Capítulo 19.
—Entonces, es hora de ir por Karla, ella tiene los audios con nuestras voces.
La chica asintió.
—Vamos, tenemos quedarnos prisa, Ariana, Maritza y Pablo ya se fueron, esperemos todo salga bien con el mudo.
—Ahora que todos ya se están yendo, es hora de ir con Karla, no podemos dejar que escuche los audios —dijo el chico, quién mantenía una sonrisa en su cara.
—¿La vamos a matar?
—Obvio que sí, yo maté a Paola, ella me descubrió, tuve que hacerlo —mencionó el chico mientras caminaban a la salida de la casa. —Así como mataré a cualquiera que se esté acercando a descubrir la verdad, por eso que le dije a la enfermera que le dijera a César que el vio a Karla, así todos pensaran que ella huyo.
Los dos chicos asesinos de Madison salieron de la casa, como todos ya se estaban marchando, no levantaron sospechas.
***
Narra Karla.
Me muero por saber quiénes son los asesinos, obviamente sé que Madison no era ninguna santa, yo vi lo que ocurrió aquella noche en casa de Matt, nadie lo sabe, pero claramente vi como amenazaba al pobre de César, espero él sepa lo que ocurrió.
Al llegar a mi casa, dejé la llave como de costumbre en una de mis macetas con mis flores preferidas.
Entré y todo estaba tranquilo, mi madre estaba de viaje como siempre, así que casi toda mi adolescencia la he pasado sola, solo tengo a Emily, ella viene todos los días, siempre hemos sido muy amigas.
Subí a mi cuarto y puse la computadora a cargar, prendí el televisor, puse Netflix y reproduje mi serie favorita, mi sueño es ser una gran actriz, quisiera aparecer en alguna serie de televisión, seria padrísimo.
Después de un rato me dispuse a encender la computadora, está por suerte no tenía contraseña, es hora de por fin ver quiénes son esas personas que mataron a Madison.
Me senté en la cama, tomé el computador y había una aplicación abierta, esta tenía un nombre muy extraño, el caso es que tiene muchos audios
Reproduje uno que tenía una duración de tres minutos y este comenzó inmediatamente.
Audio 10.
—Hola, Madison, ¿Qué traes en ese maletín? —preguntó alguien, casi de inmediato reconocí que era la voz de César.
—No es asunto tuyo, por favor aléjate de mí, yo te dije aquella noche que ya no me hables, sería mejor que también te hubiéramos matado a ti, aprende a Elena ella se quedó callada.
Esa maldita está hablando de Matt, el chico que mataron en su propia casa, pobre de César, tal vez si fue ella quien le cortó la garganta.
Opté por poner ahora el audio número 20.
Audio 20.
—¿Hay alguien aquí? —preguntó Madison, seguro es cuando llego al teatro, el audio permaneció durante medio minuto en silencio, solo se escuchaban las zapatillas que Madison llevaba ese día.
—¿Es todo el dinero? —se escuchó, inmediatamente reconocí la voz, no podía creerlo.
No puede ser, puse en pausa el audio, ya que escuché que llamaban a mi puerta, rápido supuse que era Ariana, tal vez viene por la computadora.
—Ariana no me lo vas a creer —dije mientras abría la puerta.
—¿Qué no va a creer Ariana? —preguntó el chico, había una maldita sonrisa en su cara.
—¡Nada! —grité e intenté cerrar la puerta. —Malditos asesinos, lárguense de aquí.
Mierda, mierda, estos imbéciles me van a matar, yo intentaba cerrar la puerta, pero era inútil, él era más fuerte que yo.
—Por favor no me hagas daño —una lagrima se deslizó por mi mejilla.
—Solo danos la computadora, después veremos qué haremos contigo —dijo la chica entrando a mi casa.
—Está arriba, solo llévensela y lárguense de aquí.
Mi corazón estaba latiendo demasiado fuerte, Dios, tengo tanto miedo, cuando se distraigan tengo que correr, ellos por ningún motivo me dejarán con vida.
—¿Qué esperas para caminar? —preguntó la chica.
—Solo no me vayan hacer daño, juro que no voy a decir nada.
Ella comenzó a reír y empujó hacia las escaleras, no tuve opción más que caminar hasta mi habitación, el chico empezó a mover todas mis cosas, mi ropa comenzó a caer al suelo, todo estaba hecho un desastre.
—¿Qué haces? —pregunté.
—Cállate, solo te irás de aquí, por asesina —el chico rio.
—¿Yo? Los asesinos son ustedes, jamás sospeché de ti —dije dirigiéndome a la chica.
—No me importa, yo tampoco hubiera sospechado de mí, soy muy buena actuando, seré muy buena ocultando la verdad.
Él chico comenzó a moverle a la computadora, él puso un audio.
Audio 24.
—¿Eres Karla?
—No
—No te daré el dinero.
—¡Dame el dinero, perra!
Si son ellos, pero, ¿Por qué lo hicieron?
—¿Por qué la mataron? Solo se hubieran llevado el dinero y ya.
—Madison era una perra, ella merecía morir.
Yo negué con la cabeza.
Audio 25.
—Nosotros nos encargaremos de que parezca un suicidio.
—Aún recuerdo ese día, esa perra quería hacerse la fuerte, pero no pudo con nosotros.
—Ellos sabrán que eres tú...
—Cállate, son unos estúpidos, ellos solo sabrán una cosa, que tú fuiste la asesina.
Él chico siguió sacando la ropa de mis cajones, las puso en una maleta, luego se dirigió hasta mí, me golpeó y caí al suelo, todo se puso negro.
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Espero y les haya gustado.
Voten y comenten.
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