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Luego de dejar a Yoongi en el baño, Jeongguk corre por los desiertos pasillos hasta su salón de clase. Al estar enfrente de la puerta suelta un suspiro, toca unas cuentas veces e ingresa.

—Señor Jeon.

—Lamento la tardanza profesora Lee ¿puedo entrar?

—Tranquilo, acabo de llegar, siéntate por favor.

Jeongguk camina hasta su banco con la vista de sus amigos en él. Jimin con la mirada le pide una explicación a lo que Jeongguk le dice "después" haciendo un pequeño gesto con las manos.

Lee busca su libreta en su portafolio, y en tanto esta distraída, Jeongguk camina hasta el banco de Yoongi.
Busca la libreta roja que le indicó, la toma y en un intento de querer tomar el estuche de lápices la profesora voltea a verlo.

—Señor Jeon ¿Necesita algo?

Jeongguk abre y cierra la boca sin saber exactamente que decir

—Sí, necesito una lapicera negra.

—¿una lapicera negra?

—Sí, una lapicera de tinta negra ¿Alguien podría por favor prestarme una?

—Tengo roja ¿te sirve? —pregunta una de sus compañeras.

—No. Necesito una color negro no puede ser de otro color —explica el castaño con una sonrisa —Pero gracias.

La chica hace un puchero pero aun así se siente afortunada por obtener la atención de Jeon. La profesora Lee busca entre sus cosas y al encontrar una, la saca para mostrársela a Jeongguk.

—Aquí, ten Jeongguk —extiende la pluma hacía el castaño.

—Gracias profesora Lee, usted siempre tan buena y con material completo.

—Oh señor Jeon ¿Esta de buenas hoy?

—Un poco —contesta volviendo a su lugar.

Los amigos de Jeongguk se dan una mirada entre ellos y luego una a Jeongguk que hoy esta más extraño que otros días, mejor dicho, que siempre.

Jimin siente un raro presentimiento cuando ve el asiento vacío en frente suyo. Yoongi no esta en clase.

«Sí, definitivamente algo malo sucedió»

El pelinegro devuelve la mirada hacía Jeongguk. Encuentra al castaño escribiendo, como si su vida dependiera de ello, los temas del próximo examen que escribe la profesora Lee en la pizarra.

Las dudas aumentan al notar que no es el cuaderno de Jeongguk, sino el de Yoongi y lo sabe porque vio como saco dicho cuaderno de la mochila de Min. 

Jimin llama a Jeongguk tirándole un papel en la cabeza.

—¿Te peleaste con Yoongi? —susurra inclinándose un poco hacia el banco de Jeon.

—Eh... no, bueno sí —responde sin quitarle la vista al cuaderno.

—¿Y dónde esta?

—¿Alguien sabe dónde esta Min Yoongi? —pregunta la profesora mirando el banco vacío.

—Esta en la enfermería —responde Jeongguk con la vista en la profesora —Le salió sangre de la nariz durante el recreo y le dolía mucho la cabeza.

—¿Y esta bien? Debería de ir a verlo.

—¡No! Él esta bien, se encuentra bien yo me aseguré de que tomara la medicina y durmiera un rato.

Ahora sí el asunto estaba raro, Jimin busca con la mirada a Seokjin queriendo confirmar que no era el único que nota raro a su amigo. Seokjin niega con la cabeza sin saber que le pasa al castaño.

La profesora asiente dejando su libreta en la mesa.

—Como saben, el lunes tenemos exámene. Los temas que ven en la pizarra son los que tomaré. Si tienen dudas podemos resolverlas hoy, recuerden que la nota que obtengan ira a su boleta de calificaciones.

—Profesora —Jeongguk levanta la mano —Yo tengo algunas dudas ¿Puede ayudarme?

—Wow señor Jeon, el día de hoy vino productivo, quisiera verlo así más seguido. Dígame qué dudas tiene.

La clase de Psicología termina con Jeongguk llenando un total de doce páginas y un poco más de la libreta roja.

—Con todo lo que escribió, estoy segura que obtendra una buena calificación. Siga así señor Jeon —felicita la mayor con una sonrisa —. Fue una muy buena clase, pueden retirarse, recuerden estudiar —Se despide la profesora Lee saliendo del salón de clases.

—¿Se puede saber qué demonios fue eso? —pregunta Jimin acercándose a Jeongguk quién seguía con la vista en la libreta.

—¿Qué de qué? Sólo hago mi tarea.

—Creo que Jimin se refiere a que estas escribiendo en la libre de Yoongi, aparte de que sabes dónde esta ¿Qué paso en el recreo Jeongguk? —pregunta Seokjin con los brazos cruzados.

—Nada chicos, les juro que nada. Voy al baño, busquen un lugar en el comedor, los veo ahí.

Jeongguk sale con la libreta en manos hasta la azotea. Ingresa a la bodega en busca de la bolsa que contiene la ropa de Yoongi, la toma entre manos y corre hasta el baño. Los pasillos están a nada de vaciarse y no es de extrañar es hora del comedor.

Jeongguk entra y espera a que un chico salga del baño. Golpea el cubículo en donde se encuentra Yoongi.

—Yoongi, soy Jeongguk —solo eso basto para que Yoongi abriera la puerta.

Yoongi se siente aliviado de ver a Jeongguk frente a él con la bolsa de ropa. Agarra la bolsa y cierra nuevamente la puerta.

Jeongguk abre la libreta haciendo que cinco entradas caigan al piso. Son entradas al parque de diversiones de Lotte World, el que queda en Songpa-Gu. No son entradas comunes, son de cumpleaños.

Yoongi esta por salir del baño por lo que Jeongguk toma las entradas y las guarda en la libreta. Yoongi le mira a los ojos.

—Ten, anote todo espero que te sirva, di mi mayor esfuerzo en hacerlo —extiende la libreta con una sonrisa de confianza en el rostro.

—Seguro están bien —Yoongi toma la libreta —Pero yo lo hubiera hecho mejor.

—¿Siempre eres tan desagradecido?

—Sólo con los malditos como tu.

Yoongi sale del baño no sin antes arrojarle la bolsa que contiene la falda y la chaqueta del castaño a la cabeza.

[ . . . ]

Yoongi camina por el gran parque de diversiones observando los juegos mecánicos, la multitud de gente haciendo grandes filas para subir a algún juego, los miles de niños corriendo de un lado a otro con sus madres o padres detrás de ellos.

Debe de estar feliz, después de todo es su cumpleaños pero de feliz no tiene nada.

Hace ya dos semanas su madre le consiguió cinco entradas VIP para que pudiera ir con sus amigos, o mejor dicho con los amigos que Yoongi se invento para no quedar como un perdedor con su familia.

Él era la clase de persona que aunque estuviera muriendo de sed en el desierto no diría nada y se aguantaría sin decir palabra. Esto era igual pero no tan drástico. No quería aceptar que su actitud orgullosa y competitiva repelia a las personas.

Ellos eran lo que estaban mal, no Yoongi.

Recuerda como le mintió a sus padres con tener amigos, recuerda también los nombres que les coloco: Kim Seokjin, Jung Hoseok, Park Jimin y Jeon Jeongguk, los cinco eran tan buenos amigos que eran inseparables.
Que grandes mentiras dijo, y ahora su madre creía que estaba en una salida con ellos cuando realmente estaba solo y aburrido.

Pero no iba a quejarse, se aguantaría en el parque hasta las ocho de la noche que para eso faltaban nueve horas.

Yoongi suelta un suspiro, hoy sería un largo día.

Camina hasta el sector de comida rápida, pidiendo ensalada cesar con pollo asado. Se sienta en una de las mesas, no sin antes limpiar la superficie de la silla y la mesa con un desinfectante que lleva en la mochila. Toma algunas fotografías y se las envía a su madre haciendo que la mujer le responda en mensaje un:

"Diviertete mucho cariño, te amamos"

Yoongi al terminar de comer arroja los residuos para a continuación buscar un lugar tranquilo junto a una fuente y poder pasar las ocho horas restantes en aquel parque adelantando ejercicios de algunas materias.

Media hora más tarde siente como alguien se para a lado de la banca en la que esta, y segundos después un tumulto de niños se forman para conseguir globos de helio del hombre disfrazado de oso.

—Disculpa ¿Podrías ir a otro lado? Estoy leyendo aquí.

—Hola amiguito ¿quisieras mostrarme tu entrada?

Yoongi arquea una ceja pero deja el libro a un lado para sacar el boleto de su billetera y entregárselo al oso.

—¡Como lo sospechaba! Tenemos a un jovencito cumpleañero en este lugar. Déjame ser tu guía para un magnífico  día de cumpleaños.

—No, gracias. Estoy bien, puedes seguir con tus cosas, estoy bien, en serio —dice Yoongi arrebatando el boleto de las manos del oso.

—¿Escucharon eso niños? El niño aquí esta de cumpleaños ¡Cantemos el feliz cumpleaños para... ¿Cuál es tu nombre jovencito?

—¡Métete en tus putos asuntos oso metiche!

—Creo que tenemos a un niño amargado aquí ¿Qué creen que deberíamos hacer?

—¡Darle un abrazo de oso! —corean los niños haciendo que el oso abrace a Yoongi.

—Escúchame bien, idiota, coopera sólo quiero que tengas un buen día —advierte el oso cerca de la oreja de Yoongi.

—¿Acabas de llamarme idiota? ¡Haré que te echen! —amenaza Yoongi tratando de librarse del oso.

—Según vemos en su cuaderno de clases se llama ¡Min Yoongi! Cantemos el feliz cumpleaños a Min Yoongi.

Los niños comienzan a cantar junto a las personas que paseaban al rededor. Hace unos minutos Yoongi estaba solo y ahora veinticinco extraños cantan el feliz cumpleaños para él.

Luego del canto los niños se dispersan. Yoongi trata de irse pero el oso toma de su hombro para llamar su atención.

—Esto no termina aquí, Min Yoongi. Aún hay mucho que hacer ¡Vamos a divertirnos!

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