Capítulo 8.

Él veía sus manos llenas de sangre, un hacha ensangrentada y un hombre agonizando de dolor tirado a su lado con el pie separado de su pierna.

Era bastante obvio qué había ocurrido.

Sintió una punzada de dolor en su costado y llevó una de sus manos al sitio sintiendo la superficial pero dolorosa herida que había logrado hacerle con el mango del machete.

—imbécil— bramó furioso al tipo tirando al lado— ahora me dirás todo lo que sepas— dijo. Él se puso de pie y se sacó el cinturón tirándoselo al hombre— más te vale amarrarte la pierna antes de que te desangres.

La mirada intimidante de él llegó hasta lo más profundo del hombre que aún estaba tirado en el piso. Después de haberse asegurado de que había obstruido la salida de sangre lo mejor que podía, se aclaró la garganta y al fin habló.

—fueron los Williams, ellos nos mandaron.

—para qué exactamente— preguntó.

El hombre se encogió de hombros— sólo dijeron que debíamos ir por Kim Jisoo y llevársela.

Rosé se despertó de golpe, el sudor frío le cubría la piel y respiraba con dificultad. Cerró los ojos y temerosa los abrió de nuevo, levantó sus manos y suspiró con alivio al ver que las tenía limpias, luego miró a su alrededor y se sintió tranquila cuando se vio a sí misma en la habitación de su novia.

Se pasó las manos por el rostro y se quitó la sábana de encima para pararse y caminar hacía el baño. El entrar quedó frente al espejo, mirando su masculino reflejo y fijándose que su cabello había crecido un poco más. Abrió la llave del lavamanos y se inclinó para lavarse el rostro y luego pasarse las manos por el cabello echándolo hacía atrás.

Era la tercera vez que soñaba cosas parecidas, siempre con Jisoo y ese apellido involucrados en ellos. Desde esa vez que la vio en el buffet había empezado a tener esos sueños. El primero fue ese mismo día, el segundo a la semana y hoy, después de otra semana sin haberle pasado, volvió a soñar.

Salió del baño después de secarse el rostro y miró el reloj de la mesita de noche, apenas eran las 04:28 am, luego miró a su novia plácidamente dormida de lado. Ninguna de las dos tenía que madrugar, hoy Jennie tenía el día libre y ella había decidido al fin contactarse con Glenn después de no haber recibido respuesta del buffet. Jennie obviamente ofreciéndose a ir con ella, la cosa era que la esperaban hasta las 08:00 de la mañana.

Decidió salir de la habitación hacía la cocina y buscarse algo de comer. Al estar frente a la nevera la abrió y sacó uno de los jueguitos en cajita que Jennie había comprado para ella porque sabía que los amaba. Fue hacía la barra y se sentó en una de las sillas.

No pasaron ni cinco minutos cuando sintió los delgados brazos de su novia rodearle la cintura desde la espalda y un beso en medio de los omóplatos, seguido de la cabeza de la mujer apoyada en esta.

Sonrió terminando su jugo y dejó la cajita a un lado para darse vuelta aún sentada, Jennie separándose un poco para hacerlo más fácil.

Al estar de frente, Jennie sonrió mirando el atractivo rostro masculino que ahora tenía su novia y se acercó a sus labios para darle un pequeño beso. Volvió a rodearle el torso desnudo con sus brazos y sonrió cuando sintió las manos de su novia sobre su cintura acariciándola. Apoyó la cabeza sobre el pecho y cerró los ojos.

—¿otra vez esos sueños?— preguntó en voz baja. Un sonido positivo salió de los labios de Rosé— creo que deberíamos hablar con la chica, ¿no crees?

Rosé asintió. Le había contado los dos primeros sueños que había tenido, la hacían sentirse confundida. Además de eso, también le dijo acerca de lo que sintió la vez que la vio, Jennie comprendiendo a la perfección lo que podía estar ocurriendo.

—vamos a dormir, cielo— habló nuevamente Jennie— en unas horas debemos ir a la agencia.

Rosé le tomó el rostro y besó sus labios, se separó parándose de la silla y la abrazó por detrás al ver a Jennie empezar a caminar hacía la habitación.

...

Rosé y Jennie se hallaban juntas en la agencia donde trabajaba Glenn, el hombre se entusiasmó cuando le llamó para decirle que trabajaría con él. Apenas las vio, corrió hacía ellas, saludó a Jennie y tomó del brazo a Rosé llevándola hacía el estudio.

Tal vez no era tan mala idea, fue lo que pensó Rosé al escuchar el montón de beneficios que tendría al trabajar con ellos, todo estaba yendo bien. El problema surgió cuando le dijera de qué se trataría su primera sesión de fotos.

"Calvin Klein" había dijo el hombre entusiasmado señalando a los demás modelos en ropa interior. Obviamente a Jennie la invadió los celos al ver la cantidad de mujeres con las que tendría que posar su novia. Porque sí, específicamente ella sería la que tenía que estar rodeada de todas esas mujeres siendo que habían más modelos masculinos.

Y ahora Rosé estaba en el vestidor, mirando los ajustado boxers blancos que debía ponerse para la sesión de fotos.

—ese idiota lo está haciendo a propósito— se asustó cuando escuchó la repentina voz de Jennie y la mujer entrando— o sea, tiene como a otros diez hombres ahí para que posen con ellas pero justamente te ponen a ti, increíble— se cruzó de brazos y miró a Rosé.

—tampoco lo entiendo— habló Rosé— además es mi primera sesión y ya tengo que modelar con esto— levantó la prenda.

—Dios, Rosie— se lamentó dramáticamente Jennie— no quiero que lo hagas— dijo cruzándose de brazos.

Rosé apretó los labios— yo tampoco... pero me siento tan inútil en casa y además el jodido buffet no me llama y si voy sé que le romperé la cara a ese idiota— decía mientras se sentaba en uno de los sofás que tenía la gran habitación que servía de vestier.

Jennie se mordió el labio y se acercó a ella. Sabía que meterle otra preocupación a Rosé no era bueno, así que con un suspiro habló: — tú puedes, Rosie— sonrió con ternura al ver el gesto de preocupación de su novia— dale que tú puedes, eso no te ganará. Y yo trataré de no querer saltarle encima a todas esas por estar cerca de ti— bromeó. Más o menos.

Rosé sonrió y asintió, se puso de pie y se sacó la camisa.

—me arrepentiré de esto— lloriqueó mirando el torso definido de Rosé— no quiero que te toquen. Pero serás el mejor modelo y le ganarás a todos esos hombre allá a fuera— la señaló.

Tras esto, Rosé terminó de quitarse todo hasta quedar desnuda y tomó la prenda que le está extendiendo su novia. Al ponérselo, notó que la entrepierna le quedaba más abultada de lo que hubiese querido.

—Dios, Jennie se me nota todo— lloriqueó Rosé. Se miró al espejo y luego se maldijo a sí misma, a cualquier Dios que se haya encargado de que eso ocurriera y a Glenn por hacerla vestir eso.

Jennie se mordió el labio mirando lo muy bien que le quedaba el boxer. Es cierto que no era la primera vez que la veía así e incluso la había visto desnuda cuando se bañaban juntas, pero la ropa interior que usaba su novia no era igual de ajustada que la que llevaba ahora. Que por cierto, si le preguntaban a ella, le quedaba como anillo al dedo. Sí, le regalaría unos cuantos así.

Y como es Jennie y se trata de Rosé, claro que se calentó.

No había tenido sexo aún, ya casi llegaban al mes y no habían cogido como le gustaría hacerlo. Habían tenido momentos, Jennie la había masturbado, se la había chupado e incluso una vez le pidió a Rosé un vídeo jalándosela que ella encantada le envió pero nunca habían llegado a más y le parecía extraño porque su novia ya se notaba dispuesta a dar ese paso.

—¿crees que haya tiempo para hacerte una mamada?— preguntó Jennie.

Rosé iba a responder pero la puerta abriéndose y Glenn entrando por ella la interrumpió.

—a no ser que quieras a tu novio apuntando a todas mis modelos con eso, es mejor que lo dejes para la casa— el hombre miró a Rosé de pies a cabeza y se sintió satisfecho por haber elegido tan bien— al menos no tendremos que usar Photoshop— el sonrojó se apoderó de Rosé.

—¿ya?— preguntó.

Glenn asintió y agarró una de las batas del perchero y se la tendió.

—ponte esto y vamos.

Ambas siguieron al hombre hasta el sitio que estaba acondicionado para la toma de fotos.

—muy bien chicas, por favor conozcan a Christopher Park— presentó a Rosé quien se había hecho a su lado y sonrió con cierta pena— es nuevo, pero sabes cómo soy; cuando veo talento, lo tomo— hizo un gesto con la mano— por favor, sácate la bata— ordenó— y ustedes dos chicas, serán las primeras— señaló a dos modelos.

En la cabeza de Jennie esas chicas veían a Rosé como si quisieran saltarle encima, en su cabeza estaban haciendo una fila para comerse a su novia. Lo cierto es que no era tan así, de hecho las chicas no se mostraban sorprendidas ni nada.

Pero lo notó, había una que tuvo más tiempo de lo normal mirando a su novia. ¿Acaso le vio le entrepierna? ¿!En su propia cara!? muy bien, eso la había amargado. Decidió no discutir y mirar a su novia.

Las poses iban cambiando, Rosé había demostrado tener un dote y lo aprovechó muy bien, cada rato se sentía más cómoda. Es cierto que a veces le daba cosita cuando algunas de las modelos tenía que tocarle el torso o algo así, pero para su suerte no fue algo que ocurrió seguido. Para su suerte y para la de Jennie.

Luego de una horas, por fin Rosé había terminado. Glenn encantado le dijo que había quedado increíble y le permitió a las dos mirar el resultado final. Ambas estaban sorprendidas, Rosé porque no sabía que podía verse así de bien y Jennie porque, además de eso, descubrió que su novia tenía un gran talento.

—muy bien, Chris. Estuviste increíble— dijo el hombre feliz— la próxima sesión será dentro de dos días, te esperaremos acá—y tras decir esto y despidiéndose, se fue.

Ambas estaban empezando a caminar para que Rosé se cambiara pero la voz de una mujer las interrumpió a las dos. Al verla, Jennie se dio cuenta que era la misma tipa que quería montar a su novia, esa misma que, cuando fue su turno, casi que le había pegado el culo en la entrepierna y le había tocado el torso más de lo que debería.

La odia.

—¿se te perdió algo?— Jennie se encargó de hablar haciendo que Rosé tan sólo se pusiera detrás de ella.

—quiero hablar con Chris, no contigo— respondió con un deje de fastidio que tanto Rosé como Jennie percibieron al instante.

—Chris no quiere hablar contigo, zorra— respondió enojada. La mujer se ofendió, quería reclamarle a Rosé diciéndole que si acaso dejaría que le llamara así pero más se ofendió al verla apretar los labios para evitar reírse. 

—son unos irrespetuosos— bramó enojada y se dio la vuelta para irse.

—ay, la odio— dijo Jennie furiosa— nos llama irrespetuosas cuando fue ella quien casi te saca el pito y se lo mete en la boca en plana sesión— rió al ver la cara de desagrado que hizo Rosé— ay puppy, deja de ser tan guapo que tengo que espantar a todas esas viejas. 

—yo sólo existo— hizo un pucherito que Jennie se encargó de besar.

—tú sola existencia es suficiente.

Recogieron todas las pertenencias de Rosé y caminaron hacía el parqueadero para irse hacía el apartamento de Jennie. Últimamente se la pasan más ahí que en el de Rosé porque Lisa había empezado a salir con una de las chicas que trabajaba con ella y lo último que querían era llegar y que estuvieran cogiendo en el sofá como más de una vez la había descubierto con las demás parejas de su mejor amiga. Iban a mitad de camino cuando Jennie recibió un mensaje.

la vieja bruja: tenemos mas información del caso.

...

kiubo

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