Capítulo 1.
Jennie abría la puerta de la entrada del apartamento de Lisa y Rosé.
Había salido a comprarle pastillas para lo cólicos menstruales. Le sorprendía que, sabiendo el tipo de dolor que tenía, la rubia siempre se empeñaba en no tener ni una cajita con el medicamento, era increíblemente irresponsable.
Dejó las llaves sobre el mesón de la cocina al igual que sus pertenencias, se acercó a la nevera para sacar una botella de agua y llevarle la caja a su novia.
Al entrar a la habitación de Rosé, Jennie pudo divisar a su novia hecha un ovillo frotando sus pies. En su mente eso lograba calmarle el dolor, aunque en lo más profundo de su ser sabía que no era así.
—Rosie— llamó a la mujer rubia.
El sonido de queja que salió de la garganta de Rosé dio a entender a Jennie que se hallaba de mal humor, así que simplemente le ayudó a sentarse y le tomó la cara para entreabirle la boca y así meter la pastilla, pasándole el agua para que se la tomara.
Un leve gracias se escuchó de la boca de su novia. Jennie sintió a Rosé acercarse a ella y envolver su cintura con ambos brazos, apoyando la cabeza en su pecho dejando un leve beso sobre el escote descubierto.
Jennie sonrió y le dejó un pequeño beso sobre la cabeza, su mano acariciando la espalda de la rubia.
—Rosie, sabes que debes tener una caja de pastillas para tus dolores así tomas lo antes posible y no esperas a que se intensifique— regañó, aunque su voz sonaba tan suave que no parecía un regaño.
Un suspiro salió de la rubia. —lo sé, pero Lisa también las toma y luego olvidamos comprar.
—sí y después las dos están llorando de dolor, aunque tú sueles ser la más afectada siempre— dijo Jennie—por cierto, ¿y Lisa?
—salió, su hermano vino de Tailandia y fueron por ahí, supongo que a pasar el rato.
Jennie asintió y dejó otro beso sobre su cabeza.
—tenemos el apartamento solo y yo tengo esta cosa fea— se quejó Rosé— igual podría meterte mano.
—¡Rosé! — Jennie se alejó y le dio una palmada en la cabeza—ni adolorida dejas de pensar en eso.
La rubia se encogió de hombros. —es tu culpa por estar tan buena.
—eres una boba— ríe Jennie. Se levantó de la cama para acercarse hacía la mesita donde había una televisión plasma encima y tomó el control—¿y si mejor seguimos viendo Better Call Saul? quiero seguir detestando a Chuck— sugirió.
Rosé sonrió y asintió contenta. Esperó a que Jennie se acomodara en la cama y casi se pegó a ella a su lado.
—como me gusta Kim, es la mejor— mencionó Rosé mirando a una mujer rubia dentro de la pantalla. Sintió a Jennie mirarla y rápidamente corrigió— pero no tan mejor como mi hermosa novia— dirigió la vista a la mujer a su lado y dejó un beso.
Jennie, satisfecha, se reacomodó de tal manera que pudo abrazar el brazo de Rosé y apoyar su cabeza en el hombro.
Habían pasado horas, ya era de noche cuando escucharon la puerta principal abrirse y las inconfundibles voces de Lisa y Jungkook. Ambas mujeres decidieron salir a la sala para saludarlos.
—al fin te paraste— dijo Jungkook mirando a Rosé— tienes mejor apariencia, cuando salimos de acá parecías un muerto en vida.
—es que Jennie es una excelente doctora— señaló Lisa.
—sólo le di de esas pastillas que ustedes toman como si fuera droga.
Lisa sonrió apenada. —mierda, olvidé reponerlas.
—bueno, ya pasó— intervino Jungkook— Rosé, mira lo que te traje— Caminó hacía el cuarto de su hermana y sacó de su maleta una bolsa, la extendió hacía la rubia.
Rosé la tomó entusiasmada y sin esperarlo, sacó la caja que había dentro— ¡sí! al fin lo tengo, gracias Kook.
La caja tenía dentro una réplica de un dodge charger color rojo, había estado detrás de ese auto hace un tiempo y no lograba conseguirlo, hasta que vio un publicación de alguien de Tailandia vendiendola.
—¿no tienes suficientes carritos de juguete? —preguntó Lisa— al menos ya tendrás juguetitos para tu futuro hijo— la molestó.
—cállate Lalisa. Son autos de colección, no juguetes— se defendió— además, esté en específico es una pieza rara, mira— acercó la caja hacía su mejor amiga y le mostró el grabado que tenía debajo el auto.
"La naturaleza de tu existencia ha cambiado"
Era lo que aparecía escrito en el grabado. Jennie frunció el ceño y se acercó hacía su novia para mirarlo.
—¿qué tiene que ver con autitos de juguete?
—no son juguetes— repitió Rosé— según cuentan las malas lenguas por ahí, esta réplica fue imbuida en algo sagrado, qué sé yo. La verdad es que no tiene nada que ver con autos, pero me pareció cool la historia detrás así que la conseguí.
—¿de verdad pagaste tres mil dólares por algo que yo pude haber hecho sólo por una historia de fantasía? —preguntó confundido Jungkook.
Rosé se encogió de hombros. —es mi dinero, yo veré en qué pendejada la gasto.
—deberías dejar de creer en cada cosa que ves por ahí, Rosie— dijo Jennie.
Ella sabía que su novia solía ser bastante supersticiosa, le gustaba todo ese tema fantástico y mágico. Las series y juegos que solía consumir estaban plagados de eso y le parecía interesante, pero de ahí a creer que algo así pasaría, definitivamente no caía en eso. Rosé por otro lado es fiel creyente de que esas cosas existen por algo.
Lo que pasó ahí ya lo tomó como una estafa muy grande, ¿qué tenía que ver un carro de juguete con temas sagrados y fantásticos? Nada.
—bueno, dejemos de lado el hecho de que estafaron a Rosé y comamos— Dijo Lisa queriendo molestar nuevamente a su mejor amiga.
...
Luego de una hora de haber charlado y comido plácidamente, cada uno se dispuso a volver hacía sus habitaciones. Jennie decidió quedarse esa noche con su novia por su volvía a tener algún malestar.
Ambas mujeres estaban preparándose para dormir. Jennie había sacado una de las camisas de Rosé para usar de pijama, no se molestó en buscar un pantalón porque la prenda le llegaba hasta los muslos, mientras la rubia sólo tenía puesto un top deportivo y un sweatpant.
Miró a la rubia hacer una mueca, sabía que se trataba de los dolores.
—¿ya te tomaste la pastilla?— preguntó Jennie.
—sí mami— respondió Rosé—, sabes que tarda un poco en hacer efecto.
Ambas mujeres se acostaron, Jennie se acercó hacía su novia quién extendió un brazo para que la mujer se acomodara de tal forma que podía abrazarla con este.
Jennie le dio un beso en la mandíbula e iba a desearle buena noche cuando volvió a ver una mueca de dolor.
—te juro que ahora mismo lo que más deseo es ser hombre, no tendría que sufrir de este dolor infernal— lloriqueó Rosé. Jennie rió y acarició la parte baja del abdomen de su novia— ¿me amarías así fuera un feo varón?
La pregunta volvió a hacer reír a Jennie. —primero, creo que serías muy guapo— puntualizó— segundo, claro que te amaría. La que no se amaría serías tú, seguro ni te soportarias.
—tienes razón, no soporto a los varones. Sólo a JK y tal vez a Ryan Reynolds.
—muy bien dicho, cariño. Ahora a dormir.
—descansa hermosa, te amo.
—tú también, puppy. Te amo.
...
La primera en despertar fue Jennie. Aún no había abierto los ojos, estaba cómodamente acostada de lado. Un cuerpo cálido detrás suyo la hizo suspirar, pasó la mano por el brazo que tenía al rededor de su cintura manteniéndola cerca. Cuando se detuvo en la mano contraria para tomarla, se sorprendió al sentirla más grande de lo normal. O sea, Rosé tiene las manos un poco más grande que las suyas, pero no de esa magnitud. Abrió los ojos mientras levantaba la desconocida mano y la observó, definitivamente no es la mano de su novia, más bien, no es la mano de una mujer.
Cerró los ojos con fuerza rezando para que no se tratara de una estupidez que haya cometido. No recuerda haber salido ni bebido, no podía ser lo que estaba pensando.
Quiso voltearse pero un fuerte apretón no la dejó. Miró el brazo y definitivamente no era el brazo de Rosé, este se veía más grande y musculoso.
—sueltame— dijo el voz baja.
Un quejido por parte de la persona de atrás se escuchó y Jennie se alarmó aún más, era un hombre. Un hombre estaba donde se supone que debería estar su novia. ¡Y la tenía abrazada a él!
Intentó desesperadamente zafarse del agarre pero el tipo era muchísimo más fuerte que ella.
—¡te juro que si no me sueltas grito!— dijo desesperada.
Somnoliento, el hombre la soltó y se pasó las manos por la cara, Jennie aprovechó y se paró de la cama, mirando al hombre tendido sobre esta, tapándose los ojos con el antebrazo.
Rápidamente se subió a la cama y empezó a empujarlo, queriendo sacarlo de ahí mientras le gritaba "¿qué le hiciste a mi novia? ¿dónde estoy? ¿quién eres tú?"
El hombre, totalmente confundido y asustado, se levantó aturdido de la cama mirando a la mujer delante de él.
—¿de qué estás hablando Jennie? soy yo, Rosé— se señaló, queriendo recalcar lo dijo.
Jennie rió sin gracia, ahora la estaba tomando de tonta.
—ni siquiera eres una jodida mujer, ¡cómo vas a ser Rosé!
El hombre frunció el seño y se volteó para mirarse en el espejo detrás de él.
Ahí, en el reflejo del espejo vio de todo menos a quien esperaba ver.
Era un hombre.
Un jodido hombre.
—voy a llamar a la policía.
La voz de Jennie la asustó y rápidamente corrió hacía ella, pero al ver que la mujer se asustó, puso las manos en alto y retrocedió.
—no, no es necesario. Espera— la contuvo— soy yo, Rosé te lo juro.
Jennie tuvo la intención de gritar de nuevo, pero Rosé rápidamente corrigió.
—no, espera. No grites— pidió de nuevo— lo que quiero decir es, no soy Rosé en su forma física, pero sigo siendo yo, te lo juro.
—¿acaso creer que soy estúpida o qué?— bufó enojada— ¿por qué insultas mi inteligencia?
Escucharon un golpe en la puerta seguido de la voz de Lisa.
—chicas, ¿todo bien? Jennie se escucha desde mi habitación. No hagas que se enoje, Rosie.
Rosé, al ver la intención de su novia, corrió hacía ella y le tapó la boca. La tomó de la cintura y se la llevó hacía el baño.
Jennie estaba pataleando intentado zafarse nuevamente pero el agarre era demasiado fuerte, simplemente no podía soltarse.Y ahí empezó a sentir miedo, qué tal que lo hiciera algo.
El hombre, Rosé o como quiera decirle cambió su expresión al darse cuenta del cambió repentino de su novia. Lo último que quería hacer era asustarla.
—te soltaré, pero prométeme que no gritaras— suplicó— juramelo, por favor.
Jennie frunció el ceño, se me hizo demasiado familiar la expresión del hombre. Decidió hacerle caso y suspiró, asintiendo.
Cuando el hombre la soltó, se quedó analizándolo.
Era un hombre muy guapo, demasiado diría ella. Muy alto, casi le pasaba por dos cabezas. Además estaba en forma, cosa que hacía que se viera más grande.
Su cabello estaba algo largo y desordenado, era color castaño. Sus cejas eran pobladas, ojos levemente rasgados y expresivos. La nariz recta y algo grande. Su mandíbula se marcaba muy bien.
Bajó la vista al cuello, grueso y marcado, el cartílago cricoides o manzana de Adán para los amigos, se notaba a simple vista.
Al bajar al torso de dio cuenta que llevaba un top deportivo de él y no pudo evitar reírse. Se mordió el labio al notar los fuertes brazos siendo cruzados sobre el pecho y subió la vista viendo la mirada acusadora del hombre.
—deja de burlarte de mí.
—lo siento— Jennie señaló con su dedo el torso del chico— es que tienes un top y se ve gracioso.
El hombre bajó la vista y efectivamente ahí estaba el top que había usado la noche anterior. Sintiéndose ridículo, agarró los bordes de éste y lo sacó.
Jennie se mordió la lengua al notar los músculos debido el movimiento. Sacudió la cabeza y dejó de analizarlo para enfrentarlo.
—dices que eres Rosé, ¿cierto?— el hombre asintió esperanzado— dime algo que sólo ella y yo sepamos.
—fácil. Fuimos nosotras las que dejamos una bolsita de marihuana en el bolso de Lisa la vez que la policía la capturó y la dejó en la comisaría durante toda la noche. Juramos que nunca le diríamos a nadie acerca de eso cuando pagamos anónimamente su fianza.
—¿cómo saber que no le sacaste esa información a Rosé?— preguntó sin bajar la guardia.
—te juro por Solaire de Astora y Siegmeyer de Catarina que soy yo, Jen— su voz salió desesperada.
Jennie estaba en shock, definitivamente era Rosé.
—Dios mío, sólo la virgen de mi novia diría algo así.
—oye— se quejó.
Jennie se encogió de hombros y se acercó a ella curiosa. Necesitaba tocarla y comprobar que fuera real.
Al estar cerca, subió la vista para mirar los ojos curiosos de su... ¿novia? Ahora era un hombre, ¿sería adecuado decir novio? Eso sería algo que discutirán luego.
Rosé era más alta que ella, pero ahora era muchísimo más alta.
—¿ahora cuánto mediras?
—no lo sé.
Y hasta ahora, después de un rato discutiendo, pudo notar el cambio de voz que había tenido.
Una voz profunda y gruesa reemplazó la suave que solía tener.
Sí cambio todo.
Ahí se dio cuenta, si ahora es un hombre también tendrá...
Bajó la vista y ahí estaba, detrás de esos pantalones que ahora le quedaban ajustados, eso.
—sí cambiaste toda.
Rosé bajó la vista y lo noto también, asustada se llevó las manos hacía la entrepierna para taparse, pero al sentir el bulto las alejó asustada.
—oh, por Dios. Toqué un pene— chilló frustrada.
Jennie no pudo evitar soltar una carcajada.
—no te rías— chilló de nuevo—, no quiero tener un pene, no quiero tener que tocarlo para mear. Quiero mi vagina de vuelta.
Se sentó sobre la tapa del inodoro y se pasó las manos por el cabello.
—no quiero ser un varón, ellos me caen mal. Y ahora yo soy uno de ellos. ¿Qué sigue? ¿volverme fan del fútbol y hablar de porno con los amigotes que conseguiré?
—eres una exagerada... ¿o exagerado? bueno, la cuestión es que no pasará eso.
Un gruñido salió de la garganta de Rosé.
—no me gusta esto, ¡mírame!— se paró y extendió los brazos— ¡soy grande y no me gusta! Jennie, cuando nos vean juntas por la calle pensaran en la imágen del hamstercito con la bananota en la boca.
Jennie volvió a reírse con fuerza y se acercó hacía Rosé para abrazarla. Pasó ambas manos por detrás de la cintura y apoyó la cabeza en su pecho.
—pues no me molestaría tener tu bananota en la boca— la molestó.
—ay, cállate.
Estuvieron en silencio durante un rato. Rosé decidió apoyar la cabeza sobre la de su novia, sintió una opresión en el pecho al darse cuenta que su novia no reaccionó realmente mal cuando supo que había pasado, ¿acaso...
—te siento inquieta— Jennie separó la cabeza del torso para subir la mirada hacía Rosé. Al mirar sus ojos, se dio cuenta de que estaban llenos de inseguridad— amor, ¿qué sucede?
—pues...—suspiró— te veo muy tranquila con la situación... ¿te gusto más como hombre?
Jennie negó con la cabeza y se puso de puntitas para darle un suave beso en los labios.
—¿recuerdas que me preguntaste si te amaría así fueras un hombre?— preguntó al separarse. Rosé asintió— pues eso hago. Créeme que estoy tan confundida como tú, pero hay que tranquilizarse y llevar de la forma más calmada posible esta situación— acarició su mandíbula— tenemos que estar tranquilas para poder hallar la solución a esto.
Rosé sonrió y asintió. Se sintió tranquila con la respuesta de su novia y toda duda se despejó de su cuerpo. Sintió un beso en su pecho y luego a Jennie separarse de ella.
—bien, tenemos que, primero, buscar la forma de decirle a Lisa y Kook lo que te ocurrió. Segundo, debemos buscar ropa para ti porque te juro que se te nota todo, Rosie— señaló la entrepierna de su novia— Diosito fue generoso con tu parte masculina— rió al escuchar el bufido de su novia— y tercero, debemos ir a esos sitios fantasiosos que tanto te gustan a averiguar que nos pueden decir acerca de esto.
Rosé estuvo de acuerdo con Jennie. Rápidamente buscó una almohada y se la puso en la entrepierna, queriendo tapar cualquier cosa que se notara para salir. Lo último que quería era a la boquisuelta de su mejor amiga decirle cosas que la harían estallar de vergüenza.
Jennie se acercó a la entrada de la habitación y salió primero, Rosé detrás de ella con la mano en el hombro usándola de guía.
La imágen que se mostraba era bastante graciosa; un tipo alto y fuerte caminando con temor detrás de una chica baja y delgada.
Al llegar a la cocina pudieron ver a Jungkook preparando en desayuno. No había rastro de Lisa por ningún lado.
Human de The Killer se podía escuchar dentro de la habitación. Jungkook estaba tan entretenido cantando que no escuchó los pasos de las dos personas que entraban.
—¡Jungkook!— el grito de Jennie lo sobresalto. Rápidamente volteó y se espantó al ver al hombre detrás de su amiga.
Se volteó sobre sí mismo para tomar un cuchillo y agarrar el brazo de Jennie, colocándola detrás de él mientras apuntando al hombre.
—¡¿cómo enteraste al apartamento de mi hermana?!
—Jungkook, tranquilizante— levantó la mano que tenía libre.
Jungkook se asustó lo apuntó con más enojo.
—¡¿cómo es que sabes mi nombre?!—gritó— ¡respóndeme!
Jennie trataba de soltarse del agarre de Jungkook pero no podía, tampoco se escuchaba debido a las súplicas de Rosé y los gritos de su amigo.
Iba a gritar también cuando vio a Lisa saltar sobre la espalda de su novia gritando también.
La escena era una locura.
Jungkook había soltado el cuchillo y se había sacado el cinturón para amarrar las manos de Rosé. De alguna forma, ambos habían logrado tumbar a Rosé y esta se hallaba acostada de espaldas son Lisa sentada sobre su abdomen.
Jennie salió del shock y empujó a Lisa para que se parara, ayudándole a su novia a levantarse también.
—hey, ¿qué haces?—preguntó confundida Lisa.
Jennie le quitó el cinturón de las muñecas a Rosé y agarró la almohada del piso pasándosela para que se tapara de nuevo.
—¿por qué lo ayudas?— ahora fue Jungkook quién preguntó.
Jennie los ignoraba, estaba preocupada revisando a su novia para saber si no se había lastimado. Tomó su cara e hizo que se inclinara lo suficiente para poner quitarle el cabello del rostro, notando el labio roto.
—¡la lastimaron!— los acusó. Los hermanos se miraron confundidos.
—¿a quién lastimamos?
—Jennie, ¿estás engañando a Rosé?— preguntó de forma acusatoria a la mujer— o sea, te comprendo hasta cierto punto, ese tipo es una belleza pero así no se hacen las cosas.
Jennie cerró los ojos y suspiró. Por un segundo había olvidado que Rosé ya no era la Rosé que todos conocían. Se volteó hacía los dos para mirarlos y dijo:
—si prometen que no dirán nada hasta que acabemos de hablar y no le saltarán encima a...—le echó un vistazo a su novia— él, podemos explicarles qué pasó, ¿de acuerdo?
Ambos chicos asintieron y caminaron hacía la sala para sentarse.
Jennie se sentó en el sillón de dos plazas con Rosé a su lado, totalmente callada. Le dolía el labio y la cabeza, dejaría que fuera su novia la que explicara todo y de ser necesario, hablaría ella.
Jennie les contó como se habían ido a dormir con Rosé siendo mujer y cómo despertó siento hombre. Les explicó cómo hizo para confiar en ella y el plan de contarles.
Ambos hermanos se hallaban totalmente confundidos y cómo no, era lo más irreal y extraño que había sucedido en sus vidas. Hasta difícil de creer.
—¿de verdad eres Rosé?— preguntó por tercera vez Lisa.
Rosé volvió a asentir, cansada.
—¿por qué eres castaña? o castaño, ay no sé cómo dirigirme a ti.
El hombre frunció el ceño, es cierto. Cuando se había visto estaba tan aturdida que no había notado ese pequeño cambio en su cabello.
—ahora que lo mencionas no lo sé, supongo que se puso mi tono natural.
Al igual que pasó con Jennie, Jungkook y Lisa por fin se dieron cuenta del tono de voz de su nuevo amigo.
—con esa voz puedes ser locutor de radio— bromeó Jungkook.
—¿entonces nos creen?— preguntó finalmente Jennie.
—pues si le crees tú que la conoce mejor que cualquier, te creemos nosotros— afirmó el chico.
—bien, ahora necesito que nos ayuden. Kook, ¿podrías prestarle algo de ropa a Rosé mientras tanto?
—claro, pero no sé si le queden mis jeans, tal vez quedarían cortitos. Es más alta que yo. ¿cómo es que eres más alta? siempre fui más alto yo— se quejó— a ver, ven— tomó a Rosé el brazo e hizo que se parara. La almohada cayendo en el proceso. Se pudieron uno al lado del otro, quedando frente a ambas mujeres— Es más alto, ¿sí? mido 1.79, casi 1.80. y miren, ¡sus ojos quedan en mi frente!
—ay, ya deja de lloriquear JK. Superalo, Rosie es más grande que tú en todos y los sentidos— dijo maliciosamente Lisa.
—Lisa, ¿puedes dejar de verle la entrepierna a mi novia?
—¡Lisa, basta!— se quejó Rosé.
—yo me encargaré de la silla de ruedas, Jen.
Lo último que se escuchó fue un grito de sorpresa por parte de Lisa, pues Rosé se le había tirado encima para empezar a pelear con ella.
...
se me ocurrió esta vaina, será una minific jsjs para q se den una idea, a la persona que me imagino como rs de hombre es kim mingyu de seventeen
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