Capítulo 14

El rubio volteaba los ojos con fastidio, otra vez tendría que cursar la academia, no iba a cambiar nada, tenía que mantener un poco de la realidad inicial, así que decidió simplemente pasar como Shikamaru su amigo lo hacía, su jiji nuevamente lo llevaba a la academia -quisiera evitarte esto, pero ya no estamos en tiempos de guerra, está prohibido brincar grados o la academia ¿entiendes?- el pequeño con un puchero asintió -no te preocupes jiji, simplemente pasaré, no quiero que me odien también por superarlos en algo, no sería justo para ellos, vendré a divertirme y a molestar a mis maestros -el anciano negó divertido -solamente no los vuelvas locos -Naruto sonrió divertido, tenía muchas bromas que repetir y otras nuevas por realizar, sonrió con maldad. El anciano tocó la puerta, estaban a medio año del curso, el rubio no había querido entrar, pero ya era tiempo de ver a sus antes amigos. Iruka abrió la puerta viendo de manera fría al niño, el rubio negó, de nuevo a ganárselos, aunque no estaba tan seguro de sufrir por su atención esta vez -Iruka, te traigo a un nuevo alumno, es un gran niño, te lo encargo -el rubio sintió la mala intención de los aldeanos en el lugar, volteó los ojos con fastidio -preséntate por favor -el rubio escuchó la molestia en su voz, hizo mala cara, volteó para ver al resto -me llamó Naruto Uzumaki, bien, tomaré lugar -sabía que Iruka no diría nada malo frente a su kage, caminó y se colocó junto a Sasuke quien hizo mala cara para que no se sentara, el pequeño lo vio de igual forma -teme- el azabache abrió sus ojos con sorpresa por el susurro -maldito dobe -el rubio sonrió divertido, continuó avanzando hasta sentarse junto al Nara -un gusto -el chico vago levantó el rostro con bastante sueño -Shikamaru Nara, un gusto -el pequeño lo vio con una sonrisa, levantó el rostro para ver a su abuelo quien le regresó la sonrisa -bien Iruka, te dejo continuar con tu clase-

-Nunca te había visto -el rubio sonrió, recordaba que tanto el Nara como el Akimichi sólo se los había topado en el parque -yo sí, en el parque cerca de la zona de los clanes, suelo jugar de vez en cuando por las tardes en esa zona, a menos que se llene de aldeanos, me largo, son insoportables -el Nara sonrió divertido -bastante chismosos también, qué fastidio -el pequeño sonrió divertido -Uzumaki, sal del salón por favor, eso te enseñará a no hablar en mi clase -el rubio volteó los ojos -ya se había tardado sensei, es igual al resto, me largo, nos vemos Shikamaru -el Nara abrió los ojos con sorpresa, eso había sido un castigo exagerado y a él no le dijo nada.

Cuando estaba parado fuera del salón, un Nara se puso a su lado, el rubio sonrió -te saliste ¿no es así?- el vago volteó con sueño -¿qué diablos fue eso rubio?- el pequeño sonrió con fastidio -¿sabes qué es un jinchuriki?- el vago lo vio con duda, negó -¿recuerdas el atentado de kyubi?- un asentimiento ligero del azabache le dio pase para continuar -el cuarto sello a la bestia en mí, a las personas como yo se les conoce como jinchuriki, los idiotas creen que soy su encarnación, así que me odian-

El rubio levantó los hombros restándole importancia, el Nara tenía los ojos muy abiertos -eso es estúpido, no porque selles un kunai en un pergamino, el pergamino se convierte en el kunai -el rubio asintió con un pequeño puchero -eso es algo como para guardar en un secreto ¿por qué me lo cuentas tan fácil?- el rubio sonrió de lado -me caíste bien, no pareces un idiota como el resto, además, la mayor parte de la aldea lo sabe, sólo las nuevas generaciones no porque se prohibió divulgarlo, pero es una tontería -el Nara sonrió de lado de acuerdo. Ambos se durmieron parados en su lugar.

….

Tiempo después

El pequeño entrenaba con treinta clones en el bosque, todos comenzaron con el rasengan, era tiempo de intentarlo ahora que tenía doce años. Llevaban medio día en ello, apenas podían explotar el globo de agua con dificultad -maldita sea -su respiración se encontraba acelerada, pero no iba a parar ahora -lenguaje pequeño -el rubio se puso nuevamente rojo haciendo que reventara su propio globo, giró lentamente su rostro, observó al mayor con sus mejillas algo rojas -lo lamento ttebayo ¿me dirás aún pequeño?- Itachi sonrió divertido, brincó a su lado, golpeó su frente con sus dedos -aún eres pequeño -estiró su mano, lo midió un poco ¿ves?- Naruto sonrió divertido -estás iniciando esta nueva vida, aún eres un niño, por lo menos físicamente, deberías descansar un poco -el Uzumaki rascó su nuca con vergüenza -no quiero perder a gente importante para mí -levantó la mirada, le daba algo de pena.

Itachi se sentó en una piedra frente a él -¿te refieres a tu esposa e hijos? -el mayor estaba intrigado, tenía tiempo queriendo saber eso. Cuando contó su historia, nunca mencionó esa parte de su vida. El rubio levantó su mirada dejando ver sus ojos llenos de soledad -nunca me casé, nunca tuve hijos, no tenía pareja -el pequeño se giró, comenzó a entrenar nuevamente, le lastimaba ese tema, era delicado para él. Itachi abrió sus ojos con sorpresa, ahora entendía un poco esa soledad que a veces dejaba ver, lo observaba entrenar con empeño, había algo que lo atraía al rubio como si fuera un imán, tal vez era su ayuda para detener a Danzo y a su clan, no, eso no era, desde el principio sintió esta sensación de querer estar a su lado y protegerlo.

Naruto podía sentir su mirada, como seguía sus movimientos, un gran sonrojo creció en él. El azabache se dio cuenta que en algunas ocasiones se sonrojaba en su presencia, recordó a Izumi, como la chica se sonrojaba con él, creía que la chica le gustaba, no había dado un paso con ella desde que conoció al pequeño, recuerda que iba a darle una oportunidad hace tiempo, fue cuando conoció a Naruto, no lo había relacionado hasta ahora, si lo pensaba bien, no había podido sacarlo de su mente a pesar de su edad.

Naruto suspiró hondo, decidió contar un poco, sabía que el mayor estaba intrigado -cuando tenía veintidos años, tuve una crisis, me sentía exageradamente solo y celoso de la gente que ya había hecho su vida, me comencé a amargar, sentía un gran vacío en mi interior desde tiempo atrás, no sabía el porqué, pero era un sentimiento asfixiante- mordió su mejilla al recordar -Un día dejé un clon de sangre en mi puesto y salí de la aldea, no sabía hacia dónde ir, sólo seguía mi instinto. Meses antes había comenzado a tener sueños donde era feliz con alguien, tenía dos hijos, me hacía sentir aún peor, me hacía sentir que era el único idiota que estaba solo. Kurama me dijo que no eran sueños, eran una proyección de mi vida en otra dimensión, no entendía ¿por qué me torturaban de esa manera? -Itachi abrió los ojos con sorpresa, algo de lástima por el pequeño.

-Yo quería esa felicidad, yo quería saber con quién era feliz en esa otra vida, quería eso para mí. Cuando llegué al lugar donde mi cuerpo me guío, estaba desconcertado, me sentía cálido, pero a la vez más triste. Una anciana apareció frente a mí, me dijo que mi hilo fue cortado y que me habían arrancado a mi otra mitad, me enojé tanto porque me dijera esas estupideces- apretó el ceño con frustración- Cuando volteé para encararla ya no estaba. Kurama pidió ayuda a Sanbi, para que me mostrara el rostro de la persona con la que vivía feliz en esa dimensión, en esa realidad-

El pequeño hizo explotar su globo con tristeza en sus ojos -esa persona había muerto en mi realidad tiempo atrás, la última vez que pude verlo fue en ese claro en el bosque en el que estaba acostado -giró su rostro para ver al azabache con una gran tristeza y anhelo en su mirada. Itachi abrió los ojos con sorpresa, algo le decía que él era esa persona, no pasó el detalle cuando dijo "verlo" conocía la historia del hilo rojo del destino, su madre hace unos años se la había contado, no era estúpido, ahora entendía esa necesidad de estar cerca del pequeño "me dio la oportunidad de ser feliz" Itachi se sonrojó bastante, bajó su mirada con vergüenza. Naruto abrió sus ojos con sorpresa, sonrió un poco, continuó entrenando -yo no creía en el destino, creía en construir nuestro propio camino a base de esfuerzo y dedicación, siempre traspasé mis límites, cuando me prometía algo, lo cumplía, me propuse ser el Hokage más fuerte de la historia, no me importaba que la aldea me viera con odio, ellos me aceptarían y me reconocerían, no me importaba ser cazado como un maldito conejo, yo los vencería. Ahora resulta que soy la transmutación de Ashura y que el hilo rojo del destino existe -el pequeño sonrió frustrado -Rikodou-jiji debe quererme mucho-

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top