Capítulo 2





Narra Ta:




En un principio, Code estaba demasiado sorprendido por el beso, pero no me rendí, solo besé y besé hasta que él comenzó a corresponderme, enredando su lengua con la mía, así como recuerdo. Me puso contra la pared y levantó mi pierna izquierda, logrando que nuestras erecciones que empezaban a abultarse, se rozaran entre sí.

- ¡¿Qué mierda te pasa?! ¡Solo quiero saber si ya estás embarazado! - Me reclama.

- Y yo quiero que me folles, así como me folló tu marido. Luego te follaré yo y después de eso, te diré lo que quieres saber. - Code me sonríe con malicia, antes de decir:

- Jeff dijo la verdad, eres como una puta insaciable... Veamos si es verdad que ese culo tiene resistencia.

Nos deteníamos cada dos pasos para pelear con nuestras lenguas por quién tenía el dominio del beso y luego, una prenda de nuestros cuerpos desaparecía, metí mi mano en el culo de Code y lo sentí muy mojado, así que le metí dos dedos y él gimió entre nosotras bocas, antes de girarme, ponerme con la cara en la pared y me dio una fuerte nalgada.

- Me la estás poniendo muy dura, Ta...

- Ughhh... - Un gemido ahogado abandonó mi garganta cuando Code ma agarró del cabello con fuerza y me arrastró a mi propia habitación.

- ¿Te gustó revolcarte con mi marido?... ¡Vi que lo gozabas como una puta en celo!

Fue momento de extrema violencia, en la que Code me arrancó el resto de mi ropa tan fuerte, que incluso dejó algunos razguños en mi piel, pero me sentí muy excitado. No imaginé que mi mejor amigo tuviera este tipo de fetiches, sin embargo, lejos de sentirme ofendido, abrí mis piernas para mostrarle todo lo que está por obtener.

- ¡Ven a probar, todo lo que ya se comió tu marido!

A diferencia de Jeff que fue muy cuidadoso, al menos al principio; a Code no le interesó en lo más mínimo prepararme para esa gran polla que anda entre las piernas, solamente me la metió hasta el fondo. Rasguñé sus hombros y brazos por la intensidad de la penetración; lo irónico es, que en lugar de quejarme, le pedía por más y más.

Code empezó a besarme, los besos de estos esposos son tan sabrosos, que me hacen derretir, quiero que me besen hasta que mis labios se adormezcan, deseo sentirme suyo. Me aferro con fuerza a su cabello mientras él me penetra fervientemente y me muerde el cuello, tal y como lo hizo Jeff aquella noche.

- Uff... ¿Esto... Es lo que querías? - Susurra contra mis labios y pasé mi lengua sobre los suyos.

- Sí, no te detengas. Hazme tuyo, así...

Jadeos y gemidos salían de mi boca, ni siquiera había circulación de aire entre nosotros; Code estaba sobre mí, sosteniendo mis piernas muy abiertas, follándome como un demente. Me gritaba que gimiera como la puta que soy para él y para Jeff, y lo hice; casi sentía que me estaba quedando afónico de la fuerza que ejercía mi garganta.

Seguimos así, Code se corrió dentro de mí, haciéndome recordar a la noche en que Jeff también hizo eso, en todas las rondas, logrando que percibiera una sensación cálida en mi vientre. Barcode no se detuvo, parecía que le había gustado lo que me hizo, me folló tanto que se corrió tres veces en mi interior, antes de que por fin me dejara descansar.

- Eso fue increíble. ¿Cómo es que puedes apretar tanto? ¡Maldita sea, creí que me correría antes de tiempo! - Dice después de un rato acostados de cucharita para recuperar el aliento.

- ¡Me lo dices como si mi agujero fuera pequeño! ¡Con una mierda! ¿Acaso tú y Jeff no se han medido el tamaño de esas cosas? - Contesté con voz indignada, pero riendo en mi interior.

- Lo haces ver como si no te gustara. Dime, ¿puedes sentir tus piernas?

Sí puedo, pero están terriblemente temblorosas, no es mi culpa que sus pollas sean tan buenas, hasta el punto de estar así en la cama, tratando de recuperar la sensibilidad. Me di la vuelta sin contestar y empezó una nueva ronda de besos, aún no teníamos la ropa puesta, así que creí que lo haríamos de nuevo, hasta que...

- ¡¿Qué mierda crees que haces, Code?! - Grita Jeff desde la puerta de mi habitación y no podíamos hacer nada, ni siquiera teníamos ropa.

- Jeff... - Su voz salió en un susurro. - Yo...

- Yo lo seduje... Así como lo hice contigo después de la primera ronda, ¿lo recuerdas?

Jeff inmediatamente frunció sus labios, sabía que había recordado que después del último gemido y haberse quitado la venda, fui yo quien lo traje de vuelta a la cama para seguir. La mirada de Jeff me indicaba una cosa, porque en la primera noche aprendí como funciona esa me te siniestra, que desea cumplir sus fantasías sexuales.

- ¿Por qué no vienes y te nos unes? ¡Yo también necesito alguien que me la meta, mientras yo se la meto a Barcode! - Dije mirando el cuerpo de mi mejor amigo con vulgaridad.

Jeff nos observó por un momento, ambos cuerpos que ya ha hecho suyos, acostados en una cama y desnudos a su disposición; era obvio que tendría una erección muy grande. Empieza a quitarse la ropa y lo veo con detenimiento; no lo he visto desnudo desde aquella noche y hay algunos detalles de ese cuerpo que deseo recordar.

- A partir de hoy, eres nuestra puta, Ta. Y siempre debes estar a nuestra disposición. - Susurra Jeff contra mis labios antes de besarme.

Después de eso, se inclinó hacia mi cuerpo, para poder besar a Code y su polla aún no endurecida del todo, quedó a escasos centímetros de mi boca, así que hice lo que mi instinto dijo. Lamí, besé, lo chupé y disfruté con todo su falo, mientras recordaba todo lo que me hizo aquella noche, la primera vez que fui de Jeff Satur.

Era como si estuviera premiando a esa polla que tanto amé, por haberme hecho gozar tanto; por la forma en que se retorció dentro de mí y me llenó por completo y por hacerme disfrutar mi primera vez. Extendí mi mano y también agarré el pene de Code, para masturbarlo y que sintiera la misma cantidad de placer que yo.

- ¡Ughhh!... ¡Levántate, Ta! - Jeff me agarra del cuello, para levantarme de la cama y me da vuelta, dejando mi espalda, pegada a su pecho. - Code, acuéstate y abre las piernas. - Ordena y mi amigo obedece.

- Aahhhh... - Gemí cuando empezó a masturbarme delante de su esposo, que estaba con sus piernas abiertas y muy mojado en mi cama. ¡Qué momento tan erótico.

- ¿Te gusta lo que ves, Ta? - Preguntaba con voz casi inaudible, cerca de mi oído y claro que sí me gusta, así que asentí. - Entonces, ve a follar a tu mejor amigo; quiero ver cómo le metes tu polla.

Jeff suelta mi cuello y se separa de mí, antes de que yo me acerque a Code en la cama y él se me queda viendo con una sonrisa en el rostro, sabía que disfrutaríamos esto, por lo que le metí dos dedos. Code echó su cabeza hasta atrás, cayendo sobre la almohada, mientras yo sacaba mis dedos para meterle mi pene que ahora dolía por la fantasía de Jeff.

Pensaba hacerlo despacio, pero recordé como me la metió él, hace unas horas atrás, y le hice lo mismo, robándole un gemido gutural, y sin detenerme, lo penetré con fuerza, con Jeff observando. Quise besar a Code, por la preciosa imagen, en la que mi pene era deliciosamente succionado por el culo de mi mejor amigo, pero Jeff le metió su polla en la boca.

- ¡Son míos! Ustedes dos me pertenecen.

Dijo Jeff antes de besarme, mientras penetrábamos a su esposo por ambos agujeros, pero parecía que él deseaba más que solo esto; porque se separó de la boca de Code y se subió a la cama, justo detrás de mí. Lamió y besó mi cuello y mi hombro derecho, y yo estaba demasiado entregado a lo que todos queríamos, que cuando Jeff me penetró, me tomó por sorpresa.

Creí que no había nada más rico que ser follado por mi mejor amigo, después de ser follado por su marido, pero me equivoqué; hasta ahora, se siente aún mejor cuando mi pene está dentro del culo de mi mejor amigo, mientras su marido folla mi culo. Me moví de forma desesperada, nuevamente había una doble estimulación y Code estaba tan caliente con la imagen frente a él, que casi me parte la polla en dos, por lo rico de su presión.

- AAHHHH... AAHHH... JEFF... OH, CODE...

Grité el nombre de ambos, antes de caer sobre el cuerpo de Code y besarlo con ímpetu, mientras su marido era quien guiaba la fuerza de las penetraciones; mi mejor amigo y yo, estábamos al límite. En mi puta vida, creí que una experiencia sexual de esta forma, sería tan asombrosa; Jeff agarró con fuerza mis caderas y creo que dejará sus dedos marcados en mi piel.

- Uff... Son míos... ¡AAHHH, que par de putas más ricas!

Las obscenidades de Jeff, más lo rico que me apretaba el culo de Code, me hicieron no soportarlo más y con mi mejor amigo, nos corrimos al mismo tiempo, mientras Jeff seguía follándome. Con una mano, me levantó de la cama para juntar mi espalda a su pecho nuevamente, apretando, mis pezones y caderas, mientras seguía penetrando mi culo.

- Solo nosotros podemos follarte Ta. Tu culo es completamente nuestro... - Decía Jeff muy cerca de mi oreja. - Al fin eres mío también. - Susurra para que solo yo lo escuche y pierde el control de sus estocadas.

- ¡F... Fóllame, así!... ¡Más rápido!

Jeff gira mi rostro para besarme, antes de agarrar con fuerza mis nalgas y no pude mantener el equilibrio por las profundas estocadas, por lo que caí sobre Code y Jeff se corrió dentro de mí. Nos besamos con Code, por lo malditamente exquisita que fue esta experiencia, antes de que Jeff cayera sobre mi espalda y se uniera al beso.

- Sí, Code... Es positivo. Estoy embarazado de tu marido. - Le contesté a Code y Jeff gritó de felicidad.

Unas semanas más tarde, me había mudado con ellos, Jeff y Code pasaban todo el día sobre protegiéndome, como si estuviera hecho de cristal, pero en el sexo, ninguno se medía. Incluso si era yo quien follaba a Code, tampoco medía mi fuerza, siempre lo hacíamos como todos unos dementes y vaya que lo disfrutábamos.

Una tarde, Jeff estaba trabajando y Code tuvo que salir a resolver un asunto en nuestro restaurante, no sin antes llamarle a Jeff y pedirle que en cuanto pudiera, viniera a cuidarme. Sin embargo, y aún sabiendo como me cuidan, me dispuse a limpiar un poco la casa y Jeff casi se muere cuando llegó y me encontró lavando los platos.

- ¡¿Qué mierda haces?! ¡Déjalo! ¡Pero ya! - Entra de pronto y me quita el detergente de las manos.

- Estoy bien; ya tengo siete meses de embarazo. Actúas como si algo malo fuera a pasar. - Me quejé.

Jeff me miró furioso, antes de subirme a la isla en la cocina, su reacción estaba fuera del lugar, pero sabía que me tocaba un delicioso castigo por haberle contestado de la forma en que lo hice. Aunque me sorprendió que después del increíble beso que me dio, se separó de mis labios y ya no hizo nada más, le iba a reclamar, hasta que empezó a hablar.

- Me enamoré de Code desde el primer momento y creí que sería el único para mí... Unos meses más tarde, me presentó contigo y cuando te vi... Ta, no tienes ni la más mínima idea de cómo te deseé. Muchas veces busqué la forma de meterte en la cama, pero tú ni cuenta te dabas...

- ¿Estás, hablando en serio? - Pregunté consternado.

- ¡Maldita sea! Cuando Code se quedaba contigo hasta tarde y me llamaba para decirme, tenía que masturbarme después de escuchar tu nombre. Añoraba ver tu cuerpo desnudo. - Fruncí mis labios, porque jamás noté ese comportamiento. - Y la noche en que vi que te había follado, no podía creerlo, al fin estabas allí, mi sueño se hizo realidad.

- ¿Estás diciéndome que no quisiste solo a Code? - No puedo creer tanta información.

- Yo... ¡Quiero a los Dos!... Ustedes nacieron para ser míos, para estar en mi cama y disfrutando solo entre nosotros tres.

La confesión se Jeff me dejó helado, pero no pude contestar a nada, porque fui llevado a la cama, donde él no tuvo piedad de mí, sin embargo, se sintió diferente, casi puedo asegurar que Jeff Satur me hizo el amor. Luego llegó Code, quien después de hacerme el amor también, me confiesa que él había escuchado a Jeff masturbándose una vez y qué decía mi nombre, por eso me pidió que fuera yo quien me metiera en su cama, pero no planeó que todos quedáramos enamorados.

Un par de meses más tarde, nació el primer hijo de Jeff, un hermoso varón que se convirtió en su dicha; a tal punto que solo me dejaba cargarlo para amamantarlo, de lo contrario solo él lo tenía. Y para cuándo este niño cumplió 10 años, ya tenía otros tres hermanos, los segundos fueron gemelos, uno era una niña de Jeff y el varón era de Code, producto de una doble penetración que me hicieron.

La última fue finalmente una hermosa niña, hija de Code y mía. Parece increíble, pero el amor de Jeff alcanza para ambos, incluso a todos nuestros hijos. Después de la última, decidí esterilizarne, sin embargo, seguimos siendo los mismos amantes de siempre, apasionados por los otros dos.

A veces, soy solo de Jeff, a veces solo de Barcode y llega un momento, en que Barcode es mío o yo le pertenezco a los dos. Mi mejor amigo y su marido me follaron, desde entonces, ya no pude salir de su cama, se convirtieron en mis dos maridos y así somos felices.




Fin.

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