Capítulo 21
Diez años antes
Las últimas palabras de la defensa de su trabajo de fin de carrera era lo que ponía punto y final a sus estudios. Aunque lo estaba dando todo para que su nota fuese brillante y no le bajase la media que se esforzó durante cuatro años en mantener, su mente empezaba a estar en los planes que tenía esa misma noche con su amiga. Cena, copas y fiesta para celebrar que ambos estaban graduados y con una nota media de nueve los dos.
Caroline le miraba des del final de la sala con una sonrisa de satisfacción y orgullo dibujada en la cara. Lo que su amigo nunca llegaría a saber ya que ella no se lo contaría nunca es que estaba nerviosa por los dos y el tembleque constante de su pierna lo demostraba. No es que pusieran nada en peligro o que perdieran mucho ya que se encontraban al final del camino, aun y así pusieron muchas esperanzas y expectativas en ese momento.
Terminó de contestar las últimas preguntas de jurado que le evaluaba y se bajó del atril donde estuvo exponiendo. Caroline salió a esperarle fuera del aula y se reunieron en el pasillo. Nada más verle Cody fue corriendo hacia ella, la cogió entre sus brazos y la levantó en brazos, y por un momento, se sintió como Baby en Dirty Dancing la escena final dónde él la levanta en brazos.
- Me han dicho que en unas horas tendré por mail la nota del trabajo, la exposición y la nota media de toda la carrera. Imagino que sea cual sea el resultado lo que llevamos planeando durante semana sigue en pie, ¿no?
- Perdona, pero me ofende que lo dudes - y estalló en una sonora carcajada nada más terminar de pronunciar esas palabrsas.
Se quedaron encerrados en la habitación toda la tarde y tanto uno como el otro no dejaron de actualizar en ningun momento su perfil en la página de la universidad a la espera de que colgaran las noticias y así poder ver recompensados cuatro años de esfuerzos y exigencias a ellos mismos.
Durante todo ese tiempo un silencio sepulcral envolvía la habitación hasta el punto de que ni siquiera oyeron el barullo que hacían el resto de los estudiantes recogiendo todas sus cosas de las habitaciones para abandonar la que había sido casi como su casa en todo ese tiempo.
Finalmente el grito que lanzó Caroline hizo efectivo que ya las habían subido. Se sentaron uno al lado del otro, habían empezado aquella aventura juntos y la iban a terminar de la misma manera. Miraron fijamente las pantallas de sus ordenadores portátiles mientras se cargaba, de forma muy lenta y costosa, la página de la universidad con sus respectivos expedientes. un
- Matrícula... - empezó a decir Caroline.
- ...para ambos - finalizó Cody casi a coro.
Esa misma noche se prepararon para iniciar la que durante semanas habían estado organizando como la mejor velada de su vida para poner fin a una etapa como estudiantes y empezar una nueva como personas adultas, fuertes e independientes que iban a compartir piso.
De los dos Caroline siempre fue la más organizada y planificadora de los dos mientras que Cody era el más impulsivo dejándose llevar más por emociones e impulsos primarios.
Con la reserva hecho en el restaurante nuevo de la ciudad en la que lo más característico y llamativo es que estaba ambientado como si te encontrases dentro de la jungla y los asientos eran columpios que estaban colgados del techo, la comida era servida en boles o bien de bambú o cañamo y los camareros y todo el servicio iban vestidos como si formaran parte del elenco del Rey León. No fue necesario ni ponerse de acuerdo dónde cenarían ya que al verlo los dos se enamoraron del lugar al momento.
La siguiente parada de la noche era un bar de copas llamado The Moon con el que Cody estuvo mucho tiempo diciendo que quería ir por algo tan básico como que los camareros el único atuendo que llevaban eran unos calzoncillos negros de lycra con su nombre escrito con letras doradas en el culo. Caroline estuvo días negociando, intentando hacerle cambiar de opinión, buscando alternativas y sobretodo porque se negaba a ir a un lugar tan hortera; pero si algo caracterizaba a su amigo era su tenacidad y tozudez, ya que una vez se le metía algo nadie era capaz de hacerle cambiar de opinión. El resto de la noche lo decidiría el cómo se encontraran ellos y el nivel de alcohol que llevaran en su cuerpo.
Caroline únicamente puso una condición antes que no dejó negociar en ningun momento y es que antes de poder empezar la noche que consideraban que iba a ser memorable, ella necesitaba ir a casa de sus padres a dejar las cosas. No quería verse obligada al día siguiente a volver a ir a la facultad a recoger todos sus enseres.
Cody no puso ninguna objeción a lo que Caroline le pidió. En menos de una hora se encontraban en casa de los padres de ella. Sus padres no se movieron de la mesa del comedor, ni siquiera le dirigieron la palabra como si estuvieran ausentes o no se hubiesen percatado de su mera presencia en la casa. Tan solo el padre hizo un leve gesto de desaprobación con la cabeza que no les pasó desapercibido a ninguno de los dos.
Cody se quedó en silencio pero no se dejó amilanar y subió al piso de arriba, entrando en la habitación de Caroline y dejó la bolsa de malas maneras encima de la cama.
- No entiendo cómo puedes soportarle, sé que es tu padre pero... - hizo una pausa esperando ver la reacción de su amiga para ver si debía seguir hablando o no - siempre mira a todo el mundo por encima del hombro, como si le debieras la vida.
- Conmigo no es tan duro, de los dos quien siempre lo ha pasado peor ha sido Tommy, mi hermano pequeño, no entiendo porqué pero siempre ha ido a por él de forma indiscriminada.
Cody se giró y le vio de pie en el quicio de la puerta a un muchacho apocado, con una mirada infantil y cierto aire desvalido. Permaneció en silencio viendo como su hermana le daba un fuerte abrazo y le cubría la cara de besos sonoros y escandalosos. Nunca supo determinar el porqué, pero siempre que iba a recordar esa imagen le iba a invadir una gran ternura.
- Caroline, tenemos que irnos si queremos disfrutar de nuestra gran despedida como graduados.
- Lo sé, lo sé, solo dame unos minutos, por favor - Cody quiso rechistar pero cada vez que miraba esos ojos se arrepentía y se quedó callado viendo aquella escena tan tierna.
Caroline y Tommy se quedaron sentados en la cama de la habitación de ella mientras que él se quedó fuera, dándoles su tiempo y espacio. Instintivamente no dejaba de mirar a las escaleras. Un presentimiento le subía por la espalda de que el padre iba a llegar en cualquier momento con su aire autoritario y él ni dudría ni por un segundo en plantarle cara, aunque no fuera su família y aquella no fuese su casa no iba a permitir más vejaciones de las que se habían producido.
En todos los años que se conocían Caroline siempre le había contado las faltas de respeto, insultos y agresiones que se habían producido dentro de aquella casa. Lo que nunca llegó a comprender es porque nadie lo había denunciado ni había hecho nada al respeto.
Otras veces había estado dentro de aquella casa pero nunca el tiempo suficiente para poder ver lo que allí acontecía. Ahora lo veía con más nitidad, el padre infundía un terror a todos los miembros de la família.
Prefería no pensar en ello, se le infundía una rabia irracional que hacía que todo su cuerpo ardiera y las ganas de bajar a plantarle cara le sobrepasaban, pero era mejor que tomase aire y no hiciera nada. Si se paraba a pensar en las consecuencias que aquello tendría para el resto no valía la pena.
Con mucha suavidad, con miedo a que la puerta se rompiera, dio unos golpes a la puerta y entró. Caroline ya estaba lista para irse, mientras que Tommy se había quedado dormido en la cama.
Cogieron el coche y se dirigieron al centro para cenar algo rápido y luego iban a salir a tomar algo y a beber, Caroline con la intención de pasar el tiempo, mientras que la intención de Cody era beber hasta perder el sentido.
Una vez en el restaurante se sentaron en una mesa al lado de la ventana, mesa que consiguieron después de Cody tuviera unas palabras un poco subidas de tono con la jefa de sala. Todo lo que comieron estaba delicioso pero durante toda la cena Caroline tuvo la sensación de que habían estado escupiendo en su comida a modo de venganza, además de que a pesar de que pagó Cody, la cuenta creyó que estaba un poco hinchada.
Fueron a uno de los clubes más exclusivos de la ciudad y en unos pocos minutos estaban acomodados en una mesa con un combinado cada uno de ellos. Cody empezó a mirar por los alrededores para ver si hubiera alguien que valiera la pena, y eso le costó más de una regañina por parte de Caroline.
Aunque ella había accedido a ese plan, debía reconocer que se estaba aburriendo en exceso. No le gustaban para nada esos planes, ella siempre había sido más de la de estar con un buen libro o una manta y viendo algun estreno.
- ¿Cuándo empezaras a atacar?
- ¿Acaso quieres que me vaya? ¿No disfrutas de mi compañia?
- Seamos sinceros, los dos sabemos porque has insistido en venir a este club.
Un silencio incómodo se hizo entre ambos. Aunque Cody era quien habia organizado la salida y hecho las reservas y le hubiera vendido a Caroline que era para despedir sus años como graduados, en su fuero interno lo hizo con la intención de pillar. Los exámenes, las entregas de los trabajos le habían anulado e impedido por completo su vida social los últimos dos meses.
Cada una de sus células de su cuerpo le pedía liberación, y siempre había liberado la tensión, el estrés y la angustia mediante el deporte o con el sexo. Deporte, aunque hubiera sido en plena época de evaluaciones no había dejado de practicar deporte en el gimnasio del campus, pero el tema del sexo lo había tenido más complicado. Había tenido relaciones con todos los chicos del campus y nunca le había gustado repetir con nadie.
La idea principal de ir al club era darse a conocer a otros chicos y ver que es lo que podía pasar.
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