Amigos en camino a un bello amor

Hace cuatro años Karma hizo una promesa que yo no prometí cumplir.

El día que cumplimos un año de amigos, en su cumple me dijo que se iría de viaje, pero que volvería y al hacerlo yo sería su esposa.

Recordar cómo me hizo es promesa sin respuesta hacia que me sintiera enfermo y al ver el mensaje que envió la madre de mi mejor amigo de la infancia hacia que todos esos momentos llegaran como balas.

"Nagisa-chan, Karma volvió hoy en la mañana y al llegar en menos de un segundo le pregunto a tu madre donde estudias para ir juntos.

Pd: el si quiere cumplir esa promesa, espero que la recuerdes"

Al darme la vuelta a la ventana vi como una montonera de chicas se le acercaban a alguien que yo no podía divisar, pero una suposición ya llego a mi mente.

Es el Karma atractivo que siempre imagine.

Mierda, si creen que iré y le abrazare, besare y seré la envidia de las chicas que mojan sus bragas que están ahí como moscas están equivocados. Yo no prometí nada, él le hizo promesas al aire. No a mí.

Solo suspire y me aleje a mi salón, seguro le tocara en mí mismo salón. Es un cliché tan básico que no cumpliré.

Saltarse una hora no suena mal.

-Yukimura-chan, me siento mal. Me duele el útero- susurre sonrojado mientras mentía dolores de un periodo.

-Oh Nagisa-chan, ven acuéstate y toma esta pastilla- dijo para sacar de un cajón un bote de pastillas y sacra una y abrir el grifo de agua para llenar un vaso y dármelo - Tómatela y descansa. Después le diré a Karasuma-sensei que no pudiste hacer educación física por razones femeninas- dijo para sonreír y salir.

Seguro para buscar a los profesoras y darle una pastilla del día después a Irina-sensei y de paso decirle el mensaje sobre mí a mi profesor jefe.

Me acosté en una cama para pensar un rato.

Karma fue mi mejor amigo que tuve en esos momentos oscuros al menos debería saludarle y dejarle en claro lo estúpida que suena esa promesa antigua.
Mi corazón nunca latió por amor hacia él, solo amistad, pero esos recuerdos de antes hacen que quiera recordar. Recordar las veces que nos vestimos como sus padres, el verano en el mar y la vergüenza que sentí ante Karma si me descubriese, en cambio el solo se sonrojo y comenzó a tartamudear. Creo que siempre hacia eso si yo actuaba de forma tierna y avergonzada. Así que él se enamoró de ello. Una chica amable e inocente. Qué asco.

Después sentí como mi cabeza no había nada y un recuerdo llego a mi mente.

Ese día...

"-Nagisa-chan, lo siento. No quiero dejarte, pero papi consiguió un nuevo trabajo y mejor y... y yo no quiero dejarte, pero no tengo opción- me miro de forma triste, yo no le puedo obligar a nada y lo supe desde el momento en que sus ojos se volvían aguados.

-Karma-kun... Tranquilo- le susurre mientras acercaba mi rostro al suyo y mis manos a sus suaves mejillas.

Su mirada se fijó mejor en mí y sus mejillas se calentaron.

-Karma-kun, tu eres valiente, tu eres fuerte, tu eres mi mejor amigo y además la persona que admiro con todo mi corazón- dije con los ojos cerrados, note como una sonrisa crecía en tus labios.

Te separaste y después escuchamos a tu madre llamarte, pero tu dejaste algo que me sorprendió tanto a mi como a tu madre.

-Si Nagisa-chan será mi esposa debe almenas despedirme quitando el honorifico- esas palabras estallaron y crearon caos en mi mente.

Akabane-san solo le dijo a Karma-kun que el tiempo se acababa y te tomo de la mano y te comenzó a llevar, al darte la vuelta. Como si fe cámara lenta se tratase note la tristeza de tus ojos. No, yo no quería ver eso y siempre intente sacarle sonrisas a mi amigo para olvidar que en mi casa esas sonrisas siempre serian falsas, como lo son en la actualidad. Vi cómo se alejaba y siempre se daba la vuelta para mirarme, sus ojos lágrimas soltaban y mostraban que esperaban algo, algo que mis labios soltaron sin que yo les diera esa orden.

-¡KARMA! ¡VUELVE PRONTO!- y pude ver como una sonrisa aparecía en tus labios y soltabas a tu madre para unir tus manos como megáfono para gritarme la respuesta.

-¡CLARO NAGISA Y SERAS MI ESPOSA!- después de ese grito se fue feliz, pero mi rostro solo mostraba vergüenza mientras todas las personas que había en el lugar susurraban sus opiniones al escuchar lo de mi amigo de la infancia.

El recuerdo acabo y mi cuerpo se levantó mientras mis manos frotaban mis parpados para abrirlos y ver la hora que salía en el reloj, eran las once y media, ya comenzó la tercera clase y aún faltaba para que terminara, era de esperarse. Llegue después de la primera hora justo cuando llego Akabane-kun y Educación física siempre es la clase más larga y solo porque el director dice que no solo debemos ser buenos en los estudios, si no que también en las actividades físicas y para llamar la atención de los jóvenes el hizo una apuesta.

"El que logre *matar* a Karasuma-sensei obtendrá la máxima nota y no volverá a hacer su clase por todo el año escolar"

A que se refiere con matarlo, que le atacáramos con unos cuchillos que al tener contacto con la ropa especial que ocupa el profesor deja la marca del ataque, es decir que así es como nos referimos a que muere ¿Porque cuchillos? para tener defensa personal por ser alumnos de esta magnífica escuela. Y sin darme cuenta me acuerdo de que estoy en el tercer piso y la ventana de la enfermería da frente al patio donde se hace la clase. Me acerque a la ventana y los vi, a mis compañeros intentando matar a nuestro profesor, todos terminaban perdiendo el que duro más fue un chico de cabellos rojos, rojos...

Karma-kun.

Como era de esperarse, siempre fue bueno en todo y para transferirse a este colegio deberías cumplir con unos exámenes perfectos. Todos alabaron a Karma por su forma de ataque y casi matanza. Puse mi mano en mi bolsillo y saque esa arma que me otorgaría esa maravillosa nota, si mi madre supiera que tengo tal promedio en una clase seguro me felicitaría.

Me felicitaría, la haría feliz...

Sin darme cuenta mi cabeza salió de si y mi cuerpo se movía solo, con una gran fuerza abrí la ventana logrando un fuerte sonido y de un salto salí de la habitación al patio con el cuchillo en mano.

Todos me miraban como caía, sus ojos mostraban la sorpresa. Que importa.

Mis ojos fueron directamente donde estaba mi profesor, mis pies al tocar al suelo hice que me impulsaron hacia su dirección y alargue mi brazo para matarle. Que mal que esquivo, pero por el susto que le di logre que perdiera el equilibrio. Me di una voltereta en el suelo y de nuevo me impulse hacia mi profesor, el intento pararse, pero con una de mis piernas le peque haciendo que se arrodillara y en su cuello, justo al medio puse mi cuchillo, le toque y después lo empuje por toda su espina dorsal, dejando la marca negra que provoca el cuchillo al estar en contacto con su ropa.

-Profesor, usted murió- dije con palabras frías y sentí como todos mis sentidos volvían de pronto y escuche pisadas, mire para arriba de forma rápida por el susto.

-¡Nagisa-chan! Que buen susto nos diste- dijo Nakamura mientras me tomaba de los hombros.

-¡Sí! ¿Qué hubiera pasado si perdías el equilibrio en el aire y caías de cara- Akira me hablo de forma alterada.

-Hubiera sido una vergüenza total- dijo Sugino de broma y las chicas le miraron mal- ya dejando atrás lo que dije, Nagisa-chan deberías ser más cuidadosa.

-Pero mírenle el lado bueno, Shiota-chan logro ser la ganadora del privilegio- dijo Isogai para después sonreírme- Felicidades-.

Y después de eso todos me comenzaron a felicitar, pero una frecuencia hizo que mi mirara se dirigiera a su lugar de origen.

-Puedes decirme tu nombre- su cabello rojo algo desordenado, sus ojos cobre mostraban seriedad, pero nada de eso podía intimidarme, lo que lo hacía era los sentimientos que mostraba su frecuencia. No era la misma que su rostro mostraba, felicidad y seriedad no es lo mismo.

-Un gusto soy Shiota Nagisa y tú debes ser el nuevo- dije mientras hacia una reverencia y al levantarme le quede mirando, tengo que estar alerta.

-Por tu respuesta puede ver que no me recuerdas- sus palabras salieron lastimeras y un suspiro demostró su frustración, pero después dejo a la luz una sonrisa.

-Esa sonrisa- es la misma que hizo cuando le llame por su nombre por primera vez.

-Un gusto verte de nuevo Nagisa- dijiste con una sonrisa, te acercaste a mí para abrazarme de una manera fuerte que me dejaba sin salida.

Todos nos miraban y mi cuerpo no se podía ni mover ni unos milímetros por sus brazos. Mi cuerpo comenzó a temblar, recuerdos llegaban como balas. Me duele. Me duele la cabeza.

-Señor Akabane Karma suélteme ¡Ahora!- grite con veneno en mis palabras y vi como su frecuencia disminuía y sus ojos mostraban su impresión- Señor Akabane, sabe muy bien que los modales de llamar a alguien por su nombre sin su autorización son la muestra de que no los tiene- dije firme, todos me miraban asombrados y aproveche para salir de esta prisión y escapar.

-Eh... pero- tus labios temblaban, para después apretarlos y fruncir tu ceño- ¿Acaso no lo recuerdas? La promesa- Me di la vuelta y vi tu expresión, la expresión de que sacaste tu última carta.

-¿Que promesa?- dije sin interés, tu última carta no podrán con mis argumentos.

-De que cuando volviera tú te volverías mi esposa- dijiste con una sonrisa y todos al escuchar esa palabra final la gritaron en sincronía.

Esto parece una manga.

-¿Tu esposa?- tu asentiste- perdóneme, pero en mis recuerdos nunca hubo una aceptación a tal promesa que usted habla- dije mientras me acercaba a el- Solo recuerdo como dos amigos de la infancia se despedían mientras uno le hizo una promesa al viento que nunca tuvo respuesta, solo cumplí tu capricho de llamarte por tu nombre sin honorifico- dije con una sonrisa y vi como tu expresión se volvía sombría, al parecer te percataste de la verdad- Además, si yo nunca seré la esposa de alguien- dije con asco- y no, no es la típica fase donde no quieres a nadie, nunca seré esa mujer que te espera en casa con la cena hecha y una sonrisa, nunca seré la madre de tus hijos y jamás de los jamases seré novia de un hombre- ya que todos esos términos son femeninos, la trampa esta detrás de esas palabras, no sería novia de nadie, solo novio, pero. Con que libertad puedo decirlo.

Si soy una simple muñeca.

Comencé a caminar, me duele la cabeza. Llegue a la entrada del bosque y lo vi.

-Koro-sensei ¿Qué haces aquí?- el siempre intenta no ir a lugares donde su ubicación sea fácil de localizar.

-Solo quiero ver lo interesante que puede ser el amor juvenil para mi historia nururufufufu- su risa aunque sea rara es algo que ya me acostumbre a escuchar y se volvía una forma de que mis pensamientos negativos se fueran y que mis labios mostraran una sonrisa y mis facciones relajación.

-Porque eres así con Karma-kun, si cuando eran niños siempre querías ir a su casa- Informo con algo de nostalgia- Las sonrisas que se daban, esos sonrojos de que un tierno y dulce amor de niños nacía, pero todo se arruino con que él se mudara- tus últimas palabras salieron frías, sabes lo que viví esos años y las suplicas que te di para que no actuaras de mala forma.

-Mi madre solo está enferma, yo provoco eso, solo la quiero hacer feliz para que así olvide todo y ser libre sin cadenas que estén conectadas sin que yo me dé cuenta- susurre mientras miraba mis muñecas que ante los ojos de todos pueden ser simples muñecas yo veía una extensa cadena de metal que no tenía ningún lugar donde introducir una llave y ser libre.

Mis ojos dicen que no hay libertad para mí, pero siempre conservo la esperanza de ser algo que quiero ser.

Tu frecuencia desapareció, te fuiste y note un ruido de pasos, seguro alguien buscándome, nadie va al bosque detrás del colegio por cuenta propia, solo yo cuando quiero relajarme. Me aleje lentamente, rodeando esa persona y volví a mi salón en busca de mi comida. No quería que nadie tocara el tema de curiosidad máxima sobre el nuevo alumno y yo así que por todo el día intente esquivarlos cada vez que intentaban meter el tema en la conversación o al ver a Akabane-kun acercándose solo me iba con la excusa del baño y corría. Siempre donde una hojeada para atrás y ver sus ojos sin vida.

¿Qué estoy haciendo?

Nada, solo no quiero nada de nadie que no sirva para ser libre.

Sí, eso debe ser.

Paso así un mes, un largo mes de persecuciones para que todos entendieran que no quiero saber nada del pelirrojo, miles de chicas susurraban lo estúpida que soy al rechazar a tal bombón, ella solo quieren a Akabane-kun por su aspecto y dinero.

Como quería mi madre, ella solo quiere beneficiarse de mí, si muriera a quien le importaría.

Sí, soy un simple muñeco de trapo, tírame y cámbiame, si ella deseara podría conseguir una nueva pareja e intentar formar una nueva familia y que esta vez fuera una pequeña dama la que criaría con amor y esperanzas.

-Madre, ¿porque no cumplo tus expectativas?- susurre al viento, mis piernas estaban atrapadas por mis bazos y mi cuerpo sobre el acantilado donde la vista de la continuación del bosque se veía como uno salvaje.

Mis ojos lagrimeaban, nadie me respondería ¿porque? A nadie le importo, Koro-sensei solo está conmigo por mi potencial oculto que él sabe que si no fuera por mi actitud terca seria su aprendiz en el mundo del asesinato. Solo espero una respuesta, hasta del viento me serviría para sentirme acompañada, pero él me esquiva.

Soy invisible, nadie puede verme en realidad, solo ven la pequeña muñeca de mamá.

-Quiero una respuesta- dije esta vez con más fuerza.

Madre, si hubiera sido mujer me amarías.

-Madre- susurre para después pararme y de mis ojos las lágrimas no paraban - ¡ES TAN DIFICIL SER LIBRE!- grite, mis pulmones quedaron sin aire y mi cabeza solo dolía, mi cuerpo rendido de tener estos pensamientos cayó al suelo.

Solo lágrimas salían, me debo ver tan patético.

No, patética.

Tan patética, tan estúpida, debo darle tanta vergüenza a madre, debo ser un maldito estorbo para todos y una gran carga para Akabane-kun.

-Si muero a quien le importaría- gateando me acerque al precipicio- ¿A quién?- mi mano poco a poco se acercaba a la parte sin superficie.

-A mí- tus palabras fueron como la reconexión al mundo. Me di la vuelta y vi tus cabellos rojizos, tu ceño fruncido y tus ojos con brillo, tu frecuencia decía que tenías miedo.

¿Miedo de que?

-¿Que le tienes miedo Akabane-kun?- te pregunte, mis lágrimas pararon de salir, pero mis mejillas seguían húmedas.

-De perderte y ver como mi principal pilar cae sin que yo pueda ayudar, tú fuiste la primera persona que se acercaba a mi sin tener de inicio malas intenciones, tu solo eras tú- Mentira, yo solo actuó ante órdenes.

-Mentira ¿Que harías si la Shiota Nagisa no existiera?- dije con burla, ni yo mismo sé de donde saque el valor para hablarte y de tal forma.

-La persona que amo y nunca salió de mis pensamientos en estos largos años si existe, porque esa persona eres tu ¿Acaso crees que nadie te quiere? ¿Que todos somos cadenas que te mantienen sufriendo en vida?- tus preguntas fueron unas balas que me hicieron reaccionar de forma alterada.

-¿Cómo lo- fui interrumpido.

-¿Como lo sé?- Dijiste mientras una sonrisa aparecía en tu rostro- ¡YO PENSABA ASÍ, YO TAMBIÉN QUERÍA SER LIBRE DEL ESTEREOTIPO QUE SE ME FUE ENCARGADO! ¡UN NIÑO MILLONARIO QUE SOLO TIENE AMIGOS POR DINERO!- eso me sorprendió, ¿Acaso esos niños chicos de tu cumpleaños no eran tus amigos? - ¡MIS PADRES SOLO QUERÍAN QUE CRECIERA Y CONSIGUIERA UNA BELLA ESPOSA PARA SEGUIR LA DESCENDENCIA! pero, pero yo encontré el amor- me sonreíste, sentí mi corazón ser apretado y que iba rápido, mis mejillas sentí un picor y de mis ojos ardían, quiero llorar- ¡SI MIS PADRES ME AMARAN AL CAMBIAR DE ACTITUD NO TUVIERON QUE TACHARME DE UN CHICO PROBLEMA SOLO PARA SALVAR A ALGUIEN! FUI TACHADO POR ESTA SOCIEDAD COMO PROBLEMA AL PROTEGER A LA VICTIMA!- Cállate, es mucha información- ¡MI ÚNICO PILAR ERAS TU NAGI- fuiste interrumpido y esa persona fui yo y mis lágrimas.

-¡CÁLLATE, HACES QUE ME DUELA AQUÍ!- apunte mi corazón - Akabane-kun, no- hice una negación con mi cabeza - Karma por favor cállate, haces que me arrepienta de estas decisiones y de mi pensar hacia ti y me dan ganas de suplicarte perdón por ser así-.

-Esa es la Nagisa que conocí, la que siempre ve la verdad y abre su corazón a las personas que sufren aunque ella mantenga sus lágrimas y su sufrir- te acercaste a mí y tomaste mis manos mientras te agachabas a mi altura- La fuerte Nagisa que siempre reza por el bienestar de todos y les saca las sonrisas-.

-Karma- solo podía esperar que alguien me matara, estoy siendo feliz junto a esta persona- yo- otra vez me interrumpiste.

-Sé muy bien con estas palaras no puedo abrirte mi corazón y ser aceptado, pero esperare, te conoceré mejor y te ayudare a ser libre- tus cabellos iban al compás del viento, el sol mostraba un brillo único en tus ojos.

-Gracias karma, muchísimas gracias- susurre para abrazarte mientras las lágrimas y gritos que nunca solté salían de mi cuerpo y corazón.

Después de relajarme y que mi cuerpo se sintiera por fin libre el solo me miro y me susurro en la oreja.

"Seamos libres juntos"

Tomaste mi mano y nos fuimos lejos del lugar que le iba dar fin a mi vida, sentí un "click" y mire mis muñecas, ya no vi la gruesa cadena.

Con Karma seré libre.

Pero todo comienza con conocernos desde cero.

-Mañana a las once am tú y yo enfrente de la estación de trenes, debemos comenzar desde cero, pero primero debemos presentarnos- te sonreí y tu hiciste lo mismo.

-Akabane Karma, tengo 16 años nací el 25 de diciembre, desde pequeño fui fechado por tu persona y quiero que seas mi pareja hasta el final de mis días. Soy conocido como el chico problemas por mi actitud de proteger a la víctima que nunca me ayuda y soy el hijo de una familia rica tachado de niño mimado- dijiste con una sonrisa, ahora vengo yo.

-Soy Shiota Nagisa, 16 años nací el 20 de julio, pronto será mi cumpleaños número diecisiete. Soy alguien que siempre miro a todos de forma un poco más adulta aun por la poca edad que tenía, poco a poco fui engañando mi mente y diciéndome que soy el culpable de él porque mi madre me trata de esta forma- me miraste con duda, yo solo suspira aún falta lo más importante- soy del sexo masculino y desde que nací fui tratado como una niña por ser el deseo de mi madre, tener una hija que le daría todo lo que ella nunca tuvo- tus ojos mostraban arrepentimiento, seguro me dejaras y...

Me abrazaste y me susurraste "Eso no importa". Quiero llorar, soy tan inofensivo a tu lado. El sol comenzaba caer y comenzamos a irnos juntos hacia la estación y después separarnos.

Con el corazón a máxima velocidad con un sonrojo en mis mejillas y una sonrisa prometí algo al viento.

-Mañana se lo diré, le diré todo- espero tu aceptación a mis sentimientos que yo negué por el pensar de ser una muñeca.

Tu sonrisa me libero de la oscuridad.

Yo quiero ser libre, eso decía antes ahora quiero otra cosa.

Quiero ser libre a tu lado Karma.

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Fin.

Espero que fuera de su agrado esta corta historia.

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