5 | 다섯

Aunque en un principio Yoongi se negó rotundamente en aceptar el recorrido de cumpleaños especial liderado por el oso, termino cediendo por la gran insistencia.

El oso lleva a Yoongi a rastras de un lado a otro con las frases "Esto te gustara" "Este es mejor que el anterior" "Este juego debe de ser parte del recorrido". Yoongi en los primeros tres juegos mecánicos:

Las sillas giratorias, al superior giratorio y una montaña rusa.

Se esforzaba por no disfrutarlo. Se quejaba de lo peligroso que puede llegar a ser o de los posibles accidentes que pueden surgir estando arriba. El oso por supuesto lo animaba a subir aunque tendría que arrastrarlo a la fuerza.

Yoongi no entendía el sobre esfuerzo del hombre/joven debajo del disfraz por hacer que lo disfrute. Cree incluso que le facilitaba el trabajo, ya que él solo quería quedarse sentado leyendo un libro. El calor estaba en lo más alto, y no cree que el traje tenga aire acondicionado integrado.

Finalmente en el pasar de las horas, Yoongi termino por dejarse llevar por la adrenalina de las atracciones que el parque les ofrecía. Terminaron por subir a el recorrido en tren que iba desde las puertas del parque hasta el otro extremo, continuaron con el enterprise, la torre de caída, el gravitron en donde Yoongi casi termina vomitando, el tornado y finalmente el salto en bungee.

En esta última ambos chicos se miraron, en realidad, Yoongi miro la cabeza del oso pero la sensación fue igual. Cerraron los ojos y saltaron. El oso grita:

—¡Feliz cumpleaños Min YoonGi!

Bajaron de la atracción comentando lo gracioso que fue cuando al chico con el disfraz casi se le vuela la cabeza. Era peligroso subir con un disfraz y el encargado del juego se lo advirtió pero claro, eran amigos y por esa vez se la dejo pasar.

Se dirigen hacía el sector de comida, Yoongi ordena dos botellas de agua, las paga y le entrega una al oso.

—¿Algún último juego que recomiendes, oso? —pregunta Yoongi tomando un sorbo de la botella.

—Siento que eh decidido mucho por hoy ¿Qué quieres hacer? Después de todo es tu cumpleaños.

YoonGi frunce el ceño levemente y forma un puchero inconsciente al pensar en un último juego. La respuesta se encuentra frente a sus ojos

—Quiero subir a la Noria —expreso apuntando con la botella en dirección de la gran rueda cubierta de luces —. Creo que fueron muchos juegos extremos por hoy.

—Bien, no se diga más, lo que él cumpleañero desee —El oso hace una reverencia como si el de cabellos café perteneciera a la realeza.

Toma del brazo a Yoongi para guiarlo hasta La Noria.

Como habían hecho en todas las atracciones, se colocaron enfrente de la fila. El encargado le pide su boleto a Yoongi quien se lo entrega junto a su documento de identidad para verificar la fecha de nacimiento.

El encargado le sonríe, y lo deja pasar. El oso esta por entrar con Yoongi pero es detenido.

—¿Qué carajos crees que haces? Deberías de estar en tu sector y no caminando de un lado a otro con ese muchacho —le reprocha el pelinegro.

—Es sólo por hoy, Hyung —explica susurrando —Además cambie de lugares con Yugyeom.

—Si Ji Hyo se llega a enterar te despedirá.

—No va a pasar nada, tu solo déjame entrar.

—¿Paso algo? —pregunta Yoongi bajando de la pequeña cabina al ver que su acompañante parece tener dificultades.

—Tranquilo Yoongi, le estoy pidiendo a este Hyung que nos de una vuelta de cortesía ¿No es así Dong Hyuk?

Dong Hyuk sonríe hacía el cumpleañero.

—Claro, que lo disfruten -asiente hacía Yoongi pero fulmina con la mirada a su amigo —Feliz Cumpleaños.

—Gracias —asiente Yoongi subiendo nuevamente.

—¡Me la debes! —termina por decir el oso antes de subir a La Noria.

Dong Hyuk niega reiteradas veces con la cabeza. El oso tenía razón, se la debía, gracias a él ahora salía con Lisa, la chica más linda, inteligente y única ante sus ojos.

Yoongi tomaba fotos desde la punta más alta de la rueda. Se podía ver muy bien el parque iluminado con luz artificial, después de todo ya empezaba el atardecer.

—¿Selca? —pregunta el oso, Yoongi asiente.

Le entrega su celular al oso, este toma un total de tres fotografías de ambos, luego le devuelve el celular. Yoongi en un principio se sintió escéptico sobre la promoción de cumpleaños con guía pero ahora lo disfrutaba.

—No sabía que tenían tal promoción en este parque. Me parece genial para las personas... como yo —comenta guardando su celular.

—¿Y se puede saber por qué estas sólo? Digo, eres agradable.

—No me conoces lo suficiente -habla mirando por la ventana de la cabina —Mi actitud no es la más "agradable" con otras personas pero esta bien, no me importa. Estoy bien sólo.

—¿Debería de bajar entonces? —bromea acercándose a la puerta.

—Si quieres morir desde esta altura, yo no te detengo.

—Creí que formamos una buena amistad oso-humano ¿me equivoque?

—Tal vez —sonríe mostrando sus encías —Aun así hiciste bien el papel de guía. Cuando hacen un buen trabajo debo de reconocerlo.

—Me halaga saber que le fui de ayuda.

—Que no se te suba el ego, oso —advierte bromeando —A todo esto, tu conoces mi nombre pero yo no el tuyo ¿Cuál es?

El oso esta apunto de contestar pero el celular de Yoongi indica que tiene una llamada. El de cabello café pide disculpas y contesta.

¿Yoongi? ¿Qué tal todo? ¿Se divirtieron?

—Mamá, sí, nos divertimos bastante tanto que los chicos están cansados, creo que no podrán ir a la cena. Dicen que será la próxima vez.

El chico debajo del disfraz escucha atento las palabras del cumpleañero. ¿Había escuchado bien cuando dijo "los chicos"?

Acaso sus amigos lo habían dejado plantado.

Oh —Hyo Joo hace un ligero puchero hacía su esposo —Hice que preparan tu comida favorita, e incluso hamburguesas y pizza ¿Seguro que no quieren venir?

—No mamá —contesta firme —No quieren venir, no insistas por favor.

Puedo hacer que preparen las cosas para llevar —la mujer sonríe hacía los empleados domésticos que asienten contentos —Podemos ir a retirarlos con papá y llevarlos a casa.

—Mamá, no es necesario, dicen que vendrán otro día —corta. Su madre hace una pequeña mueca de decepción.

Oh, esta bien cariño, vuelve pronto. Necesitamos soplar las velas —anima un poco más comprensiva, quizá los chicos si estaban cansados.

—Claro, en media hora estaré ahí, adiós mamá.

Te amamos Yoongi.

El mayor guardo se celular luego de que su madre colgara. Se cubrió el rostro repitiendo en voz baja:

—No llores, no llores, no llores, no llores

A Yoongi se le rompía el corazón tener que escuchar la insistencia de su madre pidiendo que traiga a sus amigos. Sabe lo emocionada que se encontraba por realizar su fiesta de cumpleaños.

Semanas atrás comentaba la cena de cumpleaños que quería realizar, Yoongi obviamente le había dicho que no era necesario, que ese día se la pasaría repasando lecciones y quizá solo soplar las velas de un pastel pero nada más.

Él sabía que todo el tiempo y dinero invertido en su fiesta se hubiera ahorrado de no ser por sus mentiras. Si el mayor no hubiera inventado el tener amigos imaginarios esto no hubiera pasado.

¡No era un niño! Cómo era posible mentir sobre algo así, aunque no podía evitarlo. No quería admitir que él estaba mal; los demás estaban mal por rechazarlo, por excluirlo y por tratarlo de esa forma. Él estaba bien.

Siente como los brazos del oso lo envuelven cubriendo gran parte de su cuerpo a la vez que le da pequeñas palmaditas en la espalda. Las palabras no eran necesarias.

El abrazo dura un largo tiempo en el que Yoongi trata de calmarse o mejor dicho, se esfuerza en hacerlo.

Finalmente se separan al casi finalizar la última vuelta. Yoongi se talla los ojos una y otra vez apartando el rastro de lagrimas. Cierra los ojos y los abre nuevamente. En ese pequeño lapso de tiempo el oso nota que la frágil mirada de antes se ha torna fría.

—Al salir de este juego quiero que olvides que esto sucedió y si me ves en alguna parte haz como que no me conces ¿Entiendes, no?

El osos asiente cerrando sus labios y entregándole un candado imaginario a Yoongi.

Y así fue. Ambos se bajaron del juego, Yoongi no se despidió del oso, ni el oso se despidió de Yoongi. El cumpleañero salió del parque dejando al oso pensando en varias cosas.

—¡Jeon Jeongguk! —se escucha el grito de Park Jihyo, la encargada del lugar —¿Me puedes explicar por qué Yugyeom esta en tu puesto? Se supone que te pagamos para trabajar, no para estar paseando y subiendo a atracciones.

—Ji Hyo perdóname por esta vez —pide juntando sus manos —Hoy era su cumpleaños y no tenía a nadie con él ¿Sabes lo triste que puede ser eso? — Jeon saca la cabeza del disfraz.

Jihyo observa los ojos de Jeon, al confirmar que decía la verdad dejo de hacerlo.

—Sólo por esta vez, que no se vuela a repetir.

—Gracias Hyo —Jeongguk abraza a la castaña.

—Vete a bañar, estas todo sudado —ordena alejando el cuerpo de Jeongguk.

—Fueron ocho horas con esto, es obvio que iba a estar así.

[. . .]

Es Jueves nuevamente.

En el colegio ya circulaban las fotos de la novia de Jeongguk, bueno, sólo de la cintura para abajo. Las admiradoras del capitán de béisbol investigaron hasta el más mínimo detalle de las piernas, las zapatillas y las medias de la chica.

No pueden hallas pistas claves para encontrar a la afortunada. Todo lo que utilizaba era ordinario. Podría ser cualquier alumna del instituto y revisar estudiante por estudiantes no las llevaría a ningún lado.

Era el tema de conversación preferido. Todos comentaban sus sospechas, e incluso los chicos lo hacían. Todos tenían curiosidad.

La pregunta es ¿Por qué tanto alboroto por la novia de Jeon?

Era gran novedad que Jeon Jeongguk estuviera saliendo con alguien, y es que en todo lo que llevaba de secundaria no había estado en una relación con nadie. Aunque todos creían que Min Ji sería la ganadora de su corazón, no fue así.

Kim Min Ji era conocida por ser parte de la lista femenina "The ten lovely angels of Daewon High School" y es que ella siendo tan hermosa, carismática e inteligente no era su novia ¿Qué tan guapa e inteligente tenía que ser la novia de Jeon?
Nadie más que Jeongguk podía responder esa pregunta.

—La pista de circuitos esta lista. Lo haremos por estaciones de cinco personas cada uno, cuando toque el silbato primero harán salto de tijeras, luego se sentaran en la pared, seguirán con lagartijas, crunch abdominal, sentadillas, plancha por veinticinco segundos, estocadas, ejercicio de pesas de 3,5 K y mancuernas de 2 K para las chicas, finalmente correrán 10 vueltas, evaluare su condición de resistencia, pueden parar pero recuerden que es difícil empezar otra vez —explica la profesora programando el cronometro —En cuanto a peleas -fija su vista en ambos chicos —y estoy hablando específicamente con ustedes dos, no quiero nada de eso ¿Entienden?

Los dos chico se miran por unos segundos, para luego girarse a su profesora y gritar "Sí, profesora Kang"

No habían cruzado palabra desde el vienes por la tarde, o mejor dicho, desde el cumpleaños de Yoongi.

El sábado, luego de su trabajo en el parque, llego a su casa, y trato de prestarle atención a su tarea pero no podía dejar de pensar en Yoongi.

Verlo llorar el día de su cumpleaños era algo que jamás creyó presenciar, siendo el pálido alguien de carácter fuerte. La razón era confusa, podría haber sido por la cancelación de sus amigos, aunque el pálido no hablaba con nadie en el colegio, quizá alguien de fuera. No lo sabe pero sentía un tanto de empatía por él.

Por esa razón el lunes se la paso observando desde lejos los movimientos que hacía o las personas que se le acercaban y nada. Nadie hablaba con Yoongi a excepción del presidente de la clase para pedirle el cuaderno de ejercicios por petición de la profesora de Matemática.

Tampoco se la pasaba en el celular, rara vez lo utilizaba y seguro sólo para fijarse la hora. Jeongguk tenía ganas de acercarse a él e integrarlo en su grupo de amigos pero Yoongi no cooperaba.

Yoongi evitaba hablar con Jeongguk, es por esa razón que el castaño hizo lo mismo. El martes ya no trato de acercarse, y lo evitaba pero las pequeñas observaciones de lejos nunca se detuvieron.

Superaban cada estación logrando efectuar los ejercicios establecidas de forma correcta, y aunque la profesora los tenía tachados como unos problemáticos aceptaba que eran los que más destacaban en su clase.

Llegaron a la ante última estación, tomaron las pesas, dos en cada mano, e iniciaron al escuchar el silbato. Para las alumnas que esperaban su turno e incluso las que se encontraban en otras estaciones se deleitaban al ver los músculos Jeongguk.

Lo mejor, para ellas, es que el capitán llevaba una camiseta sin mangas.

Min Yoongi no se quedaba atrás porque aunque no fuera el más popular tenía lo suyo y este fue el momento en el que más de una quedo impresionada con los músculos del pálido. Yoongi feo no era, fea era su actitud pero eso no impedía babear por él un rato.

Ambos soltaron las pesas y comenzaron a trotar las diez vueltas de la ultima estación.

—¿Por qué no te detienes? Solo estorbas el paso —comenta el castaño peinando su cabello hacia atrás.

—¿Por qué hablas? Solo dices estupideces —contraataco Min aumentando un poco la velocidad.

Jeongguk corrió para alcanzarlo.

—Sólo digo lo que es cierto, es algo que no tiene causa. Sabemos que no tienes resistencia, no practicas ningún deporte.

—Lo mismo digo Jeon ¿Por qué vienes al colegio? Sólo calientas el asiento, ahora deja de molestarme —le corta adelantándose nuevamente.

Jeongguk sonríe, y acelera de forma en que logra superar a Min. Yoongi no se queda atrás y lo supera nuevamente.

Unas vueltas antes de terminar, Jeongguk empuja levemente a Yoongi, Yoongi hace lo mismo. Ambos se dan codazos hasta que Jeongguk le coloca el pie para que Min caiga al suelo.

Yoongi se levanta molesto y corre hasta alcanzar a Jeongguk para empujarlo por la espalda. Jeon cae de cara haciendo reír al mayor.

Jeon se pone de pie para empujar a Yoongi y correr nuevamente. Yoongi lo alcanza se coloca enfrente de él.

—¿Cuál es tu puto problema?

—Que te creas mejor que yo, cuando realmente ambos sabemos que no es así.

—¿Ya terminaste de hablar? Imbécil.

—¿A quién le dices imbécil? Inadaptado —Jeon empuja a Yoongi haciendo que retroceda un paso.

Yoongi se acerca nuevamente.

—No me toques —Yoongi empuja a Jeon.

—No te estoy empujando —niega Jeon empujando otra vez a Yoongi esta vez haciendo caer al piso.

Yoongi no lo soporto más y se termina por abalanzar hacia el castaño para golpearle en el rostro. Ambos forcejean con golpes de por medio hasta que dos de sus compañeros los separan.

—Ustedes dos me tiene arta, al final de la clase lo quiero a ambos —ordena la profesora Kang.

[ . . . ]

Al terminar la jornada de clases, y mientras varios chicos se dirigen a sus casas. Jeon y Min caminan hasta el sector del gimnasio en donde su profesora los espera con seis bolsas que contienen pelotas de tenis.

—¿Ven estas pelotas de tenis? —los dos chicos asienten. La profesora Kang abre la bolsa y vacía todo el contenido en el piso —Hagan lo mismo con las otras bolsas.

Los chicos se acercan hasta su profesora, toman las bolsas y arrojan las pelotas fuera.

Kang sonríe satisfecha.

—Cada bolsa contenía sesenta pelotas de tenis, hagan calculen la cantidad. Quiero que levanten cada una de las pelotas.

Ambos suspiran aceptando el castigo y toman las bolsas para guardar las pelotas.

—Así no. Dejaran las bolsas afuera, en las canchas de fútbol y correrán desde aquí hasta halla con cada una de las pelotas. Yo iré a casa pero las cámaras no. Mañana las revisaré y si veo que hicieron trampa haré que lo hagan otra vez.

—Pero profesora son trescientas sesenta pelotas, nos tomara mínimos una hora y debo de repasar las lecciones de hoy.

—Debiste de pensarlo antes de pelear, ahora empiecen.

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