7




Jungwon no es de los que empiezan una conversación, y ni siquiera desea mirar a otras personas. Ha conocido a muchos otros que eran carismáticos y amables, pero él simplemente apartaba la mirada sin interés.

Sunoo era una de esas personas, una cara bonita y una personalidad ruidosa, nada especial. Además, Jungwon podía decir que su sonrisa era falsa y su dulce tono era solo una máscara que ocultaba su verdadero sentimiento.

Tal vez por eso Jungwon se interesó.  ¿Por qué una persona como Sunoo le habló, fingió felicidad para continuar las conversaciones y, finalmente, se sintió atraído por él?

Sunoo podría simplemente haberlo ignorado después de escuchar el tono grosero de las palabras de Jungwon, pero no lo hizo, sino que se obligó a sonar agradable. Y después de que aparentemente mostró interés en él, Jungwon no pudo evitar...

Esperar.

Y quiere abofetearse a sí mismo, en serio. ¿Estaba sonrojado en este momento? ¿¡Sobre el chico nuevo!?

Después de la confesión apresurada, Sunoo nunca más le dijo una palabra acerca del tema, estaba volviendo loco a Jungwon.

¿Cómo funciona esto? Si a Sunoo le gusta, ¿no significa eso que trataría de hablar con él? ¿Invitarlo a salir? ¿Coquetear con él?

Tal vez Jungwon tiene la imagen incorrecta sobre los enamoramientos.


Sunoo se pone de pie y Jungwon lo mira confundido.

—Es la hora del almuerzo... ¿no vas a ir? —pregunta el que está de pie, inclinando la cabeza.

—Uh, s-sí. —el otro también se levanta, arrastrando los pies de su asiento.

Como ayer, Sunoo se sienta con él (junto con el otro chico nuevo). No hace nada memorable, come, hace preguntas al azar y se va.

Jungwon no quiere pensar más, camina solo a casa como de costumbre, escuchando alguna canción con sus auriculares que solo funcionan en un lado, y trata de recuperar su normalidad habitual.


La semana transcurre con bastante claridad y Jungwon no sabe qué espera de Sunoo.

Se está muriendo de vergüenza cuando Sunoo lo atrapa mirándolo.

—¿Escuchaste?

—¿Eh?

Sunoo está sonriendo, algo común ahora, pero esta vez se siente más auténtico.

—Somos compañeros para el proyecto. — dice, su voz perfectamente en un susurro.

—De ninguna manera. —maldice Jungwon.

Era un proyecto de arte; se suponía que debían trabajar en la misma "musa" e interpretarla a su manera.


—¿Qué tal una "vida normal"?—dice Sunoo cuando discuten cuál será su musa.

—No lo entiendo. —es la simple respuesta de Jungwon.

—Como, la vida cotidiana hecha especial, ¿sabes? Tal vez ir de compras al atardecer o conducir de regreso a casa por la noche después de un largo día de trabajo.

—Ah, okey.

—Deberíamos experimentar nuestra musa. —continúa Sunoo. —Deberíamos salir juntos.

—¿Eh?

—Será como una serie de citas estéticas. —dice Sunoo con una sonrisa que no se desvanece.


Jungwon está demasiado aturdido para hablar, pero extrañamente se siente satisfecho: ¿era esto lo que había estado esperando? ¿Sunoo invitándolo a salir? No importaba si era para un proyecto escolar. Después de todo, estarían solos juntos.

Jungwon resopla avergonzado.

—Lo que sea, no me importa.


Intercambian números y Sunoo promete contactarlo pronto; Jungwon se aferra a eso y espera que le llegue un mensaje de texto.

No llega el mensaje de texto, pero sí una llamada.

Jungwon entra en pánico tan fuerte que arroja su teléfono sobre la cama, esperando que termine de sonar.

Pero Sunoo es terco, por lo que sigue llamando hasta que se recupera del ataque de nervios.

—...

¡Al fin! ¿¡Por qué te tomó tanto tiempo!? —incluso a través del teléfono, Sunoo suena igual, brillante y burbujeante. Jungwon se pregunta qué expresión está haciendo, si está sonriendo o luciendo frustrado.

—¡Encontrémonos en el lugar junto al río cerca de nuestra escuela! Ese lugar suele estar vacío... ¡y trae una cámara o tu teléfono!

—Bien. —es todo lo que Jungwon logra decir antes de colgar.


Sabe que Sunoo había dicho que sus reuniones eran una "cita", pero es posible que haya analizado demasiado eso, así que se conforma con el atuendo más informal. Solo deja que sus dedos acaricien los nudos de su cabello y luego se va.

Tal como había dicho Sunoo, no había gente en la orilla del río. La hierba estaba verde y húmeda, y el sol poniente hacía que el agua brillara maravillosamente.

—Es agradable, ¿no? —dice Sunoo.

—¿Qué traes? —Jungwon decide preguntar.

—Oh, suministros de pintura y cosas para comer... ¡después de todo, es una cita de picnic! —es la suave respuesta.


Sunoo pone una alfombra a cuadros para que se sienten.

Jungwon no se mueve al instante, sintiéndose un poco abrumado, especialmente porque Sunoo se veía muy bien con un top corto color lavanda, jeans azul oscuro ajustados y clips color pastel en su cabello.

La brisa era fresca en la noche, y cuando Jungwon trató de quitarse los mechones de cabello para que no se pincharan los ojos, escuchó un chasquido.

—Oye, ¿qué haces?

Sunoo sostiene una cámara polaroid con una mano y en la otra está la imagen de un Jungwon descolorido.

—Te veías lindo.

Jungwon pone los ojos en blanco y chasquea la lengua, pero sus mejillas se calientan. Se sienta en silencio y toma un sorbo de la bebida enlatada que Sunoo le entrega.

Era naranja, la bebida se desliza suavemente pero el sabor artificial dura en su lengua más de lo que debería. Mira a Sunoo bebiendo el mismo sabor y se pregunta si le gustó, si Sunoo disfruta el recuerdo pegajoso de la naranja falsa o si solo pretende disfrutarlo.

—Tómame una foto, necesito varias para el proyecto. —dice Sunoo.

Jungwon se encoge, saca su teléfono y enfocando la lente en la cara de Sunoo – sus ojos estaban relajados, sus labios formaron una sonrisa perezosa mientras usaba su mano para evitar que su cabello se desordenara. Se asegura de capturar este momento lo mejor que puede.


Pintan un poco, ambos en silencio ya que anteponen las brochas y los toques de color a la conversación inútil.

Pronto el sol esconde y era hora de partir. Sunoo se estremece.

—Eres un tonto, hace mucho frío en las tardes por estas épocas. —dice Jungwon, pero se quita la chaqueta delgada que llevaba puesta y se la pasa al otro.

—¿No vas a tener frío? —pregunta Sunoo.

—Estaré bien... tú eres el que tiene el estómago expuesto. —responde Jungwon, las puntas de sus orejas están rojas.

—Cierto.

Después de unos pasos más, Jungwon se detiene.

—Voy por aquí. —señala un camino.

—¡Oh, está bien, adiós Jungwon! Nos vemos mañana. —Sunoo está a punto de quitarse la chaqueta, pero Jungwon lo detiene al instante agarrando su muñeca.

—Uh, quédatela, quiero decir, úsala.

Sunoo contiene una sonrisa y se despide lentamente.

—¡Gracias!

Jungwon no se mueve.


—¿Quieres... quieres que te acompañe a casa? —no está mirando a Sunoo, sino a las montañas lejanas. Estaba nervioso, pero está haciendo lo mejor que puede.

—¡Oh, no es necesario! Mi casa no está lejos... ¡pero gracias, Jungwonnie!

Una vez más, Jungwon hace todo lo posible para no dejar que sus emociones desbordantes se muestren, por lo que se despide torpemente antes de alejarse. Mientras escapa, un corazón aparece en la parte superior de su cabeza.






Sunoo realmente no se reunía con las otras chicas en el café muy a menudo, principalmente debido a la diferencia en la línea de tiempo y la ética de trabajo. Pero esta noche las encontró a todas, excepto a una, Julia.

—Julia completó sus misiones, así que regresó a su universo. —le dice Yuna.

Un golpe repentino.

Chaeryeong se había levantado abruptamente, haciendo que su silla cayera hacia atrás en estado de shock. Sin decir una palabra, se va a toda prisa.


—No te preocupes por ella... solo está molesta porque Julia se fue sin despedirse. —dice Yuna.

Sunoo le da un mordisco al pan de ajo.

—Estás en tu segundo ahora, ¿verdad? ¿Cómo va todo? —Yuna quiere saber.

—Sí, va bien.

Yeji se aclara la garganta.

No otra vez, piensa Sunoo.

—Llegar al segundo es fácil... cada vez son más y más difíciles. El sexto es el más difícil de completar, Julia tardó cinco años.

Sunoo realmente no sabe por qué Yeji tiene que actuar de manera tan misteriosa y sabia, bueno, no importa, de todos modos obtuvo nueva información.

Cheonsa estaba en su habitación cuando entró, de pie con calma.

—Oh, hola.

—Tengo algo para darte.

—¿Eh? ¿Qué es?


Cheonsa le hace señas a Sunoo para que se acerque. Le entrega una púa de guitarra verde.

—Esto...

—No está permitido guardar recuerdos de las misiones.

Sunoo sostiene con cuidado la púa. Era de Heeseung.

—Entonces, ¿por qué me das esto?

—No eres el único ser humano al que he guiado... pero he disfrutado más de tu compañía, digamos que es un regalo de agradecimiento.

Sunoo sostiene la púa verde en la palma de su mano con fuerza, su vista se vuelve borrosa: llora con demasiada facilidad.




Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top