La entrada a la academia

El fin de semana pasó, y yo no podía evitar estar nerviosa por ello. Después de todo, iba a volver a empezar las clases y a volver a ver a todos mis amigos, incluido Izuku.

Durante aquel fin de semana recibí muchas llamadas de aquel chico pecoso que confundía mis sentimientos ofreciéndose a ayudarme para prepararme. Era cierto que no me venía mal que me echaran una mano, pero no pude evitar rechazar su ayuda con tantas excusas que llegué al punto de no saber que contestarle. Me sentía mal mintiéndole, pero creía que lo mejor era estar durante el fin de semana enfocada en prepararme evitando a Midoriya para que así mis sentimientos por él cambiaran de alguna manera. O al menos eso es lo que yo creía que sucedería.

Al llegar el lunes esos sentimientos no habían desvanecido, pero por lo menos logré ocultarlos. Mis padres me acompañaron a la academia para no perderme, donde mi guía personal me estaba esperando en la puerta. Al verle sentí como un vuelco en mi corazón, pero por suerte lo logré disimular.

Izuku: ¡Hola, Uraraka!

Ochako: H-hola, Deku.

Izuku: ¿Entramos?

Ochako: Cl-claro.

Sra. Uraraka: ¡Qué paséis un buen día!

Ochako: ¡Gracias, Mamá!

Una vez me despedí de mis padres cruzamos las grandes puertas que abrían la gran pared la cual protegía y rodeaba la UA, la academia de héroes. Por fin había logrado venir aquí, por fin volvería a recordar mi vida como estudiante y futura heroína, por fin volvería a...

Izuku: ¡Wooaah!

Mis pensamientos fueron interrumpidos por un pequeño golpe que sentí que algo a mi lado me daba. Era Deku, el cual se había tropezado y estaba a punto de darse un gran golpe contra el suelo. Por suerte, pude reaccionar rápido, y usando mi singularidad de forma casi de forma involuntaria conseguí hacerlo flotar evitando así que llegara a darse ningún tipo de golpe.

Izuku: Oh, vaya, debería de haber visto por donde pisaba. Gracias por evitar que me chocara contra el suelo, Uraraka, parece que aún conservas muy buenos reflejos.

Ochako: Oh, no ha sido nad-...

No me dio tiempo a terminar aquella frase por culpa de el pinchazo en la cabeza que sufrí, el cual hizo que me llegara a tocar la cabeza por el repentino dolor. No habían empezado aún las clases y ya estaba recordando cosas.

El escenario era la entrada al colegio, como en el que me encontraba hace unos segundos. Esta vez había mucha gente entrando a la academia, pero a pesar de haber tanta gente yo iba por mi cuenta. Sentía que estaba nerviosa, pero no tenía muy clara la razón hasta que escuché a un grupo de chicos comentar que se encontraban nerviosos por la prueba de admisión y ahí lo entendí todo, aquel era el día en el que entraba a la academia de héroes por primera vez, con la esperanza de ser admitida y así poder convertirme en una heroína, era normal que me sintiera muy nerviosa por la situación.

De repente pude ver como un chico con una gran mochila amarilla muy parecida a la de Deku delante mía se tropezaba tal y como le había ocurrido antes a Izuku.

Reaccioné como la vez anterior y rápidamente toqué a aquel chico para hacerlo flotar y evitar que se llegara a hacer daño. Nada más dejarlo flotar le pregunté:

Ochako: ¿Estás bien?

La respuesta de el chico fue agitarse como si intentara dejar de flotar a la vez que gritaba extrañado, estaba claro que eso le había pillado desprevenido. Fue en aquel momento que al acercarme a él pude reconocer ese pelo verde alborotado, era Izuku Midoriya.

Ochako: Es mi singularidad. Siento haberla usado sin preguntar primero. ¿Pero sería mala suerte si te cayeras, verdad?

Izuku: Uh...

Pude notar como Deku estaba temblando sin saber cómo responder, ¿acaso no nos conocíamos?

Ochako: Esforcémonos, ¡nos vemos!

Mientras me iba pude notar como Deku aún no reaccionaba a nada de lo que había pasado, estaba totalmente paralizado. Esa debía de ser la primera vez que hablamos, y por lo tanto la manera en la que nos conocimos.

Al volver de aquel recuerdo noté que aún me estaba tocando la cabeza aunque el dolor había desaparecido y que a mi lado se encontraba el mismo chico de mi recuerdo preocupado por mi salud.

Izuku: ¡Uraraka! ¿Te encuentras bien?

Ochako: Sí... Esta, esta no es la primera vez que te salvo de chocarte contra el suelo, ¿verdad?

Al mencionar aquello me miró sorprendido y me dijo:

Izuku: ¿Lo recuerdas?

Ochako: Es la razón por la que me ha venido el dolor de cabeza.

Otro breve silencio dio paso a mi respuesta. Por lo que parecía, Deku necesitaba procesar qué decirme, pero era raro que no murmurara mientras lo pensaba, eso solo podía significar que ni siquiera sabía que decirme, así que le intenté echar una mano.

Ochako: Esa, esa fue la primera vez que hablamos, ¿no es así? Parecías muy nervioso cuando te hablé y no parecía que hubiéramos hablado antes.

Izuku: Sí... Esa era la primera vez que hablaba con una chica, aunque para ser sinceros, no hablé en ningún momento contigo. Después me arrepentí por no haberte dado las gracias e intenté dártelas justo antes de que empezar la prueba de admisión, pero Iida con lo estricto que es siempre sin aún saber quién era me paró diciéndome que ya que estabas concentrada en el examen no era buena idea desconcentrarte, y tuve que aguantarme.

Ochako: ¿Iida?

Izuku: Sí, Iida Tenya... ¿Recuerdas algo de él?

Ochako: Sé que es uno de los alumnos de 1A que me vino a visitar y puedo llegar a soñar familiar por alguno de los recuerdos que he tenido ya, pero en realidad...

No llegué a acabar la frase. A pesar de que ya llevaba algunas piezas de ese puzle que había en mi mente, aún me faltaban muchas y a cambio solo tenía un sentimiento de impotencia por ello. Agaché la cabeza lamentándome por ello. Por suerte, Deku pudo reaccionar a aquella situación.

Izuku: ¡Ey, Ochako! ¡No te desanimes! Es normal que te fastidie no poder recordar, pero recuerda que has vuelto a la academia y que es muy probable que hoy vuelvas a recordar todo. ¿Dónde está la Ochako de hace unos días que no podía aguantarse las ganas de volver a este sitio?

Esa última pregunta no pude evitar sacarme una sonrisa por mucho que me hubiera salido una pequeña lagrimita de los ojos.

Ochako: Tienes razón, Deku. Tengo que estar feliz, gracias por animarme.

Izuku: Tranquila, no tienes porqué darme las gracias. Bueno, ¿estás lista para entrar?

Pude ver como Izuku extendía su mano llena de cicatrices en señal de que le agarra la mano.

Ochako: Por supuesto que sí.

En respuesta le agarré la mano levantando el dedo meñique para no hacerlo flotar. Pude ver en su cara una expresión de felicidad. Pero de repente la escena cambió. El pinchazo en la cabeza debió ser tan minúsculo que ni lo llegué a notar.

Volvía a estar en ese escenario apocapocalíptico en el cuál todo estaba destruido y nos encontrábamos en medio de una pelea. Deku volvía estar a mi lado y podía ver cómo él me estaba dando la mano tal y como me lo que había sucedido en el presente, pero esta vez, al mirar la cara de Deku, había algo diferente.

Se podía apreciar una sonrisa en su cara, pero esta no era de felicidad. Esta sonrisa intentaba ocultar la tristeza y el sufrimiento que estaba teniendo por verme en estas condiciones, intentando tranquilizarme, pero nada de eso funcionaba si podía ver cómo le salían lágrimas de los ojos que se juntaba con la sangre de los pequeños cortes que tenía en la cara. Una escena muy dolorosa de ver.

Me hubiera gustado a ver podido identificar si eso había ocurrido antes, después o durante la misteriosa confesión que quería hacer a Izuku mientras creía que me iba a morir, pero eso fue todo lo que ocurrió en aquel recuerdo, cosa que me hizo preguntarme aún más que era lo que había ocurrido.

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