💫¿Quieres ser mi novio?💫
👑IwaOi👑

Estábamos relativamente a solas.

— Shh…—mi contrario asomó levemente la cabeza por la esquina— No hables…—murmuró.

La escuela secundaria era bastante grande. Tenía salas amplias con mini-balcones, los pasillos y corredores eran largos y grandes, al igual que los patios o zonas de descanso.

Aoba Johsai, la preparatoria en la que estaba ahora, era distinta… la azotea se solía llenar, los corredores eran más estrechos y no existían aquellos mini-balcones en donde pasé varios momentos románticos…

Un suspiro salió de mis labios. Cerré los ojos nuevamente. Todo tiene un lado malo. Lo amplio a veces nos ponía en aprietos…

Una profesora casi nos arruina la diversión, pues estaba doblando la esquina. Por un segundo nos helamos, quedamos estáticos a nuestra suerte. En el siguiente lo tomé de la mano para correr en dirección contraria.

— Bajo la escalera…—murmuramos y nos dirigimos hacia allá. Jadeamos un poco, le dediqué una sonrisa que no fue devuelta.

"Desde pequeño haz sido frío…"—miré al que se sentaba frente a mi— "O al menos conmigo…"

— Iwa-chan…—tiré sutilmente de su camiseta deportiva— Me da miedo entrar solo…—musité e hice un puchero, mirandolo a los ojos—, ¿Me acompañas?

Él suspiró pesadamente. Puso una mano en su frente y negó.

— ¿Qué?—ladeé la cabeza con las manos en jarras.

— Ay, Estupikawa…—comenzó a acercarse, con una leve sonrisa de lado— Esa es la excusa que usamos…—me abrazó por la cintura y alzó un poco— Cuando hay más gente…—respiró en mi cuello, susurró en mi oído, logrando sonrojarme aún más el oír que le ponía llave a la puerta de entrada.

Abrí los ojos, miré los números en el pizarrón, no había prestado ni lo más mínimo de atención a la clase de… ¿Matemática? ¿Álgebra? ¿Geometría?.

Le resté importancia, ya había salvado el semestre. Seguí escribiendo una nota en las hojas cuadriculadas de mi cuaderno.

— ¡Iwa-chan!—hice puchero, llamando la atención del resto de los chicos de la clase que se encontraban en el baño.

— No grites idiota…—se me acercó y les dio una mirada casi de ultratumba al resto, quien siguió tomando agua o con lo suyo— ¿Qué quieres…?—se acercó un paso.

— ¿Qué demonios es esto…?—murmuró el de mi asiento delantero, viendo el papel que le di.

— A-Anoche vi una película de terror…—jugué con mis dedos— Y-Y la-la verdad me-me dio mucho mi-miedo…—tartamudeaba, aunque la mentira pasaba desapercibida— ¿P-Puedes ir y entrar conmigo al baño…?—lo miré a los ojos.

—Mmm...–Estaba dudoso, hice señas de que estaba a punto de hacerme— Está bien…—rodó los ojos, resignado.

— ¡Oki Doki!—Dije dando un brinco, entrando al cubículo azul oscuro y loza blanca— Gracias, Iwa-chan…—entró luego de que que yo pasara, y cerramos la puerta.

—se giró, dándome la espalda– Apresúrate, o la profesora nos puede regañar…

— Bien...—lo jalé de la camiseta más ceca de mi, — Así esta mejor.

—supuse que habría rodado los ojos— Como digas, como digas... Sólo apresúrate…

—Lo abrazé por los hombros luego de ponerme de pie en la taza— Hueles bien...

—Desde mi altura, divisé un tierno sonrojo en sus mejillas—...¿Terminaste…?

—Si...—Seguí abrazandolo— Eres lindo...—con una de mis manos jugaba con su cabello.

—…—no dijo nada, así que lo volteé y enredé mis piernas alrededor de su cintura. Por acto reflejo, me tomó de la espalda baja. Su rostro estaba con rubor, al igual que mia mejillas.

— ¿Sabes algo, Iwa-chan?—me acerqué a su rostro— Te conozco desde… prácticamente siempre…—reí al son de juntar nuestras frentes— Siempre te he mirado mucho...—acaricié su mejilla— Aunque a veces seas cruel conmigo, sigues siendo mi mejor amigo… la verdad es que… ya no soporto ser solamente tu amigo, Iwa-chan…—ambas respiraciones se mezclaron al acercar nuestros labios.

Comenzamos a cerrar los ojos, a apegar nuestros cuerpos lo máximo posible, la temperatura comenzó a subir, los labios estaban próximos a fundirse…

— ¡¡¡OIKAWA Y COMPAÑIA!!!, ¡¡¡A SALGAN DE AHÍ AHORA!!!, ¡¡¡LA CLASE VA A EMPEZAR!!

Ese estruendoso grito junto con el toque de la puerta aún me logran sobresaltar. Aquella vez nos abrazamos hasta que cesó el golpeteo y los gritos. Luego de eso, con cuidado me bajó… Iwa-chan me hubiese tirado al piso, pero, por el shock fue más cuidadoso…

Nos retaron por estar solas en el baño y haber tardado demasiado, no llamaron a nuestros padres por ser buenos alumnos y, la primera vez que sucedía… pero no fue la última.

Volví al primer recuerdo que estuvo dando vueltas en mi mente…

Iwazumi había cerrado la puerta con pestillo, me tenía agarrado firmemente, sonreí de lado, a veces, o mejor dicho siempre, me gustaba su lado cariñoso/rudo conmigo…

— Estamos solos…—bajó sus manos, apretando un poco y solté un leve gemido.

— Ya sé donde quieres llegar…—jadeé mientras unía los labios.

Sus manos acariciaban bajo mi camiseta deportiva, los labios dejaban marcas por mi cuello, sentía el calor y el de su cuerpo, las respiraciones agitadas…

Al sentir que nos volvimos uno solo, tuvimos que besarnos para acallar el fuerte gemido que, por obviedad, estuve a punto de soltar. Al separarnos unas lágrimas corrieron por mis mejillas.

— M-Más su-suavecito… por favor…—jadeé.

El sudor se comenzaba a mezclar, con sus llemas de los dedos limpió aquellas gotas saladas…

No pude evitar un suspiro y un sonrojos de enamorado. La campana tocó, él dejó el papel y se perdió de mi vista.
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| Oikawa: Iwa-chan~!⭐ \                  
|      ¿Te parece si  volvemos           \
|          juntos hoy? =3                          \
|                                                                 \
| Iwaizumi: Tengo planes, no podré. \
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Fruncí el ceño, bastante triste. Tenía planeado ir a comer helado, luego dar un paseo pero… al parecer mis temores se vuelven completamente sólidos.

Iwa-chan nunca fue tan cariñoso conmigo, solía golpearme

o amenazarme…

— Parece que me voy a resfriar…—estornudé cerrando la puerta del casillero del camarín.

— Date por muerto si eso sucede…—su mirada fría caló mi alma mientras apagaba la luz.

O ignorarme…

— ¡Iwa-chan! Sentémosnos juntos en el autobu…

— ¡Mattsun-kun!—se puso junto a él— Tengo una idea, te la voy contando en el camino…

Y ya no quería salir conmigo. ¿Acaso le daba asco…? Lo que yo sentía por él, y,  hace unos meses parecía correspondido… ahora no se ponía celoso cuando mis fans iban a animarme o a ligarme, sino, me llamaba para ir a jugar a penas…

Me estaba evitando, era más que obvio. La relación que manteníamos no era pública, por obviedad al miedo del qué dirán…

⏪Unas Horas Después⏩

Él tomó su bolso, y sin dedicarme una sola mirada, una sola palabra, ni siquiera un desprecio o signo de odio… salió por la puerta.

Comencé a llorar, pero aún así no quise insistir. Esta vez, me rendí. Iwaizumi Hajime, mi primer amor, mi mejor amigo… mi casi novio.

Volteé a la ventana, el sol se habí ido, dejando una tormenta cono clima en Miyagi. Los pasillos estaban desolados y solitarios. Por uno de los grandes ventanales vi el lienzo que llevaban para los partidos:

"Gobiernen La Cancha"

Sonreí de lado, es lo mejor que me pasó en el día, aparentemente…

Continué el camino, bajando las escaleras, dirigiéndome a la puerta principal para ir a mi casa.

Comencé a mojarme al estar en contacto directo con la lluvia, no me importó en absoluto, sino, caminé sin más…

Recordando las lindas sonrisas de él, como se alegró al ganar un torneo contra Karasuno, como me acarició esa noche…

Suspiré. Suspiré resignado, creyendo que nunca más íbamos a pasar esas cosas. De seguro él buscaría una linda novia, olvidándose de mi…

Las lágrimas continuaron corriendo por mi rostro, el dorso de la mano las intentó secar, pero me fue imposible detenerlas. Sólo me senté en el piso, mirando las nuebes y el agua caer. Los sollozos me fueron inaguantables…

*Estaba destrozado.

Miré mis manos, luego el piso… y dejé de sentir la lluvia.

— ¿Gran Rey…?—un paraguas estaba deteniendo el paso de la lluvia hacia mi ser. Esa voz, la reconocí al instante.

— ¿Chibi-chan…?—lo miré— ¡Chibi-chan!

— ¡Gran Rey! ¿se cayó? ¿le duele algo…?—el pequeño se arrodilló junto a mi para ayudar a recoger las cosas…

— Gracias Chibi-chan…—sonreí mirando a Hinata. Un gran Bloqueador Central.

— ¡Wooh! ¿Acaso pensaba entrenar con esta lluvia?—apuntó el balón que abrazaba inconscientemente.

El balón…

— ¡El balón!—me levanté casi de un salto.

— ¿Gran Rey…?—rió Shouyo, alzando una ceja por mi exclamación.

— Debo devolverlo a Seijoh…—sonreí— Hasta la próxima, Chibi-chan.

Antes de que me fuera, el pequeño junto a mi dijo una frase típica, pero profunda y con significado:

— ¡Gran Rey!—giré a verlo— Detendré tus saques a la próxima—sonrió, empuñando la mano y levantandola.

Asentí, sonriendo de lado y despidiendome con la mano.

Me encaminé corriendo todo el trayecto que había recorrido luego de despedirme de ese pequeño gran jugador.

.

.

.

Al llegar a Aoba Johsai, oí unos pasos, me extrañé… fui al gimnasio, tenía la luz apagada.

Abrí la puerta. Las luces se prendieron, aún dejando algo oscuro, mientras que en medio de la cancha se encontraba Iwaizumi, apuntado por un reflector.

— ¿Iwa-chan…?—fruncí el ceño y ladeé la cabeza. No comprendí.

De pronto, los de primer año cerraron la puerta detrás de mi, Shinji, el líbero, me quitó el balón y se lo dió a Iwa-chan, los demás jugadores abrieron con un lienzo, colgado en el lugar de la red.

"¿Quieres ser mi novio?".

Iwaizumi se me acercó mientras se hincaba una rodilla en la cancha. Me miró con una sonrisa. El balón se abrió por la mitad, dejando ver una foto de nosotros.

— Iwa-chan…—me tapé la boca, sorprendido. Los segundos parecían años, estaba medio en shock, sentía los latidos de mi corazón a todo dar.

El reflector nos apuntaba a nosotros, con un color rosado.

Mi impulso fue abrazarlo, besarlo y asentir.

— Sí, sí quiero—tenía mis manos unidas detrás de su cuello. Sonreía.

Globos cayeron del techo, estaban contenidos por una maya, luego cerpentinas, pistolas de confeti nos cubrieron.

— ¡Que vivan los novios!—gritaron entre sonrisas.

— Chicos… ustedes… ¡Son el mejor equipo del mundo…!—los abracé grupalmente.

Cuando terminó el alboroto, se acecaron a charlar, mientras. Me perdí viendo Iwaizumi Hajime. Mi novio y primer amor, hasta que el codo de Maki apoyado en mi hombro me sacó de los pensamientos.

— ¡Uff! La parte más difícil fue que te quedaras con el balón…—rió Maki junto a nosotros.

— Lo estuvimos planeando vaaarios días antes…—sonrió Matsu.

— Iwazumi-kun quería algo a lo grande—rió Kindaichi.

— Y lo consiguió—sonrió Kunimi.

— Fue difícil rechazar todas tus ofertas de salidas, Tooru-chan…—Hajime me miró con una sonrisa— Pero debía hacerlo si quería esto.

Entonces lo comprendí. No se iba a ir con ninguna mujer, no me había dejado de amar. Solamente estaba intentando sorprenderme con una propuesta.

"¡Te amo tanto, Iwa-chan!"

— ¡Hey! ¿Nos toman una foto?—les pasé el teléfono y escribí algo, que pegué en la espalda de Iwaizumi.

Hice el signo de la paz mientras enrollaba mis piernas alrededor de su cintura.

N/A: [Multimedia]

— Estás muerto, Kuzukawa…—murmuró en tono de broma. Sólo reí… sabiendo que realmente debía darme por muerto.

Luego de eso, comenzamos a matar el tiempo con un poco de celebración, comer dulces, galletas y chatarra, jugar un partido, hablar, y, cuando la luna estuvo en su máximo esplendor, comenzamos a ordenar todo. Me sentía muy feliz, comencé a recoger balones junto con mi novio "Me encanta como suena…" hasta que Irihata-sensei nos dijo unas palabras:

— Vayan ustedes a casa—sonrió el entrenador— Nosotros nos encargamos de la limpieza y el resto.

Miré al equipo, quienes asintieron, alzaron pulgares y sonrieron mientras se despidíancon un ademán, moviendo la mano.

Nos tomamos de las manos, entrelacé los dedos. Caminamos unas calles en silencio, la luna nos alumbraba.

De pronto, comencé a llorar.

— ¿Tooru…?—se puso frente a mi con semblante preocupado— ¿Qué tienes?—se alertó.

— E-Es que…—sonreí— ¡Me haces muy feliz, Iwa-chan!—me lancé a abrazarlo.

Él me correspondió, acarició mi espalda y pelo, besó mi nuca, y, cuando nos separamos, me pegó con el canto de la mano en la cabeza.

No es un sueño, Iwa-chan arruina momentos desde tiempos inmemoriales.

— Idiota… vas a tener un gran castigo esta noche—palmeó mi trasero.

Ambos reímos y caminamos abrazados en dirección a casa de mi contrario, antes de entrar a casa de mi, ahora novio, miré la luna y las estrellas:

Sonreí. Éste, el 14/02. Era el mejor día de mi vida.

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↪Notas↩. 
 

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