08
—¿Por qué te andas escondiendo? —Preguntó Namjoon llegando hasta donde el chico estaba.
Yoongi había decidido que era una buena idea almorzar detrás de las escaleras, ya que de ninguna manera se quería encontrar con cierto chico de cabello rosa.
—Es muy cómodo aquí —mintió, sin dejar de comer de sus papas.
No era para nada cómodo el estar acurrucado debajo de las escaleras. Sus piernas y espalda dolían por la posición, pero lo soportaría con tal de que Jimin no lo encontrara.
Hace una hora de que Jimin le había dado un besito, y ahora, estaba en su segundo receso.
Yoongi se había sentido muy avergonzado después de la valentía del menor para robarle un beso; Aunque, no fue un beso completo, sino que fue más como un pequeño toque de labios, pero fue lo suficiente para dejar al pálido confundido y con las mejillas rojas.
—Min Yoongi, volveré a preguntar y quiero la verdad —ordenó—. ¿Por qué te andas escondiendo? —cuestionó—. Te ves más pálido de lo normal.
—Ya te dije que aquí es muy cómodo.
Obviamente, Namjoon no le creyó ni una sola palabra.
—Jimin me dijo que estabas aquí —confesó el menor.
Yoongi abrió los ojos. —¿Qué?, ¿Jimin sabe que estoy aquí?
—Sí, dice que te estuvo viendo por un minuto, pero te vio tan nervioso y raro que prefirió ir conmigo —alzó sus hombros.
El pálido suspiró frustrado, justamente a la persona que quería evitar, fue la primera que lo encontró, pero agradecía que Jimin no se hubiese acercado, porque no hubiese podido reaccionar adecuadamente.
—Estabas huyendo de él, ¿verdad? —Namjoon comenzó a burlarse.
—Sí, o bueno... eso pretendía...
—Vamos Yoongi, ¿Por qué no le das una oportunidad? —sonrió mostrando sus hoyuelos— No niegues que el chico es lindo y tierno.
—No lo niego, solo es que... —No terminó de hablar, puesto que ni el sabia por qué se escondía.
—¿Solo es que...? —Animó a que continuara— Dame una razón lógica, porque no creo que sea el simple hecho de decir que no te gusta. Ambos sabemos que sientes aunque sea una mínima atracción por el chico, o de lo contrario, ya lo hubieras reportado. Te conozco, Yoongi.
—Y-yo...
—Lleva meses detrás de ti. Y tú, no has hecho nada más que esconderte de él. Eso debe de significar algo.
El mayor se quedó analizando las palabras de su amigo. En cierta parte, él tenía razón, porque Yoongi era de esos alfas que no tenían ninguna gota de paciencia, y si hablamos de toda la que le ha tenido a Jimin, lo podrían calificar como el más paciente.
De cierta forma, Yoongi sabía en su interior que su lado humano se sentía un poco atraído hacia el menor, porque si hablamos de su lobo, este sí que quiere al chico de mejillas regordetas.
—No sé, Nammie —Inhaló frustrado.
—Yo tengo una teoría —soltó el menor, mientras se acurrucaba para quedar a la misma altura que Yoongi.
—¿Cuál?
—Te gusta que Jimin te acose porque te sientes importante —afirmó el peli-morado.
Yoongi abrió completamente sus ojos. Su amigo no podía estar hablando en serio, ¿o sí?
—¡Pero que barbaridades dices! —Exclamó el alfa levantándose exaltado.
La cabeza de Yoongi pegó fuerte con la base de las escaleras cuando se estiró. Un dolor terrible se originó en su cabeza y se la agarró tratando de disminuir el dolor, algo que fue una total incoherencia.
Namjoon hizo una mueca de dolor cuando escuchó el sonido producido por el choque. Yoongi había tenido suerte de que esas escaleras fueran de madera y no de cemento, como las que dirigían a la planta tres.
—¡Agh! —chilló el alfa— ¡Duele, duele!
Namjoon agarró el brazo de Yoongi, quién se había vuelto a acurrucar, y lo sacó de allí.
—Vamos a la enfermería —propusó, pero el alfa ya no se movía, y en lugar de hacerle caso, siguió llorando mientras se sentaba en el suelo.
Pequeñas lágrimas comenzaron a salir de los ojos de Yoongi.
Cierto omega que estaba escondido a unos metros vigilando a los dos chicos salió rápidamente al ver el estado del alfa.
Jimin se había quedado parado sin saber que hacer, así que siguió su instinto omega y corrió hacia el mayor, sentándose a la par de él.
—Yoongi hyung —le llamó, envolviéndolo con sus brazos sin que él contrario se resistiera—. Tranquilo, gatito, Jiminnie está aquí —le susurró dulcemente al oído.
Yoongi quitó las manos de su cabeza, y en lugar de las suyas, fueron las de Jimin las que se posaron ahí. El omega acariciaba la cabeza de Yoongi mientras esté se dejaba hacer y envolvía con sus brazos la cintura de Jimin, para luego, llevar su nariz hacia el cuello del menor, quien comenzó a soltar feromonas para calmar al alfa, haciendo que el chico se olvidara un poco de el dolor, ya que este se concentraba más en aspirar el delicioso aroma del omega.
—¿Quiere que vayamos a la enfermería, gatito? —Preguntó suavemente, sin dejar de acariciar la cabeza del chico.
Yoongi negó despacio. —N-No.
—¿Quiere que haga algo por usted?
—So-sólo quédate a-así —pidió quedito.
Jimin sonrió satisfecho e hizo caso al pedido del mayor. Apretó un poco más el agarré, pero esta vez, comenzó a agarrar entre sus dedos el sedoso cabello del peli-negro.
Yoongi se sentía perdido por dos razones: la primera, porque le dolía a horrores su cabeza, y la otra, porque se sentía bien estar así con su pequeño acosador.
Namjoon, quien era ignorado por ambos chicos, los miraba de forma tierna y con una gran sonrisa, hasta que se dio cuenta que él salía sobrando ahí, por lo tanto, decidió que era un buen momento para marcharse y dejarlos solos.
—Jimin... Tu aroma es delicioso —admitió con voz ronca, hundiendo más su nariz en el cuello del menor.
El omega de Jimin aulló en su interior. —También el suyo, gatito hyung.
Yoongi a penas sonrió. —Nunca dejarás de decirme así, ¿verdad?
—No. —Rió maliciosamente— Y lo seguiré llamando de esa forma incluso cuando lleguemos a ser pareja.
Yoongi se sonrojó, y sonrió un poco. No quería admitirlo, pero le estaba gustando demasiado que Jimin lo abrazara. El menor era tan cálido y transmitía paz.
—¿Quién dice que seremos pareja? —Preguntó burlón.
—Yo. —Aseguró sin titubear.
—Suerte con ello.
Jimin pegó un chillido emocionado. Yoongi no le había llamado tonto o lo había rechazado directamente, es más, podía jurar que Yoongi estaba sonriendo, y eso hizo que su corazón comenzara a latir de forma escandalosa.
—¿Eso que significa? —preguntó esperanzado.
Yoongi lo pensó un momento, recordando lo que Namjoon le había dicho. Sí se era sincero, el omega era todo lo que un alfa deseaba y hasta mucho más. Además, no le molestaba el hecho de verse junto a Jimin, caminando agarrados de las manor y riéndose de las locuras del menor.
Sí, a Yoongi no le disgustaba para nada el hecho de que Jimin fuese su pareja. No perdía nada en intentarlo, ¿o sí?
—Jiminnie... —Murmuró un poco apenado.
—¿Sí? —el omega estaba ansioso.
—¿Quieres ir a tomar un café conmigo? —Soltó con nerviosismo, sin despegarse del menor. No quería que el chico viese su rostro.
Jimin pegó un grito emocionado, apretujando más al alfa. Sonrió hasta que sus ojos desaparecieron y comenzó a asentir rápidamente.
Su hyung lo estaba invitando a una cita, porque sí, para él era una cita y nadie iba a cambiarlo.
—¡Por supuesto, hyung! —aceptó gustoso, para luego, comenzar a dejar pequeños besos en la parte trasera del cuello del mayor, ya que era el único lugar que Yoongi tenía descubierto, gracias a que tenía metida toda su cara en su cuello.
Ahora Yoongi lo había terminado de confirmar. Le gustaba estar con ese omega revoltoso.
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