segundo encuentro

Sans se encontraba recostado en el barandal de la tienda de repartos donde su hermano trabajaba de ayudante por las tardes. 




Mientras que el suele trabajar de asesor en el lujoso restaurante famoso de grilby, también junto con su hermano por las noches.




La vida sencilla era perfecta para el, tenía todo lo que quería y lo que necesitaba junto con su hermano. 




No era diferente de cuando estaban atrapados en el monte ebbot, al momento de estar arriba. 



Todo lo que quiere mas que nada en el mundo, es estar junto con su hermano, así es como se debe quedar.




No iba a dejar que nada ni nadie los separe o peor, que lastimen a su hermano. De nuevo el recuerdo de chara calló a su mente




¿Como rayos fue que ella se apareció así como así de un momento a otro? ¿Que rayos habrá hecho? y sobre todo ¿que estará planeando? No podía esperar nada bueno de ese demonio, debía admitir que estaba un poco asustado.




No quería imaginar el hecho de perder a su hermano de nuevo, no cuando ya tenían una vida de paz, solo para que después, se fuera por el drenaje al pedirle a frisk que reinicie todo otra vez. Tenía que asegurarse de que todo estuviera bien, aun si tiene que volver a enfrentar a chara en una batalla a muerte y sin muerte hasta el final. Pero prefirió buscar una manera diferente.




Solo esperaba que frisk hiciera su parte y se encargaran de mantener a ese demonio vigilado y en su lugar.






-Sans...- llamo su hermano de pronto.






El mas pequeño volteo la mirada con tranquilidad para ver a su hermano acercarse con una chica de piel morena, cabello rizado, negro y ojos café, que llevaba el mismo uniforme de trabajo que papyrus.






-hey, hermano...- lo saludo con una sonrisa perezosa.



-tenemos un pequeño descanso de quince minutos... ¿necesitas algo?-



-nah, estoy bien aquí-



-ay dios, sans, bájate de ahí, ya te dije que no me gusta que te sientes en las ventanas te caerás-



-... oye... papyrus... mira...- señalo la chica fuera del establecimiento, hacía la calle de enfrente.



-oh, valla, de nuevo es esa mujer- comento papyrus viendo donde señalaba su compañera.






Sans volteo la mirada hacía donde ellos miraban y distinguió, lo que parecía ser una limusina importada, blanca con trazos de oro y plata.




De eso, salió una hermosa joven rustica y llamativa, de piernas largas, piel clara, con cabello largo y lacio, sujetado en un peinado  elegante, lo tenía castaño como el  de chara y sus mismos ojos verdes, se la veía repleta de joyas y diamantes puros en sus accesorios y un vestido corto a juego de lo que parecía ser tela fina egipcia.






-wow... que glamorosa- exclamo sans sin mucho interés en lo que veía.



-ay por dios... es madam Drimer- (se pronuncia draimir) comento la joven junto a paps.



-...¿quien?... - volvió a desisnteresarse sans por ello.



-sans, que distraído eres- le respondió papyrus molesto.  -es una empresaria muy famosa y poderosa, ademas de que ayudo junto con su padre y hermano  a los monstruos con donativos a la ciudad-



-y lo mejor de todo es que administra y dirige el mundo del espectáculo, ay dios, si tuviera suerte, podría mostrarle mi talento y me lanzaría al estrellato- parecía babear la joven.



-...ah.... ¿fue ella?... que interesante-  comento mientras volteaba la mirada de nuevo hacía el otro lado de la ventana para continuar contemplando el cielo.



-aww... vino con su hermanita pequeña... que linda- agrego papyrus



-oh, es adorable con ese hermoso vestido de mezclilla y vuelo al estilo tu-tu... se ve como una linda princesa-



-y con esos listones en su cabello, parece una muñequita saliendo de su caja musical- comento por ultimo el mas alto, sacando una risa tierna de su amiga. -pero no sabía que tenían una hermana pequeña... ¿como se llama? es muy linda...-



-¿en serio? que raro que no sepas de ella, la familia Drimer, hablan de la menor siempre de forma orgullosa y seguida, mas que de ellos mismos, la adoran demasiado, pero no suelen presentarla mucho afuera,  ya que según ellos es tímida y estuvo en el extranjero estudiando por unos años, pero yo la veo mas cerrada... se llama...... -






Sans sintió un choque eléctrico en su mente, al mismo tiempo de escuchar el nombre de la niña. Volteo de inmediato la cabeza al tal punto de caerse.






-¡sans!- estiro papyrus los brazos para sujetar a su hermano.






De nuevo una sensación que parecía ir a cámara lenta, en su mente, mientras caía de la ventana a los brazos de su hermano, fue poco el momento para distinguir el rostro de chara en la otra calle yendo de la mano de esa exótica mujer, pudo sentir como en unos micro-segundos que parecían tardar un millar de horas, sus miradas lentamente cruzándose, fue la tensión mas fuerte que alguna vez experimento.






-¡Sans! ¿que te he dicho?- comento molesto y asustado su hermano.



-lo siento... me distraje...-  comento relajado con una sonrisa.



-¿estas bien? sans-



-descuida, darla, no fue nada... creo que me quede pensando en lo que hablaban... ¿que tanto sabes de esa familia Drimer?-



- Bueno la verda-- ¡ay por dios! ¡viene hacía acá!-






Ambos hermanos voltearon hacía la dirección de la entrada, ya que estaba hecha de vidrio, pudieron ver como esa llamativa figura, que parecía salir de una caja de muñecas barbie, se acercaba al establecimiento junto con la pequeña. Por supuesto sans, solo le presto atención a chara.






-¿disculpen?- se escucho como la grave y sensual voz femenina que hacía eco en el lugar, salía de sus rojizos labios. -¿hay alguien aquí que me pueda atender?-



-uh ¡por aquí señorita Drimer!-



-pero darla... estamos en descanso- le susurro paps.



-¡shhh! cállate papyrus- le respondió con el mismo tono su compañera.






El alto solo sonrió de comprensión con lo estimada que puede ser su ahora amiga. Le recordaba un poco a undyne. Ambos se acercaron a la mujer para atenderla en lo que necesitaba, sin ver el hecho de que sans los siguió.






-bienvenida al local  de reparto y mensajería ¿en que le podemos ayudar?-



-quisiera enviar un paquete, pero uno muy grande y muy delicado-



-por supuesto, indiquenos su paquete y el lugar, venga conmigo al mostrador-



-pastelito, preciosa, quédate un segundo aquí, después iremos por mas vestidos para ti- comento la mujer mientras palmeaba la cabeza de chara



-me da igual-






Paps se acerco junto con darla al mostrador, dejando a chara sola, o eso fue lo que ella creía.






-valla, valla, valla, mira lo que trajo el infierno... - agrego sans con siniestra mirada.






Ahora era chara que sintió que su mundo iba tan lento como si el tiempo y espacio se detuvieran, esa voz gruesa e irritante, le golpearon la cabeza como si se tratara de un ladrillo. No quería creer que fuera real, no quería encontrarse con el nunca, no otra vez. Volteo la mirada para divisar aterrada a ese monstruo que tanto aborrece y que menos deseaba ver justamente ahora.






-... ¿que tal?... pastelito- sonrió.






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valla, esta historia realmente me inspira. Se que no a muchos les gusta, pero los realmente interesados, no solo les agradezco, porque aparte de ver los dibujos que ya tengo, pueden pedirme dibujos de las escenas o personajes de esta misma historia y las enviare en cada pagina nueva.

Gracias por leer~

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