Capítulo 4

Una vez que ambos amigos llegaron a la enfermería con el cuerpo del menor aun inconsciente, al momento de entrar gritaron fuertemente llamando a la enfermera, la cual rápidamente acudió al llamado de los dos alumnos y de forma horrorizada mira el cuerpo del menor, el cual estaba totalmente pálido mientras gemía suavemente de dolor.

- Déjenlo en una cama, iré por unas pociones básicas – dice de forma rápida y preocupada para ir a un armario lleno de diferentes pociones.

Ambos amigos decididos, caminaron rápidamente por la enfermería llegando a la cama más alejada de la entrada, esa es la misma cama que había usado Severus durante todo el tiempo que habían estado en la escuela, por lo que sabían que su amigo merecía estar en ese espacio, el más tranquilo de ese lugar.

Lucius acostó a Severus con mucho cuidado, tal como si fuera un valioso tesoro, lo que en realidad era para ese par de amigos los cuales no podían comprender como alguien tan delicado como su querido amigo podía sufrir tanto y aun así sonreír en algunos momentos.

Pasados unos minutos regreso la enfermera y lentamente comenzó a retirar la túnica de Regulus y luego la ropa del cuerpo del menor mirándole completamente. Estaba escaneando el cuerpo, aplicando ungüentos en las heridas abiertas y otra en algunas cicatrices, con la esperanza de que cicatrizaran, aunque tanto los amigos como la enfermera sabían que varias cicatrices quedarían ahí, marcando el cuerpo del menor para siempre.

- Las heridas visibles ya están sanadas... - habla de forma seria mirando atentamente al menor – Aún está demasiado delgado, necesita aumentar unos kilos – mirando a los amigos los cuales solo se miraron suspirando levemente.

- Hemos intentado que coma. – comienza a explicar Lucius – Ha sido complejo, pero lo estamos logrando, además le damos unas pociones nutritivas para ayudarle.

- Eso es bueno pero intente forzarle un poco más, y una variedad de frutas y verduras. Les daré una lista de comida, deben entregarla a los elfos domésticos, ellos se encargaran de que Severus lo reciba – explicó con calma.

- Está bien, por favor, necesita ayudar a nuestro amigo – dice angustiado Regulus.

La enfermera al verlos sonría feliz. Realmente estaba feliz de ver como Severus, a pesar de ser una persona solitaria, tenía dos amigos los cuales estaba con él en todo momento, no solo en las buenos sino en las malas.

En ese momento mira una vez más el cuerpo frente a ella y lanza un hechizo de diagnóstico. Mirando con calma todas las lesiones internas y el verdadero daño interno del menor queda sorprendida, pues tenía unas fisuras en los huesos, el bajo peso, el cual ya era evidente, y junto con ello algo que realmente la dejo sorprendida.

Una vez más comenzó a darle unas pociones a Severus para sus huesos, además, una vez que todos los ungüentos ya fueron absorbidos por la piel del menor, le colocó un pijama de seda negro y le cubrió con una manta. Acariciando el cabello del menor mira a ambos amigos de forma seria.

- ¿Severus tiene pareja? – pregunta la enfermera de forma seria y directa.

- ¿Pareja? – dice Lucius, el cual mira a Regulus el cual niega – No, no tiene pareja.

- Pues debe tener pareja, o al menos debió haber tenido relaciones sexuales hace un tiempo – explica con calma.

- No, claro que no. – dice Regulus serio – No conoce a nadie aparte de nosotros.

- Pues es extraño, los hechizos indican que debió tener relaciones sexuales – les mira.

- Pero, en el caso que llego a tener, ¿por qué es importante? – pregunta con poca paciencia Lucius.

- Porque Severus Snape tiene 7 semanas de embarazo – explica sin filtro mirando a los amigos.

- ¿Em... embarazo? – dice Regulus algo pálido, pues jamás espero ver a su amigo en ese estado.

- Así es, esta embarazado...

En ese momento ambos amigos se miraron entre sí y luego a su mejor amigo, el cual estaba descansando, y en ese instante ambos sonríen, mirándolo e ignorando levemente a la enfermera para tomarle cada uno la mano de Severus y le acarean la mejilla y el cabello.

- Nosotros lo ayudaremos, ¿no Regulus? – dice Lucius de forma decidida.

- Así es Lucius, nosotros cuidaremos a Severus y al bebé – contesta Regulus con cariño en su voz.

- En ese caso, que ambos le ayuden. Les daré una lista de pociones que debe tomar, junto a una lista de comidas, la cual le entregaran a los elfos domésticos. Está demasiado delgado para cargar un bebé, ¿entendido? – les mira seriamente.

- Si, nos encargaremos nosotros – le sonríe Lucius.

- Perfecto, ya podrán darle la noticia a su amigo, y luego que él le diga al padre de bebé – termina de explicar para alejarse.

En ese momento y antes de irse definitivamente, la enfermera una vez más ve a ese par de amigos y sonríe. Realmente estaba convencida que Severus al lado de ese par serian una gran familia, sabiendo claramente que ellos cuidaran al bebé a capa y espada...

De esa forma y tranquila la enfermera dejo a los tres amigos y siguió atendiendo a otros alumnos que fueron llegando, sabiendo que ese par se encargarían de todo.

Así pasaron unas pocas horas, en donde tanto Lucius como Regulus estaban hablando de diversos temas intentando calmarse, pero siempre al lado de su amigo que seguía descansando cual ángel.

- ¿Cómo le diremos? – se pregunta Regulus con calma.

- No lo sé, pero debe saber. Tiene derecho, es su hijo – contesta con calma.

- Lo sé, y se lo diremos con calma

- ¿Qué me dirán? – escucha una suave voz la cual sabían claramente cual era.

- Severus... - susurra Lucius.

- No, soy Dumbledore. – contesta serio – Claro que soy yo, Severus, rubio idiota. – riendo bajo y les sonríe – Ahora, ¿me dieran que ocurre?

Ambos amigos en ese momento se quedan mirando entre si y suspiran levemente. Saben que no pueden ocultar la verdad, pues Severus sabía que tenían un secreto, así que Regulus tomando fuertemente la mano de su amigo le mira serio.

- Severus, ¿no te gustaría decirnos algo?

- ¿Ah? ¿Qué cosa? – les mira con duda.

- Como que has estado con alguien – afirma Lucius de forma seria, pero a la vez preocupada.

Al escucharlos, Severus solamente baja la mirada y comienzo a soltar unas leves lagrimas para ver a sus amigos y asiente levemente.

- Fue cuando salí con Lucius, desperté en un lugar y estaba solo... solo sentía el semen en mi entrada y el dolor. No sé nada de quien era – susurra algo angustiado.

En ese momento ambos amigos lo abrazan fuertemente, transmitiéndole toda la fuerza que necesitaba el menor para soportar ese momento y lo que estaban por decirle.

- Severus... sobre eso – comienza Regulus – ha ocurrido algo.

- ¿De verdad? ¿Qué cosa? – pregunta angustiado Severus.

- Yo... - mira a Lucius – No puedo, dísela tú Lucius – exige Regulus.

- Está bien. – suspirando levemente y toma a Severus para que ve lea a los ojos y le acaricia la mejilla – Severus, sobre ese encuentro... necesito decirte algo que cambiara tu vida desde ahora – intenta explicar con calma.

- ¡Ya dime! – exige ya desesperado.

- Bien... Severus, estas embarazado de 7 semanas – dice bajo.

Severus, solamente se separa de sus amigos, en sus ojos se podían ver como comenzaban a entristecerse y comenzaron a caer lágrimas, a lo que Regulus y Lucius se asustaron pensando que Severus estaba mal. Jamás esperaron ver a su amigo con una leve sonrisa mirándolos y les toma la mano a ambos.

- ¿Es verdad? – le mira a los ojos – Lucius dime que es verdad.

- Lo es Severus, la enfermera al revisarte ha visto tu embarazo

- Es... es hermoso – susurra.

- ¿Qué? – pregunta Regulus.

- Al fin tendré una familia... tendré a alguien a quien llamar familia. Al fin tendré a alguien a quien amar y que me ame. – acaricia su vientre levemente – Al fin podre tener la familia que tanto he deseado – mira a ambos amigos.

Ambos amigos solamente sonríen al verlo y lo abrazan fuertemente. Le toman la mano en señal de apoyo ante la decisión tomada por el menor, realmente jamás lo dejarían solo en todo este proceso.

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