🖤Epílogo🖤

Cuatro tristes y dolorosos años ya habían transcurrido desde su muerte, años en los que para mí eran eternidades, pero tenía que ser fuerte por mí y por ella. Con el tiempo el dolor disminuía pero el vacío era cada vez mayor. Mi cuerpo parecía estar en perfecto estado, pero mi corazón era todo lo contrario, no latía igual que antes. Extrañaba sentir esas palpitaciones en en mi pecho, ese sentimiento de llegar a mi hogar después de un día cansado y encontrarme con mi dulce y bella esposa.

La cálida brisa recorría mis mejillas, caminaba rumbo al parque más alejado de mi apartamento, era la mejor forma de relajarme y olvidarme de todo después de un día agotador de trabajo y noches repletas de soledad. Amaba esa sensación de respirar aire puro, inundando por completo mis pulmones y relajándome por completo.

Tomé asiento en la banca más lejana a los demás, recargué mi cabeza hacia atrás y cerré los ojos. El ruido de las hojas de los árboles moverse al compás de la brisa, los pétalos de cerezo que rozaban mi rostro al caer, amaba esta estación, era mi favorita, romántica y a la vez llena de tristeza.

Me recordaba lo hermoso que puede ser el amor cuando tienes a la persona idónea a tu lado, pero también me mostraba la soledad en la que vivía día a día, todo era estético en el entorno en el que me desenvolvía. Todos los sábados me encontraba en este mismo lugar buscando algo que quizás no encontraría nunca más.

Abrí los ojos lentamente y miré a mi alrededor, en la banca frente a mí se encontraba una linda chica escribiendo, la observé detenidamente y pude ver que realmente era hermosa, elevó el rostro y me miró. Nuestras miradas se encontraron, mi corazón palpitó como hacia muchísimo tiempo no lo hacía, como si estuviera vivo nuevamente, revitalizándome, me sonrió y volvió a su libreta para escribir, el aire entró a mis pulmones otra vez, al parecer no solo había hecho latir mi corazón nuevamente, sino también me habia quitado la respiración con tan solo una mirada.

A partir de ese momento, no pude apartar mi vista de ella, era hermosa, recorrí con mi mirada cada facción de su rostro, parecía un Ángel, creí que estaba soñando, cerré mis ojos y los volví a abrir, pero no, ella estaba ahí frente a mí, con un vestido color crema oscuro, no tuve el valor de hablarle, ni siquiera de mirarla nuevamente a los ojos. Después de unas horas que me parecieron minutos ella se retiró, solo pude verla marcharse, no me atreví a pedirle su número telefónico para contactarla. Esa chica me cautivó, mi corazón latía otra vez frenéticamente.

Si esto se sentía volver a enamorarse, pues era fascinante, por un momento me olvidé de todo, y creo que esa chica es la que me gustaría tener nuevamente a mi lado. Me levanté de mi asiento y caminé rumbo a casa, ese día solo pude soñar con volver a tener la suerte de poder verla nuevamente, deseaba tanto conocerla, pero eso solo sería posible si me armara de valor y me acercara a ella, pero hasta entonces solo la observaría en la distancia.

Las semanas transcurrían y yo seguía acudiendo al mismo parque, solo para poder verla. Estaba ansioso por saber todo de ella, sus gustos, sus pasatiempos, su personalidad, sus pensamientos, todo, quería simplemente conocerla más a fondo.

Por fin me armé de valor y me acerqué a hablarle, caminé hacia ella y me detuve frente a ella, alzó su rostro para ver al causante de la poca luz que le tapaba para poder seguir escribiendo, me miró y pude notar su sonrojo, era hermosa con ese pequeño rubor en las mejillas, sonreí y comencé sin saber de qué hablar.

Jimin: Hola -los nervios invadían mi cuerpo-

-Hola- respondió amablemente con una sonrisa adornando su bello rostro.

Jimin: Yo.. bueno, me preguntaba si me puedo sentar a tu lado, claro si no te molesta -expliqué tímidamente-

-No me molesta, claro que puedes sentarte- tomé asiento a su lado y su aroma inundó mis fosas nasales, amaba ese aroma, vainilla.

Jimin: ¿Cómo te llamas? - le pregunté sin más, ella miró frente a ella, parecía que meditaba si contestar o no- Perdón, yo me llamo Jimin -expresé, estirando mi mano para estrecharla con la de ella-

-Hye- me respondió tomando mi mano entre la suya -gusto en conocerte, por fin- susurró casi inaudible

Jimin: ¿Por fin? -cuestioné con una sonrisa llena de alegría ¿ella también quería conocerme?-

Hye: Bueno yo... lo que quise decir es...
-su sonrojo era evidente, jugaba con sus dedos demostrando su nerviosismo-

Jimin: Shh, no digas nada. Yo también quería acercarme a ti, desde que te vi no se por qué pero.. no puedo dejar de pensar en ti -afirmé, ella sonrió levemente ante mi confesión-

Hye: yo tampoco puedo dejar de pensar en tí, desde aquel día que nos conocimos, solo puedo pensar en verte nuevamente día tras día -suspiró cerrando los ojos-

Jimin: ¿Me darías la oportunidad de conocerte más? -le interrogué,  ella asintió-

Mi corazón desbordaba de alegría, la abracé fuertemente sellando nuestras palabras y ella se aferró a mí de igual manera.

Estaba convencido, de que esta vez el destino quería que siguiera mi camino y que fuera feliz, y sé que el precio a pagar sería alto, pero estaba dispuesto a hacerlo, con todo el dolor de mi alma tenía que dejarla ir, tenía que ser feliz y recomenzar mi vida, sé que será difícil, pero creo que eso es lo que ella hubiese querido.
Por eso mi querida Sun hee, hoy te digo adiós, y esta vez para siempre, quizá el destino nos vuelva a unir algún día, y hasta que ese día llegue yo estaré recordándote como mi más preciado tesoro, la mujer que algún día me hizo el hombre más feliz del mundo.

Te amo Sun hee, y te amaré hasta el resto de mis días. Nunca lo olvides estés donde estés.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top