18




Jaeyun le ofrece su cama.

—Tengo insomnio, así que probablemente estaré despierto por un rato. —dice.

Sunoo simplemente la acepta, pero insiste en quedarse despierto con él, Jaeyun solo asiente.

Se sientan en el porche, observan el cielo estrellado mientras beben café con leche y mastican los brownies sobrantes.

—¿Crees en los alienígenas? —pregunta Sunoo, se acurruca más profundamente en la manta que le dieron. Hace mucho frío por la noche (lo esperado), pero es una temperatura agradable.

—Uhm, no, no creo que existan. —es la respuesta.

—¿Por qué no? Mucha gente cree que los extraterrestres existen porque no podemos ser los únicos en este universo. —razona Sunoo.

Jaeyun se encoge de hombros.

—En mi humilde opinión, si los extraterrestres existieran, ya se nos habrían dado a conocer, a menos que no les agrademos. —termina con una linda carcajada.

—Tiene sentido... no somos muy simpáticos. —dice Sunoo.

—Lo que sí creo es en universos paralelos, multiverso debería decir. Hay diferentes tipos de universos paralelos, ya sabes... teorías... nada está escrito, uh, lo siento, me estoy extendiendo. —Jaeyun se detiene.

Sunoo niega con la cabeza.

—Está bien, me gusta escucharte hablar.

El rostro de Jaeyun se calienta, trata de no ser incómodo.

—Gra-gracias.

—Parece que realmente te gusta eso. —observa Sunoo.

—Sí, en realidad me interesaba mucho la cosmología. Pensé que sería un científico o algo por el estilo... Quería respuestas, quería saber por qué el mundo necesitaba existir, por qué existimos. —Jaeyun exhala de manera cansada. —Pero la ciencia sólo puede responder "cómo", no "por qué". Así que recurrí a la religión en busca de respuestas, pero sus respuestas eran tan mediocres... el "Dios" del que hablaban parecía demasiado unidimensional y aburrido.

Sunoo asiente, en silencio por un rato.

—Los universos paralelos parecen ser plausibles. —dice.

Jaeyun asiente.

—Si es real, espero que nos encontremos también en los demás.

Sunoo sonríe, está a punto de asentir cuando nota algo. Una estrella fugaz pasa zumbando.

—¡Ah! —Sunoo se pone de pie, pisoteando el suelo. —¡No pude pedir un deseo! —dice con ira animada.

Jaeyun se ríe de él.

—No te preocupes, apuesto a que lo hiciste en un universo paralelo.






Sunoo se despierta en la cama de Jaeyun, no recuerda haber caminado hasta ella, así que asume que el otro lo cargó. Tontamente huele su camisa y el leve olor a vainilla lo golpea.

Está a punto de volver a caer sobre la cama porque le duele la cabeza por la falta de sueño, pero escucha las voces apagadas de Jaeyun y una mujer.

—Dayeon, por favor vete.

—¡Vamos Jae, solo quiero hacerte el desayuno! ¿No somos amigos?

—...

Sunoo salta de la cama. Encuentra a Jaeyun en la puerta.

—Jake... —dice, el llamado se vuelve hacia él.

—¡Oh, te despertaste!

—¿Quién está ahí contigo? —Dayeon exige saber; su tono es agudo. Ella trata de entrar a la fuerza. Jaeyun la detiene.

—Oye, estoy con alguien. La próxima será, ¿de acuerdo? —y antes de que la mujer pudiera protestar, él da un portazo.

—Perdón por eso... ¿Qué quieres para el desayuno?

—Esto no está bien, Jaeyun.

—¿Qué quieres decir?

El hombre está sonriendo, su existencia permanece casual.

—Eres demasiado amable con tu ex, solo le haces pensar que tiene una oportunidad contigo. —dice Sunoo sin filtro.

Jaeyun niega con la cabeza, ya está en la cocina. El otro lo sigue adentro.

—Ser amable no es un delito.

—No lo es, pero en este mundo, la amabilidad se toma como consentimiento y coqueteos. Jake, tal vez crear límites con tu ex te ahorrará el dolor de cabeza. —Sunoo no sabe por qué suena tan enojado, trata de sonar más amable (como cariñoso), pero la irritación que burbujea dentro de él no puede calmarse.

—Tú no lo sabes, Sunoo. No tiene a nadie, necesita ayuda.

—Lo entiendo... pero ella no es tu responsabilidad, ya no. Hay otras formas de obtener ayuda, ya sabes: si la necesita, debes buscarla ya que te importa mucho. ¿Por qué no lo haces?

Jaeyun golpea la mesa de la cocina.

—Olvida esto, no es tu problema, es mío.

Sunoo frunce el ceño, él lo sabe. Preferiría no hablar más de eso, pero por el bien de Jaeyun, Sunoo no puede simplemente dejarlo pasar.

—¿Eres realmente demasiado amable? ¿O te gusta que te necesiten? —Sunoo dice en voz baja, pero el otro lo escucha.

—No digas eso. —Jaeyun suena frío, a diferencia de él.

Sunoo lo mira. Sus ojos son penetrantes con incredulidad y pura vejación.

—No quiero que salgas lastimado. —las lágrimas lo dominan. No puede formar palabras.

Jaeyun está atónito.

—Sunoo... —la profunda preocupación en su voz parece calmar al otro. Sunoo parece petrificado.

—Lo siento. —su voz es ligera en una mezcla de horror. —Lo siento, ¡soy tan estúpido! —él hace un movimiento para irse. —Creo que debería irme.

—¡No! —Jaeyun sigue al otro, saliendo de la cocina hacia el pasillo, agarra el brazo de Sunoo. —No te vayas, escúchame también. —dice, riendo nerviosamente como siempre lo ha hecho.

Sunoo deja que lo jale hacia adentro, se sienta en el sofá y espera a que Jaeyun haga algo, diga algo.

—Vamos a desayunar primero.

Sunoo lo mira fijamente.

—Está bien.






Ver el atardecer, el amanecer, el anochecer... cualquier momento del horizonte es agradable con Jaeyun. Pero aun así, Sunoo estaba nervioso.

—Tienes razón.

—¿Eh?

El sol se estaba ahogando, la noche estaba cerca. Sunoo esperó tantas horas a que Jaeyun finalmente hablara sobre su "conversación" (más como una discusión). No entiende por qué Jaeyun tardó tanto en mencionarlo, pero tampoco entiende por qué se quedó.

—Yo... —dice Jaeyun, —Mentí... Dayeon, ella tiene otras personas a las que puede acudir, tiene una familia que se preocupa profundamente por ella. Pero ella no va a ellos, viene a mí, y aunque ya no la amo, no puedo evitar sentirme responsable.

Estaban de nuevo en el porche, respirando el aire fresco y escuchando a los pájaros.

—Sé que esto sonará como una excusa pero... Realmente no sé cómo mantener relaciones saludables. Sigo dando para que sigan queriéndome, y al final no importa cuanto quiero que no me dejen... siempre lo hacen. —Jaeyun tiene ojos profundos, como un abismo sin fin, un agujero de gusano en el que Sunoo no debería entrar, pero está demasiado perdido.

—Y, ya sabes, eres la primera persona en señalarlo y enojarse conmigo. —se ríe con las mejillas rojas.

Sunoo siente que se está convirtiendo en una línea delgada, sin importar cuánto haya intentado no pensar en Jaeyun en nada más que en una misión, ha fallado.

Sus manos están en su regazo, se agarra los muslos con fuerza, respirando y parpadeando rápidamente.

—¿Qué estás tratando de decir?

Para atravesar un agujero de gusano, debes ser como una línea, microscópica. Sunoo lo haría; él sería la línea para entrar.

—Uh, no sé, me gustas y no quiero que te vayas, no nos conocemos desde hace mucho tiempo, pero se siente así. —Jaeyun dice.

Sunoo suspira, una reacción molesta.

—¿Por qué? —él dice.

—¿Qué?

—¿Por qué no estás enojado conmigo? Hablé con tanta libertad, debo haberte lastimado.

Jaeyun niega con la cabeza, su mano cae sobre las tensas de Sunoo.

—Quiero decir, sí, estaba un poco enojado... pero está bien, sé que tenías buenas intenciones y soy bastante molesto de todos modos.

Sunoo lo mira fijamente.

—No, eres demasiado amable.

—Mejoraré.


Imagina un mundo en el que solo te sientas en la hierba verde, hueles flores deliciosas y tomas de la mano a la persona que tanto quieres: Sunoo desearía estar haciéndolo, desearía vivir en un mundo donde pudiera hacerlo todo. Quiere quedarse con Jaeyun más tiempo, reír con él y no dejarlo ir. Jaeyun no estaba a salvo, no cuando Dayeon se aferra desesperadamente a él.

—No quiero perderte. —dice Sunoo, sin querer decirlo en voz alta.

Los ojos de Jaeyun se agrandan, nervioso, se aleja.

—¿Qué?

Sunoo sabe que los diez corazones significaron que la misión terminó. Solo necesita decirlo: "Te amo". Pero eso significa que se acabó, Jaeyun solo será un recuerdo.

—Yo-tú... eres realmente importante para mí, Jaeyun. —dice Sunoo en su lugar.

—Tú también eres importante para mí, Sun.


Sunoo se arrepentirá de no haber terminado su misión cuando tuvo la oportunidad, porque un buen final es difícil de lograr cuando se trata de Jaeyun.

Se había marchado al día siguiente.

—Solo evita a tu ex, Jake. —había dicho.

—No te preocupes por eso. —fue la fría respuesta que obtuvo.


Pero Sunoo debería haberlo sabido, él mismo lo había señalado: Jaeyun era demasiado amable, así que, por supuesto, fue a visitar a Dayeon. Su objetivo era decirle que ya no podían verse y que debería hablar con su familia.

Pero Dayeon ya tenía un plan y no aceptaría fácilmente el cambio.

—Está bien... ¿por qué no lo hablamos con algo de té? —ella había dicho con indiferencia. Sabía que el hombre no diría que no.

Y cuando Jaeyun se sentó en la silla, apoyando los brazos sobre la mesa, Dayeon volvió de la cocina con el cuchillo más grande que tenía.




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