Capítulo 25
Tommy se quedó dormido con la cabeza recostada en el regazo de Cody con los ojos inundados llenos de lágrimas. Éste, por su parte, habia presenciado como dos de las personas más importantes en su vida rechazaban a la persona que más había querido en el preciso instante en que más los necesitaba: al decir quién era él en realidad.
La impotencia, los nervios, la rabia se apoderaban de Cody pero tuvo que tener un gran autocontrol sobre si mismo. Su mejor amiga habia sido incapaz de apoyar a su hermano pequeño y se había comportado como una tremenda imbécil. Ese mismo día no iba a hacer nada, pues cada uno de los poros de su piel le decían que debía estar al lado de Tommy mostrándole todo su apoyo, indicándole que era con él con quién quería estar.
No podía dejar de pensar que era incapaz de reconocer a su propia amiga ante aquella persona egoísta, desconsiderada e intransigente que se había presentado ante ellos. De los muchos escenarios que se había imaginado en su cabeza aquel, de todos era el último que hubiese esperado. Estaba claro que no les iba a recibir con los brazos y que iba a poner ciertas reticencias, más que nada porque conocía al Cody de años atrás y no iba a querer que usase a su hermano como un juguete de usar y tirar. Había quedado claro y lo había manifestado en repetidas ocasiones de los años que se conocían que para él Tommy era especial.
Con la vista perdida no se dio cuenta de las horas que habían pasado hasta que miró el reloj de la pared cuando oyó la puerta del apartamento y vio a la madre entrar por la puerta con la cara descompuesta.
- No es mi hija, la persona con quien he hablado no sé quien es, pero mi hija no.
Cody se levantó con sumo cuidando apoyando la cabeza de Tommy en el sofá y se dirigió hacia la madre y la abrazo con fuerza. Ante su contacto ella se desmoronó y rompió a llorar.
- Ven, té haré una taza de té - el mismo se dio cuenta de lo ridículo que sonaba aquello, y más pronunciado en sus labios.
- Se ha convertido en su padre. Lo hemos pasado muy mal durante años por estar con alguien tan intransigente cuya única misión en la vida pareciese ser amargar la existencia de mis hijos. Caroline nunca me ha preocupado pues siempre ha sido la fuerte de la familia y no ha tenido temor de plantarle cara a su padre fuera la razón por la que fuera. Era el sino de su relación. Tommy en cambio siempre fue todo lo contrario. Nunca conocerás a nadie tan frágil y con una sensibilidad tan extrema, pero siempre contó con el apoyo y la ayuda de su hermana. Y ahora... - las lágrimas le impidieron terminar.
- Ahora nos tendrá a ti y a mi. Todo esto es por mí. Si fuese otro, lo habría aceptado con facilidad, pero debido a que me conoce y a mi pasado con otras relaciones es normal que no me quiera para estar con Tommy. Sin embargo, eso no le da ningún derecho a tratarlo del modo en que lo hizo.
Ambos se quedaron en completo silencio ante aquel ataque de sinceridad del que habían sido testigos. Cody miró fijamente a la mujer que tenía ante él y comprendió que él no era el que importaba, las personas que tenía ahora mismo viviendo con él se habían convertido en el centro de su vida y Tommy en la razón de su existencia. Cualquier cosa que hiciera o dijera iba a ser procurando el bienestar de Tommy y el de ambos.
- Has cambiado mucho, no queda nada del muchacho al que ella tanto le teme y lo que más me disgusta es que ella, a pesar de lo mucho que te conoce, es incapaz de verlo.
Aquellas palabras le sentaron como un jarro de agua fría y no porque fueran desagradables o un comentario peyorativo hacia él, sino porque ponían de manifiesto lo que él no se había atrevido a manifestar en voz alta.
Estuvo hablando con ella hasta bien entrada la noche, aprovechando hasta el último segundo hasta que a ambos los venció el cansancio y se les cerraban los ojos conforme iban hablando. Ella se retiró a la habitación donde la había alojado y él se fue a la suya, aprovechando que Tommy continuaba descansando en el sofá.
Al tumbarse vio a los pies de la cama las bolsas de la cena que Caroline le preparó un par de semanas atrás para su cumpleaños. Se levantó y empezó a guardar los diferentes regalos y ponerlos en su sitio.
Abrió una bolsa de deporte negra y encontró la caja en la que había guardado, como hacía todos los años, las cartas en las que a cada uno de sus amigos les hacía un regalo íntimo y personal. Vio el sobre en el que había escrito el nombre de Tommy y recordó la cita romántica que le pedía y que sabía que el muchacho nunca iba a ser capaz de pedirle. Ambos llevaban tiempo el uno prendado del otro, pero ninguno era capaz de verbalizar sus sentimientos en voz alta.
Siguió mirando y encontró el de Caroline y se dio cuenta de que no lo había abierto. Con sumo cuidado de no romper el sobre lo abrió y desplegó la tarjeta para releer lo que le escribió:
Presentáte con esta carta y el los datos que hay anotados a mano en la tarjeta junto con Robert Pracht, amigo de mi familia en casa de tus padres y tomad por fin las riendas de vuestra vida.
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