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Asahi siempre había sido un niño desagradable, Riki está seguro de que ha sido terrible desde que nació. Las absolutamente viles palabras que Asahi le escupía, los empujones, los puñetazos, la violencia no tenían sentido. ¿Qué le hizo Riki?

Y por supuesto, Asahi tenía "amigos" que compraba con su dinero, lo escuchaban, hacían lo que les decía.

—¿¡Por qué yo!? —Riki había gritado la pregunta un día lluvioso, después de dos años de abuso, no entendía.

—¿Por qué tú? Bueno, estoy aburrido... y tú eres un perdedor. —se burló Asahi.


Riki no se quejó después de eso. Le había informado a los maestros, al director, incluso a sus padres, pero todo lo que hizo fue enojar más a Asahi. No terminó nada.

Sus padres siempre habían sido tranquilos, temían a las personas con más dinero y poder. Sólo le habían dicho que aguantara y se callara. Los profesores asentían con la cabeza y nunca hacían nada.

Afortunadamente, Riki y Asahi no estaban en la misma clase, lo que hizo que fuera más fácil escapar.

Los estudiantes naturalmente evitan a Riki, no querían ser el objetivo de Asahi. Así que fue un shock cuando Sunoo de repente se convirtió en su amigo.

Riki nunca había prestado atención al estudiante coreano, era básico y reservado. Pero ahora había notado varias cosas. Sunoo era demasiado dramático, siempre tenía dinero encima, se reía de sus chistes estúpidos y, de alguna manera, era muy bueno para evitar a Asahi.

Riki también notó cómo deseaba tan desesperadamente que sean más cercanos, en un momento, meses después del tiempo que pasaron en la enfermería, se dio cuenta.

Estaba enamorado y está seguro de que Sunoo lo sabía.






—¿¡De verdad tengo que estudiar para los exámenes finales!? No sé nada. —Sunoo golpea con sus manos la mesa de Hyejin, la tetera tiembla y los periódicos caen.

—No te preocupes, incluso si dibujas un garabato, aprobarás... Nishimura Riki probablemente apruebe también. Se trata de estudiar juntos para aumentar los corazones. —solo dice, pasando las páginas de un libro sobre plantas.

Sunoo se queja, ya está en uniforme, listo para irse a la escuela.

—Encantador.

Cheonsa camina a su lado como la realeza cliché que ves en la televisión, erguido, lento y con las manos al frente, cruzadas. Sunoo se siente incómodo y no sabe por qué es tan alto.

—Nueve corazones, el progreso es bueno. —dice él.

—Mhm.

—Hoy es el día del fallecimiento de Riki.

Sunoo no sabe cómo moriría realmente Riki, después de todo, no había escuchado. Cheonsa se lo dice, breve y simple.

—Asahi lo asesina.


Tiene sentido; Asahi era el villano en la historia de Riki. Esto asusta a Sunoo.

—Oh. —sólo puede decir.

Cuando llega a clase, no ve a Riki y entra un poco en pánico.

Está bien, cálmate, probablemente solo llega tarde, se tranquiliza a sí mismo. Se sienta, guarda su bolso y juguetea con el botón suelto de su camisa. Está empezando a calmarse mientras mira el cielo azul desde la ventana cuando.

—¡Kim Sunoo!

Es Asahi.

—Ven conmigo.

Vuelve el pánico. No debería ir, pero lo hace. Parece que se olvidó de que es un humano que podría salir lastimado, porque ¿y si Asahi lo está llamando para atacarlo?

Sunoo traga saliva cuando han llegado a la parte trasera de la escuela. Pero son solo ellos, nadie más.

—Uhm, ¿Qué quieres? —Sunoo pregunta primero.

Asahi lo mira pero mantiene una sonrisa convincente.

—Quiero hablar contigo sobre Riki.

—¿Qué hay de él?

Se sentía un poco injusto que el sol siguiera brillando tan intensamente. El clima se había sentido agradable y acogedor antes, pero ahora se sentía inquietante y demasiado caluroso.

—No entiendo por qué eres su amigo, debes estar muy solo, así que aquí te haré una pequeña oferta, te pagaré para que lo traigas aquí.

Sunoo está enojado.

—No.

Asahi parece estar perdiendo la paciencia, pero mantiene las manos en los bolsillos. Se ríe de Sunoo como si estuviera bromeando.

—Te prometo que no te estafaré, ¿Cuánto quieres?

—No quiero nada, solo deja a Riki en paz, ¿por qué diablos estás tan obsesionado con él?


Sunoo nunca entendió a los matones escolares, solo causan daño sin ningún motivo. La mayoría de las veces, las razones son estúpidas y están profundamente arraigadas en sus corazones: eso solo prueba que algunos humanos simplemente nacen malvados.

—¿Por qué estás tú tan obsesionado con él? —Asahi pregunta de vuelta.

Sunoo le devuelve la mirada; no tiene tiempo para esto.

—Me voy.

—Te arrepentirás de esto, Kim.

Esas palabras lo persiguen, pero se sentían vacías: Sunoo no dejaría que pasara nada.






—Riki, no puedes hablar en serio ahora.

Sunoo está frustrado resolviendo problemas matemáticos, no entiende por qué lo hace. Hyejin le había dicho claramente que no tenía por qué estudiar, pero a Sunoo no le gustaba dejar las cosas a la suerte.

—Sin embargo, lo estoy. —Riki está tratando de equilibrar su lápiz en la mesa desordenada.

—¿No tienes miedo de reprobar?

—Soy un genio, no repruebo.

Sunoo suspira.

—Bien, bien, bien.

—No estés tan molesto, es una escapada romántica, Julieta. —sonríe Riki, y le gusta cómo Sunoo nunca parecía sonrojarse ante sus tontas burlas.

—Solo recuerda que no voy a pagar por nada. —dice Sunoo.

Una hora más tarde y le está entregando dinero al dueño de la tienda. Le da la paleta a Riki.

—Te odio.

Riki se ríe, mordiendo la paleta como si fuera una barra de chocolate derretida y no un helado.

—Sabes que no.

Sunoo suspira, acomodándose junto a Riki apoyándose contra la pared y mirando la gran apertura del campo.


—¿Juegas fútbol? —pregunta Riki.

—No.

—¿Baloncesto?

—No.

—¿Tenis?

—No.

—¿Bádminton?

—No.

—¿A qué juegas entonces?

Sunoo mira a Riki con una expresión inexpresiva.

—Hago atletismo.


Y de alguna manera, se encuentra trotando en el campo mencionado, con Riki obviamente muy por delante de él.

—¿¡Por qué diablos estamos haciendo esto!? —Sunoo grita enojado.

Riki se ríe.

—Tengo que dejar salir un poco de mi energía, Sun~ ¡Deja que tus emociones sean libres!

Sunoo está disminuyendo la velocidad, pero no puede evitar recordar los resultados de sus misiones anteriores. Nunca ha sido bueno manejando sus sentimientos como cree: se cierra de inmediato, prefiere estar feliz que triste, prefiere que la gente no lo vea débil.

Lloraría y luego sonreiría incluso si es falso. Tal vez ese era su punto débil.

Riki no era de los que se dan por vencidos o dejan que Sunoo se relaje.


—Está bien, una vuelta más. —dice, sonriendo.

—Eres un tonto si crees que voy a hacer eso. —Sunoo está en el césped, respirando con dificultad.

Riki mira hacia el cielo oscuro con una repentina realización de algo.

—Sunoo.

—¿Hhm?

—Después de los exámenes... ¿quieres ser mi novio?

La respuesta era simple, como un guion que ya había leído.






Riki se había visto muy nervioso durante los últimos días, Sunoo obviamente lo había notado. Pero hoy en realidad se veía emocionado y feliz.

—¿Por qué estás sonriendo? Los resultados de los exámenes salen hoy. —pregunta Sunoo, sonriendo levemente.

Riki se pasa los dedos por el cabello mientras dice:

—¡Sé con certeza que pasaré! Quiero decir, las sesiones de estudio contigo deben haberme ayudado, ¿verdad?

—Claro...

Un rayo de sol escapa de las pesadas nubes, golpeando los ojos vidriosos de Riki.

—Eres el mejor Sunoo... Te quiero.

No solo fue una confesión repentina, Sunoo no esperaba que el idioma coreano se escapara de los labios de Riki; lo dijo en un tono tan juguetón que casi no lo cree, solo deja escapar un sonido de sorpresa.

Riki niega con la cabeza.

—No importa, probablemente lo dije mal.

—¡No! Yo... yo también te quiero.


Diez corazones.

Rayo de sol tras rayo de sol hasta que la plenitud llenó su entorno. Los sonidos de sus compañeros de clase y el olor de la lluvia acabando. ¿Podría Riki haber pensado en un día mejor?




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