11 | 열 하나

Yoongi fija su vista en Jeongguk sin dar crédito a lo que escuchaba. Sin decir palabra baja del auto comenzando a caminar en dirección contraria. El único objetivo que tiene en mente es estar lo más alejado posible del castaño, y si eso significaba abandonar su auto en medio de una calle desolada, lo haría.

Jeongguk reacciona segundos después, cierra los ojos y golpea reiteradas veces el salpicado al darse cuenta de lo que ha (en cierta forma) confirmado.

«¿Qué mierda acabo de decir?»

Piensa, saliendo del auto para perseguir a Yoongi. Al tenerlo cerca extiende la mano hacía su hombro para detenerlo, Yoongi gira pero aparta su mano bruscamente para seguir caminando

—¡¿No vas a decir nada?! — grita. El pelinegro no se detiene, Jeon vuelve a tomarlo del hombro.

—¡¿Qué quieres que te diga?! —le contesta exasperado, sin pensar.

Segundos son los que transcurren en los que ven sumergidos en un sepulcral silencio. Jeongguk es el primero en romperlo con pequeñas risas que poco a poco se van incrementando. Yoongi se queda perplejo e intenta poder comprender la situación.

—Hubieras visto tu cara —habla el castaño por primera vez intento acallar su risa —Yoongi estas un poco sensible a las bromas, eh.

—¿Qué?

—¿En serio crees que puedo a sentir algo por ti? —cuestiona con la vista fija en Yoongi —Creo que si fuera gay, no me fijaría en alguien como tu, no eres mi tipo.

En menos de un segundo la confusión de Yoongi se transforma en enojo, irá y ganas de golpear a Jeon. Empuja al castaño haciéndolo caer al piso, se apresura para llegar a su auto y marcharse de una vez por todas.

Jeongguk corre detrás de él, cuando ve las intenciones del pelinegro, abre la puerta del copiloto.

—Cierra la puerta —ordena sin apartar la vista del frente.

—Llévame a casa.

—No quiero, cierra la puerta y ¡déjame en paz! —termina gritando con desespero.

Jeongguk se queda mirando por unos minutos a Yoongi, pasa su lengua por su mejilla interna y decide subir al auto.

—Quiero que me lleves a casa, Yoongi —exige en tono neutro sin verle a la cara.

Yoongi no puede creer lo que esta sucediendo, y por más que busque en sus recuerdos, tampoco puede identificar cuándo su relación con Jeongguk se volvió tan confusa. Jeongguk no se mueve, esta complemente quieto y con la vista perdida. Al pelinegro le inquieta la actitud del castaño pero no dice nada.

La "confesión" del castaño le había tomado por sorpresa haciendo que su cuerpo se paralizara, que en su pecho sintiera pequeñas punzadas que no parecían cesar y ni hablar de su respiración irregular. Decidió huir, decidió alejarse porque tenía miedo de que el castaño descubriera lo que le causaban sus palabras.

Esas sensaciones extrañas se evaporaron dando lugar a la ira y el enojo cuando admitió que todo era una broma. Una jodida broma, y es que Yoongi se sintió tan imbécil por comerse la cabeza pensando en qué debía de hacer con los sentimientos de Jeongguk.

Le desagrado la idea de que con esa simple bromita, Jeongguk causara estragos en su interior. Lo peor de todo es que Yoongi se lo permitía, ¿quién le manda a llevarse a Jeongguk de su propia fiesta? ¡Exacto! Nadie.

¡Era tan estúpido!

A Yoongi no le gustaban muchas cosas pero en definitiva perder el control, era por sobre todo, lo peor que le podría pasar y el problema con Jeongguk comenzaba a irritarle por el mismo motivo, se le estaba yendo de las manos. El control y el orden son fundamentales para su vida, así que retomar el control y reconstruir los límites sería lo más factible.

Pero por más regañina que se diera, y se autoconvenciera de que Jeongguk no significaba nada, otra parte de él, estaba al tanto de que el castaño comenzaba a dejar huellas en su vida.

Se ajusta el cinturón de seguridad, gira las llaves, presiona el embrague, coloca primera y comienza a acelerar lentamente mientras suelta de a poco el embrague. Yoongi ve de reojo a Jeongguk, quien teclea algo en su celular pero no sabe de que se trata hasta que ve el GPS en el salpicadero.

Fueron diez minutos o menos para llegar al edificio del castaño. Jeon toma nuevamente su celular con el fin de llamar a su tía. Dejo su mochila en casa de Jimin, y con ello sus llaves. El plan inicial era que al terminar la fiesta, irían a casa de Park para descansar todo el domingo.

Jeongguk baja del auto cuando ve a su tía parada en la entrada de su edificio. Ella le abraza al llegar, y le toma para las mejillas.

—¿Sucedió algo? ¿Qué paso con los chicos? ¿Pelearon? Si querías venir antes, debiste de llamar para que vaya a buscarte, a estas horas es muy peligroso —la mujer paro con su interrogación al ver el auto azul que seguía aparcado enfrente —¿Quién te trajo?

Jeongguk no necesitaba girar a ver para saber que se trataba de él.

—No es nadie, entremos por favor, quiero dormir —le pide jalando de la manga del pijama de la mayor.

—Jeongguk estoy más que segura de que te eh educado lo suficientemente bien para que seas agradecido —regaña Hyun Bin —ahora vuelvo.

Yoongi se encontraba revisando las llamadas perdidas de su madre, y los mensajes de agradecimiento de Eun Ji. Lo principal era llamar a su madre, había salido en medio de la noche sin decir nada ¿Qué se hacía en esos casos? Era su primera vez en tal situación.

No se da cuenta de la presencia de Hyun Bin hasta que ella le toca el vidrio. Baja el vidrio encontrándose con la mayor.

—Te quería agradecer por traer a casa a mi sobrino —se detiene al reconocerlo — ¿Yoongi? ¿También fuiste a la fiesta? Oh, bueno supongo que sí...

—Buenas noches señora Jeon, lamento las molestias que le estoy causando.

—Nada de eso, Yoongi. Yo debería de pedirte disculpas por la molestia que seguro fue traer a mí Jeonggukie.

«Si supiera...»

—No se preocupe, esta bien.

—Igualmente gracias —Hyun Bin le sonríe gratamente —Ya casi son las tres de la mañana ¿Esta bien que conduzcas tan tarde? Si quieres puedes quedarte en casa a dormir.

—Le agradezco mucho la invitación pero lo mejor sería que me retire y vuelva a casa —explica sonando de lo más amable.

Hyun Bin esta apunto de insistir otra vez para que se quede pero es cortada por el tono de llamado del pelinegro. Se puede leer claramente "Mamá" en la pantalla. Hyun Bin no espera y aprovecha la situación.

—¿Puedo hablar con ella? —Yoongi duda pero finalmente le entrega el celular

¿Yoongi-Ah? ¿Por qué no me dijiste que salías? ¿A qué hora llegas? ¿Estas bien?

—Hola, señor ¿Cómo esta?

¿Oh? ¿Quién habla?

—Me presento, soy Jeon Hyun Bien, tía de Jeon Jeongguk. Mi sobrino y su hijo son compañeros de clase.

Oh.. ¿Sucedió algo malo con mí Yoongi?

—Al contrario, acaba de traer a mi sobrino a casa. Vera, madre de Yoongi yo quería pedirle a su hijo que se quedara en casa ya que es un poco tarde y seguro esta cansado...

Hyun Bin se fue alejando poco a poco del auto, quedando a una distancia considerable. Yoongi siente la mirada del pelinegro sobre él, gira a verlo y esta en lo correcto. Minutos son en los que ambos se dedican miradas fugaces, ávidas; miradas que mantenían una conversación sin ser verbal y de las cuales ninguno estaba consciente.

Hyun Bin habla un poco más con la madre del pelinegro antes de entregarle el celular interrumpiendo el contacto visual de ambos.

—Hable con tu madre, me ha dicho que puedes quedarte y ya mañana puedes regresar a casa —le comunica, Yoongi quiere objetar pero la mayor se le adelanta —Y que no te podías negar. Así que vamos, tenemos que descansar.

Yoongi se gira para ver nuevamente a Jeongguk pero él parece tener un repentino interés en sus manos. Finalmente sale del auto, le coloca el seguro y camina junto a Hyun Bin hasta el edificio.

Los tres ingresan al edificio, Hyun Bin estando al frente para guiar a Yoongi, y al final el castaño. No dicen nada, a excepción de la mayor que con emoción les cuenta sus vivencias de adolescente sacando una que otra risa en los chicos.

—Puedes dormir con Jeongguk, tiene un saco de dormir en su habitación —le sugiere cerrando la puerta detrás de si.

—Puedo dormir en el sofá, no tengo problema en hacerlo —se apresura decir.

—Tía, si Yoongi quiere dormir en el sofá esta bien, que lo haga —le secunda.

—¿Jeongguk no quieres compartir tus cosas? —indaga con los brazos en su cintura.

—No, no, no es eso...

—Entonces va a dormir contigo. Yoongi es nuestro invitado, no le vamos a hacer dormir en el sofá.

—Por mí esta bien, solo serán por unas cuantas horas.

—Bueno, entonces duerme en mi habitación, yo dormiré aquí —habla sentándose en el sofá —Jeongguk tráeme las frazadas que están en mi armario.

—No, no, por favor. Esta bien, dormiré con Jeongguk.

—Esta bien —acepta de forma serena viendo como los chicos se retiran para la habitación de su sobrino —Tengan Buenas noches.

Los chicos asienten antes de cerrar la puerta. La mayor sonríe satisfecha, y es que ella no pensaba dormir en el sofá, agradecía que Yoongi fuera tan empático.

Dentro de la habitación, Jeongguk levanta su ropa tirada para dejarla en el cesto de ropa sucia, saca los vasos y platos sucios a la cocina, y guarda la ropa limpia que tenía en una silla. Se siente más que avergonzado, es la primera vez que Yoongi esta en su habitación y esta se encontraba toda desordenada. Mentalmente se hizo un post-it

«Limpiar más seguido...»

Yoongi se mantiene analizando el lugar. Dejando de lado que faltaba un poco de limpieza, el castaño tiene varios, por no decir demasiados, trofeos en un estante y otros colgados en la pared. La habitación de Jeongguk no es tan grande como la suya, pero es bastante espaciosa.

Tiene pósters de béisbol colgados en las paredes, algunas fotografías de su equipo y de su familia. También algunas de él cuando era niño, instintivamente sonríe al ver que no había cambiado mucho, sigue manteniendo esa sonrisita cuando arruga la nariz.

—Puedes dormir en mi cama, me gusta dormir en el piso —miente Jeongguk sin darle mucha importancia al asunto cuando por dentro estaba que los nervios le comían vivo.

Yoongi deja de observar la fotografía, y sin decir palabra se acerca hasta la cama del castaño. Se sienta para quitarse la cazadora, y dejar su móvil en la mesita de luz. Se acuesta con la vista fija en el techo.

Luego de hacer una cama improvisada en el piso, se acuesta. El alcohol parece haberse evaporado por completo y los sentimientos están aún más intensos que antes. Su corazón parece querer salirse de su pecho, intenta ignorarlo pero siente que es el único sonido en medio de todo ese silencio.

Yoongi se encuentra de igual forma. Si antes estaba confundido ahora lo estaba el doble, inquieto y en la cama de ¡Jeon Jungkook!

Cierra los ojos intentando apaciguar el conflicto interno que volvía a surgir. Siente como alguien se acerca hasta él, abre los ojos encontrándose con el castaño. Quiere preguntar el por qué de su acción pero Jeongguk se adelanto.

—¿Podemos fingir que hoy es jueves?

Yoongi se mantiene alerta luego de escuchar la petición. Nuevas preguntas surgen en su interior ¿Y si esta jugando otra vez? ¿Me dirá que es una broma? ¿Quieres caer como estúpido nuevamente? ¿Eres imbé-

—Podemos fingir que hoy es jueves —confirma arriesgándose a lo que podría llegar a suceder.

Sin esperar, Jeongguk se agacha hasta quedar a centímetros de su rostro, apoya sus manos en la almohada para mantener el equilibrio. Sus miradas se encuentran, Jeongguk es el primero en apartarla para concentrarse en sus labios.

Yoongi cierra los ojos al sentir los labios del castaño rozar los suyos, es apenas una caricia pero siente como su cuerpo comienza a reaccionar ante tal acción. Los labios de Jeongguk vuelven a acariciar los suyos pero esta vez se nota ansioso, con ganas de más y Yoongi no es indiferente a ese sentimiento.

Siente un cosquilleo placentero recorrer su cuerpo, su corazón se acelera y siente un calor inundar su rostro y orejas. No sabe cómo pero Jeongguk se encuentra a lado suyo, acomodándose para no caer al suelo.

Coloca sus manos en la cintura del pelinegro mientras enreda sus piernas con las de él. Se aleja brevemente para retomar el aire que no sabía que le faltaba.

Ambos anhelaban besar al otro. No se quieren detener a pensar el porqué pero puede que ya tengan la respuesta, y la misma no puede decirse en voz alta aún.

Siguen con el beso unos cuantos minutos más hasta que el cansancio logra consumirlos por completo. Al rededor de las cuatro de la mañana del domingo, logran dormir.

Jeongguk duerme sobre el pecho de Yoongi, mientras que él deja caer su cabeza sobre la del castaño.

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Maratón (2/?)

GLOSS

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