técnicas conjuntas. Entre ellas una forma de moverse por las calles más rápidamente.
Izuku gracias a la rampa (usualmente un pilar bajo sus pies) subía a los tejados con Shoto tomando su mano.
Ambos avanzaban por los tejados con velocidad y certeza, evitando una pelea en la acera donde civiles podían salir heridos.

Frente a sus ojos un edificio envuelto en llamas cerúleas colapsó bajo su base y amenazó con caer sobre un supermercado.
El edificio era corporativo por lo que aún podía haber gente en él.

-Izuku.

-Estoy en eso.- Le gritó mientras corría al supermercado a sacar a todos los civiles.

Shoto no perdió el tiempo y levantó un muro de cristal que evitó que cayera el edificio y las llamas exteriores se apagaran.
Rápidamente entró para buscar gente atrapada en alguno de los pisos a causa del derrumbe y a apagar la mayor cantidad de fuego desde dentro.

Subió piso por piso, encontraba gente que podía bajar, otros que se habían quedado encerrados en su oficina, nada que lo detuviera a seguir subiendo, fue cuando, en el décimo piso escuchó sollozos y dolorosos gemidos.
Al seguirlos encontró a una chica de cabello castaño y ojos azules, claramente no era del país, era de occidente. Ella estaba atrapada entre dos escritorios y una de sus piernas tenía un aspecto grotesco, una vara de metal se había clavado en su pantorrilla, además su rodilla estaba en una posición doblada nada normal.
A su alrededor, todo ardía.

-¿Eres un héroe?- Preguntó la mujer con la voz temblorosa y cortada.

Asintió y congeló la pierna de la mujer para adormecer los músculos esta soltó un grito ronco por el dolor.

-Lo soy, voy a necesitar que te relajes para poder sacarte de aquí.- Ella lo miró con los ojos llorosos y asintió.- No te muevas.

Tras decir esto acercó su mano izquierda a uno de los escritorios provocando que, bajo su toque esta se derritiera. Tras deshacerlo en un charco de metal sacó a la fémina que aún lloraba desesperadamente.

Tras volver a bajar al piso inferior que ya comenzaba a desmoronarse y dejar a la chica con los paramédicos se aseguró de que los civiles se mantuvieran lejos del derrumbe, de los cristales que aún caían sobre el pavimento y de los bomberos que habían llegado justo a tiempo para terminar de apagar el incendio.

-Sho.- Escuchó la voz de Izuku llamarle a sus espaldas
Al girar la cabeza observó que su prometido se acercaba. Llevaba la ropa manchada de polvo y algo de tierra, probablemente proveniente del edificio.

-¿Qué habrá pasado?.- Ninguno de los dos había encontrado ni un solo sospechoso. El edificio no pudo haberse derrumbado solo y tampoco había algún químico que pudiese haber dado comienzo al incendio o que pudiese explicar el color peculiar de estas. Ningún terremoto había azotado el país ni ningún lugar cercano, tampoco era por desgaste o antiguedad, hacía un año había sido la renovación de todos los edificios de más de seis pisos de altura.

-No lo sé, no encontré nada en el supermercado.- Shoto le escuchaba mientras alzaba nuevamente la pared de hielo.- ¿Recuerdas a Cementos? Cuánto nos serviría su ayuda ahora.

-Era el profesor de segundo grado ¿no?- Escuchó que soltaba un nostálgico suspiro.

Cuando el edificio estuvo bien sujeto entraron.
Los pilares del lado izquierdo, el lado al que se inclinaba ahora el edificio estaban destrozados.

-Los golpes para destruir los pilares son en lugares tácticos, no al azar, según la magnitud del golpe fue alguien alto que sabía dónde golpear. Llevaban pensando esto ¿Para qué?- Comenzó a murmurar mientras miraba con suma atención cada pedazo de cemento resquebrajado.

-Insisto, deberías ser detective también.- Notó que el contrario se sonrojaba y le miraba apenado.
Aquel momento fue interrumpido por un leve estornudo de parte del bicolor.

-Están hablando de ti.- Le sonrió el menor.- Dicen que cuando estornudas sin razón aparente es porque alguien está hablando de ti.

-O es por el polvo.- Él no creía en eso, si estornudabas era por polvo o por alguna enfermedad y todo se acabó.

Tras unos momentos de revisar juntos si había alguien encerrado o atrapado, incluso algún indicio de quién había causado aquello sin encontrar nada decidieron salir de nuevo.

Fuera ya estaban otros héroes, Unravity hacía flotar escombros y con ayuda de Froppy los alejaba de los civiles. Tape mantenía a la gente alejada del área de caída junto a su pareja Acid Touch.

-Deku, ¿Qué pasó?- Preguntó la heroína mitad anfibio cuando les vio. Dejó que su pareja explicara mientras él solo miraba en silencio.

-No lo sabemos hasta el momento, había pilares escogidos estratégicamente para ladear el edificio pero ningún rastro de villanos, no pudimos ver dónde comenzaban las llamas, ni cómo se propagaron. Tampoco pudo ser un accidente de Peculiaridad, ni terremoto.- Con el paso de los años habían podido agudizar un poco más sus sentidos.
Mientras Izuku hablaba con Ochako y Tsuyu, él se percató de algo. Una especie de zumbido muy leve.

Antes de poder avisar a su pareja en el suelo bajo sus pies se formó una mancha oscura, al dar un par de pasos esa la seguía y el zumbido aumentaba a la par de la mancha negra.
Aquello llamó la atención de los civiles y peridostas, incluso de otros héroes.

Todo era calma hasta sentir que el piso se desvanecía. Logró sujetarse de un borde, tratando de volver a subir pero algo parecía tirarle del tobillo.
Estaba siendo absorbido por aquella oscura mancha.

-¡Sho!- Gritó su pareja al notar aquello,  tratando inútilmente de ayudarle.
Las peculiaridades de todos fueron bloqueadas. No podía crear nada de hielo, no podía encender alguna llama en esa oscuridad, Izuku no podía usar su All For One, Ochako no podía hacer flotar las cosas. Tsuyu por otro lado estaba estática.

Sujetaba la mano de su pareja hasta aceptar que de ahí no podría salir.
Deslizó sus manos suavemente hasta los anillos que ambos llevaban.
Le sonrió tratando de calmar el miedo que notaba en él.
La mano con la que se sostenía del concreto comenzaba a sangrar por un corte que se había hecho en la palma al sujetarse.

Aquel "portal" se cerró tan pronto se dejó caer, dejando a Deku temblando, tratando de llegar a él por el concreto de la calle. Gritaba su nombre sollozando con fuerza, golpeando y arañando el lugar en el que su prometido había estado segundos atrás.
Supieron que sus peculiaridades habían regresado cuando el pecoso logró romper parte de la calle y Tsuyu pudo volver a moverse.

La búsqueda comenzó de inmediato.

Izuku era quien lideraba las búsquedas, era de madrugada y él seguía insistiendo.

-Duerme, por favor.- Rogaba su mejor amiga.

Este había dejado de hablar, solo negó mientras caminaba en búsqueda de los alrededores.

-Vas a colapsar si sigues así.- Advirtió esta en tono preocupado.

-Debo encontrarlo.- Fue lo único que dijo antes de trepar por una escalera de incendios para buscar desde las alturas.

La chica de cabellos castaños solo suspiró sin quitar los ojos de su amigo.
Debía ser muy duro para él perder frente a sus ojos a su prometido.

La búsqueda no cesó. Por semanas, Izuku insistía en mantener las búsquedas que él lideraba, por las noches, sus amigos iban a su casa para consolarlo y tratar de distraerle de sus penurias.
Lloraba al llegar a casa y recordar que estaría completamente solo otra vez.
Que la alegría de su vida se había esfumado frente a sus ojos y no había sido lo suficientemente fuerte para salvarlo.

Froppy y Red Riot eran los encargados de sacarle de casa para ir a algún evento o algún lugar donde pudiese olvidar lo sucedido, al menos distraerse un poco pero no daba resultado.

Iida era el encargado de las noches de películas junto a Ochako su esposa. Usualmente eran en apartamentos externos al de Midoriya en el que se quedaban dormidos de madrugada.

Acid era quien aveces junto a las chicas se aseguraban de hacer de la noche una manicura y pedicura con demás productos de belleza.

Todos lo querían animar pero el sentimiento de no haber sido suficiente se volvía cada vez más dentro del pecoso.

Y esto, lamentablemente, apenas era el comienzo de algo que los marcaría a todos.

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