2. Quiero golpearte ahora, de hecho

Era insólita la rapidez con la que un chisme era capaz de expandirse.

Maldito seas, Haitani.

La noticia de su -tan esperado por muchos- repentino desapego de Draken se había esparcido demasiado rauda para su agrado y, sobre todo, hacia las personas incorrectas. Ran Haitani tan solo fue un preámbulo ligero antes de dar paso al verdadero concepto de la palabra acoso en todo su esplendor.

No era que Haruchiyo le desagradara, pero Dios, realmente consideraba fastidioso lo meloso que lograba ser, especialmente sin Draken pululando a su alrededor.

Sin embargo, habría estado agradecido si únicamente hubiera sido él quién se propusiera cortejarlo ahora que Ken había desaparecido de la ecuación. Más de una ocasión había sido detenido en algún lugar por algún vago rogándole escuchar su simplona confesión adornada por evidentes matices morbosos que era capaz de notar.

Afortunadamente, no se volvió a repetir lo de la voz de mando y fue capaz de defenderse correctamente.

En cuanto a Draken...

A pesar de cuanto le hormiguearon los dedos y el pecho le retumbaba con tormentosos latidos desbocados, nunca respondió el mensaje dónde demandaba una plática. Creyó que ese visto sería una respuesta obvia a su propuesta: un rotundo "vete al carajo".

Y, por supuesto, evitar a Draken también conllevaba evitar a Baji. Logró enterarse por terceros que esos dos habían hablado y no era coincidencia que después de esa plática secreta ambos estuvieran empecinados en hablar delicadamente con él. Se negaba rotundamente a escuchar lo que sea que fueran a decirle, porque sabía que si habían tantos preámbulos, no era precisamente una buena noticia.

Era feliz negando la verdad y, aunque estuviera frente a sus ojos se haría pasar por ciego. Muchas gracias.

Como sea, un distanciamiento con Baji no significaba un distanciamiento con Chifuyu. Ese omega había sido lo único que había preservado su cordura esos días y, aunque le aburrían sus anécdotas melosas con Baji, le entretenía pasar tiempo con él.

Cuando le comentó que no había tenido la oportunidad de socializar con demasiados omegas aparte de su circulo familiar, Chifuyu pareció demasiado entusiasmado con la idea de presentarle a sus amigos con el fin de distanciarse temporalmente de ese ambiente virulento de las pandillas y sus "nuevos admiradores".

Conoció a Hanagaki Takemichi, un beta demasiado asustadizo, pero presuntuoso en ciertas ocasiones. Empezó queriendo simular un porte recto y dominante (fracasó), pero decayó en cuanto lo reconoció por su seudónimo El invencible Mikey, y de pronto se volvió incluso servicial, claramente temeroso de la letanía de hazañas que venían adjuntas a ese apodo.

Mikey lo adoró principalmente porque nunca percibió intenciones malas de su parte. Podría decirse que hasta se encaprichó con él.

Hasta que llegó su novia a romper su fantasía furtiva: una linda omega que emanaba una armoniosa aura que se acoplaba a su exquisito aroma a algodón de azúcar. Demasiado amable para siquiera osar mirarla mal.

Vaya que tenía una suerte de mierda para temas amorosos.

-¿San Valentín se adelantó? -Chifuyu enarcó una ceja en cuanto Mikey arrojó sobre la mesa el paquete de bombones a medio comer con una notita pegada en la cara frontal-. Vaya, esto es repentino, pero ya soy novio de Keisuke, lo siento. Aunque podríamos considerar el poliamor.

-Si Edward está en la ecuación, no me interesa -dramatizó usando un falso tono indignado y repulsivo, finalizando con una risita a la que Chifuyu se contagió-. Lo encontré en mi escritorio esta mañana.

-¿Y de quién es?

-No sé, no he leído la nota aún.

Ya casi se acababa los chocolates, pero no se había dignado a revisar el nombre del remitente. Claro, era Mikey.

Ambos omegas solían reunirse en algún local de comida un par de veces a la semana para cuchichear un par de cosas. Solo algunas veces porque Keisuke se indignaba demasiado cuando se enteraba que pasaban tiempo sin él.

Chifuyu despegó la notita con cuidado de no rasgarla y la desdobló para leer su contenido.

-Ah, mira, es de Takemichi.

-¿EN SERIO?

Tan pronto como esas palabras fueron proferidas, Mikey le arrebató el papelito de las manos y lo acercó para corroborarlo.

Arrugó las cejas. Ahí no decía Takemichi. El nombre escrito ni siquiera lo conocía y ni le importaba. Las carcajadas de Chifuyu no tardaron en hacerse escuchar.

-Takemichi ni siquiera está en tu misma escuela -dijo entre risas, ganándose una ceñuda y abochornada expresión de parte de Mikey-. Además, tiene novia y lo sabes.

-Ya sé, ya sé --espetó antes de una exhalación pesada-. No me gusta, solo me parece interesante.

-Mmmh -Chifuyu alzó ambas cejas, sin mucha convicción-. Por cierto, ¿has hablado con Draken?

-¿Para qué? ¿Para tener una follada de consuelo antes de que me batee? No, gracias -recalcó desenvolviendo con brusquedad uno de los bombones restantes.

-Keisuke me pidió que te convenciera de hablar, parece importante. -Chifuyu siguió con la mirada los movimientos de Mikey, notando como se ponía cada vez más tenso con la conversación-. Deberías finalizar con este asunto.

-No quiero -pronunció arrastrando las palabras con dejes quejumbrosos antes de llevarse el bombón a la boca.

Chifuyu abrió la boca para replicar, pero justo cuando miró detrás del hombro de Mikey sus ojos se ensancharon ligeramente, y antes de que el otro omega pudiera voltear, un grito lo interrumpió.

-¡AJÁ, LOS DESCUBRÍ, ¡TRAIDORES!

Chifuyu suspiró, sin poder contener la sonrisita que vacilaba en sus labios. Mikey, en cambio, gruñó con autentico hastío.

-¿Baji, no tienes mejores cosas que hacer que acosar a Chifuyu? -recriminó ceñudo.

-Ten cuidado, pequeña rata. No te robarás a mi novio o te haré comer tierra -bufó tomando asiento a lado de Chifuyu, quien se movió un par de centímetros para hacerle espacio.

-Que amenazado me siento, auxilio -dramatizó con dejes extremadamente vagos y lentos-. Date cuenta, Edward. Sobras aquí.

-¡JA! Soy yo el novio de Chifuyu, no tú -espetó alzando el mentón con altanería.

-Keisuke, ya deja tu drama -el omega bizqueo fastidiado por la escena, mirando ceñudo al alfa-. Estábamos hablando de algo serio.

-Sí, amor, yo sé -endulzó su voz y depositó un beso fugaz en los labios del omega-. Confío en ti, pero en esa garrapata no.

-¡¿QUIÉN?! -Mikey se levantó enervante, dispuesto a golpear al alfa allí mismo.

-¡YA! -Chifuyu interfirió alzando la voz-. Keisuke, no seas irrespetuoso. Mikey, por favor siéntate. Nos están mirando

Ante la severidad usada, ambos acataron la orden en silencio. Mikey articulando gruñidos susurrantes mientras rehuía la mirada.

-Mikey -el alfa impostó usando un tono algo duro-. Quiero hablar contigo aquí y ahora, sin que intentes huir.

-Ah, mira que tarde es, iba a ir al taller de mi hermano. Chifuyu te regalo los bombones. Nos vemos después -farfulló levantándose de su lugar dispuesto a marcharse, sin siquiera dignarse a mirarlos.

Sin embargo, los dedos de Chifuyu apresando su muñeca lo impidieron. Éste se había levantado e inclinado para impedir que se vaya. Mikey arrugó las cejas con disgusto.

-Quédate -sentenció reafirmando el agarre en la piel contraria-. Se supone que El invencible Mikey no huye.

Baji alzó las cejas con desconcierto y rápidamente disparó su mirada hacia la reacción de Mikey, quién apretó los dedos de la mano retenida y su semblante se deformó en uno iracundo. Golpe bajo. Sin embargo, Chifuyu se mantenía impertérrito ante el desafío.

Las orbes de Baji se intercalaban constantemente en ambas figuras mirándose acusadoramente, sintiendo el ambiente lentamente volviéndose más hostil.

Afortunadamente, Mikey fue el primero en declinar, soltando un suspiro que se escuchó más como un gruñido y volvió a dejarse caer sobre el asiento aterciopelado. Chifuyu elevó sus comisuras en una sonrisa taimada.

-Yo iré al baño y luego iré a sentarme en la barra para que puedan hablar a solas -profirió con una tenue sonrisita abarcando sus labios-. No traten de matarse, no hagan un escándalo o nos echarán de aquí.

La ausencia de Chifuyu hizo emerger la incomodidad del ambiente. Se suponía que Baji y Mikey eran amigos desde que eran unos pequeños mocosos, mejores amigos prácticamente-. Esa incomodidad debería ser inexistente entre ambos, pero ninguno sabía cómo abordar la situación con el nivel de fragilidad adecuado.

-Probablemente me golpees después de esto... -Baji empezó, evadiendo la mirada del omega.

-Quiero golpearte ahora, de hecho.

-¡Recuerda que Chifuyu sigue aquí! -recriminó señalando la puerta de los servicios ubicados en una de las esquinas del local-. Como sea, hablé con Draken...

-¿Qué le dijiste? ¿Qué me gusta? ¿Qué realmente fui tan estúpido para creer que entre nosotros podría haber algo? -espetó entrecerrando los ojos en una mirada mordaz que le hizo apretar los labios a Baji-. Confié en ti y a la primera vas y le cuentas todo. No sabía que eras tan chismoso.

-Mikey -interrumpió sonando demandante-. No le dije eso, pero sí pregunté que carajos pasaba entre ustedes dos. Necesitaba su versión de la historia.

-¿Su versión? ¿Querías escucharlo relatar las veces que me arrinconaba y me manoseaba? -escupió frustrado, apretando tan fuerte los dientes al finalizar que su mandíbula dolió-. ¿Querías saber cómo era follarse al Invencible Mikey? ¿O qué tal se sentía tenerme de rodillas a merced de alguien más?

-¡CÁLLATE LA PUTA BOCA, MIKEY! -Baji golpeó la mesa con fuerza. El sonido acoplado a su grito atrajo la atención de los demás comensales, entre ellos la mirada ceñuda de Chifuyu que acababa de salir del baño.

Mikey chasqueó la lengua ante la atención indeseada y se encogió ligeramente en su asiento, esperando que las miradas volvieran a desviarse para continuar con su asunto.

Baji solo gruñó a los chismosos que no dejaban de mirarlos, por supuesto, evadiendo a Chifuyu.

-Tengo novio, Mikey. Tengo omega -recalcó con severidad-. Solo estoy tratando de ayudarte para que de una puta vez dejes de conformarte con migajas.

El omega soltó una exhalación nasal, mirando hacia abajo por breves instantes.

-¿Qué te dijo él?

Baji pareció reacio a empezar, o quizá solo estaba debatiéndose sobre que palabras serían óptimas para soltar esa explicación que había ensayado durante varios días.

-Dime una cosa, tu omega interior desea al alfa de Draken ¿no es así?

Mikey arrugó las cejas consternado, pero después de una cavilación breve terminó por asentir.

-Draken me dijo que su alfa interior también desea a tu omega.

Sus ojos se ensancharon ante la noticia. Su expresión se suavizó y se sintió con la voluntad para encarar a Baji. Una débil llama de esperanza se instaló en su corazón y lo aceleró a niveles vertiginosos.

Sin embargo, la expresión de Baji se volvía más apesadumbrada con el paso de los segundos.

-Mikey... ¿Estás consciente de que los deseos del instinto y las emociones no están enlazados? -Ante la mirada intrigada del omega procedió-. Digo, sí pueden existir ambos obviamente. Pero, el hecho de que una exista, no quiere decir que automáticamente aparecerá la otra.

Entonces, Mikey lo entendió, aunque deseó no hacerlo.

La carencia de enlace entre el instinto y las emociones había sido tema de diversas discusiones incluso dentro de su círculo social. Muchos lo deseaban y eso no implicaba que estuvieran precisamente colgados románticamente por él, solo querían follárselo; pero también era común que estos factores sí se sincronizaran, como en el caso de Baji y Chifuyu.

-Draken ya no te ha vuelto a buscar ¿verdad? -Baji prosiguió-. Sí, de acuerdo, se lo dije. En mi defensa, estaba muy furioso y abrí la boca sin querer.

Mikey aun estaba procesando la información antes dada e intentando no sentirse el mayor estúpido en la tierra. Desde allí Baji se preocupó de no recibir mínimamente un insulto.

-El caso es que... él pensó que sí se trataba de una relación de esas, ya sabes y... b-bueno creció en un burdel, es el tipo de relación con la que está familiarizado y...--Se enredaba cada vez más con las palabras al notar como Mikey trataba de ocultar el declive de su voluntad-. Y no sabe cómo mirarte ahora.

Baji se torturó contemplando al omega apoyar su frente contra su mano y cerrar los ojos con fuerza mientras respiraba profundamente.

-Él dice que lo siente -musitó-. Deberían hablar y resolverlo ustedes mismos.

Wow. Dolió más de lo que Mikey había pensado. ¿Sería el dolor de su omega interno también?

-¡No trato de justificarlo! -se apresuró a aclarar-. Ni tampoco te pido que lo perdones de inmediato o algo así, solo que deberían hablar, ya saben, por ToMan y eso...

Baji apretó los labios, rememorando en su cabeza la expresión avergonzada de Draken acoplada a una ligera confusión, y junto a él su conversación. Cavilando profundamente en una elección de palabras óptimas para remendar ese estado al que estaba induciendo a Mikey.

El omega tenía las cejas arrugadas y los labios torcidos en una mueca. Sus orbes se desviaban constantemente de cualquier área al que apuntara y tragaba saliva varias veces.

-Si te sirve de consuelo, lo golpeé -musitó como su última esperanza.

-Para consolarme, tendría que hacerlo yo mismo -espetó con la voz ligeramente amortiguada por el bajo tono que quería mantener-. Si ya acabaste, tengo que irme.

Baji asintió una vez, fijando su mirada en su figura presurosa por huir y reacia a mantener el contacto visual con él. Colgó su mochila en su hombro y desapareció tras la puerta de entrada, sin mirar atrás en ningún momento.

Apenas Mikey salió de escena, Chifuyu se acercó a zancadas para prácticamente abalanzarse sobre él para arremeter con preguntas.

-¿Qué pasó? Se lo veía muy molesto -inquirió preocupado mirando de soslayo un par de veces a la entrada, por si a Mikey se repente se le hubiera antojado regresar para desquitarse golpeando a Baji o hundir sus penas con dulces.

Pero, no regresó.

-Está molesto -el alfa recalcó antes de exhalar pesadamente y hundirse en su asiento con dejes miserables-. ToMan se irá al carajo y esta vez es en serio.

Para Chifuyu no fue muy difícil unir los retazos de la historia que Baji narraba con incomodidad, más los que se cuchicheaban entre su misma pandilla y otras ajenas. Todo se resumía a Mikey alejado de Draken y posiblemente sufriendo los estragos de un fatal amor no correspondido.

Chifuyu conocía perfectamente esa amarga sensación demasiado difícil de digerir y lo abrumadora que podría ser tratar de sobrellevarla, por eso decretó que no lo dejaría hundirse sólo en miseria, soledad y toneladas de helado.

Apenas dos días posteriores, arrastró a Mikey a una salida improvisada que organizó a última hora con los miembros disponibles de su grupo de amigos. Al principio contó con Takemichi, Hinata, Takuya y Akkun, listos para (al menos hacer el intento) animar a Mikey con sus estupideces esporádicas.

Sin embargo, el único que se presentó fue Takemichi.

-Lo siento mucho, en serio. Takuya y Akkun tienen que organizar el cobertizo del gimnasio como castigo por llegar tarde a educación física y Hina tiene mucha tarea hoy -el beta alegó en un tono demasiado rápido para una comprensión coherente, dirigiéndose a Mikey con un particular deje suplicante.

A pesar de haber terminado con un grupo muchísimo más reducido del planeado, con la sola presencia de Takemichi, Mikey parecía casi saltar de emoción recobrando su vitalidad original y dirigiéndose a él con esa vigorosidad que lo caracterizaba.

-¡Takemitchy, vamos a tu casa a ver una película! -propuso con entusiasmo.

-Si eso te hace feliz -el beta sonrió con amabilidad al omega que le sonreía y pululaba meloso a su alrededor.

Chifuyu dudaba de cuan segura sería esa opción. Mikey delataba con cada movimiento lo encaprichado que estaba con Takemichi y él reconocía que el rencor que un desamor era capaz de hacer emerger podría ser el mayor impulso para cometer estupideces.

Por otro lado, había sido un cambio súbito el de su actitud al encontrarse primeros ellos, y el de complementarse con Hanagaki. Pasó de una lúgubre sombra cargada de penuria, a un omega de dulce aroma rebosante de entusiasmo.

Eligió confiar a ciegas y tratar de pasar una buena tarde, aprovechando que ahora era Keisuke quien huía de Mikey, según él "para evitar la patada que tiene reservada exclusivamente para mí".

El manga está tremendo.

Porfa no peleen por ships aquí :( dejen a Mikey gozar de esa etapa de manía amorosa posterior a una decepción xd

Ya se desarrollará de a poco lo que debe ser.

Gracias por leer! ❤

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