Noche entre cortinas

Las suaves sabanas de chara hechas con la tela mas fina y cara que su apellido podía comprar acariciaban su piel como si se adaptasen a ella.



Su enorme cama con dosel le daban el gusto a su caprichosa mente de princesa, pero en el interior se sentía muy cuidada por sus amados.



Aun teniendo espacio suficiente como para que mas de cuatro personas dormitaran en el colchón, ella se posaba cerca del borde para sentir con gusto esa mano fuerte y varonil cuya figura adulta y porte de hombre elegante acariciara su cabello.






-nada mejor que terminar el día viendo tu hermosa cara descansar para saber que mañana tendrás otro día conmigo-






Resonó la fuerte y gruesa voz de aquella figura de alta sociedad ante la habitación, aun hablando sereno y con tranquilidad se veía como alguien como el podría poner a cualquiera en su lugar.




Chara sonrió y cerró los ojos dejándose acariciar con entusiasmo, adoraba sentir los abrazos de sus hermanos, pero esa enorme mano de hombre fuerte y pesada en su cabeza, nunca se comparaba.






-mirate, eres la viva imagen de una bella estrella iluminando la noche, tan radiante y hermosa... eres perfecta-



-... perfecta... - susurro adormilada escuchando esa voz resonando en su cabeza.



-eres mi adoración, algo que nadie podrá tener, un ángel que el cielo nos regalo... -






El hombre se levanto de la cama y acomodo su corbata y su traje, era bastante alto y fornido aun para su edad que casi llegaba a los años dorados, resaltaba en la oscuridad como un verdadero partidario de fortaleza y elegancia de un hombre poderoso.




Se tomo la molestia de cerrar las cortinas de la cama de chara y camino hasta la puerta, no sin antes recitarle una ultima frase.






-buenas noches mi hermosa flor-



-buenas noches... papi... -







Complacida por lo mismo de todas las noches continuo por dormir hasta que un extraño ruido en su balcón la inquieto, si bien sabía que siempre pájaros y aves se acentuaban en su ventana por el amplio espacio, el ruido era diferente.




Gateo hacía el otro extremo de la cama y corrió las cortinas, le sorprendió divisar que la puerta de su balcón estaba abierta. Le pareció raro, su padre siempre la asegura antes de darle las buenas noches para que pájaros o insectos no se metan.






-(¿lo habrá olvidado?)- pensó extrañada al levantarse para cerrar las puertas y cubrirlas con las cortinas.






En cuanto se acerco de nuevo a su cama, las cortinas de esta se veían algo disparejas, su padre siempre las acomoda formalmente, ya los nervios la estaban carcomiendo, no quería imaginarse nada raro, pero decidió ponerse firme y caminar a paso lento.

Deslizo las telas con rapidez 






-buenas noches fresita... mierda... que lindo camisón traslucido... puedo verte las fresas desde aquí... tu cama es enorme, hay muucho espacio aquí... ¿porque no te acercas y me dejas ver mas de ese lindo pijama?-



-te matare de forma tan violenta y lenta para que sufras cada segundo- hablo colérica entre dientes.
















El señor Drimer caminaba por el largo pasillo de su mansión dirigiéndose hacía su oficina que se ubicaba en el intermedio de su alcoba, hasta que fue detenido por un sirviente que se postro delante de el con una reverencia.






-buenas noches señor, seas bienvenido de nuevo, déjeme molestarle con una disculpa, pero le ha llegado una notificación- habló formalmente entregándole lo que parecía ser una carta.






El hombre sujeto la nota y la miro con desconcierto, no era muy tarde pero ya en plena noche a alguien se le ocurría querer contactarlo. Suspiro con desgano y la leyó.






-... ¿hum?... ¿la familia Dreemur?-
















Chara forcejeaba con sans en la cama y lo golpeaba con una de sus almohadas mientras este divertido la retenía debajo de el como podía.






-infeliz, te haré trizas ¡quítate de encima!-



-lo siento fresita, no tengo mucho tiempo, paps ya debe de estar sirviendo nuestra cena... seré breve y me iré-



-maldito te voy a-- -






Chara quedo con la palabra en la boca en cuanto sintió que la lengua de sans interrumpía en esta.




Casi se podía oír los latidos de la joven, su mente estaba bloqueada y mas cuando sintió que una de las esqueléticas manos comenzaban a acariciar sus muslos casi  cerca de tocar sus nalgas.




Sans era muy bueno con las manos, apretó unos de sus pechos con fuerza y lo moldeo a su gusto, a pesar de su corta edad tenía un busto muy bien desarrollado.




Chara cerró los ojos y relajo su cuerpo, aun para no tener labios, sans sabía besar, movía muy bien la lengua, era tan satisfactorio como los labios de frisk.




De pronto la castaña sobresaltada abrió de nuevo los ojos con su ultimo pensamiento.






-(... frisk...)-  conmocionada lo empujo -¡déjame!-






Sans la miro unos segundos y se sobresalto, como si despertara de lo que estaba haciendo.






-¡mierda!... oh no... lo siento... no se que paso... ah carajo- habló histérico mientras se alejaba. -mierda, mierda... yo no vine para esto, lo siento... solo... solo quería hablar... cielos, ya tengo bastante problemas y la cago aun mas... soy un adulto... no puedo tocarte-



-eso no te detuvo en ningún momento- comento molesta incorporándose y abrazando sus piernas.



-cierto... soy un idiota... no debí venir... solo quería... decir... lo siento- habló rendido después de suspirar cansado.



-... te tardaste... - sonrió por fin tranquilizando a sans.



-eso era justo lo que quería ver en ti- comento haciendo que se sonrojara.



-no me vengas con tonterías... yo no dije que te perdonaba... me parece ridículo que solo vengan a querer enfrentarme cuan duelo y luego me acosen... me han dejado confundida... ya ni se que quiero pensar o hacer cuando ustedes están alrededor... frisk y yo nos besamos-



-... ¿así?... - pregunto molesto fingiendo ignorancia. -no lo sabía... así que tengo una rival... que duro será-



-sans, deja de joder... habló enserio, esto no es un chiste... ya no quiero que sigan cerca de mi ninguno de los dos... no quiero que me toquen... no quiero que me hablen... y no quiero hablarles-



-lo se... no vine a eso... enserio, lo siento... te juro que no-- -



-¡no me mientas! aun así el querer disculparte es una cosa... pero se que en fondo quieres que te diga sobre mi y mi pasado-



-... chara... -



-¡no!... no quiero... no quiero decir nada... no quiero hablar de nada de eso... ya no- dijo con voz quebrada por su suave llanto. -no quiero decir la verdad... no quiero ver la verdad... duele-






Sans la estrecho entre sus brazos y la acurruco en su pecho, volvió acomodarse encima de ella y se recostaron en el mullido colchón juntos.






-lo siento chara... pero no puedo quedarme con la duda... se que ha sido duro para ti, pero prometo no juzgarte... ya no... juro que solo ahora me dedicare a protegerte... pero tienes que decírmelo... yo necesito saberlo... quiero ver la verdad-






Chara entrecerró sus ojos y dejó caer un par de lagrimas mas antes de quedarse dormida. Sans continuó abrazándola unos minutos antes de irse.

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