Capítulo 1.
Jean.
Jean no puede dormir.
Es la ridiculez más alta de todas. Insomnio. Sobretodo porque la importante misión es mañana y debe de estar con todas sus energías al máximo. Pero parece que a su cerebro le importa una mierda y se ha vuelto suicida, así como el idiota de Eren.
Jean está nervioso, y se niega a admitirlo.
Recuerda entonces que antes de las misiones siempre solía hablar con Marco. Calmaba sus nervios y ambos lograban dormir. Pero ahora...
Agh, y una mierda.
Se levanta y camina por los pasillos hacia el comedor cuidando de ser sigiloso. Tal vez un poco de agua le viene bien.
Sin embargo, antes de llegar, ve por una de las ventanas algo que lo paraliza. El corazón le late con fuerza y no puede dejar de mirar. No lo entiende y maldice a Armin Arlert por ser tan malditamente tierno.
Porque si, Armin está allí fuera seguro congelandose hasta la punta de los dedos, con la vista fija en la luna y su cabello agitándose con una suave brisa nocturna.
Olvida el agua y sale sin pensarlo dos veces a perseguir la imagen de Arlert.
—Parece que no soy el único que tiene problemas para dormir ¿eh?— es su forma de saludarle.
Armin voltea hacia él algo sorprendido y suelta una risita.
—Hola, Jean.
Y si, Jean puede decir que escucha con claridad los latidos de su propio corazón desbocado. Ama cuando Armin pronuncia su nombre y no puede explicar el porqué.
Jean coge valor y se acerca hasta colocarse a su lado, acortando distancia y fijando su vista en la luna para no demostrar su nerviosismo.
—Deberías estar descansando, Armin— le dice—. Si no descansas bien, mañana te caerás del caballo.
Armin arruga la nariz como si se lo imaginara y luego niega con la cabeza.
—Puede que, en realidad, eso si sea posible— mediobromea, aunque Jean sabe que el rubio no es muy bueno con el sentido del humor.
Jean lo sabe porque hace un tiempo que ha comenzado a fijarse en Armin.
Antes pensaba que el rubio era solo un debilucho que no podía subsistir sin Eren o que, en su defecto, era igual de cabeza hueca que ese idiota suicida. Sin embargo, en su primera misión Armin demostró lo brillante que era, su valentía y su seguridad, que su debilidad en cuento a resistencia física no era un impedimento para ser un buen soldado, y eso encandiló a Jean. Luego de ello, solían hablar en sus ratos libres. A veces, si tenía suerte, Jean era recompensado por el largo día de entrenamiento con una agradable lectura. Porque Armin solía leerle y amaba perderse en su voz. No se dio cuenta cuando fue que el pequeño ya ocupaba un lugar en su corazón. Cuando fue que empezó a robar comida para Armin y no para él. Cuando se sorprendió a si mismo buscando mirar a Armin en el comedor, y ya no a Mikasa.
Y lo sabía, pero aún no se sentía capaz de confesarselo.
En un impulso, le sacudió al rubio su cabello dorado con suavidad y le sonrió. Armin lo miró, ligeramente sonrojado. Y así se quedaron un buen rato. La mano de Jean posada sobre la cabeza de Armin y sus miradas conectadas, azul y ámbar.
Armin rompió el silencio.
—Tienes razón— dijo en voz
baja—. No es buena idea que nos desvelemos con la misión por delante.
Jean retiro su mano de la cabeza de Armin y se mordió disimuladamente el labio, asintiendo. Se volteó para encaminarse de vuelta a la habitación, pero la voz de Armin le hizo detenerse.
—Jean... ¿tienes miedo?
Se miraron de nuevo. Jean sabía perfectamente a que se refería.
Pues claro, estaba cagándose del miedo, pero no le pareció ni apropiado ni mucho menos el decirlo.
—¿Tu lo tienes?
Ambos lo sabían. No hizo falta que ninguno de los dos respondiera. Una mirada bastó. Pero la mirada de Armin no reflejaba solo miedo, sino inquietud.
—¿Por qué estás tan preocupado?— se atrevió a preguntarle Jean.
Armin desvió la mirada.
—Algo...Algo no me cuadra con la estrategia de mañana. Los planos...
—¿La estrategia? ¿Qué tiene?
Pero el rubio simplemente negó con la cabeza y sonrió.
—No te preocupas, tonterías mías— Armin le tomó del brazo y él sintió que explotaría. Las mejillas se le tiñeron de un ligero carmín—. Anda, vamos a dormir, Jean.
Y Jean al final si pudo dormir esa noche...
Pensando en Armin.
....
La misión había comenzado bien, pero iba mal o, al menos, eso era lo que Jean sentía al ver el humo de las señales rojas y negras. Las bajas habían comenzado, lo sabía, y temía por Armin.
Sabía que él y el rubio estaban cerca. Les habían tocado zonas distintas, pero ambas en el flanco derecho.
Jodida preocupación.
Lamentaba no haber podido dedicarle a Armin más que una mirada decidida cuando comenzó la misión. Quisiera haberle deseado suerte como era debido.
Y quisiera haberselo dicho.
....
Ver a Armin llegar a su lado, cabalgando con la tenacidad brillando en sus bellos ojos azules, es un regalo de dios para Jean.
Está vivo. Ahí, a su lado.
Al final, Reiner, Armin y él discuten sobre la posición de Eren y Kirschtein puede comprobar una vez mas lo inteligente que es Armin.
—Oye Armin...— Jean le susurra al final para llamar su atención.
Armin voltea a mirarlo y es todo lo que alcanza a hacer.
Un temblor retumba en la tierra.
La titan hembra.
Deciden hacer de señuelos para ganar tiempo. Jean suplica a su caballo que vaya más rápido. Esto es una misión suicida digna de Eren, sin duda alguna.
Parece que la titan va a golpearlo, pero a mitad de camina gira su puño y, para horror de Jean, a quién golpea es a Armin, que sale volando por los aires soltando un quejido ahogado.
Oh dios, Armin...
¿Por qué no te lo dije?
....
Primera novela de Jearmin que escribo. Simplemente amo a este par 💕
Espero que les guste. Será una novela corta, pero planeo publicar mucho de estos dos.
Me despido. ¡Hasta el siguiente capítulo exploradores!💞
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top