Cerca de la verdad
La segunda hora de clases había comenzado, pero chara ya había sido recogida por su hermana.
Frisk no tenía cabeza para entrar al salón y se quedo en la biblioteca. Tenía muchas cosas en la mente como poner atención a las lecciones de hoy.
Sans se encontraba cerca de ella acomodado en un sillón con la cabeza hacía arriba, a pesar de que parecía ver el techo, en realidad tenía la mirada perdida.
-... je...- resoplo sans matando el silencio profundo que había entre los dos. -recuerdo una vez... que simplemente dormía... y luego te escuche gritar de la nada... y cuando fui a socorrerte... tenías un brazo herido y un vidrio roto... me dijiste que fue chara... ¿no es así?-
-... ese día ella se apareció frente a mi espejo... me dijo que estaba cansada de esperar a que no hiciera nada... al parecer lo malinterprete y pensé que quería que volviera a matar... la ignore, le di la espalda y le pedí que no me hablara mas... de pronto mi brazo se movió solo y se estrecho contra el espejo-
-¿que te pedía entonces?-
-... no lo se... yo solo la ignore... seguramente intentaba pedirme ayuda y lo único que hice por ella fue hacerme de oídos sordos...-
-... ¿no dijiste que te hacía tener pesadillas?... -
-... ahora que lo pienso... era ella quien tenía pesadillas... yo... solo caía en ellas-
Sans la miro sin expresión, en sus principios chara solía atormentar a ambos jugando con su cabeza, hacerles ver cosas llenas de oscuridad y miedo.
Pero desde otro punto de vista, al pensarlo mejor, era ella quien estaba sufriendo.
-muchas veces... aparecía en un cuarto oscuro... se veía mucha sangre... se escuchaban risas, gritos y reproches... pensé que eran dirigidas a mi... ya que me culpaban de algo... que no tenía opinión... que solo... era una herramienta-
-... ¿herramienta?... ¿que clase de cuarto era ese?... ¿quienes gritaban?-
-siempre miraba hacía todos lados... a veces, unas noches, lograba diferenciar... figuras deformes... completamente negras... algunas expulsaban viscosidad... tenían sonrisas grandes... otras... lloraban esas viscosidad... y cuando corría hacía el final del pasillo... ella se encontraba de espalda-
-... ¿y que sucedía?-
-... ella... -
-¡mierda! ella ¡¿que?!-
-¡no lo se!... no le entendía bien... ella solo gritaba incoherencias... pero al final creo que me decía... que me alejara... pe-pensé... que me hacía tener pesadillas y atormentarme... cuando la atormentada era ella... pero tu... tu también... podías conectar con ella... ¿que se supone que te hizo a ti?-
-... ya sea en mi cama... o en mi puesto de trabajo... ella me hacía ver un mundo lleno de sangre y polvo mientras dormía o bajaba la guardia... o... al menos eso creo... -
-... explícate... -
-no sabría como hacerlo... primero me encontraba sentado en mi puesto... y luego... veía a mi hermano... y después... se veía todo oscuro y lleno de pilas de polvo-
-¿acaso intentaba intimidarte?-
-... eso pensé... pero creo que en realidad ella... intentaba decirme algo-
Ambos volvieron a callarse, levantaron la mirada hacía el techo y sus pensamientos volvieron a explotar en un remolino de dichas incoherencias.
Ahora veían todo con diferencia pero sin claridad, todo aquello que alguna vez creyeron que era la verdad, se desplomo como si se tratara de un edificio bajo el desastre de un sismo.
Sans cerro los ojos queriendo entender que era lo que sucedía realmente con una simple pregunta que soltó.
-.... ¿quien es su madre?... -
Toriel había salido temprano del trabajo, ya faltaba un par de horas para que sus hijos regresaran y había aprovechado el tiempo para arreglarse para esa misma noche.
Pronto volvería a ver a su hija y quería al menos que todo lo que deseaba saliera bien.
El tiempo paso y frisk y asriel habían regresado a casa y les sorprendió el hecho de ver a su madre algo elegante mientras se arreglaba.
-¿mama?... ¿que haces?... ¿que sucede?-
-¿no deberías preparar la cena?-
-¡asriel!-
-oh descuida cielo... me alegra que lo pregunte... no preparare nada... ya que cenaremos afuera-
-¿afuera?... ¿comeremos en algún restaurante?-
-que sea en los filetes, que sea en los filetes- susurraba el mayor cruzando los dedos.
-iremos a la mansión Drimer... nos han invitado a una cena formal-
-¡¿QUE?!- gritaron al unisono los hermanos por tal revelación.
-ya me oyeron... su padre también ira, así que en cuanto llegue, nos iremos... quiero que se arreglen y se cambien ahora mismo-
-esto es por chara ¿verdad?-
-por supuesto que si... esta es una oportunidad única para volverla a ver... y si todo sale bien... nos haremos amigos de ellos para que chara vuelva a formar parte de nuestra familia-
-mama... no creo que-- - hablo el mayor antes de ser interrumpido por la mano de frisk posando en su hombro.
Ambos se miraron a los ojos, por supuesto frisk le hizo entender con su mirada que era mejor hacerle caso, a lo que el le respondió con un suspiro pesado.
Minutos después de cambiarse, asriel fue al cuarto de frisk y toco su puerta.
-frisk... ¿ya estas vestida?... ¿puedes ayudarme con este estúpida corbata?-
-si pasa... quiero que me ayudes con mi cabello-
Asriel entro a la habitación y vio que frisk llevaba un vestido formal, el tenía bien puesta su corbata solo buscaba una excusa para hablar con ella en privado, a lo que frisk enseguida entendió.
-no podemos dejar que sea tan ciega, solo sufrirá mas... chara no querrá verla seguido y tiene que entenderlo- comento molesto mientras la miraba desde el espejo cepillando su cabello.
-pero tampoco podemos protegerla... es una mujer adulta y debe afrontar la realidad... se que ha pasado por mucho... pero si sigue así de ciega solo será peor-
-el rechazo de chara lo empeorara todo... puede caer en depresión- hablo mientras sujetaba su cabello con un listón a juego.
-estaremos ahí para ella... seguro estará bien después... pero ahora... si no quiere escucharnos y creernos... debe de ver por si misma otro golpe en su vida... -
Asriel termino de arreglar el cabello de su hermana y salieron muy callados de la habitación.
En cuanto asgore llegó ya se habían alistado para irse.
La mansión Drimer no quedaba muy lejos de la zona, pero todo el mundo sintió que el viaje era largo y tenso.
En cuanto llegaron, un ballet los esperaba para guiarlos a la entrada. Toriel sentía como su estomago se revolvía.
En la misma puerta esperando apareció el señor Drimer, portando un traje elegante y una sonrisa comprensiva.
-bienvenidos familia Dreemur... es un placer conocerlos... - como siempre resonó su voz desde todo el lugar como un hombre muy potente.
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