El cielo se viste de anaranjado mientras el sol se oculta dándole el honor a su amada luna de salir. Mi cuerpo sobre el suyo, sus manos cariciando  mi cabello. Mis dedos recorrer su brazo. Mi respiración y la suya se mezclan volviéndose una sola, me siento tan a gusto. El roce de nuestros cuerpos desnudos es tan delicioso.

-¿Natti, recuerdas aquella vez en la playa?- su voz salió tan bajita pero tan hermosa de oír.

-No, no recuerdo nada aún. Temo no hacerlo- lo miró y sus ojos grises conectan con los míos.

-Natti, no pasa...-no lo dejo terminar.

-si que pasa, ¿Qué sucederá si no logro recordar?-pregunto preocupada

-Nada, crearemos nuevos recuerdos juntos. Natti mi amor por ti es tan grande, que los recuerdos no son tan importantes. Lo importante es tenerte conmigo-su sinceridad y cariño me derrite.

-Eres...-sus labios se juntaron con los míos, en un beso dulce  que seguí.

Cómo podría decirle que he recordado pero no son los míos, que en ninguno soy la persona de la fotos, no la que dicen que era. Me perdonaría o siempre estaría igual que yo con la pregunta de ¿Quién eres tú? Se lo pregunto todo los días a la chica de la fotos que se parece tanto a mí, a la chica que en verdad él ama.