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— Será mejor que nos apuremos a visitar a Henry Weber, debe muchas explicaciones a la policía — dijo Grace.
Mike se encaminó junto a ella y habló: — ¿Por que nuestra víctima no aparecerá en el sistema?
— No lo sé, eso complica más el caso, quizás difundirla en las noticias sea lo mejor, así si alguien la reconoce podrá darnos más información acerca de la mujer — respondió Grace.
A unas cuantas horas de la casa de Henry Weber. Los detectives decidieron detenerse a pegar unos cuantos carteles con la imagen de la víctima.
— Mujer blanca de algunos treinta y cinco años. Espero que alguien pronto llame para dar información. Aunque a juzgar por los sucesos que vivimos a diario, podrá ser información falsa y solo harían que las personas entren en pánico — recalcó Mike.
— Me encanta tu positivismo — graznó Grace. — Espero que algo bueno resulte de la visita a Henry Weber.
━━━━━━✧Residencia ✧━━━━━━
En una casa pequeña, se encontraba jugando en el jardín una pequeña niña de cabellos rubios. Mientras tanto su hermano mayor la observaba sin emanar ni una sola palabra. Permanecía quieto entre las sombras. No se atrevía ni siquiera a mirar a su alrededor. Pronto llamaron a la cerca.
— Henry Weber— habló Mike mostrando su placa de policía — Necesitamos hablar y si cooperas será mucho más fácil.
Henry Weber se sobresaltó e intentó darse la vuelta para adentrarse a su hogar. Buscó alguna puerta para escapar, si aquello fuese necesario.
— ¡Espere! — gritó Grace — necesitamos hablar.
— Yo no hice nada, lo juro — exclamó Henry.
— Nadie te está acusando de nada, pero dime, ¿por qué abandonaste tu cámara cerca de una escena del crimen?
Henry tragó saliva y respondió con franqueza — Sabía que me culparían, después de todo yo no tenía que estar ahí. Y sin embargo entre junto con Dick. Pero nosotros nos hicimos nada.
— En eso tienes razón. Irrumpiste en una propiedad privada — dijo con una sonrisa cínica Mike. — ¿Sabias que es delito?
— Todos lo hacen — respondió Henry.
— Así que si todos se tiran por un barranco, tú lo harás también — respondió con sarcasmo Mike.
— ¡Déjenme tranquilo! — manifestó Henry y lanzó una mirada fría hacia Mike.
La niña se incorporó del suelo y se marchó a la casa, incluso dejó sus muñecas botadas. Iba tan rápido como una ambulancia, que ni siquiera se atrevió a preguntarle de que se trataba aquello a su hermano.
— Asustaron a Amanda — bramó Henry.
— No fue nuestra intención. Solo queremos información que tú nos puedes dar Henry — se acercó sigilosamente la detective Rollins.
— De acuerdo les diré todo lo que se. Ayer unos amigos y yo entramos a la mansión Brooks para hacer una exploración urbana. Varios chicos de la preparatoria ya lo habían hecho y nosotros queríamos intentarlo y filmar algo. Pensamos que si obteníamos algún suceso interesante podíamos volvemos populares.
— Recuerdas los nombres de quienes han visitado antes la mansión Brooks — La detective esperaba escuchar un dato relevante.
— Casi todo el vecindario, algunos entran para pasar un buen rato sin que nadie pueda molestarlos, es muy común, pero jamás pensé que alguien asesinaría a una persona y la enterraría en la mansión — dijo con la voz trémula.
— Se trata de una mujer blanca. Alguna vez la viste por aquí cerca —. Mike mostró una fotografía al joven sin obtener una respuesta certera.
— Henry, hace tres semanas viste a alguien cerca de la mansión, no lo sé cualquier cosa que recuerdes nos ayudaría mucho — . Grace cerraba fuerte el puño de su mano, no tener ninguna sola pista la frustraba.
Henry pensó por un instante y luego habló de inmediato: — No recuerdo si fue hace tres semanas, pero andaba paseando en bicicleta cuando escuche un ladrido de un perro, era muy agudo y no dejaba de ladrar. Parecía provenir de la mansión, porque me acerqué a la cerca y pude escucharlo mejor.
— ¿Estás seguro? — preguntó Mike.
— Si, incluso Dick me acompañó. Él puede verificar lo que estoy diciendo, pensamos que se trataba de un perro chihuahua, esos animales tiene un molesto ladrido — respondió con certeza el joven.
Mike observó a Grace y el celular de la mujer sonó — Es Benson, parece que nos tiene algo.
— Henry gracias por tu ayuda y trata de no meterte en problemas — dijo Mike mientras colocaba su mano en su hombro.
El joven asintió y se marchó a su casa.
━━━━━━✧Departamento✧━━━━━━
En el departamento de policía. Clark Benson esperaba a los dos detectives con un gesto funesto. Aunque había encontrado una pista tal vez no sería de mucha ayuda, y sin conocer la identidad de la joven el trabajo era más tedioso.
— ¿Qué nos tienes? — preguntó Mike.
— Revise todo el perímetro del sótano y encontré las huellas recientes de un perro y un hombre. Otras más que son las de los dos jóvenes que se encontraron en la escena del crimen — comentó.
— ¿Las huellas de un perro?— preguntó Mike.
— Si y debe ser un perro pequeño, debido al tamaño de sus huellas— respondió Benson.
— El perro que nos comentó Henry, debe tratarse del mismo. — Grace observó a su compañero.
Los minutos pasaron y les parecieron eternos. Los detectives estaban sentados frente a su escritorio y con un semblante molesto.
— No tenemos ninguna pista, solo un perro — comentó furiosa Grace.
— Podríamos buscar los perros del vecindario e ir contra un chihuahueño— dijo Mike.
— Yo estaré al pendiente de cualquier otra pista — comentó Clark — Por ahora investiguemos lo que tenemos.
Grace tomó su saco y se marchó en compañía de su compañero, al vecindario cercano a la mansión Brooks.
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Allá donde el silencio abunda. Un hombre de cabellos oscuros y tez pálida, prevalecía sentado junto a su escritorio, leía un montón de cartas que había recibido y las dobló de golpe. Peinó sus cabellos hacia atrás y comenzó a dar vueltas por toda la habitación. Tiró el periódico y dejándose llevar por sus pies salió de la habitación y después de su casa para dar una vuelta por el vecindario.
Henry Weber pasó cerca del hombre y se detuvo: — ¿Como ha estado señor Irons?
— ¡¿Quieres dejarme en paz niño tonto?! —. Su mirada fue fría.
— De acuerdo, no volveré hablarle. Solo quería asegurarme de que este día si estuviera de buen humor — comentó riendo.
Irons le lanzó una mirada fría y se marchó hacia la tienda más cercana para adquirir unos cigarrillos.
— ¡Huhg! — exclamaron tras el hombre, quien puso un gesto de odio en su rostro, tras escuchar aquel llamado familiar.
— ¿Quieres dejarme en paz? — . Salió sin si quiera voltear.
— Espera Huhg, sigues molesto por lo que sucedió — mostró una sonrisa agradable el hombre castaño.
— Por supuesto que no, pero me gustaría que dejarás de acosarme Tyler — comentó y se marchó sin decir ni una sola palabra más.
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