Capítulo 2
Severus, se quedó mirando su cuerpo un poco más, intentando comprobar lo que sus ojos le mostraban y no quería creer, no quería caer en esa cruel realidad de haber tenido sexo, y no solo eso, si no su primera vez con otro chico.
De esa forma, con molestias y dolor, no solo en su cuerpo, sino que igual en su corazón, comenzó a arreglarse y así volver a su casa, en donde estaba claro que su padre le esperaría con el castigo listo por lo ocurrido.
Una vez terminado, se miró con su ropa puesta y lentamente comenzó a caminar a la salida, por los muy vagos recuerdos, podía ver al hombre, más alto que el, pagando el cuarto, así que al menos de ello no debía preocuparse.
Lentamente, sin esfuerzo y queriendo atrasar lo más posible el castigo, comenzó a caminar muy lentamente a su casa, realmente no quería encontrarse con su padre ese día y para aumentarle a las molestias, la luz del sol le estaba causando molestias en los ojos y dolores de cabeza.
Lamentablemente, no logro atrasar lo inevitable y luego de casi dos horas caminando, llego a su casa, y casi intentando atrasar aún más, si era posible la llegada, camino hasta la puerta, en donde antes de que su mano la tocara, esta fue abierta por su padre, el cual solamente le estaba mirando de una forma muy seria y molesta.
Sin decir una sola palabra, le tomo del brazo, a lo que Severus, aun algo inestable por todo, solo se dejó hacer, hasta que sintió como era arrojado al suelo.
- ¿Dónde estabas maldito?- grito el hombre frente a él.
- Eso no importa – dice Severus de manera seria.
- Claro que me importas – le toma del mentón para verle a los ojos.
Severus, en ese momento, miro a los ojos a su padre, intentando no demostrar el miedo que sentía en ese instante, mientras su padre, dejo de verle a los ojos para ver el cuerpo de su hijo.
Severus miraba cada movimiento, intentando analizar sus pensamientos, y realmente se asustó al sentir que su padre le movía el rostro dejando expuesto el cuello, dejando que el hombre lograra ver perfectamente lo que había en el... marcas y mordidas.
- Así que has salido una puta como tu madre – dice con una sonrisa – jamás pensé que mi hijo sería una puta cualquiera – arrojando a Severus al sueño una vez más.
- ¡No lo soy!, ¡Y mi mama tampoco lo era! – grita molesto – mamá era la mejor persona que existía – dice desesperado.
- ¿lo era? – le mira con una sonrisa burlona – tu madre era una cualquiera, se acostaba con cualquiera que mirara, realmente una bruja, pues les hechizaba para follar – se acerca al menor lentamente - ¿Por qué crees que la mate? – le sonríe.
- Porque eres un desgraciado – dice mirándole serio y sin miedo a lo que solo siente un golpe en su estómago, el cual le quito el aire que tenía.
- ¡La encontré en la cama con otro! – dice de forma defensiva – aún recuerdo como gemía la perra, aún recuerdo cuando la follaba, realmente deliciosa – dice vulgarmente mientras sonreía.
- Ella jamás haría eso – dice Severus bajo recuperándose del dolor – ella era buena – termina de decir de forma más segura.
- ¿buena? – se acerca a una vez más a Severus – ¿alguien bueno dejaría que golpeara a su hijo? ¿alguien buena se dejaría golpear y violar? No Severus... ella no era buena, si lo fuera, jamás habría permitido que te hiciera esto – le mira y de la nada le da un fuerte golpe en el rostro y otro más en el estómago dejando a Severus en el sueño y a Tobías sobre el – no Severus... ella me dejaba hacer lo que quisiera contigo y jamás hizo nada... era mala... muy mala – dice de forma dulce.
En ese momento Severus se queda en silencio, sintiendo como su padre lentamente le acariciaba la mejilla, sintiendo los dedos del asesino de su madre tocándole, se sentía asqueado y molesto, no le gustaba como él hablaba de su madre.
- ¿quieres saber un secreto? – mira a su hijo – tú has matado a tu madre Severus, si no fuera por ti, por tu nacimiento, por tu asquerosa magia, ella estaría acá, viva – dice mordazmente – toda la culpa es tuya y solo tuya.
- Mi...mía... - susurra para sí mismo mientras miraba a la nada.
- Así es Severus, es tu culpa... eres un fenómeno, un desperdicio de vida, solo mereces lo peor – le acaricia el cabello con cuidado – nadie te quiere y nadie puede llegar a quererte, no eres nada, mereces la muerte, pero como eres mi hijo no te la daré Severus – le sonríe – así veras que yo soy realmente bueno – le mira y se para lentamente, a lo que Severus, por el dolor se su cuerpo igual lo hizo.
Tobías, sin decir ni decir nada y en un rápido movimiento, tomo la mano de su hijo y lo lleva por las escaleras, con calma y entrando a un cuarto el cual Severus reconoció rápidamente como el suyo.
- Eres igual a tu madre Severus – dice mientras cierra la puerta y se acerca a su hijo – eres una puta igual que ella – le acaricia la mejilla sacando con delicadeza un mechón de cabello – aun que eres demasiado lindo para ser un chico, realmente te pareces a ella con ese cabello negro – le mira a los ojos – eres mi hijo, una molestia y asesino, tú has matado a tu madre Severus... recuérdalo – le susurra en el oído.
En ese momento, Severus con los ojos cerrados dejaba caer unas lágrimas mientras sentía como su padre lentamente dejaba caer prenda a prenda de su ropa, sintiendo las manos de ese hombre en su cuerpo, tocándolo, manoseándolo.
Se sentía asqueroso, pero a la vez, no podía reaccionar, todo lo dicho por su padre era real, él era el culpable de todo, todo siempre fue su culpa, y aun que él lo sabía, jamás quiso asumirlo, hasta ahora.
Tobías, miraba a su hijo, estaba feliz, claramente ya lo había destrozado y eso era justo lo que necesitaba, un hijo sumiso para hacer lo que quisiera con el, y lo primero que haría, es satisfacerse...
Miraba las prendas caer, lentamente desabrochando la camisa que tenía su hijo, comenzando a acariciar con cuidado, él no se movería, ya lo sabía perfectamente, además estaba solo, por lo que nadie impediría que al fin tuviera el cuerpo de su "amado" hijo.
Al ver que el pecho de Severus estaba al descubierto, lentamente lo acaricio y mordió, dejando claras marcas de su presencia en ese lugar, que Severus le pertenecía, que era su nueva puta y eso, le gustaba.
Cansado de no escuchar sonido alguno, suspira molesto y se aleja, tomando una navaja que siempre traía consigo y sin previo aviso, comenzó a hacer cortes con ella en el cuerpo del menor, escuchando ya los gritos de dolor que comenzaba a dar.
- Eso quería escuchar, al parecer ya reaccionas – dice para verle y sonríe – realmente eres débil.
En ese momento le toma con fuerza del cabello y le arroja al suelo, acercando el rostro de Severus a su pene, el cual, con su otra mano lo estaba sacando de su ropa.
- Mira lo que comerás, es lo que tanto te gusta ¿no? – sonriendo y le mira – ahora chúpalo – apega el rostro de Severus totalmente a su miembro ya duro.
Severus sentía miedo, no quería hacerlo, e intentaba alejarse, pero en ese momento su padre tenía más fuerza que él, por lo que no podía hacer demasiado.
Su mente estaba desesperada, él estaba desesperado tenía miedo, asco, realmente no podía con esto, y cerro fuertemente los ojos por el miedo cuando de la nada, se sintió caer al suelo, sin la presencia de su padre cerca, el cual ya estaba fuera del cuarto, con un claro signo de dolor.
- ¡Maldito! – grita alto – por cosas como estas mataste a tu madre – le mira molesto – tendrás un castigo, no saldrás de tu cuarto nunca más, te quedaras acá hasta que aprendas a ser una buena perra para mí – dice de forma violenta para cerrar la puerta con llave, encerrando a su hijo dentro.
Severus al verse encerrado, y al ver su cuerpo lleno de nuevas marcas, solo se subió a su cama, en donde en silencio comenzó a llorar por todo lo pasado, quería desaparecer y morir en esos momentos le parecía una buena idea.
En ese momento, sintió un leve sonido, no sabía que era, pero de forma inconsciente miro a la ventana de su cuarto y al ver una hermosa lechuza blanca, sonríe, acercándose a ella, casi con miedo, toma la carta y acaricia al animal, el cual feliz aceptaba la caricia.
Luego de un poco y casi en forma automática, mira la carta y logra ver el sello de Hogwarts a lo que sonríe un poco y lo abre para leer el contenido.
Lo primero que saco de ella, lo conocía perfectamente, era su carta de ingreso al colegio, junto con el boleto del tren y la lista de materiales que necesitaba, nada nuevo realmente, pero luego, detrás de eso, en el mismo sobre, había una carta la cual reconoció como la letra de Albus Dumbledore, por lo que comenzó a leerla.
"Querido Severus:
¿Cómo han estado tus vacaciones? Espero que bien, mientras yo no eh tenido tanto tiempo para relajarme como me habría gustado, pero así es el trabajo; espero que esto te llegue directamente a ti y no a tu padre, y solo quiero informarte que los materiales, libros e instrumentos que llegues a necesitar este año, ya están comprados y esperando para que los uses en tu cuarto en las cámaras de Slytherin, espero poder verte en una semana más en el banquete de bienvenida
Posdata, el paquete que lleva la lechuza son algunas pociones básicas que podrías necesitar.
Con cariño.
Albus Dumbledore"
Severus, al leer la carta sonríe por primera vez, y comienza una vez más a ser consiente de todo lo que está a su alrededor y al verse, una vez sintió asco, pero tenía una pequeña alegría ahora tenía un pequeño motivo para sonreír, en una semana estaría de regreso en casa.
La semana de Severus, paso de forma demasiado lenta, y realmente ya era una rutina, cada día su padre entraba a su cuarto y le miraba para dejarle un trozo de pan y un vaso de agua, sus comidas del día, y luego de ello, le preguntaba si estaba listo para ser su perra, a lo que Severus cada día se negaba, obteniendo una golpiza.
Las pociones que les habían llegado eran pocas y ya no le quedaban así que solo le quedaba usar un poco de su ropa y parte del agua, para poder limpiar sus heridas más graves y las que quedaban abiertas, mientras igualmente comenzó a perder la poca materia grasa de su cuerpo, pues siempre había tenido una mala alimentación y ahora, como no comía, era aún peor.
Llego el día de ingreso al colegio y realmente se sentía agotado, durante toda la noche anterior y la única forma de convencer a su padre de que le llevara a la estación de trenes era, muy a dolor de él, que se dejara tocar por él, no llego a penetrarlo , para su alivio, pero si le toco cada parte de su cuerpo, dejo marcas y evidencia de su acto, todo para que luego de ello, lo golpeara una vez más y usando la navaja reabrió los viejos cortes, mandándolo luego a su cuarto a dormir.
Severus no durmió nada, casi ni lo había hecho ningún día por miedo que su padre le hiciera algo mientras dormía, pero, afortunadamente, nada paso, por lo que cuando llego a la estación, estaba ojeroso, pálido y totalmente destruido.
Estaba usando un abrigo que le quedaba algo grande, no sentía calor, pues sus defensas eran tan bajas que a pesar de estar terminando el verano, tenía demasiado frio, al igual que usaba una bufanda para cubrir las marcas en su cuello.
En silencio abordo el tren y llego a un vagón vacío, algo que solo duro unos instantes cuando escucho las voces de sus mejores amigos, Lucius y Regulus, los cuales entraron y le miraron.
- Severus, déjame verte – dice Lucius como saludo de forma autoritaria.
Mientras Severus dudaba, Regulus ya había cerrado y asegurado el vagón para que solo ellos pudieran ver a su amigo, a lo que Severus al sentirse algo seguro, lentamente dejo caer lo que tenía puesto dejando ver su cuerpo.
Estaba algo sucio, marcas y heridas, cortes en piernas y brazos los cuales no habían sido tratados correctamente, una palidez que no era natural, y al mismo tiempo una delgadez, que daba pena y rabia.
Los amigos solo suspiraron, no era la primera vez que miraban esto, aunque si, era de las peores veces, en especial por las marcas, las cuales ambos reconocieron que eran de acto sexual.
- Severus... el... - dice con miedo Lucius.
- No lo hizo... solo... solo me toco – susurra dejándose caer al suelo llorando – no alcanzo a hacerme nada mas – dice para sí mismo, como un alivio a su dolor.
Ambos amigos se vieron entre sí mismo y suspiraron; mientras Regulus colocaba a Severus acostado en los asientos, Lucius comenzaba a buscar pociones, las cuales había hecho especialmente a su amigo.
- Regulus, ve por algo de comer ¿si? Yo me encargare de lo demás – ordena de forma seria.
Regulus solo asiente, para salir de lugar, dejándolo cerrado nuevamente. Una vez fuera, Lucius mira a Severus y le acaricia con cuidado el cabello, mientras le hace tomar algunas pociones y aplica otras en las heridas, haciendo que Severus se relajara considerablemente.
- No es necesario que hagan esto... no valgo nada – dice desviando la mirada.
- ¿Quién te dijo eso? – pregunta entre molesto y triste al ver la condición de su amigo.
- Todos lo saben Lucius, soy un maldito, un fenómeno – susurra mientras algunas lágrimas comienzan a caer de sus ojos – soy un asesino, mi madre murió por mi culpa, yo la mate... - dice por ultimo para dormirse.
Lucius al verle, solo le acaricia le cabello mientras lentamente comienza a colocar una manta sobre él, logrando que quedara cubierto con ella y le besa la mejilla, realmente la vida no es justa y Severus era el claro ejemplo de ello.
Minutos después, llega Regulus con la comida, a lo que deciden dejarla a un lado y en el momento en que despertara Severus, le obligarían a comer algo, ya lo habían decididos, ambos amigos traerían y harían relucir a Severus Snape.
Luego de unas horas, comenzaron a escuchar leves ruidos y gemidos, a lo que miraron a Severus, el cual lentamente comenzó a despertarse. Los dos sin decir nada, solo se acercan a él, y Regulus son una sonrisa tranquilizadora, le entrega un poco de comida, mientras Lucius comenzaba a revisar una vez más las heridas del menor.
Nadie dijo nada el resto del viaje, no hacía falta, pero cuando divisaron el castillo y comenzaron a arreglarse para bajar, Severus solo pensó en una cosa, la cual le hizo sonreír en todo el trayecto, ya estaba en casa...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top