Capítulo 8

-Es hora Kurama, en cuanto active mi chakra, toda esta mierda acabará, aún me duele la golpiza de ayer -el zorro bufó molesto -debiste dejar que me los comiera cachorro -el rubio sonrió divertido, se sentó en el pasto uniendo sus manos en el sello del cordero comenzando a meditar, poner su mente en blanco tratando de localizar su banco de chakra, sonrió al encontrarlo, comenzó a abrir su chakra y dejarlo fluir por su red de chakra con calma.

Un pulso de chakra salió con fuerza del pequeño, respiró hondo para controlarlo, cuando cubrió su cuerpo sonrió triunfador -es hora Kurama -Naruto abrió sus azules con triunfo y arrogancia, se brincó el control por hojas, esa era una estupidez, su volumen de chakra no era para esos juegos de niños, cruzó sus dedos -kage bunshin no jutsu -cinco clones aparecieron a su lado, lamió sus labios con maldad, comenzó su entrenamiento de control de chakra con los clones trepando por los árboles, mientras él se entrenaba rigurosamente, tenía que robar esa carpeta y dársela a su jiji, además tenía que tomar su herencia para mudarse de ese departamento que odiaba con todas sus fuerzas.

….

Meses después comenzaba a sentir el chakra de la gente como en su anterior vida -¿lo sentiste Kurama?- el zorro bufó -claramente, eso te ayudará bastante ¿esta vez lo usarás o aún crees que invades la privacidad de la gente y su libertad? ¿Aún crees que es antiético? qué idiotez -el pequeño sonrió divertido -puede que aún lo crea, pero es necesario usarlo, para saber con quién puedo contar- el zorro sonrió de lado -por algo tienes la habilidad cachorro, no seas idiota-

Naruto sonrió feliz al sentir un chakra conocido acercándose, deshizo los clones, continuó golpeando el árbol, podía sentir su mirada cuando llegó, duró algunos minutos en ese lugar -¿vas a bajar o te quedarás ahí viendo?- Itachi se sorprendió, bajó colocándose a su lado -¿cómo sabías que estaba ahí? -el rubio giró su rostro con sus ojos de gato abierto -escuché un leve ruido, esperaba que fueras tú ttebayo -el pequeño se sonrojó un poco juntando sus manitas tras la espalda. Itachi lo vio con duda, pero negó divertido -mientes, pero te ves adorable -Naruto sonrió divertido -tenía más de medio año sin verte-

Itachi se sentó recargado en un árbol con el rostro cansado -ayer conocí al sujeto del que me hablaste, es líder de una facción de anbu algo turbia -el pequeño se puso serio, comenzó a golpear el árbol frente al Uchiha escuchando, este podía ver que sus golpes eran fuertes para su edad y había Kata en ellos, no eran golpes al azar -sé que no quieres hablar sobre él, pero también sé que sabes más de lo que aparentas a pesar de tu edad -el rubio no cambió su rostro, continuó golpeando el lugar con la mirada seria -este sujeto me pidió espiar a mi clan -Naruto detuvo su último golpe frunciendo el ceño -la aldea es un lugar hermoso, la gente inocente no debería morir -

Itachi giró su rostro con duda -la raíz de la aldea está podrida, jiji debería eliminarla, pero tiene miedo, no sólo la raíz, la traición es un crímen que debe pagarse, la traición es una plaga que puede crecer y contaminar- Itachi veía con duda al pequeño, sabía que no quería hablar, pero ¿qué significado tenían sus palabras? entendía perfecto lo primero, estaba de acuerdo con que la gente inocente no debería morir ¿la raíz? obviamente se refería a Danzo ¿pero cómo sabía eso el pequeño? ¿la traición? Itachi abrió sus ojos con miedo al entender de qué hablaba, pero era imposible que el niño supiera, no, tal vez estaba tan presionado con el golpe de estado, que lo estaba relacionando. Naruto giró su rostro hacia el mayor con una mirada fría que nunca le había visto, esa mirada estaba llena de experiencia, como si hubiera vivido demasiadas cosas, esa misma mirada podía recordarla en los ojos de Minato Namikaze, no era estúpido, sabía que era su hijo, ató cabos con lo del ataque de kyubi y el odio de la aldea desde el inicio que lo conoció, respiró hondo tratando de calmarse. Naruto cambió su mirada, continuó golpeando el árbol -¿quieres dulces? traje de mi casa un poco- el rubio giró su rostro nuevamente con inocencia, asintió levemente.

Se acercó al azabache sentándose a su lado observando cómo sacaba de su estuche de herramientas un pañuelo con seis dangos, el rubio sonrió emocionado, tomó uno que el mayor le ofreció, comenzó a comer con emoción -están deliciosos- el azabache lo vio detenidamente con una sonrisa -la aldea te ha hecho madurar muy rápido pequeño, deberías estar jugando y divirtiéndote, no entrenando de esta manera tan desesperada -Naruto agarró otra bolita observándola con cuidado -no debes preocuparte, seré feliz, ya verás -mordió sus labios con duda, metió el dulce en su boca.

-Feliz cumpleaños pequeño -el mayor entregó al Uzumaki un kit de shuriken y kunais -el rubio abrió sus ojos con emoción cuando escuchó sus palabras, había olvidado de qué día se trataba, sus ojos parecían dos grandes lagunas, bajó el rostro para ocultar una lágrima de su ojo, la limpió rápidamente -gracias ttebayo -en su otra vida a pesar de que sus amigos sabían sobre su cumpleaños, lo olvidaban por completo por el conmemorativo a los héroes de la guerra y antes de la guerra nunca lo felicitaron, las únicas personas que nunca olvidaron su cumpleaños fueron su jiji, Ero-sennin, su abuela y su padre en la guerra, de vez en cuando Shikamaru y Kakashi.

Dos dedos golpearon su frente en un acto cariñoso sacándolo de sus pensamientos -¿te gustó el kit? -Naruto mostró una sonrisa enorme de oreja a oreja haciendo sonreír también al mayor -me encantaron ttebayo -el pequeño se abrazó del Uchiha. Itachi se sorprendió, pero lo dejó pasar, acarició su cabello con cariño, el pequeño se dejaba hacer disfrutando de su calidez y su aroma a bosque -hueles a bosque -el Uchiha se sonrojó un poco -espero que no sea a un animal de bosque -Naruto sonrió divertido, negó separándose del mayor -no, tu aroma me hace sentir en paz- rascó su nuca con vergüenza. Itachi lo vio un momento con curiosidad, no sabía el por qué, pero también se sentía en paz a su lado -se hace tarde, tengo misión, nos veremos otro día pequeño- c
Cuando el Uchiha se fue, Naruto apretó su regalo a su pecho con cariño, con un sonrojo enorme -así que así se siente -su corazón se aceleraba con fuerza queriendo salir de su pecho.

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