Capítulo 3.
POV Luna.
—¿Me vas a ayudar?
—¡Hija de puta! Acabas de matarlo y todavía te atreves a preguntar eso, obvio que no, y espero te pudras.
Me di la vuelta rápidamente y salí corriendo, no sabía que hacer o que decir, obviamente nadie me va a creer cuando les diga que Madison la muerta asesinó a Manuel, creerán que yo lo hice, oh Dios, iré a la cárcel por algo que no hice.
Tengo que pedir ayuda, me acerqué al escenario, tenía que contarle todo a Milena y que ella me ayudé a resolverlo.
—Mierda.
Ella seguía en ensayos, no ha terminado, ¿A quién le pido ayuda? Ay Dios mío, ¿Qué hago?
Miré hasta las butacas, ahí estaban los demás de la clase que ya habían terminado o que no estaban participando. Rápidamente me dirigí hasta las escaleras para poder llegar al área de los asientos, mi respiración estaba agitada, tengo que tranquilizarme y no sonar como una desquiciada.
—Pablo, necesito tu ayuda, tienes que venir conmigo, por favor —dije rápidamente.
Él me miró confundido.
—¿Qué pasa?
—Tengo que mover unas cajas en el sótano, por favor, solo ven y no hagas más preguntas.
Pablo se levantó de su asiento y sin preguntar nada más como se lo pedí, comenzó a seguirme.
—¿A dónde vas, Pablo? —preguntó Ariana sosteniéndole la mano.
—No te incumbe —logró zafar su mano y siguió caminando.
Subimos por las escaleras y rápidamente caminamos hasta donde se encontraba el sótano, yo estaba muy nerviosa, no sé cómo se tomará ver a un muerto, espero no crea que lo asesiné yo.
—Quiero que me prometas que no vas a decir nada de lo que veamos adentro.
—¿De qué hablas? ¿Qué vamos a ver?
No respondí y simplemente con muchos nervios y miedo, giré la perilla y empujé la puerta esperando que Pablo viera el cuerpo de Manuel.
—Luna, ¿Estás bien?
No había nada, solo se encontraba la sangre derramada en el suelo, no había cuerpo, supongo que Madison debió sacarlo de aquí de alguna forma.
—Hem sí, estoy bien, solo quería que me ayudarás con esas cajas y que no fueras a decir nada sobre la sangre, se me cayó una bolsa y el profesor se enojaría muchísimo si sabe que fui yo.
Pablo entró al sótano, tomó las cajas y salió.
—Me salvé —dije tranquila, no iré a la cárcel como lo pensé.
—¿De qué te salvaste, Luna? —preguntó Ariana entrando al sótano.
—¿Tu qué haces aquí? —Pablo la miró confundido. —¿Me seguiste?
Ariana sonrió.
—Solo quería venir a ayudarles, Luna parecía bastante preocupada.
—Pues más ayuda el que no estorba —dije y salí del sótano.
Sinceramente espero que nadie me haya visto venir al sótano con Manuel, lo siento muchísimo por él, pero yo no quiero meterme en problemas por su muerte.
Tuve que regresar al escenario, tenía otra pequeña participación, así que, sin resistir, pasé el telón y comencé con mi maravillosa actuación.
Al terminar, el profesor nuevamente nos recordó seguir repasando el libreto, les dio un ultimátum a algunos y sin decir nada más, se fue. Suspiré aliviada, ni siquiera notó la ausencia de Manuel, eso es bueno para mí, malo para él, pero ya está muerto, no es que importé mucho.
Todos empezaron a salir del teatro, yo estaba también por hacerlo, pero Milena me lo impidió.
—Hace rato, te vi hablando con Pablo y Ariana, ¿Pasó algo?
Asentí y sentí unas inmensas ganas de llorar.
—Yo tenía razón, ella volvió y nos matará a todos.
—¿En serio sigues con lo de Madison?
—Si, Milena, esto no es un maldito juego, ni siquiera un puto sueño, esto es real, ella regresó y asesinó a Manuel, mañana tal vez serás tú y todo porque no quiero ayudarle a saber quién mierda la asesinó.
—¿Que? ¿Manuel está muerto?
Asentí y las lágrimas comenzaron a descender por mis mejillas.
—Sí, ella lo mató en el sótano, cuando regrese con Pablo para que me ayudará, él ya no estaba, Madison debió sacar el cuerpo.
Milena se quedó en silencio, supuse que quizá estaba procesando todo, Manuel y ella eran amigos cercanos desde hace muchísimo tiempo.
—¿Está muerto?
Asentí.
—Yo misma vi cómo le destrozó la maldita cabeza, ahora por favor, vámonos de aquí.
Cuando íbamos llegando a la puerta principal, esta se cerró de golpe y las luces se apagaron por completo,
—No ahora, por favor —dije llorando.
—Es ella, ¿Verdad?
Tomé la manija de la puerta e intenté con todas mis fuerzas abrirla, pero me fue inútil.
—Luna necesito que me ayudes.
—¡Lárgate, ya te dije que no lo haré, lo asesinaste!
Milena comenzó a gritar por ayuda, pero para nuestra mala suerte, ahora quizá todos ya deben estar lejos del teatro.
—¡Ayudaaa!
—Cállate, Milena —dijo Madison de una forma tranquila. Milena obedeció, y casi temblando dejó de gritar. —Como ya te lo dije antes, si no me ayudas, todos pagarán por igual.
—Lo vamos a hacer, te vamos a ayudar, no nos hagas nada, Madison —Milena estaba muy asustada.
—Lo haremos —dije y lasluces se volvieron a encender.
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Espero les haya gustado.
Voten y comenten.
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