Capítulo 6.
Estuvieron acostadas otro rato más hasta que decidieron irse a bañar para poder empezar con los planes que habían preparado para la tarde. La primera que se metió al baño fue Jennie y después lo hizo Rosé.
Al salir del baño Rosé miró a su novia con un hoodie de los nuevos que había comprado, se veía extremadamente adorable en él. Si antes su ropa le quedaba algo grande a la mujer, ahora le quedaba enorme.
Se acercó hacía ella que estaba terminando de peinarse y le dio un abrazo por detrás.
-te ves tan pequeñita en ese hoodie- le sonrió cuando la mujer se dio la vuelta para quedar frente a frente. Jennie imitó la acción y se puso de puntitas para dejarle un beso en los labios.
-lo sé, grandota- otro beso- ahora ve a vestirte, sobre la cama te dejé la ropa.
Rosé se rió y se agachó para abrazarla mejor- gracias mami por incrementar hasta el cielo mis mommy issues.
Ambas se rieron y de dispusieron a terminar de alistarse.
Tan solo pasaron unos minutos cuando las dos estaban listas. Rosé tomó la ropa sucia y la dejó en el cesto que tenía en su baño en lo que Jennie guardaba lo que necesitaba en su bolso para irse.
Al llegar a la sala pidieron ver a Lisa sentada en el comedor con el portátil encendido en una videollamada. Supusieron que la mujer estaba dando clase y simplemente se despidieron agitando las manos.
Rosé tomó la mano de su novia guiandolas hacía el ascensor. Oprimió el botón y esperaron hasta que las puertas se abrieron, bajaron tranquilamente y llegaron al estacionamiento para irse en el carro de Rosé.
La tarde estaba yendo con tranquilidad, Rosé estaba pensando en cómo ha estado llevando su situación y no le pareció tan malo como creía. Lo que la tenía preocupada era que no había recibido aún ningún tipo de respuesta por parte del buffet, sabía que necesitaban personal. Había escuchado a una de las chicas de talento humano hace dos semanas hablar de cómo la demanda del buffet había incrementado y como necesitaban personas. ¿por qué no la han llamado? tendrían que llamarla, tiene el perfil perfecto. Es perfecta.
Apretó el volante sintiéndose estresada.
Miró a Jennie a su lado,ñ quien estaba en su teléfono. Después de todo lo que sucedió, recordó lo que tenían planeado.
Se supone que, antes de que toda esa basura por la que está pasando ocurriera, iba a mudarse junto a Jennie. Llevaban cerca de tres años saliendo y por fin decidieron irse a vivir las dos. ¿por qué tuvo que pasarle toda esta mierda justo cuando al fin viviría con su novia?
Podría irse a vivir así en lo que se arreglaba todo ese asunto pero el apartamento que había conseguido estaba a nombre de ella, porque ella había sido la que hizo todo el papeleo y ahora no puede hacer absolutamente nada porque, primero, no está en su jodido cuerpo para hablar con la jodida inmobiliaria y segundo porque ya habían pagado mucho dinero en ese jodido lugar.
Qué puta semana de mierda, me quedo sin el caso y se lo dan al imbécil de Charles, no tengo un jodido trabajo y no pude mudarme con Jennie porque soy un puto hombre, pensó frustrada.
Soltó el volante para volver a apretarlo, sentía que le dolía la cabeza y el cuello. Un calor viajaba por su cuerpo, ese que suele advertir que te sientes molesto.
Cerró los ojos apretando la mandíbula. Sintió su oído agudizarse. Empezó a escuchar unas bocinas sonar detrás de ella. Una voz a su lado llamándola.
Un pitido en su oído.
Y explotó.
Totalmente molesta, se asomó en la ventana para gritarle al auto de atrás.
—¡¿cuál es tu puto problema imbécil?!— gritó fuera de sí— ¡si estás tan apurado sal más temprano la próxima vez, pedazo de mierda, pero no vengas a sonarme tu puta bocina!
Jennie abrió la boca sorprendida, nunca había escuchado a su novia dirigirse así a una persona. Salió del shock cuando miró como Rosé se sacaba de manera brusca el cinturón y salía del auto aventando con fuerza la puerta.
Eso la alarmó y rápidamente se quitó el suyo para salir corriendo también, llegó hasta su novia quien estaba insultandose con el que supuso era la persona a la que había gritado.
—¡Chris!— la llamó, pero fue en vano.
Rosé estaba totalmente fuera de sí misma gritándole al tipo miles de cosas, el otro hombre haciendo lo mismo.
Ella trató de acercarse desesperada pero sintió unos brazos alejarla. Al mirar hacía el lado pudo divisar a una señora reteniendola.
Y fue cuando escuchó un golpe seco.
No supo que había pasado en esos pequeños segundo que dejó de ver la interacción pero su novia se hallaba con el puño ensangrentado cerrado con fuerza dejando ver las venas brotadas de su brazo y al tipo en el piso tirado inconsciente. Le había roto la nariz.
Lo último que vio fue a un policía tomar a Rosé con fuerza y estamparla contra el auto esposandola.
—señorita, señorita— apenas y escuchó la voz del oficial. Quién sabe hace cuánto estaba llamandola— ¿usted venía con este hombre?
Jennie, aún aturdida por lo que había presenciado, asintió.
...
—tuvo suerte de que al tipo con la nariz rota lo estuvieran buscando por vender meta— Jennie escuchó la voz del hombre— unos cuantos arreglitos y el niño bonito queda libre de pecado.
—gracias, Saul— dijo en voz baja Jennie.
Saul había sido la primera y única opción de Rosé cuando le dijeron que tenía derecho a un abogado. Que mejor que un abogado torcido para torcer las cosas. Traía muchas ventajas conocer a todo tipo de gente definitivamente.
Iba a hablar hasta que escuchó a Rosé llegar hasta ellos.
—acá estás, Randy Orton— habló Saul— tuviste suerte por esta vez, pero hombre, aprende a controlarte. No puedes ir por el mundo golpeando gente porque te tocó la bocina— se dirigió hacia Jennie esta vez— controlalo porque a los de la cárcel les gustan los niños bonito, eh— rió— bueno jóvenes, los dejo. Espero mi cheque.
Y las dejó solas.
Jennie por fin miró a Rosé. Se veía mal, totalmente mal.
—tengo miedo— escuchó la voz de Rosé— tengo miedo, mucho miedo de mí.
—Ro-Chris— corrigió recordando que había gente caminar de un lado a otro por el pasillo.
—temo por ti— volvió a hablar interrumpiendo a Jennie— no sé qué me pasa, pero temo hacerte daño a ti.
Jennie negó con la cabeza y se acercó para tomarla de las mejillas para que la viera.
—iremos a Tseldora. Debemos hacer algo con esto.
—pero y el hos—
—ya le pedí a Seulgi que me cubriera por esta noche— interrumpió a Rosé— hay algo que debes saber y prefiero que sea esa mujer que te lo diga.
...
El viaje hasta Tseldora fue rápido, apenas entraron vieron a la mujer mirandolas sorprendida. Se acercó hacía las dos mostrándoles el celular con un vídeo de ambos hombres peleándose.
—te hiciste viral— dijo la mujer.
Rápidamente las condujo hacía la parte trasera del local y le pidió a Rosé que se sentara en una silla. Lo que no se esperó fue que dos hombres la agarraran. Jennie, asustada por lo que vio, miró a la mujer.
—tranquilas, sé a qué vinieron— empezó— ellos no le harán daño, sólo quiero que estemos seguras.
—no soy un puto animal para que me retengan así— dijo enojada Rosé.
—¡usted dijo que no había que ponerla bajo presión— la acusó Jennie— retenerla así es hacer todo lo contrario!
—¿de qué están hablando?— preguntó Rosé confundida.
Jennie miró a su novia y luego a la mujer esperando a que le explicará absolutamente todo. Y eso hizo.
Jennie tan sólo veía a su novia forcejear para soltarse, se veía de nuevo como alguien más, se veía totalmente enojada.
Tuvieron que esperar hasta que se calmara, Jennie había notado el semblante de tristeza que solía tener al finalizar su comportamiento agresivo, así que cuando la miró decaída, supo que volvía a ver la Rosé de siempre.
Miró a los dos hombres y estos entendieron, así que la soltaron. Jennie se mordió el labio preocupada al ver las marcas rojas en sus brazos debido a la fuerza con la que la habían retenido. Se acercó y se sentó sobre su regazo de lado abrazándola. Rosé sólo atinó a envolverla en sus brazos buscando consuelo y empezó a acariciar su cintura.
Se sentía tan mal, no quería seguir así. Quería su cuerpo de vuelta, estaba harta. No quería cambiar, quería seguir siendo ella.
—nos hemos estado comunicando con las demás personas que participaron en esto— informó la mujer— al parecer tan solo Rosé y otra persona han sido las primeras en sufrir cambios tan radicales.
—callese— la voz ronca de Rosé asustó a Jennie y a la mujer— no quiero saber nada más de esto por hoy, ya fue suficiente para mí.
Su rostro seguía en el cuello de Jennie pero podía escucharse perfectamente.
—tranquilizate, puppy— le susurró Jennie. Escuchó un pesado suspiro y como Rosé empezaba retomaba las caricias que habían siendo detenidas cuando la mujer empezó a hablar.
Dejó un beso en su cabeza y volteó a mirar a la mujer.
—como le dije la primera vez, llámenos sólo cuando ya tengan la solución a esto— la mujer asintió— bien.
Jennie se paró y ayudó a su novia. No dijeron nada más y salieron del local.
...
En el auto, fue Jennie quién manejó esta vez mientras Rosé estaba a su lado revisando su celular.
Al parecer el vídeo se había viralizado tan rápido que Jungkook y Lisa le habían llamado y llenado de mensajes pidiendo que les explicara qué había sucedido.
Rosé no tenía ánimos de nada, así que simplemente bloqueó el aparato y cerró los ojos, soltando un suspiro largo.
—tengo que hallar una forma de controlarme— dijo— cuando tengo este cambio de comportamiento siempre siento algo...— empezó a explicar.
Jennie la miró brevemente y volvió su vista hacía el camino, estaba atenta a lo que diría su novia.
—no sé explicarlo— prosiguió— pero siento como... un cosquilleo dentro, ¿sabes? y luego como cuando comes algo ácido, así. Es una sensación molesta.
Jennie asintió y dijo: —si lo sientes venir, podríamos buscar una forma que lo contrarreste. Algún ejercicio de respiración, tal vez.
—sí, tal vez sirva. Al final son como los arranques de ira, ¿no?
Jennie asintió.
aprovechando el semáforo, Jennie volteó a mirar a su novia y la tomó de la mano.
—saldremos de esto, Rosie.
Ella asintió y apretó el agarre, subiendo la mano hasta su boca y dejando un beso en agradecimiento.
...
Al llegar al apartamento lo primero que que vieron fueron a sus amigos acercarse a ellos tirandoles miles de preguntas, cada una empezando a ser respondida.
Se sentaron en la sala y les dijeron absolutamente todo lo que les contó la señora.
"¿entonces Rosé está prácticamente poseída?"
Había sido la pregunta que hizo Lisa. Llegó un momento en que Rosé lo consideró, qué tan relacionadas estaba la posesión y la brujería? bastante, por lo que sabe. Pero si al final ella está en otro cuerpo, que en teoría es suyo pero en versión masculina, no creí que fuese por ese lado.
Jungkook había aprovechado sus conocimientos y le recomendó distintos tipos de maneras para poder controlar un ataque de ira, Rosé teniendo en cuenta cada uno de ellos empezó.
La tarde terminó por pasarse rápidamente y cuando se dieron cuenta, ya eran las siete de la noche.
—en estos momentos preferiría tener la regla— dijo Rosé al terminar de recapitular todo lo que había sucedido durante el día.
—por no aguantarte un poquito de dolor ahora estás pasando por todo eso— dijo Jungkook.
—cállate JK, qué sabes tú del dolor si eres un hombre— se unió Lisa.
—seguro no me quejaría.
—no digas nada, luego te levantas siendo mujer— bromeó Rosé.
—ojalá, sería una mujer tetona. Lo sé.
Lisa rió y dijo: — quisiera ser hombre por un día para hacerme una paja— el rostro se me iluminó y miró a Rosé— ¿ya te la jalaste, Rosie? ¿cómo se sintió?
Rosé se sonrojó recordando lo que habían hecho. Nunca creyó hacer algo así, pero el calor del momento simplemente a impulsó.
—¡lo hiciste!— señaló Jungkook. Lisa se paró del sofá y se le tiró encima.
—¡dime qué se sintió!— pidió mientras la zarandeaba.
Jenni se rió mirando la cara de angustia que tenía Rosé, además del sonrojo que cubría sus mejillas.
—sí, puppy. Cuéntanos qué se sintió— dijo Jennie maliciosamente queriendo unirse a sus amigos.
La noche pasó entre risas del grupo, Lisa y Jennie molestando a Rosé y Jungkook riéndose de los comentarios. Al fin, después de todo ese día tan trágico, estaba tranquila.
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