Capítulo 7.

Rosé se hallaba frente al espejo asegurándose de que su traje se viera bien. Y se veía increíble sinceramente.
Había pasado una semana desde que envió ese correo de recomendación al bufete y aún no recibía ninguna respuesta, le estaba impacientando no tener trabajo. Se sentía inútil y, además de eso, aburrida de estar encerrada en su apartamento haciendo nada.

—si Jennie no fuera tu novia te montaría como si fuera lo último que haría en la vida— escuchó la voz de Lisa detrás suyo. Volteó a mirar a su mejor amiga y esta notó la expresión de preocupación que tenía— vamos Rosie, tranquilizate. Te irá bien, seguro no llamaron porque están ocupados— señaló— tú misma haz dicho que últimamente hubo muchísimo trabajo, ¿no?

Lisa se acercó y me puso las manos sobre sus hombros y los apretó.

—irás allá y demostraras que eres el mejor abogado— volvió a alentarla. Rosé le sonrió de agradecimiento y se inclinó para abrazarla, escondiendo su rostro en el cuello de la mujer.

—estoy harta, Lis— suspiró.

Lisa acarició su espalda— lo sé, Chaeng— la alejó de ella y le tomó la cara con las manos— pero ya verás como se resuelve y dejaras de ser este sexy hombre para volver a ser esa sexy mujer que eras.

Rosé se rio y se alejó tomando su maletín. Pasó un brazo por encima de los hombros de Lisa y salieron de la habitación.

—necesito que me lleves tú— le pidió— no quiero tocar un auto hasta que sepa que no iré a partirle la cara al primero tipo que me toque la bocina.

Lisa asintió— te llevo y luego necesito que me acompañes a sacar mis cosas de la casa de Jackson. Me tiene harta llamándome para que las recoja.

Rosé asintió de acuerdo. Jackson era el ex de su mejor amiga, habían terminado hace dos semanas y Lisa, estando tan ocupada con sus clases, no había podido ir a la casa del hombre para sacar sus pertenencias.

—por cierto— llamó la atención de Rosé— te veías muy sexy así de enojada golpeando a ese tipo. Esos brazotes que te cargas, hasta en la cámara se te ven las venas brotadas, ¿así tienes el pito?— rio mirando la cara de seriedad de su amiga.

—Lisa— la regaña.

—y estas manotas— agarró la mano que colgaba de su hombro— con esto le agarras todo el culo a Jennie, qué envidia.

—¡ya Lisa!

Lisa rio mirando a su mejor amiga sonrojada y siguió haciéndole comentarios así en lo que llegaban a su auto.

...

Ahora las dos estaban frente al gran edificio. Rosé suspiró, se alisó el traje y se encaminó hacía las puertas corredizas, Lisa detrás de ella.

El sitio estaba lleno de personas caminando de aquí a allá con prisa, ocupándose de su trabajo. Lisa decidió esperarla en la sala de espera que tenían mientras que Rosé se acercaba hacía la chica que se hallaba detrás del mostrador.

—hola, buen día— saludo amablemente. La chica sacó sus ojos de la pantalla de la computadora y se fijó en el guapo hombre frente a ella sonriéndole de la manera más encantadora posible.

—buen día— respondió con la voz más baja de lo normal.

Rosé se dio cuenta de cómo reaccionó la chica y decidió aprovecharse de ello.

—estoy buscando a Jay Park— se inclinó un poco más en el mostrador y volvió a mostrarle esa encantadora sonrisa.

—el señor Park no admite visitas a no ser que tengan cita— dijo apenada.

—¿tú no podrías ayudarme? por favor— ahí estaba otra vez esa encantadora sonrisa.

La chica asintió despacio— trataré de hacerlo. Puedes sentarte mientras.

—muchas gracias, bonita. Soy Christopher Park, por cierto.

Satisfecha, caminó hacía Lisa y se sentó a su lado.

—acabo de ver cómo te aprovechaste de tu aspecto y coqueteaste con esa chica— la acusó Lisa— le diré a Jennie para que te agarre de los huevos.

—claro que no le coquetee.

—pero te aprovechaste— la acusó de nuevo.

—necesito hablar hablar con Jay, ¿de acuerdo? y si tengo que ser un hombre encantador lo seré.

—le diré a Jennie— se cruzó de brazos.

—¡pero no hice nada malo!

—le coqueteaste a esa chica.

—pensé que eso de que te pongas celosa por Jennie cuando ella no esté era una broma.

—nunca lo será— la señaló con el dedo.

Dejaron de discutir al escuchar la voz de la chica. Le había indicado que Jay Park estaba en su oficina esperándola. Al estar frente a la puerta, se arregló la corbata y sñdejó fuera de su sistema cualquier cosa que indicara sus nervios, cerró los ojos, suspiró y los abrió nuevamente. Entró.

Ahí se encontraba Jay en su silla frente a la computadora trabajando. El hombre rubio levantó la vista y la dirigió hacía la persona que acababa de entrar a su oficina. Se levantó abrochandose el saco y se acercó a Rosé.

—mucho gusto— extendió su mano— Jay Park— se presentó.

Rosé extendió la suya— el gusto es mío, Christopher Park.

—otro Park más— sonrió el rubio— siéntate por favor— señaló el sillón.

Ambos tomaron asiento, uno frente al otro.

—supongo que vienes porque no hemos respondido tu solicitud.

Rosé tensó la mandíbula. El que sepan de su existencia y simplemente la hayan ignorando la molestó.

No te enojes, relájate. No puedes perder el control ahora.

trató de tranquilizarse, lo último que quería era pelear con Jay Park y olvidarse de un empleo.

—sí señor— respondió.

Jay asintió— tienes un perfil espectacular— empezó— y no habríamos duda un segundo en darte un cargo.

—¿pero?— preguntó Rosé impaciente.

—vimos el vídeo de ti golpeando a alguien— dijo— te reconocimos al instante. No queremos ese tipo de imágen en el bufete.

La sala quedó en silencio. Rosé estaba luchando consigo misma para no explotar en enojo y moler a golpes al tipo. Sentía su sangre hervir.

Cerró los ojos y contó diez respiraciones, la última la retuvo y luego la soltó. Se aclaró la garganta y abrió los ojos mirando al hombre frente a ella.

—eso fue un error y es algo que no se repetirá— fue lo único que dijo.

Jay, de alguna forma, se empezó a sentir intimidado debido a la profunda mirada del hombre sentado enfrente suyo.

Tragó saliva— podríamos, eh— se aclaró la garganta— Podríamos revisar nuevamente tu expediente y hablarlo con los demás.

—me gustaría que me llamarán— habló.

—te llamaremos— asintió.

Rosé se levantó, Jay haciendo lo mismo con rapidez y tomó la mano extendida del hombre, el apretón que recibió había sido más fuerte que el primero.

...

Al salir de la oficina no se percató de la mujer que iba pasando y se estrelló con ella haciéndole caer los papeles que tenía en sus manos.

—mierda, perdón— habló Rosé. Miró a Jisoo, la mujer con la que se topó.

Jisoo era una de las chicas con las que en algún momento trabajó cuando hacía papeleo. Duraron poco como compañera ya que la mujer había entrado más tarde que ella y a los tres meses ella había logrado ser socia. Mientras que Jisoo seguía luchando por serlo.

Rosé siempre se sintió algo mal ya que la mujer batallaba mucho y ninguno de los tipos de ahí la tomaban en cuenta. Ella tuvo la suerte de que su padre fuese uno de los fundadores del bufete, sabía que no lo había logrado tan solo pero esto, pero aún así era consciente del privilegio que le otorgó.

—no te preocupes— sonrió Jisoo mirándola.

—Christopher Park— le extendió la mano presentándose.

—Kim Jisoo— respondió.

La mujer se agachó y empezó a recojer sus papeles, Rosé apresurandose a hacerlo también. Al ya tenerlos nuevamente en sus manos, Jisoo se despidió y siguió su camino. Rosé se quedó mirando la espalda de la mujer, sintiendo una sensación inquietante en su pecho.

Suspiró y caminó hacía el vestíbulo del edificio. Le hizo una seña a Lisa y ambas salieron.

...

—entonces puede que tengas el trabajo, ¿no?— preguntó Lisa.

Estaban en su auto yendo hacía la casa de Jackson. Rosé le había contado lo que había sucedió, menos el tema de Jisoo, aún se sentía rara con respecto a eso.

—espero que sí— suspiró. Se sacó la corbata, el saco y desabrochó tres primeros botones de su camisa blanca. Dejó ambas prendas en el asiento trasero del auto— ya me aburre estar en casa haciendo nada.

—¿y no haz considerado ser el modelo de ese tipo?— preguntó Lisa curiosa— después de todo eres guapo, tienes buen cuerpo y te están dejando el trabajo en bandeja de plata.

—realmente no— respondió sincera.

Lisa se encogió de hombros— yo que tú lo tomaría en lo que te responden.

Rosé torció la boca, tal vez lo pensaría.

Lisa se estacionó frente a la casa y bajó, Rosé siguiéndola. Al estar frente a la puerta tocó el timbre y no tardó ni un minuto cuando miró a su sonriente ex abrir. Sonrisa que se esfumó a ver a Rosé o más bien, Christopher detrás de ella.

—¿es en serio, Lalisa?— pregunta molesto.

—¿qué?— preguntó desconcertada.

—¡te llamo para que hablemos y traer a un tipo a mi casa!

—me llamaste para que recogiera mis cosas— dijo desinteresada.

Jackson niega enojado con la cabeza— ¡obviamente era un excusa!

Lisa frunce el ceño— déjame sacar mis cosas— trató de entrar a la casa pero el gran cuerpo del hombre se lo impidió.

—¿quién es él?— señaló a Rosé quién se encontraba incómoda por la situación— ¿acaso te está cogiendo?

—a ti qué te importa quién me coje o no— respondió enojada Lisa— tú me terminaste a mí para cogerte a Joy, superalo Jackson.

—te lo estás cogiendo— la acusó enojado.

Lisa, harta, le responde— sí, me lo estoy cogiendo— señala a Rosé— y me coge mil veces mejor que tú. Porque no es flojo y me cansa primero para poder hacerme sentir algo, porque se mueve delicioso y porque no es precoz — lo señala enojada.

Jackson, totalmente fuera de sí, trató de abalanzarse sobre ella pero Rosé rápidamente se interpuso colocándole la mano en el pecho y alejándolo de Lisa.

—eh, métete con alguien de tu tamaño— le advierte Rosé.

Ambos escuchan la risa socarrona de Lisa— por favor, si eres más grande que él en todos los sentidos— sabía que el hombre se ofendería, lo conocía muy bien y quería hacerlo sentir mal.

—ya, Lalisa— trató de calmar la situación— saca tus cosas y vamonos— la mujer asintió entró a la casa.

Jackson aún enojado le dijo: —nunca vas a disfrutar de esa puta porque yo ya se lo metí por to— no pudo terminar de hablar porque Rosé le dio un puñetazo desestabilizandolo y haciendo que se apoyara en la pared que tenía detrás. Se asustó al ver cómo el hombre frente a él lo agarró de la camisa con ambas manos y lo apretó con fuerza.

—cierra la puta boca— le dijo— si vuelves a hablar así de Lisa te mato— acercó más su rostro al del tipo y susurró con odio— te mato— repitió.

Jackson no dijo nada, tan sólo miró hacía el lado porque se sentía demasiado intimidado y asintió.

Rosé lo soltó y se alejó de él, parándose derecha y metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón esperando a Lisa. La expresión de seriedad que llevaba no era la que normalmente tenía ella, es cierto que solía verse seria la mayor parte del tiempo, pero esta vez ese gesto es su rostro demostraba algo más que solo seriedad. Y fue algo que Lisa notó al salir, su ex mirando hacía el piso asustado y su mejor amiga desprendiendo una energía autoritaria e intimidante la hizo darse cuenta que algo ahí había sucedido.

—¿ya tienes todo?— la voz de Rosé se había engrosado más.

—sí, ya— mostró la caja que tenía en sus manos— adiós Jackson— se despidió.

Un pequeño adiós de vuelta fue lo único que se escuchó. Lisa pasó por el lado de Rosé y caminó hacía su auto, su amiga yendo detrás de ella como si fuera su guardaespaldas personal.

Dentro del carro, miró a Rosé pasarse las manos por la cara y suspirar.

—me duele la cabeza.

—en casa hay pastillas para eso.

El celular de Rosé suena, un mensaje de Jennie se leía.

—Lis, Jennie salió más temprano hoy. Llevame a su departamento, por favor— Lisa asintió.

—por cierto— habla Lisa. Aprovecha que el semáforo está rojo y agarra la caja, sacando una cajita pequeña de ella— para ti— se la extiende.

Rosé frunce el ceño y la abre. Un Rolex se hallaba dentro de ella, rio al ver el objeto.

—¿de verdad le robaste un reloj a Jackson?

—se lo había regalado antes de que me terminara. Es un idiota y no lo merece— ríe— tú, en cambio, por moverte tan delicioso y cogerme tan rico te lo mereces— bromea.

—ay ya Lisa— la empuja— gracias por regalarme el reloj que le robaste a tu ex novio— se sube la manga y se lo pone.

—recuerdame no salir con más hombres, todas mis relaciones con ellos terminan fatal— dice Lisa— con mis ex novias siempre termino bien. El único hombre que vale la pena eres tú— reflexiona.

Rosé ríe— con Jennie te advertidos que Jackson era un idiota.

—es que estaba guapo— hace un puchero.

...

hola gente, estaba desaparecida porque tenía pereza pero ajá acá está este cap, quería q se mostrara más la relación de lisa y rosé 

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