Única

A pesar de que solo llevaba 3 meses en el hotel, el desempeño de Lucy era muy admirable. Incluso se había ganado el respeto de sus superiores por el buen trabajo que realizaba.

Makarov: Srita. Heartfilia, los Evans han quedado muy complacidos con la boda de su hijo mayor. Ellos jamás creyerón que lograrías contactar al chef francés para el día del evento.

Lucy: Me alegro mucho escuchar eso, y es que el Chef Freed realizó un par de eventos en el hotel para el que trabajaba a anteriormente. Así que no fue muy díficil contactarlo.

Makarov: Te has hecho de una cartera de proveedores y clientes muy impresionante. En verdad, superaste mis expectativas, muchachita.

Lucy: ¿¡En serio!?

Makarov: Creo que te irá muy bien en este lugar y ¿quién sabe? Puede que si todo sale bien, te refiera con mi nieto para trasladarte a la sede en Brasil.

Lucy: ¿¡Brasil!?... No puedo creerlo, muchas gracias por su confianza y creamé que me esforzaré para no decepcionarlos.

Ella tomó sus cosas y salió de la oficina del Gerente General entusiasmada. En el pasillo se encontró con Natsu, él cual siempre le sonreía cuando la miraba. Para la rubia era díficil verlo como un gruñon, tal y como todos decían.

Pero la verdad es que él era únicamente amable con ella. ¿Porqué? Bueno eso ni él mismo lo entendía, lo único que podía decir en su defensa es que ella lo cautivaba completamente.

Lucy: ¡Buenos días, Sr. Dragneel!

Natsu: Te ves muy animada, Lucy.

Lucy: Es que me dieron una buena noticia, solo espero se haga realidad pronto.

Sin decir más, ella continuo su marcha. Mientrás, el pelirosa la miraba alejarse en el pasillo. ¡Realmente le parecía una chica muy interesante!

Brandish: Cierra la boca, idiota, te van a descubrir.

Natsu: ¡¿De qué hablas!?

Brandish: No debes fingir conmigo, soy tu mejor amiga y te conozco bien.

La peliverde se adelanto a la oficina del Gerente General, seguida por su mejor amigo de la infancia.

Makarov: ¡Al fín aparecieron!

Brandish: Dísculpa pero Natsu no dejaba de apreciar las bellezas con las que cuenta nuestro hotel.

Makarov: ¡¿Dragneel!? ¿No pensarás faltar a nuestra política!?

Natsu: Ella habla de la infraestructura del lugar, no pienses mal.

Él le tendió un folder a Makarov con unos documentos referentes a la nueva etapa de remodelación del hotel.

Makarov: Esto era lo que estaba esperando... Necesito saber cuando empezará el proyecto para pensar que hacer con el personal en el tiempo de la remodelación.

Brandish: ¿Qué tienes en mente, Makarov?

Makarov: Bueno, como saben Laxus tiene el proyecto en Brasil, pienso mandar a Erza y Lucy con él para que le tiendan una mano por una temporada y si todo sale bien quizas las deje allá con él.

Natsu: ¿Recortarás el personal en nuestra sede? Creí que estabas satisfecho con el trabajo de la Srita. Heartifilia.

Makarov: Por que lo estoy, he considerado promoverla pero eso no será hasta el próximo año, cuando todo este asunto de la remodelación inicié. ¿Porqué tienes algún problema, Dragneel?

La peliverde se sorprendio de las sospechas de su jefe hacia su mejor amigo, por lo que rió divertida.

Natsu: Yo solamente decía mi opinión.

Makarov: Muy bien, ahora necesito que arreglemos los detalles de la remodelación.

La reunión continuó hasta un poco más de medio día, por lo que los tres se dirigieron al restaurante del lugar. A pesar de que estaba completamente lleno, para el pelirosa no se le fue díficil distinguir a Lucy. La cual estaba pláticando con unos clientes que deseaban reservar algún salón para su boda.

Su amiga lo golpeó por debajo de la mesa para que disimulara frente a su jefe pero Makarov se dio cuenta de a quien observaban.

Makarov: Es la tercera cita que esa chica atiende este día.

Brandish: Maravilloso desempeño, ¿no creen?

Natsu: Si es muy buena...

Makarov: Sé que hará grandes cosas con Laxus. Tengo la corazonada.

Brandish: Uhhhhh si, muchisimas cosas.

La comida fue muy incómoda para Natsu, entre soportar indirectas de parte de su amiga y simular que estaba muy emocionado por la renovación.

Al terminar todo, se fue para su oficina queriendo adelantar trabajo pero su mente no se lo permitía. Había algo que le indicaba que se estaba tomando demasiado tiempo pensando en la nueva coordinadora de eventos.

Dejó sus documentos en el escritorio, él necesitaba despejar su mente y nada mejor que un café cargado para eso. Le dio una indicaciones a su secretaria y se fue al centro comercial cercano. Su tienda de café preferida estaba como siempre abarrotada de gente, que impacientes esperaban por obtener su dosis de energía extra pero le sorprendio ver en ese lugar a la causa de su tormento.

Natsu: ¿¡Lucy!?

La rubia se sorprendio y se rió nerviosa ante la situación. Ella había ido a uno de los almacenes del centro comercial, ya que debía asegurarse de la lista de regalos para una boda que se celebraría en el hotel y como ya había terminado pensó en detenerse por un café con sabor a calabaza. Le encantaba Septiembre por eso, por los peculiares sabores de la temporada de Otoño.

Lucy: ¡Sr. Dragneel... que casualidad...!

Natsu: Llámame Natsu, no estamos en el hotel para formalidades. ¿Tambien necesitas un poco de energía extra?

Lucy: Si... y pienso llevarle algo a Levy.

Natsu: Ah! Que bien...

El turno de Lucy llegó pero su jefe insistió para pagarle la cuenta y ante la espera de los demás clientes, la rubia tuvo más opción que aceptarlo.

Lucy: La próxima vez yo invito.

Natsu: No es necesario.

Lucy: ¡Insisto! No soy del tipo de chica que le gusta que le paguen las cuentas.

Ambos estaban en una mesa a las afueras del café, miraban como la gente disfrutaba de su tarde realizando compras.

Natsu: Lo hice por cortesía, no debes sentirte obligada a compensarme ni nada.

Lucy: ¡No, no, no! Eso no va conmigo y mañana mismo podemos venir... si quiere.

La emoción que él sintió cuando escucho la invitación se vio reflejada en su rostro con una enorme sonrisa. La rubia al mirarlo tan animado, no podía dar crédito a lo que decían de él.

Natsu: ¿¡Mañana!?

Lucy: ¡O cuando quiera!

Natsu: Mañana esta bien, podemos venir después del trabajo, ¿qué dices?

Lucy: Muy bien, será mañana.

Aunque las intenciones de la rubia no eran para nada románticas, el pelirosa ya estaba completamente emocionado. Por lo que al siguiente día él estaba muy ansioso viendo las horas pasar en el trabajo.

"Es solo un café", se repetía. Pero la manera en que se había vestido decía lo contrario. Su mejor traje para un "café" pero al llegarse la hora de sálida sus planes se fueron a la borda por una reunión de emergencia con su superior.

Estaba completamente molesto pero que podía hacer, él sería el futuro Gerente General y esto era parte de su entrenamiento. Por lo que al salir de su reunión se dirigió a su auto un poco molesto pero se encontró con la sorpresa de que Lucy lo esperaba en el parqueo con un café ya tibio.

Natsu: ¿¡Lucy, qué haces aún aquí!? Es tarde, debiste...

Lucy: Habíamos quedado que hoy te invitaría al café y a pesar que ya sospechaba que no iríamos por que andas un traje muy elegante y eso quiere decir "reunión con el jefe de jefes", pues no quería que pensaras que no iba a cumplir.

Él tomó el vaso entre sus manos y aunque odiaba el café tibio, se lo tomó.

Natsu: Muchas gracias pero no debiste preocuparte por algo tan pequeño.

Lucy: No es algo pequeño, yo hice un compromiso contigo y a mi me gusta cumplir.

Él le sonrió y tomó otro sorbo de su café.

Natsu: Eres única, ¿no?

Lucy: ¿Única?

Natsu: Ya veo por que Makarov quiere promoverte.

Lucy: ¿¡Te dijo sobre Brasil!?

Natsu: Si y creo que se arrepentirá si no te da la posición.

Los ojos de la chica brillaron de tal manera que hicieron que el corazón pelirosa se enterneciera y desde ese día él empezo a verla como la chica más maravillosa que había conocido.

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