Capítulo 4.

—No eres real, tú estás muerta.

—¿Por qué todos tienen que decir eso? Sí, soy un maldito fantasma y he venido a cobrar venganza.

—Largo de aquí —una sonrisa se formó de lado. —Hace tiempo que dejé de jugar al espiritismo, yo no te invoqué.

—¿No? No importa, quiero tu ayuda, quiero que los mates a todos, todos deben morir...

***

POV Luna.

—Milena, ¿Estás bien?

Ayudé a Milena a ponerse de pie.

—Obvio no, ¿Cómo mierda voy a estar bien después de haber visto a una muerta? Vámonos de aquí.

Hice lo que me pidió, rápido abrí la puerta y salimos del teatro, con mis manos aun temblando caminamos rumbo a su casa.

—Tenemos que pedir ayuda —Milena estaba realmente asustada.

—¿Cómo crees? Nadie va creer que vimos a un fantasma.

Nadie lo hará, no sé qué pretende, ir a la policía y decir que una chica muerta quiere hacernos daño si no la ayudamos, terminaríamos en el psiquiatra.

—Lo tengo, debemos llamar a alguien que investigue cosas paranormales.

—No podemos, ella nos va a matar, yo misma vi como asesinó a Manuel, si no le ayudamos ellas nos hará lo mismo.

—Entonces, ¿Qué hacemos? —preguntó Milena.

—Tenemos que pedirle ayuda a los de la obra —saqué mi celular de mi bolsillo y rápidamente me dirigí hasta la aplicación de WhatsApp.

Milena negó.

—No, quizá los asesinos de Madison están en la obra.

Mierda, mierda, ella tiene razón, mi vista se fue hasta mi celular, comencé a ver mis contactos, no debo confiar en nadie, solo en los que conozco desde hace tiempo, no creo que ellos pudieran matar a Madison.

Llamé a Pablo, Carlos, Luis, Paola y Maritza, ellos son las personas de confianza que tengo. No les dije nada por celular, quería que todos estuviéramos para poder hablar mejor y que no fueran a reírse de mi situación.

Después de unas cuantas horas por fin llegaron, mi celular empezó a sonar, lo tomé y era un mensaje de una persona desconocida.

Mensaje:

¿Qué tal Luna? ¿Cómo vas con la investigación?

—M.F

Estoy segura que fue Madison, pero no me imagino a un fantasma con un celular, es algo muy raro y loco.

—¿Para qué hiciste que viniéramos? —preguntó Maritza confundida.

Suspiré y me dispuse a hablar.

—Esto no es sencillo de decir, quiero que presten mucha atención y no quiero que se asusten —primero les mostré mi celular, donde se encontraba el mensaje que estoy segura que es de Madison.

—¿Qué es eso? —Pablo me miró confundido, al igual que los demás.

—No estoy entendiendo nada —mencionó Luis.

—¿Recuerdan a Madison Fitz? —pregunté.

—Obvio que sí, es la loca que se mató en el teatro, ¿No? —Paola comenzó a reír.

Yo asentí, mis nervios de que creyeran que estoy loca, cada vez estaban aumentando más.

—Ahora entiendo porque la M y la F —dijo Carlos riendo.

—No, Carlos, no creo que una muerta le esté mandando mensajes a Luna —mencionó Luis sonriendo.

—Me temo que sí, una maldita muerta me está acosando y quiere que averigüe quién la asesinó —dije rápidamente.

Todos comenzaron a reír, a excepción de Milena, que ella ya la había visto.

—¿Estás loca? —preguntó Pablo sorprendido.

—Eso quisiera —agaché la cabeza.

—No entiendo como una muerta quiere que averigües quien la asesinó, ¿Que no se supone que ella se suicidó? —Paola me miró confundida.

Yo alcé los hombros, yo tampoco tengo idea de que fue lo que pasó realmente y no sé porque quiere mi ayuda.

—Lo recuerdo muy bien, ella se suicidó porque le hacían bullying cuando todos vimos su video con el profesor —Carlos estaba sonriendo.

—Exacto, esa es la cosa, ella se me apareció, se los juro, ella quiere saber quién la asesinó, ella no se quitó la vida, ¿Entienden?

Carlos asintió.

—Claro, pero porque deberíamos creerte, eso no puede ser posible ya que Madison está muerta —mencionó Luis.

—Yo misma vi cómo mataba a Manuel en el sótano, tienen que creerme y ayudarme, Milena también la vio —dije agitada.

Milena solo se encogió de hombros cuando las miradas de los demás se fueron a ella.

—¿Manuel está muerto? —preguntó Paola.

—Sí, ella lo mató, intente pedirle ayuda a Pablo, pero cuando llegamos al sótano el cuerpo de Manuel había desaparecido.

—Entonces ¿No era sangre falsa? —Pablo me miró confundido.

—No, era sangre de Manuel —respondí.

—Qué asco, aún tengo un poco en la mano —Pablo comenzó a limpiarse en el sofá con cara de disgusto.

Sé lo que piensan, puedo verlo en sus caras, pero es real, es real, ella está de vuelta.

—Ella quiere que encontremos a sus asesinos, creo que se refiere a dos personas, si no lo hago, ella empezará a matarnos.

Nuevamente mi celular empezó a sonar fuertemente, lo miré y otra vez era un mensaje de la misma persona.

Mensaje:

Mientras tu buscas, yo seguiré con lo mío.

—¿Con lo suyo? ¿De qué habla? —pregunté a los demás mientras les mostraba el mensaje.

—Tal vez matará a alguien más como lo hizo con Manuel —espero que Luis no tenga razón.

—No, ella me dijo que si yo la ayudaba ella no iba hacernos nada.

***

POV Tyler.

—Esto si es gloria —me llevé el cigarro hasta mis labios, aspiré de él y el humo comenzó a inundarme.

Ariana se encontraba a mi lado, la miré y le solté el humo en la cara.

—No seas asqueroso, Tyler —ella comenzó a reír. Yo acerqué el cigarro a sus labios, pero ella comenzó a negar. —Yo jamás haré eso.

—Tienes que hacerlo, es lo más cool.

Tenía que hacer que Ariana fumará, ella jamás se divierte, solo está cuidando a su hermano Pablo.

—No, esas cosas no van conmigo, es mejor que me vaya —se puso de pie.

—No te vayas, solo una fumada, ándale prometo no volver a ofrecerte.

Ella negó repetidas veces.

—No, Tyler, esas cosas no van conmigo, mejor me voy, cuando llegué tu hermana le dices que vine a buscarla.

No entiendo como Airam es amiga de Ariana, Airam le entra a todo, en cambio Ariana ni al cigarro, solo se cree la niñita perfecta.

Ariana salió de mi habitación, cerrando la puerta al irse.

Seguí fumando, mientras miraba el techo, llevé el cigarro hasta mis labios otra vez y absorbí fuertemente. Unos toques en la puerta comenzaron a escucharse, me puse de pie, lancé el humo y caminé hasta la puerta.

—¡Ya voy! —grité mientras bajaba las escaleras, seguramente debe ser mi hermana, esa niña siempre olvida sus estúpidas llaves.

Al llegar a la puerta, abrí, no había nadie.

—Airam ya sé que eres tú, ¿Dónde estás?

No recibí respuesta alguna, quizá fue un tonto vecino haciendo sus estúpidas bromas. Cerré la puerta y caminé hacia las escaleras, cuando estaba por subir, volvieron a tocar la puerta.

Rápido me dirigí y abrí la puerta, enfrente de mí se encontraba una persona con una máscara de ghostface.

........................................../............................

Espero y les haya gustado.

Voten y comenten.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top