Amabilidad y sonrisa sin gotas de oscuridad
24 de diciembre, la noche navideña. Mi cuerpo estaba posado en frente de un espejo que mi madre trajo solo para revisar alguna falla en la elección del vestido que estaba ocupando.
Mi madre me saco de mi habitación y en el taxi durante todo el viaje me decía lo educada que debía ser, no hablar si no me lo piden.
Y al llegar...
Estaba sentado mirando mi vestido. Apretando los bordes de él. Me sentía un asco, me sentía sucio. Mi torso tenia claramente una marca roja que mi madre me dio al negarle el vestido, pero gracias a él no se notaba.
El grupo de chicas que había susurraban cosas de "niñas" como dicen los adultos. Yo digo incoherencias.
Una decía que yo era rara. Otra que yo soy hermosa y la última que era una estúpida.
¿Porque me denomina de esa manera?
Ella no me conoce y yo tampoco, somos totalmente desconocidos de la vida del otro y vienes a decir algo sin sentido sobre mí. Las ganas de ir hacia ella y hacerla tocar fondo se fueron cuando comencé a respirar para que el aire puro saque el toxico humo de mi mente.
-Que incoherencia dice ella- susurre, de repente sentí la presencia de alguien.
Comencé a mirar por todos los lados, nada.
Me resulto algo extraño eso, así que me pare y me dirigí al lugar de los aperitivos. Tantos pasteles, tantas comidas distintas en sabor, forma y color hacían mi boca un rio. Tome uno rosado que se notaba que era de frutilla, también note que otra mano iba a capturar el pastel, pero antes que nuestras manos rozaran la saco. Ahora mismo miro la nada, donde tuvo que estar esa persona. Por el tamaño de la mano y el chaleco que tapaba todo su brazo es obvio que se trataba de un niño.
¿Porque no solo tomo el dulce? Muchos chicos empujaban a las demás chicas cuando ambos quieren algo. Lo eh visto en la calle, cuando salgo con mi madre y en esta tonta fiesta. El propósito de ella era conocer personas de alto rango y tener una buena relación o unir a sus hijos y hacer que terminen juntos y elevar su poder.
-Que estúpida fiesta- Otra vez susurre y seguí caminando por el lugar.
Intentaba ser desapercibido para no estorbar, como me enseño Koro- sensei, nombre que le otorgue por contarme sus asesinatos y robos, también por enseñarme algunos trucos que me sirven algunas veces con mi madre o con hombres que se intentan propasar conmigo.
Y ahí lo sentí, una mirada extraña. Nunca la eh sentido sobre mi antes. Siempre es odio, envidia, asco, admiración o pena. Pero lo que siento hace que me tranquilice. Me recuerda a las miradas de koro-sensei, pero esta es más fuerte, me agrada, está demostrando que de una extraña forma alguien me quiere. Solo en pensar eso una sonrisa apareció en mi rostro y escuche como un corazón comenzó a bombear sangre con mayor rapidez.
-Nagisa- Me llamaron de una forma cariñosa y...
Falsa.
Era mi madre que venía acompañada de una mujer de bellos cabellos rojos y vestido negro pegado a su definido cuerpo. Una hermosa dama, pero aquí viene mi pregunta ¿Sera tan hermosa en su interior?
-Hola Shiota-chan. Soy Akabane Shin, un gusto en conocerte- su voz era muy dulce, tanto que produce que mis mejillas se sonrojen.
-El gusto es mío señora Akabane- e hice una reverencia, mostrando mi aprecio y para que no note mi sonrojo, aunque seguro si lo hizo.
-Que bella hija tienes Shiota-san ¿oye pequeña porque no nos acompañas a un lugar? Te presentare a alguien- ay no...
Sabía lo que eso significaba y mire directamente a mi madre que solo mostraba una gran sonrisa. Cree que no se sobre lo que trama, tuve que suponer que no veníamos por pedido de su jefe o para hacer amigos, siempre fue para que una madre se interese por mi como su futura hija y madre de sus nietos. Solo las seguí, pero esta vez con la mirada baja.
Me presentaran a su hijo, espero que no acepte lo que quiere mi madre que suceda.
Llegamos a una gran puerta rojiza que se podían escuchar unas risas ¿Acaso había más personas? Esa pregunta me alegro, no era por lo que pensaba a mi parecer.
Al entrar recibí todas las miradas. Eran cinco personas y la que más destacaba era na que no me dirigía la mirada, su corazón latía rápidamente, lo sentía. Está nervioso.
Sera por mi presencia seguramente. Sera el hijo de la señora Akabane.
-Señora Akabane, ¿puedo ver las cosas que se encuentran en esta habitación?- pregunte de una manera educada. Una habitación de un chico. Esto en nuevo para mí.
-Claro pequeña, a Karma no le debería que una bella princesa vea sus cosas, ya debería acostumbrarse para cuando tenga una novia- yo solo asentí y me dirigí al lugar que llamaba más mi atención.
Una librería, su tamaño era la mitad de la pared entera. Sorprendente para mis ojos, pero todos los de la fiesta tienen un puesto alto económicamente, para ellos es normal. Mi madre solo tiene una gran relación con su jefe y consigue de esta manera asistir a estas fiestas.
Y ahí lo vi, más delgado que los demás libros y alto a la vez. Al sacarlo del estante note que también era más ligero y estaba lleno de dibujos.
-Así que esto es un comic- susurre y solo me senté en el suelo y comencé a leerlo.
Y con las hojas pasando me di cuenta de algo.
-Genial- eso era este comic. Es genial, trama increíble, personajes con diseños atrayentes y el sentimiento hacia cada personaje, el odio y cariño que te hacen sentir.
-Yo también lo creo- me di la vuelta y ahí estaba él.
El hijo de la señora Akabane, ahora me fije que sus ojos son dorados, sonreí y me pare. No dije nada y note que se puso nervioso por ello. Verdad. Yo lo pongo nervioso. Solo me dirigí a una mesita que tenía los mismos dulces que la del gran salón llena de adultos. Tome el mismo pastel que me comí afuera de esta habitación y esta vez en ver de ingerirlo, se lo iba a entregar. Me acerque de nuevo a él y le extendí el dulce rosado.
-Toma, sé que lo querías Akabane-kun- estas palabras las dije en voz baja, sabía que él es la autoridad en esta habitación y movimiento en falso y diré adiós a todo esto. Debería ser feliz por eso, pero después viene mi obstáculo a la felicidad, mi madre.
-Gracias em...- me miraba de una forma suplicante. Sus latidos apurados me hacían felices.
-Nagisa, Shiota Nagisa- sonrió, porque cuando hace esa acción mis latidos se aceleraron. Esto mayormente lo provoco yo a otras personas, no ellas a mí.
Después de eso mire el comic que antes yo leí y sonreí. Fije de nuevo mi mirada en la gran librería y note una gran sección de comic, con emoción me acerque ahí y vi que la gran mayoría tenían algo en común, el autor.
-¿Sonic ninja?- susurre con asombro, ese hombre debe ser muy imaginativo para crear tan buena historias.
-Sus historias son geniales, al notar que todo lo que me llamaba la atención en comics eran creados por el no pude evitar comprar todo de él que había en la tienda- el brillo de sus ojos encendieron algo en mi interior, tal vez no sea malo estar cerca de él.
Así sabré que es lo que ciento.
Sonreí y después la puerta se abrió dejando a la vista seis madres y entre ellas la mía. Corrí donde ella para mostrar lo feliz que soy sin ella cerca.
-¡Mami!- grite y ella solo me sonrió al notar mi felicidad, seguro cree que es por estar con otros niños ricos - este comic es genial- y note la decepción en sus ojos.
-oh ¿Enserio? A karma le encantan y siempre quiere todo lo que sale sobre Sonic ninja- al escuchar eso solo deje salir un sonido de asombro.
-Akabane-kun por favor si tienes cosas nuevas parecidos a esta ni lo pienses dos veces e invítame a leerlas- sonreí mientras le mostraba al comic para que entendiera mejor a que me refiero.
-C-claro- su frecuencia se alteró y creo distinguir la vergüenza en sus emociones.
Akabane es muy tierno, pero como es su madre seguro el termine siendo un chico bastante atractivo. Ahora que pienso en ello. Como seré yo. Seguiré siendo una muñeca o seré libre.
-E-tto... Shiota-chan por favor ven mañana, te lo suplico- sus palabras fueron lentas y bajas, pero el silencio de todos hizo que se escuchara perfectamente por todo el salón.
-¡oh! Karma eres todo un galán- sus mejillas se sonrojaron y todos comenzaron a susurrar que seriamos una pareja perfecta.
Pareja.
Una pareja la conforman un hombre y una mujer.
Karma es hombre y yo debo ser seguramente la mujer ante sus ojos.
Karma es biológicamente hombre, yo soy biológicamente un hombre también.
Pero el actúa tal cual, en cambio yo solo soy una muñeca que puedes manipular a tu antojo.
-Claro Akabane-kun o mejor dicho Karma-kun- al decir su nombre no sé porque, pero lo hice más bajo y con un sonido más agudo.
Mire sus ojos que parecían mostrar su estado de shock, su frecuencia estaba hasta los cielos y eso solo hacia marearme. Quiero vomitar. Karma-kun para por favor, tranquilízate.
-Tranquilo- susurre para que el solo me escuchara y con la cabeza más agachada para que las madres no supieran que hable.
-¿Eh?... Lo siento, yo-o. Esto, eso me tomo por sorpresa em... Nagisa-chan- Si le hubieras quitado el chan sería perfecto.
-¡Claro!- dije con una sonrisa para después abrazarle y ver la hora en el reloj que estaba en la pared -¡oh! mira la hora. Es la hora de que los niños buenos duerman- dije con una sonrisa.
-Shiota-chan, tranquila aún pueden estar un rato más despiertos- si lo hago mañana aparecerán ojeras y madre se enojara.
-No, además creo que ya está llegándome el sueño, mami porfis vámonos quiero tener energías para jugar mañana con Karma-kun- dije para ahora abrazar sus piernas y ella solo sonrió orgullosa y susurro un "claro mi niña".
¿Que yo sea mujer será el deseo de todos?
Karma-kun me miraba de una forma que me hacía negarlo.
Sentí que me levantaban y mi cuerpo pesar y cerré los ojos para después ir a un mundo de silencio y paz.
De repente sentí la suave sabanas de mi cama y al abrir los ojos la puerta de mi habitación se cerró y lo vi, él estaba en la ventana mirándome descansar, sin pensarlo me acerqué a ella y solo susurre algo, sin abrir el vidrio.
-Me siento bien con Karma-kun al lado. Espero que sea mi amigo y me acepte- y volví a mi cómoda cama para seguir el sueño.
Mañana...
Mañana...
Karma-kun.
<5 años después>
Mi cabello estaba recogido en dos moñas algo altas. Mi falda era mediamente corta, pero gracias al cielo llevaba una calza corta debajo. Mi comiza está bien abrochada y mi saco estaba en mi salón por el calor que comencé a sentir.
De repente sentí una vibración, era el celular que escondida en el bolsillo de mi falda y al sacarlo de forma discreto vi que era.
¿Un mensaje de Akabane-san?
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Lo siento por demorar.
Quería hacerlo larguito :D
Espero que les haya sido de su agrado y esperemos que el siguiente capitulo y ultimo sea publicado pronto.
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